(Fides) «Reafirmamos enfáticamente que los migrantes y refugiados son nuestros hermanos que merecen, porque tienen derecho, respeto, cuidado, protección y seguridad. Nosotros les seguiremos ofreciendo abrigo, defensa y protección. Exhortamos a los fieles a vencer la tentación de la indiferencia, de la discriminación y xenofobia. Todo migrante es nuestro hermano». Así lo indica el documento del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC), publicado al final de la reunión anual celebrada en Costa Rica, en la diócesis de Alajuela, del 25 al 28 de noviembre.
En el texto, titulado «Caminemos juntos con el Señor como testigos de la esperanza», los obispos exponen los temas afrontados durante la reunión, en un clima de «gran fraternidad» en plena comunión con el Papa Francisco: La sinodalidad, la historia de la Iglesia en la región centroamericana en el momento de la colonización y después de la independencia, la prevención del abuso infantil. También se tuvieron en cuenta los informes de las Conferencias Episcopales sobre las realidades eclesiales y pastorales de forma individual.
«Hemos constatado con preocupación que nuestro continente se está incendiando – subraya el texto -. Varios de los países de América Latina están atravesando situaciones dolorosas, estallidos de violencia y diversas situaciones de intolerancia. Realidades semejantes se viven en varias de nuestras naciones. Una vez más viene a nuestra memoria la Iglesia y el pueblo de Nicaragua. Nos preocupa sobremanera la situación de violencia en esa querida nación». El SEDAC se solidariza con los obispos nicaragüenses en su condena de todas las formas de violencia y en la defensa de los derechos humanos, con la esperanza de que a través del diálogo, se logre la paz, lo antes posible.
Motivo de gran alegría y esperanza para el SEDAC ha sido «la gran fiesta de la Jornada Mundial de la Juventud», celebrada en Panamá en el mes de enero, y la creacción de la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (REMAM) que tiene como características fundamentales «la eclesialidad, la internacionalidad y el compromiso de instaurar el Reino de Dios en la tutela de la vida plena». Támbien se ha hablado de como en el horizonte se ve acercarse la celebración del bicentenario de la independencia de América Central, y ante esto «La Iglesia, no puede permanecer indiferente ante este acontecimiento, en el que se mezclan las luces y las sombras». «En la misma historia de la humanidad – continúan - , se produce la acción del Señor amorosa y salvadora. Así ha sido también la historia de nuestros pueblos centroamericanos… Identifiquemos la presencia del Señor y su seguimiento por parte de la Iglesia y sus ministros en el proceso de la independencia, no quedándonos en una mirada hacia el pasado sino buscando luces para el tiempo presente e inspiradora de construcción de futuro».
Recordando que la reunión del SEDAC siempre se realiza en vísperas del Adviento, los obispos terminan exhortando: «Caminamos al encuentro del Señor que viene a salvarnos. Toda nuestra vida debe ser un Adviento!»