(EP) «No se puede volver atrás. Nostalgias sobre lo que fue el cristianismo antes de la modernidad son sueños abstractos», ha apostillado Scola durante la presentación este martes 29 de mayo de su libro '¿Postcristianismo? El malestar y las esperanzas de Occidente' (Ediciones Encuentro), en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), en Madrid, en la que ha intervenido a través de videoconferencia.
Durante el encuentro, presentado por el rector de la UFV, Daniel Sada, el arzobispo ha respondido a las preguntas del rector de la Universidad San Dámaso, Javier Prades, y de la catedrática de Filosofía moral y política de la UNED, Amelia Valcárcel, sobre el lugar que ocupa la religión hoy en día.
Por ello, ha propuesto seguir ofreciendo testimonio cristiano para «afrontar» el contexto «postsecular» que, a su juicio, se da actualmente en las sociedades plurales occidentales.
«Yo llamo postsecularismo a la fase que vivimos hoy, que se produce al término del proceso de secularización, y que nos ha conducido a un problematicismo que cobra más peso en el ámbito de las sociedades plurales, sobre todo, de la zona noroccidental», ha subrayado Scola.
El cardenal ha constatado que en estas sociedades plurales «postseculares» conviven «cosmovisiones diferentes» que pueden asumir entre sí distintos «aspectos dialécticos» y ha advertido también de los «fundamentalismos e integrismos».
La secularización, según ha explicado Scola, surge a partir de la modernidad, cuando «el acontecimiento de Jesucristo comienza a ser discutido radicalmente y se quiere superarlo haciendo referencia a otros universales supuestamente secularizados».
En esta línea, ha citado a los filósofos que propusieron tratar la religión «dentro de los límites de la razón» hasta otros más contemporáneos según los cuales «es inútil buscar un universal concreto para toda la humanidad».
Si bien, ha puntualizado que en la actualidad ya se ha pasado a un contexto «postsecular» en el que, en todo caso, considera que aún es posible transmitir el mensaje cristiano.
«El camino para comunicar la experiencia cristiana consiste en dar a las relaciones un sabor particular, el sabor del testimonio, en el que Dios manifiesta su rostro. Este es el camino para afrontar esta época postsecular», ha argumentado.