(Zenit).- Mons. Jesús Emilio Jaramillo y D. Pedro María Ramírez, ambos mártires colombianos que murieron en defensa de la fe, ya son nuevos beatos proclamados por el papa Francisco hoy, en Villavicencio.
Con gritos como “¡Francisco, hermano, ya eres colombiano!” o “¡Francisco, amigo, el Llano está contigo!” recibían miles de personas al Papa en Villavicencio, capital de Meta, región de los Llanos Orientales.
El Papa ha beatificado al Obispo Mons. Jaramillo Monsalve, asesinado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) el 2 de octubre de 1989 cuando se encontraba en una zona rural de la localidad de Arauquita, y al sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, llamado el ‘mártir de Armero’, asesinado en Armero el 10 de abril de 1948 durante la revuelta popular que siguió al asesinato en Bogotá del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán.
Al comienzo de la celebración, los obispos de Arauca, Mons. Jaime Muñoz Predosa, y de Garzón, Mons. Fabio Duque Jaramillo, presentaron las biografías de los nuevos beatos Mons. Jesús Emilio Jaramillo y D. Pedro María Ramírez ante el Papa, que los proclamó beatos y señaló que sus fiestas se podrán celebrar los días 3 y 24 de octubre, respectivamente.
Con arpas, maracas y bandolas, instrumentos típicos de la música llanera, participaban en la Eucaristía campal de beatificación, a la que han asistido unas 600.000 personas y han colaborado 6.800 voluntarios y 6.100 personas de seguridad.
Nuevos beatos
A Pedro María Ramírez, párroco de la iglesia San Lorenzo en Armero, lo sorprendió en esa población tolimense la violenta reacción popular tras el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948 en Bogotá.
A Ramírez Ramos, oriundo de La Plata, sus victimarios le quitaron la vida a machetazos el 10 de abril por negarse a abandonar ese municipio.
Ese crimen se sumó a los miles de hechos cruentos perpetrados durante las siguientes décadas.
Monseñor Jaramillo Monsalve, asesinado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el 2 de octubre de 1989, viajaba en un campero con otros religiosos cuando fueron interceptados por integrantes de dicha guerrilla.
Tras identificar a los ocupantes del vehículo, los insurgentes retuvieron a Jaramillo, con quien querían conversar y enviar un mensaje al gobierno.
Al día siguiente el cuerpo de monseñor Jaramillo fue encontrado con múltiples heridas de proyectiles de fusil cerca al sitio donde fue interceptado.