(UNAV/InfoCatólica*) “La ‘communio’ en los Padres de la Iglesia” es el tema que estudiarán expertos como Mons. Alfonso Carrasco, obispo de Lugo (Galicia); los profesores Vittorino Grossi (Instituto Patrístico Augustinianum), Ephrem Carr (presidente del Pontificio Ateneo Anselmianum), Hubertus Drobner (Facultad de Teología de Padeborn); o Mons. Blázquez, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, durante este simposio de la Facultad de Teología. En el acto de apertura intervendrán el rector de la Universidad, Ángel J. Gómez-Montoro; el decano de la Facultad de Teología, José Ramón Villar; y Marcelo Merino.
El tema de este XXX Simposio Internacional promovido por la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra desea seguir aquella indicación del Sínodo Extraordinario de Obispos (1985) que estuvo dedicado a la recepción e interpretación del Concilio Vaticano II y que en su relación final afirmaba: "La eclesiología de comunión es una idea central en los documentos del Concilio. Koinonía/communio, fundadas en la Sagrada Escritura, son tenidas en gran honor en la Iglesia antigua y en las Iglesias orientales hasta nuestros días. Desde el Concilio Vaticano II se ha hecho mucho para que se entendiera más claramente a la Iglesia como comunión y se llevara esta idea más concretamente a la vida".
Por otra parte, a los pocos días de ser elegido Papa, Benedicto XVI afirmaba: "Tratamos de explicar el designio originario de la Iglesia como la ha querido el Señor, para comprender así mejor también nuestra situación, nuestra vida cristiana en la gran comunión de la Iglesia. Esta comunión eclesial es suscitada y sostenida por el Espíritu Santo, conservada y promovida por el ministerio apostólico. Y esta comunión, no sólo se extiende a todos los creyentes de un momento histórico determinado, sino que abarca también todos los tiempos y a todas las generaciones".
Las anteriores referencias justifican la elección del mencionado tema de la "communio". En verdad, los términos "Tradición" y "Comunión" vienen a ser sinónimos, pero después de la eclesiología emanada de los documentos de Concilio Vaticano II ha adquirido mucha más importancia el segundo término, porque manifiesta, de manera más acorde con los intereses del hombre moderno, la presencia eficaz de Jesucristo, que acompaña y guía mediante el Espíritu a la "comunidad" reunida por Él.
