(Claretians/InfoCatólica) La eucaristía ha sido presidida por el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, y concelebrada con el superior general de los Misionero Claretianos, el padre Mathew Vattamattam, doce obispos claretianos de todo el mundo que también han participado en la beatificación y sesenta sacerdotes.
El cardenal ha reiterado el mensaje de perdón y reconciliación que se difundió el sábado en la celebración de la Sagrada Familia y la llamada a una confianza absoluta en Dios ante las dificultades. «No tengáis miedo de afrontar las dificultades del tiempo presente porque, a través de acontecimientos que a menudo nos desbordan, Dios va dirigiendo la historia humana hacia su plenitud». El purpurado reiteró que «el amor vence al odio y ninguna dificultad o persecución puede quitarnos la alegría de confesar a Jesús»
También pidió a los claretianos continuar colaborando «con todos los que se esfuerzan por construir un mundo más justo y solidario, incluyendo las autoridades políticas, pero no olvidéis que el corazón le pertenece solo a Dios». Por eso ha pedido una entrega absoluta a Dios: «No os dejéis atrapar por ideologías políticas o por otros ídolos modernos que reclaman nuestra entrega absoluta. Solo a Dios debemos dar lo que es de Dios. Esto nos dará una gran libertad de espíritu».
El cardenal ha remarcado la historia martirial de los misioneros claretianos que en poco más de 150 años de historia ya tiene 183 mártires beatificados de los 270 claretianos asesinados: «La beatificación de ayer fue, en cierto sentido, la reconstrucción definitiva de 109 vidas rotas por confesar a Cristo en circunstancias que no quisiéramos que se repitieran jamás». Ha insistido en que «la beatificación no es un ajuste de cuentas con el pasado sino un canto a la infinita gracia de Dios y una invitación a ser sus testigos en nuestro mundo». Y ha concluído asegurando que «los santos miran siempre al futuro»
Misa de Acción de Gracias (completa)