(InfoCatólica) A continuación habrá tiempo para compartir experiencias y testimonios junto con dos miembros del Arca de Cataluña, el Presidente de la Fundación El Arca de Madrid, Manuel de la Barreda, y los demás miembros del grupo fundador.
El encuentro tendrá lugar a las 12:00h en el Salón de Actos de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce, (C/ Monasterio de las Huelgas, 15, Montecarmelo, Madrid). Previamente a la conferencia, a las 11.00h, se celebrará la Eucaristía (Xavier Ilundain SJ).
El Arca es una Federación internacional de comunidades formadas por personas con y sin discapacidad intelectual que han optado por vivir, trabajar y crecer juntas. Fundada en 1964 por Jean Vanier, está presente en 36 países, y sus más de 145 comunidades en los cinco continentes reúnen a unas 4.000 personas, que comparten su vida en hogares, talleres o centros de atención diurna.
Desde 1977 está presente en Cataluña, donde cuenta con dos comunidades, El Rusc (Tordera) y Els Avets (Moià), que suman cuatro hogares y dos talleres. En estos se asiste a un total de 50 personas, gracias a 40 personas que trabajan con compromiso comunitario y casi 100 voluntarios y amigos.
En marzo de 2013, tras cinco años de trabajo preparatorio, un grupo de 25 personas, en gran parte vinculadas a la Asociación hermana Fe y Luz, constituye la Fundación El Arca de Madrid con el objetivo de crear entre dos y tres hogares con capacidad hasta 21 personas acogidas y 18 asistentes y fundar así una comunidad que dé respuesta a la necesidad de ser amado que tiene todo ser humano y que permita el crecimiento integral de todos sus miembros a través de las relaciones mutuas en familia y la confianza en Dios.
Identidad y misión del Arca de Madrid
La Fundación El Arca Madrid está formada por personas adultas con y sin discapacidad intelectual, de diferentes edades, origen cultural, religión e historia personal.
Somos una comunidad de Fe que siguiendo el espíritu de Jean Vanier, aspiramos a que se reconozca el valor único de cada persona, especialmente de aquellos con discapacidad intelectual para integrarles en la sociedad y dar a conocer sus dones. El Arca quiere ser signo de que una sociedad verdaderamente humana debe basarse en la acogida y el respeto a los más pequeños y a los más débiles.
Las personas con discapacidad tienen el don para tocar los corazones y llamar a la unidad. Ellos dan testimonio vivo de una visión del mundo en donde los más débiles y los más fuertes tienen necesidad los uno de los otros para realizarse como personas, ser felices y vivir en armonía.
El hogar es el corazón de la comunidad, donde la convivencia y la relación entre todos sus miembros es fuente de vida, de desarrollo y crecimiento personal, donde cada uno es escuchado y aceptado tal y como es para poder sacar lo mejor de sí mismo. En un ambiente familiar y acogedor, abierto a los que lleguen, todos están llamados a ser don para los demás.
El Arca de Madrid quiere ser fuente de unidad y de paz, fundada en la alianza de amor que Dios teje entre sus miembros, apoyando y respetando las diferencias. La importancia de la celebración y la fiesta, junto con el perdón, ayudan a vivir con espíritu de alegría.
El Arca se define por la vida «con» las personas en situación de discapacidad. Las comunidades no son fundadas «para» esas personas sino «con ellas». No fundamos el Arca de Madrid para crear una «buena» institución que responda a las necesidades y situaciones de desamparo en nuestra Comunidad. Desde siempre el Arca es sensible a esas necesidades, pero su fundador ha querido que las comunidades sean más «signos» que «solución» frente a esas situaciones.
«Ser signo» para el Arca consiste en revelar los dones únicos -y a veces ocultos- de las personas con discapacidad. El primer don es la transformación que las personas con una discapacidad operan en las personas que entablan una relación de amistad con ellas. Esta misión a la que fue llamado Jean Vanier continúa llamando a cada miembro del Arca.