(EP) Además, el estudio, realizado sobre una muestra de 600 familias de toda España, destaca que uno de cada diez tiene a su cargo alguna persona dependiente que, en más de la mitad de los casos (54,7 por ciento) exige más de 10 horas de cuidados a la semana pero que, en el 48,4 por ciento de los casos, no recibe ayudas.
En esta línea, apunta que la práctica totalidad de la población (97,2 por ciento) mantiene percepción de la familia como «el mayor soporte de la crisis» y que esta opinión se ha incrementado desde 2012 en un 1,2 por ciento.
De hecho, los resultados del estudio indican que, en el 65,2 por ciento de los casos en que los abuelos viven en casa de sus hijos (el 7 por ciento del total), aportan ingresos económicos y que en el 39,1 por ciento de los hogares realizan también algunas de las tareas del hogar como recoger a los niños, cuidarles mientras sus padres trabajan o atender a los enfermos de la casa.
Esfuerzo para cubrir las necesidades básicas
Aún así, el documento advierte de que el 68,7 por ciento de los hogares reconocen que, en el último año, ha disminuido su poder adquisitivo, y que «el esfuerzo que supone cubrir las necesidades básicas es mayor» que el año anterior, lo que repercute en que la calidad de vida del 62 por ciento de las familias haya disminuido desde entonces.
De hecho, la percepción de las familias es que tanto en alimentación (74,7 por ciento), como en otras partidas como transporte (68,3 por ciento), ropa y salud (65,3 por ciento), vivienda (58,2 por ciento) y educación (55,3 por ciento), les supone un esfuerzo mayor cubrir el mínimo necesario que el que requería hacerlo en 2013.