(EP) El presidente de la Federación Europea One Of Us, Jaime Mayor Oreja, ha tachado de «disparate» la regulación de la gestación subrogada que, a su juicio es sinónimo de «mercantilización, negocio y comercio». «No se puede afirmar que porque haya un caso extremo y concreto, en el límite de una situación, haya que crear una norma para regular la excepción. No se puede aducir que porque en algunos países, como Canadá, haya una regulación de los vientres de alquiler, hay que hacerlo aquí», ha subrayado.
Por su parte, el presidente del Foro Español de la Familia, Mariano Calabuig, considera que esta práctica es «un retroceso en materia de derechos humanos permitiendo la compraventa del niño que se gesta y admitiendo el alquiler del cuerpo de una mujer». Para Calabuig, una posible legalización de los «vientres de alquiler» supondría «un retroceso que permitiría nuevas formas de explotación de las mujeres, especialmente de las que carecen de recursos económicos, y una apertura de un nuevo mercado de compraventa de niños».
En esta línea, la presidenta de la Asociación Española de Asociaciones Provida, Alicia Latorre, ha señalado que es «inmoral y contrario al respeto de los derechos humanos». «La maternidad, que es algo realmente grande, se desvirtúa e instrumentaliza cuando la mujer es utilizada como una mera portadora y productora de hijos para otros o cuando alguien se cree con derecho a conseguir hijos de cualquier modo», ha subrayado.
Mientras, la directora general de Fundación Redmadre, Amaya Azcona, ha pedido que no prevalezca el deseo de ser padre o madre sobre «la dignidad de las mujeres» ni sobre «el derecho del hijo a ser criado por su padre y su madre».