(ACI/InfoCatólica) El Expresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Ovidio Pérez Morales, señaló que la Iglesia no puede quedarse callada ante la violación de los derechos humanos en el país, con un régimen que se concibe «como el dueño de las personas» y que no quiere dar cabida a ningún tipo de oposición o disidencia.
«Moralmente no puedo aceptar la violación de los derechos humanos. No puedo aceptar que el Estado se conciba como el dueño de las personas», expresó el Prelado el 1 de febrero en Unión Radio.
Durante la entrevista, Mons. Pérez Morales se refirió también a las recientes declaraciones del Presidente de la CEV, monseñor Diego Padrón, quien denunció reiteradas acciones para amedrentar a la Iglesia, a través de agresiones y ataques que no parecen hechos aislados y que por tanto se deben mirar «con precaución y cuidado».
«Los hechos que denunciaba monseñor Padrón son lamentables, pero hay una cosa que es más lamentable todavía, es que estos actos violentos contra instalaciones, personas eclesiásticas se ubica en un marco agresivo contra toda disidencia, y lo más grave todavía es que eso se inscribe en un proyecto (el Plan Patria) en el cual la disidencia no tiene cabida», expresó Mons. Ovidio Pérez.
El Plan Patria busca la «construcción de un Estado socialista en el cual coherentemente se tiende a eliminar toda discrepancia, eso es lo más grave», advirtió.
El Arzobispo recordó que la Iglesia criticó desde sus inicios la imposición del Socialismo del Siglo XXI, primero con Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro, a través del «Plan de la Patria».
La Conferencia Episcopal en el 2007 advirtió que esto del Plan de la Patria era entrar a un estado socialista, señaló el Prelado. «Esto es moralmente inaceptable y va contra los principios fundamentales de la Constitución», indicó Mons. Ovidio Pérez.
«La Iglesia no puede quedar callada ante lo que juzga es violación de los derechos humanos, que es la opresión contra un pueblo, la corrupción desatada o la delincuencia sin freno», expresó.
A la Iglesia la atacan por denunciar, pero «esto a través de la historia se repite de una u otra forma» cada vez que «se asumen posiciones que alguna manera molestan a los que están en el poder», indicó.
Sin embargo, recordó que el Evangelio «tiene implicaciones en el campo de la convivencia humana», como ocurre actualmente en Venezuela, que enfrenta una grave crisis política, económica y social.
«La persona tiene una centralidad dentro de la convivencia humana y esa centralidad tiene que ser afirmada frente al Estado, sino entonces estamos frente a una masificación de la ciudadanía y el Estado puede hacer cualquier cosa con los ciudadanos. ¡No! Primero está la persona en su apertura social y luego el Estado», expresó.
En ese sentido, señaló que hay una contradicción entre lo que dice la Constitución venezolana, que funda en principios, y «lo que se está haciendo por parte del régimen».
Sin embargo, recordó que por encima de la Constitución y de toda ley humana está la «ley divina que creó al hombre con su dignidad y derechos fundamentales».
Los derechos humanos no derivan de un acuerdo o de una ley, «sino que derivan de la misma creación de Dios que creó al ser humano a su imagen y semejanza», y «eso es a lo que se apela en las situaciones de crisis», expresó.