(C-Fam/InfoCatólica) Estados Unidos y el el grupo de naciones africanas rechazaron una resolución de la ONU sobre migración la semana pasada porque los europeos insistieron en incluir el lenguaje relacionado con el aborto y excluir el lenguaje que protegería la soberanía nacional.
El Presidente, Embajador Ion Jinga de Rumania, parecía impaciente y frustrado cuando los países se reunieron por última vez para tratar de llegar a un acuerdo en la última reunión de la Comisión de Población y Desarrollo de este año el viernes por la tarde.
Al aliarse con una coalición liderada por Europa contra los Estados Unidos y el Grupo Africano, Jinga no incluyó un párrafo sobre soberanía ni eliminó la terminología relacionada con el aborto en el borrador final del acuerdo después de que las negociaciones fracasaron la noche del jueves.
La coalición europea convenció a Jinga de que la insistencia de los africanos y de los Estados Unidos sobre estos temas era un farol. Fue un riesgo calculado. Los europeos prefirieron no tener un acuerdo en absoluto, que tener uno que descarte lo que consideran el «derecho internacional» al aborto.
Jinga probó con humor en su última súplica desesperada, sin éxito. «No existe la palabra soberanía. Pero si tomas un diccionario verás que la palabra está allí. Si buscas en Google la palabra soberanía, encontrarás la redacción que hemos usado en el texto», dijo enfáticamente Jinga.
El Embajador de Argelia vio esto como un reproche.
«No necesitamos Google, porque la definición principal de soberanía está en los estatutos de la ONU», replicó, describiendo la soberanía como un principio sagrado de la ONU.
«Sin respeto entre las delegaciones y los principios fundacionales de su constitución no podemos avanzar», agregó el argelino.
Los delegados tomaron la palabra para lamentar la falta de consenso y la intransigencia de la coalición europea.
«Hemos pedido la inclusión de una verdadera cláusula de soberanía», dijo el delegado de Estados Unidos al referirse al lenguaje estándar sobre el respeto a la soberanía en muchos acuerdos de la ONU. Ella dijo que el fracaso en llegar a un acuerdo era «lamentable».
Además, explicó que Estados Unidos había sido igualmente claro que no estaba dispuesto a aceptar referencias «no calificadas» a términos relacionados con el aborto como la «salud sexual y reproductiva».
«Estos términos están abiertos a muchas interpretaciones», dijo, señalando a la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, como el único marco aceptable para referirse a los términos, porque excluía un derecho internacional al aborto.
Un delegado de la Santa Sede culpó al fracaso de la comisión de «persistente falta de respeto por las líneas rojas» y un «enfoque desordenado» en los términos relacionados con el aborto.
La coalición liderada por Europa que convenció a Jinga de dejar de lado la soberanía y mantener la terminología relacionada con el aborto dijo que prometieron «hacer todo lo que esté en su poder» para promover la salud y los «derechos sexuales y reproductivos» en todas las regiones del mundo. La coalición incluyó a Alemania, Francia, Reino Unido, Países Nórdicos, Japón, Canadá, Australia, entre una treintena de otras naciones que forman parte de la Campaña abortista «Ella Decide» para desafiar y socavar la política exterior de los EE. UU. de proteger la vida.
Es la tercera vez en cuatro años que la Comisión no logra llegar a un acuerdo.
La jefa del Fondo de Población de la ONU, Dra. Natalia Kanem, en su primera comparecencia ante la Comisión, reconoció que el lenguaje relacionado con el aborto en los acuerdos de la ONU «quizás nunca haya sido más polémico». Pero insistió en que la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos eran esenciales en el contexto de la migración, y especialmente en respuesta a la violencia sexual.