(AsiaNews/InfoCatólica) Al menos 140 muertos, la mayor parte de ellos soldados del gobierno, es el gravísimo saldo del ataque realizado por un comando de talibanes en la base militar de Mazar-i-Sharif, en el norte de Afganistán. Mientras que el gobierno de Kabul aún no emitió un comunicado oficial sobre el número de víctimas, que podría ser todavía más elevado, el atentado fue ya definido como el peor jamás sucedido antes en territorio afgano.
Detalle de los hechos
El asalto sucedió el viernes por la tarde, después de la oración. El número de los terroristas es todavía incierto, pero se habla de 10 terroristas muertos. Nasratullah Jamshidi, vocero del ejército, dijo que al menos seis talibanes, disfrazados con uniformes del ejército, se acercaron al ingreso de la base e ingresaron por los controles fingiendo que trasladaban a un herido grave. Luego se dirigieron hacia la mezquita que se encuentra dentro del campo, con el objetivo de atacar a los soldados que estaban saliendo después de la oración. Jamshidi agregó que los talibanes estaban a bordo de dos vehículos, desde los cuales lanzaron un cohete e hicieron varios disparos.
Terroristas reivindican el atentado
Los terroristas han reivindicado el ataque a través de su vocero, Zabihullah Mujahid, que declaró la dinámica de la masacre: los talibanes han hecho explotar bombas, para luego permitir a los kamikazes introducirse con armas livianas y «atravesar el sistema de defensa de la base». «Nuestros combatientes -continuó- han infligido pesadas pérdidas a las fuerzas afganas que viven en esa base».
El cuartel de Mazar-i-Sharif se encuentra en la provincia de Balkh. Aquí está la sede del cuartel general de la 209na división del Ejército nacional afgano. La división se ocupa de garantizar la seguridad de toda la parte septentrional del país, comprendida la provincia de Kunduz, uno de los principales santuarios de los extremistas.
En la base residen también numerosos soldados extranjeros, en su mayoría alemanes, y al menos 70 unidades de la misión internacional de la OTAN. Según el vocero del comando de las operaciones de Alemania, «no se registran víctimas entre nuestros connacionales. Lo mismo vale para los otros soldados de las fuerzas armadas internacionales».
El comando de la OTAN en Kabul definió el ataque como «sanguinario y censurable». John Thomas, vocero del ejército de los EEUU, dijo que el ataque fue «muy significativo».