(Agencias) La Fiscalía peruana abrió una investigación de oficio el año pasado, en la cual el periodista Pedro Salinas declaró sobre los 30 testimonios de abusos recogidos en su libro «Mitad monjes, mitad soldados», escrito conjuntamente con su colega Paola Ugaz, donde también citaron a los principales dirigentes del Sodalicio.
El libro de Salinas reúne testimonios de antiguos miembros del Sodalicio que denunciaron maltratos físicos, psicológicos o violaciones sexuales en los años 80 y 90, y acusaron de esos abusos a Figari y Germán Doig, éste último número dos de la organización hasta su fallecimiento en 2001.
Por su parte, el Tribunal Eclesiástico de Lima y el Vaticano recibieron en 2011 las denuncias de tres víctimas de abuso sexual, pero a la fecha no habían obtenido respuesta.
No le quieren en sus instalaciones
Moroni reiteró a las autoridades del Vaticano el pedido que le hizo personalmente al Papa Francisco en diciembre pasado «para que se decrete su inmediata separación de nuestra comunidad y finalice su insostenible retiro espiritual en nuestras instalaciones» en Roma.
Asimismo, agregó que respetan las investigaciones y procedimientos que el Vaticano y la Fiscalía de Perú vienen realizando sobre estas denuncias, y que acatarán la condena eclesiástica o judicial que merezca su fundador.
El superior general del Sodalicio pidió perdón a las víctimas de cualquier tipo de abuso o atropello del que hayan sido objeto por parte de algún miembro de la organización, y «a los denunciantes que por años no obtuvieron una respuesta satisfactoria y contundente de parte de nuestras autoridades».
Moroni anunció igualmente una reforma integral de la organización y sus autoridades reconocieron «el pecado de no haber reaccionado de manera firma y oportuna», ante las denuncias de abuso sexual.
Figari, que vive en una casa del Sodalicio en Roma desde 2010, admitió en enero pasado haber cometido graves errores, pero insistió en su inocencia sobre las acusaciones de abusos sexuales.
El fundador del Sodalicio, una organización que dirige colegios y universidades privadas en Perú, admitió que en sus 40 años al frente de esa comunidad cometió graves errores que pueden haber ocasionado daño a otras personas y pidió perdón por ello.