Natural de La Rioja

El Papa nombra obispo de Osma-Soria al sacerdote Abilio Martínez Varea

La Santa Sede ha hecho público, a las 12.00 h. de hoy, jueves 5 de enero, que el papa Francisco ha nombrado al sacerdote Abilio Martínez Varea obispo de Osma-Soria. Abilio Martínez Varea es en la actualidad vicario episcopal de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño.

(CEE) La diócesis de Osma-Soria estaba vacante por el traslado de Mons. Gerardo Melgar Viciosa a Ciudad Real. Desde mayo de 2016 está al frente de la sede, como administrador diocesano, el sacerdote Gabriel Ángel Rodríguez Millán.

Vicario episcopal de Pastoral y Enseñanza desde 2005

El obispo electo de Osma-Soria nació en Autol (La Rioja) el 29 de enero de 1964. Ingresó en el seminario diocesano de Logroño, donde estudió Filosofía y Teología entre los años 1982 y 1987. Después se trasladó a Roma, donde obtuvo la licenciatura en Teología Dogmática por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1989). Fue ordenado sacerdote el 30 de septiembre de 1989.

Su ministerio sacerdotal lo ha desarrollado en la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño. Su primer destino fue como vicario parroquial de la parroquia de San Barlotomé de Aldeanueva de Ebro (La Rioja) (1989-1994). Entre 1994 y 1996 realizó los cursos de doctorado en la Universidad Pontificia de Salamanca. A su regreso, fue nombrado vicario parroquial de San Pío X de Logroño. Ha desempañado los cargos de delegado de Apostolado Seglar, profesor en el instituto diocesano de Ciencias Religiosas y delegado de Enseñanza. Desde el año 2005 es vicario episcopal de Pastoral y Enseñanza.

Saludo del obispo electo de Osma-Soria a sus futuros feligreses

Saludo a la Diócesis Osma-Soria

Logroño, 5 de enero de 2017​

Queridos hermanos y hermanas de la Iglesia que peregrina en Osma-Soria: mi saludo más cordial y fraterno. Saludo que hago extensivo a todas las personas de buena voluntad de esta tierra soriana. A todos, la gracia y la paz de parte de Dios, Padre rico en misericordia, de Jesucristo, el Salvador, y del Espíritu Santo que nos anima y nos fortalece todos los días.

El Papa Francisco ha tenido a bien designarme como Obispo de esta diócesis tan llena de historia y de innumerables santos que han dado su vida, lo mejor de sí mismos, en aras de la fe. Agradezco al Romano Pontífice la confianza que ha depositado en mí.

Soy muy consciente de que he sido destinado a pastorear una Iglesia en la que todo el Pueblo de Dios está sumamente implicado en su entrega evangelizadora. Me uno con mi mejor ánimo y puedo aseguraros que pondré todo mi empeño para hacer efectivos todos vuestros afanes apostólicos.

Provengo de La Rioja, de la diócesis vecina de Calahorra y La Calzada-Logroño. Puedo y debo deciros que por múltiples razones pastorales y de otra índole he estado muy cerca de vosotros geográficamente y, sobre todo, de corazón. También peudo deciros que intentaré estar a la altura, dada la circunstancia de que algunos obispos de los que recientemente han regido esta ya para mí muy querida diócesis han sido precisamente riojanos.

He rezado y he pedido al Señor de la mies que me ilumine y me dé fuerza para afrontar esta tarea de pastoreo entre vosotros, y esto lo he hecho desde el mismo momento en que acepté esta importante misión eclesial.

Quiero tener un recuerdo agradecido al Obispo Monseñor Don Gerardo Melgar Viciosa, mi inmediato predecesor, y sobre todo a Don Gabriel Ángel Rodríguez Millán, Administrador Diocesano, que durante estos últimos meses se ha hecho cargo de la Diócesis con tanto acierto y esmero, así como al Colegio de Consultores.

A los sacerdotes y seminaristas les digo que voy a la diócesis soriana con mi mejor ilusión y cariño, y – como no puede ser de otra manera - con mis limitaciones y mis pobrezas. Por eso les pido su comprensión y su ayuda para ejercer bien la misión que el Señor me ha confiado. Quiero estar en comunión con vosotros, totalmente entregado al servicio del Pueblo de Dios, que es la razón de ser de nuestro ministerio. La caridad pastoral, que viene del mismo Cristo Pastor, nos lleva a la plena identificación con Cristo y con la comunidad eclesial que se nos ha encomendado.

También tengo presente a la Vida consagrada, religiosos y religiosas, que desde la oración y la entrega hacen vivo el reino de Dios. Vuestra presencia en medio de estas tierras sorianas es un don del Espíritu a la Iglesia. Vuestro testimonio de alegría hace mucho bien a la Iglesia. Hago mía la expresión del Papa Francisco, tan llena de viveza y donosura: «Donde hay religiosos y religiosas hay alegría».

Y a todo el Pueblo de Dios, hombres y mujeres de esta Iglesia de Soria, os recuerdo que el Señor está con nosotros en el día a día de nuestras vidas, en sus alegrías y en sus sufrimientos. Mi cabeza y mi corazón se centran ahora en las innumerables familias que en esta comunidad tan viva y tan laboriosa han hecho de la institución familiar un verdadero centro de cariño y preocupación por todos sus miembros, de los que acaban de nacer y de los que ya están muy cerca del Padre, nuestros amadísimos abuelos. No quiero ser un «jefe de empresa» sino un compañero de camino que entrega su vida en el anuncio de Jesucristo buscando siempre el bien de las personas. Y, ¿por qué no decirlo abiertamente? Un empeño importante y principal de mi ministerio lo dedicaré a los jóvenes, futuro de esta para mía ya entrañable tierra soriana. Quiero ayudar a que Dios esté más presente en nuestra vida convencido de que esto es algo bueno para todos.

Un saludo también a las Autoridades locales, provinciales y de la Comunidad Castellano-Leonesa. Sé que estáis comprometidos en la búsqueda del bien común, en el trabajo por el bien de todos. En estos momentos de crisis (y no solo económica), quiero compartir con vosotros el servicio en bien de los más pobres y necesitados.

 

3 comentarios

Curro Estévez
Recemos para que sea un obispo católico valiente.
5/01/17 2:03 PM
juvenal
Lo tiene fácil para mejorar al anterior.
5/01/17 3:22 PM
ROBERTO PAMPLONA
OS LLEVAIS UNA PERSONA COJONUDA.
6/03/17 8:38 PM

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