(Zenit/InfoCatólica) Entre el público estaban los parientes de Focherini, algunos de sus hijos y tantos nietos y bisnietos. Incluso algunos sobrevivientes del campo de concentración de Flossenburg, donde este italiano murió.
Nació en 1907, casado, siete hijos, era periodista del diario L’Avvenire d’Italia. El actual director de dicho medio, considera que aporta a los comunicadores de hoy un gran ejemplo. Es el segundo periodista beatificado. El primero fue el beato Manuel Lozano Garrido (Lolo), beatificado el 12 de junio de 2010, en Linares, España.
«El espíritu cristiano debe hacer del periodismo un arma insustituible de apostolado y del periodista, del escritor católico, un misionero de fe, un caballero ideal, un apóstol en el sentido noble de la expresión», escribió este valiente periodista al servicio del Evangelio.
Focherini trabajó también como asegurador y fue presidente diocesano de la Acción Católica.
En el año 1492, comienza su entrega a la vida y con el consentimiento de su mujer, empezó su labor en favor de los judíos, cuando el Cardenal de Génova, le encarga el cuidado de dos judíos llegados desde Polonia.
De esta manera comienza a inmiscuirse cada vez más en el sufragio de las víctimas de la persecución nazi, y junto a un sacerdote, Don Sala, y a través de contactos con personas de confianza, teje una red de ayuda organizada para asegurar cartas de identidad en blanco y rellenarlas con datos falsos para llevar a los perseguidos a los confines de Suiza.
En 1493 consigue los primeros documentos para su amigo Giacomo Lampronti y su familia, de origen judío. El hecho llega a ser muy conocido entre la comunidad judía y cientos de ellos se dirigieron al periodista y al sacerdote en busca de ayuda.
En marzo de 1944, en el hospital de Carpi, Odoardo es arrestado mientras organizada la fuga de Enrico Donati, el último judío al que consiguió ayudar a escapar. Fue encarcelado hasta julio, y después transferido al Campo de Concentración de Fossoli. En agosto es transportado a otro campo de concentración en Gries y después a Alemania, primero en el campo de Florssernburg, y finalmente a Hersbruc donde murió en 1944, a la edad de 37 años, muy probablemente cremado en los hornos. Su mujer, María, no supo la noticia hasta el 6 de junio de 1945, una vez terminada la guerra.
Desde allí escribió muchas cartas, a la esposa María, algunas de estas conservadas por la famila. En 1969 fue inscrito en el libro de los «Justos entre las naciones» en el Yad Vashem de Jerusalén.
«María queridísima (...). Nada de nuevo sobre mí, y si por una parte no se explicarme esta espera vil si no pensando en posibles indagaciones que no podrán sino ser favorables a mi inocencia, por otra, cada día espero ser liberado, cierto como estoy que nada de nada se me puede adeudar por ninguno. te repito que las condiciones generales desaconsejan tu venida para un coloquio, agravada por el deber traerte a la pequeñina y dejar a los otros seis en espera... Esperemos volver a vernos pronto en casa. Muchos besos y abrazos a todos», escribía a su esposa.
Carta a sus hijos, del 15 de agosto de 1944: «Queridísimos hijos: como veis esta carta mía es toda para vosotros y será escrita en modo que deberéis adivinar la ciudad donde está escrita. A mi vuelta, habrá un premio para quien haya adivinado. Sobre todo os digo que estoy muy bien en salud en esta bella ciudad de origen romano, rodeada de tantos montes llenos de color, de bosques, de prados (...). ¿Cuál será el premio? Llevaré un saco grande lleno de... curiosidades... lleno de lo veréis, y de lo que elegiré. Se entiende que Carla, Gianna y Paola tendrán el premio aunque no hayan adivinado. Saludos y besos a todos».
Francesco Manicardi, nieto de Odoardo Focherini, explica: «Olga, su hija mayor, tenía trece años cuando su padre fue asesinado. Lo recuerda como un padre amoroso que jugaba con sus hijos. También era un marido cariñoso que compartía con su mujer la preocupación por transmitir los valores cristianos, ambos eran de Acción Católica, y los valores civiles, como demostró cuando tuvo la oportunidad de ayudar a los judíos perseguidos».
Marco Tarquinio, director de Avvenire, afirma: «De la misma forma que Odoardo Focherini supo mirar a los judíos, que entonces eran los perseguidos, nosotros debemos tener la mirada atenta para descubrir a aquellos que se quedan ‘fuera de plano’. Tenemos que enfocar a quienes no se consideran de ‘interés periodístico’, como se suele decir».
El padre Giovangiuseppe Califano, postulador de la causa de beatificación, señala: «Odoardo Focherini es un ejemplo de fe pura, ardiente y luminosa. En sus últimas palabras, según recordaron los que fueron testigos de su muerte, dijo ofrecía su vida por la Iglesia, por el papa, por la fe y su propia familia».
La alianza nupcial es la reliquia oficial elegida por la Diócesis de Carpi para el beato Odoardo Focherini. Es la original que el joven Odoardo recibió de su esposa en 1930, como prenda de amor eterno el día del matrimonio. Fue sacada de la cárcel y entregada a su mujer tras el arresto del periodista por los nazis.
En sus palabras previas al rezo del Ángelus, el Papa Francisco saludó este domingo al nuevo beato italiano.
«Ayer en Carpi, fue proclamado Beato Odoardo Focherini, esposo y padre de siete hijos, periodista. Capturado y encarcelado por odio contra su fe católica, murió en el campo de concentración de Hersbruck en 1944, a la edad de 37 años. Salvó a numerosos judíos de la persecución nazi. ¡Junto a la Iglesia que está en Carpi, damos gracias a Dios por este testigo del Evangelio de la Vida!», ha dicho el Papa Francisco.
El 10 de mayo de 2012 Benedicto XVI autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos el decreto del «martirio del Siervo de Dios Odoardo Focherini… asesinado por odio a la fe».