(Zenit) El Pontífice quiso señalar que los refugiados «son personas como todos nosotros, pero a quienes la guerra les quitó la casa, el trabajo, los parientes y amigos». Y que «sus historias y sus rostros nos llaman a renovar el empeño para construir la paz en la justicia». Por eso dijo Francisco «queremos estar con ellos: encontrarlos, recibirlos, escucharlos, para volvernos juntos artesanos de paz, según la voluntad de Dios».
El continente europeo enfrenta la peor crisis de desplazados desde la II guerra mundial, quienes podrían llegar al millón al final del presente año. La Organización Mundial de las Migraciones calculó que este año han muerto unas 2.600 personas en el intento de cruzar el Mediterráneo. Baste pensar que en Siria quienes han huido de la guerra son 4,8 millones de personas además de los 6,6 millones los desplazados dentro del país.
Beatificación de María Celeste Crostarosa
De otro lado, el Santo Padre señaló también que que ayer sábado fue beatificada en la ciudad italiana de Foggia, la monja María Celeste Crostarosa, fundadora del Orden del Santísimo Redentor. Y deseó que «la nueva beata, con su ejemplo y su intercesión nos ayude a conformar toda nuestra vida a la de Jesús, nuestro Salvador».
La misa de beatificación fue celebrada por el prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, representante del papa Francisco.
En Creta el Concilio Pan-ortodoxo
El Santo Padre recordó también que en la solemnidad de Pentecostés de acuerdo al calendario Juliano que sigue la Iglesia Ortodoxa, inició hoy en Creta con la Divina Liturgia, el Concilio Pan-ortodoxo. «Unámonos a la oración de nuestros hermanos ortodoxos, invocando el Espíritu Santo, para que asista con sus dones a los patriarcas, a los arzobispos y a los obispos que están reunidos en Concilio». Y rezó junto con los presentes un Ave María por esta intención.