(Daniel Rojas/InfoCatólica) El arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, presidió ayer al mediodía la misa de envío de los peregrinos que participarán de la 28° Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), cuyo lema es «Id y haced discípulos a todos los pueblos (Mt 28, 19). «Será un fenómeno extraordinario, signo de la vitalidad de la Iglesia», aseguró, ante una catedral llena de fe. El frío en la ciudad –disimulado tímidamente dentro de los sólidos muros de ladrillo del templo– contrastaba con los 24 grados que hacía en Río de Janeiro, donde se realizará el megaevento presidido por el papa Francisco.
El Evangelio del domingo decía que «el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde Él debía ir». En este sentido, Mons. Aguer afirmó que el éxito de la misión «no vendrá de las cosas mundanas, sino que está en la personalidad de cada discípulo». Desde el arzobispado informaron que son más de 400 los peregrinos platenses que viajarán a la Jornada.
Según el prelado, al igual que en aquel tiempo, los cristianos en la actualidad son llamados a «preparar el camino de Cristo», pero el discípulo auténtico, paradojalmente, es quien «va detrás de las huellas del Maestro, nunca delante».
En clave evangélica, como la cosecha en el siglo XXI también es abundante, Mons. Aguer expresó que «necesitamos apóstoles laicos, pero también muchos más sacerdotes, religiosos» para que ésta no se pierda. Del 23 al 28 de julio, las magnitudes colosales del evento que tendrá a Río de Janeiro por sede le va a demostrar al mundo, a través de los jóvenes, lo que la Iglesia tiene para darle: «hay muchos que quieren seguir a Jesús y están dispuestos a ser enviados por Él», insistió.
Después de la misa, uno de los contingentes que participará de la JMJ compartió el almuerzo en uno de los salones subterráneos de la catedral. Allí, el arzobispo bendijo una imagen de la Virgen de Luján, patrona de la Argentina, para ser entregada a los miembros de la parroquia brasileña Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San José. Esta comunidad, que pertenece a la arquidiócesis de Niterói, se encargará de recibir y alojar al grupo durante la semana misionera, antes del inicio de la Jornada propiamente dicha.