(Agencias/InfoCatólica) Teresa ofreció una comparecencia sin preguntas en el Hospital Carlos III de Madrid tras recibir el alta médica una vez curada del virus del ébola. Romero ha dado las gracias a todos los sanitarios que la han atendido y también a la hermana Paciencia. Ha ofrecido su sangre hasta quedarse «seca», si así puede ayudar a otros enfermos.
Gracias a Dios y al Apóstol
Teresa ha dado las gracias a «Dios y a Santiago Apóstol por devolverme la vida». «Si Dios hizo el milagro se sirvió de mis compañeros. Tenemos la mejor sanidad del mundo con profesionales abnegados que, pese a la nefasta gestión política son capaces de lograr milagros, yo soy uno de ellos», ha sentenciado.
Ha explicado que en los momentos más complicados se «aferraba a mis recuerdos, a mi familia y a mi marido». Ha sido duro, ha dicho porque «solo tenía contacto por teléfono con Javier».
Dispuesta a donar su sangre hasta quedarse seca
«No sé lo que falló, si falló algo. No guardo rencor ni reproches. Si mi contagio sirvió para algo... para curar a otras personas aquí estoy. Si con mi sangre se puede ayudar aquí estoy hasta quedarme seca», ha insistido.
Teresa ha explicado que se ofreció «voluntaria para ayudar hasta el punto de que peligró mi vida, pero no fue en vano».
Agradecida a la hermana Paciencia
«Estoy deseando encontrarme con la hermana Paciencia. Nunca le estaré lo suficientemente agradecida», ha dicho. La auxiliar también ha tenido palabras de agradecimiento para los compañeros del hospital de Alcorcón, al hospital Carlos III y para sus vecinos.
«Llega el tiempo de descansar y recuperarme para poder transmitiros mi experiencia», ha concluido.