(InfoCatólica) Intervención de Mons. Fisher el Sínodo para los jóvenes:
Hoy, en su presencia, Santo Padre, y entre mis hermanos obispos, quiero pedir perdón a los jóvenes por todas las formas en que les hemos fallado.
Por los hechos vergonzosos que algunos sacerdotes, religiosos y laicos, han perpetrado en vosotros u otros jóvenes como vosotros, con el terrible daño causado; y por la actuación de demasiados obispos y otros responsables a la hora responder adecuadamente, cuando se identificaron los abusos, y a la hora de hacer todo lo posible para manteneros a salvo; y por el daño hecho a la credibilidad de la Iglesia y a su confianza: me disculpo.
Por las veeces en que las familias católicas, las parroquias y las escuelas no han podido presentaros a la persona de Jesucristo, su palabra salvadora y su plan para vuestras vida; y por los momentos en que te hemos parecido inoportunos, distantes o duros, o no hemos demostrado la alegría de ser cristianos; y por los momentos en que buscabas tu identidad sexual, étnica o espiritual y necesitabas una brújula moral, pero encontraste personas de la Iglesia poco comprensivas o ambiguas: me disculpo.
Porque cuando te hemos vendido en vez de alentarte a vivir heroicamente tu llamado bautismal a la santidad y el camino pascual a la vida a través de la auto-renuncia; o cuando te hemos brindado muy poco ministerio juvenil u otro tipo de apoyo, debido a lo cual te has encontrado solo, en medio de un mundo secular y cínico, viviendo la fe; o cuando las liturgias no bellas o poco acogedoras no te han inspirado o no te han incluido, y cuando se te ha negado el tesoro de la Iglesia de examen de conciencia, reconciliación, adoración, peregrinaciones, penitencias y devociones: te pido disculpas.
Por la mala predicación, la catequesis o la dirección espiritual que no convierte, y por falta de imaginación o entusiasmo por la nueva evangelización a la que nos han llamado los papas recientes; y por nuestros fracasos en demostrar la misericordia de Dios, como el Papa Francisco ha insistido, e involucraros en campañas por la justicia centrada en Cristo y en obras de misericordia; y por las familias, las diócesis y las órdenes religiosas que con una mentalidad anticonceptiva han renunciado a generar nuevas vocaciones y, por lo tanto, no han nutrido las suyas: Me disculpo.
A cualquier persona joven le hemos decepcionado de esta u otras maneras: desde el fondo de mi corazón, me disculpo con vosotros. Y al Señor le pido: Kyrie eleison.
Pero también les digo a los jóvenes: nunca renuncies a Jesús por nuestros fracasos. Nunca renuncies a la Iglesia, a la que puedes ayudar a ser más fiel. Nunca abandones el mundo que, con la ayuda de Cristo y de la Iglesia, puede ser un lugar mejor.
En Jesucristo, el Anciano de los Días se hace joven, para ti. El Creador de este hermoso universo se acerca a tu vida para salvarte. Te llama, «ven, síguele» y conviértete en su joven discípulo. Te envía como misionero a nuestro mundo. ¡Puedes ser un héroe, porque nada es tan emocionante como la aventura del Evangelio!
Entonces, cuando estés perdido y necesites dirección, ¡has de saber que el joven Jesús es el Camino eterno para ti! Cuando estés confundido y necesites una buena enseñanza, ¡debes saber que el joven Jesús es la Verdad eterna para ti! Cuando estés buscando la vocación que más te satisfaga, ¡debes saber que el joven Jesús es la Vida eterna para ti!
En presencia del Santo Padre y en medio de mis hermanos obispos, vuelvo a comprometerme con los jóvenes para acercarlos a Cristo, que siempre está allí para ellos.