(Luis F. Pérez/InfoCatólica*) Los nueve obispos que se han unido al rechazo de la mayor parte del episcopado estadounidense a la decisión de los responsables de la Universidad de Notre Dame, coinciden en que resulta inaceptable que una universidad que pretende ser católica promocione a una personalidad política que se caracteriza por promover una legislación y normativa gubernamental contrarias a la dignidad de la vida humana desde su concepción.
Algunos prelados, como es el caso de monseñor Paul Coakley, obispo de Salina (Kansas), han escrito cartas personales al director de la universidad, el sacerdote John Jenkins, para mostrarle su desacuerdo con la invitación al presidente Obama. Monseñor Coakley le ha recordado al padre Jenkins que existe una directiva de la Conferencia Episcopal Estadounidense que prohíbe a los colegios católicos dar premios honoríficos a aquéllos que contradicen las enseñanzas de la Iglesia.
Monseñor Thomas G. Wenski, obispo de Orlando, ha anunciado la celebración de una Misa de reparación por "los muchos ataques y transgresiones cometidas contra la dignidad y sacralidad de la vida humana en nuestro mundo, y de forma específica por la decisión de la Universidad de Notre Dame". La misa tendrá lugar en la Catedral de St. James el próximo 3 de mayo.
Monseñor Wenski ha publicado un artículo en la web de su diócesis en el que denuncia que "Notre-Dame ha olvidado lo que significa ser católico". El obispo de Orlando recuerda el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió a los educadores católicos el año pasado, durante su visita a Estados Unidos. El padre Jenkins, asegura monseñor Wenkins, debió de quedarse dormido durante la charla del Papa.
Por su parte, el portavoz de la archidiócesis de Cincinnati ha confirmado que el arzobispo Daniel E. Pilarczyk "apoya los duros comunicados del obispo de South Bend, monseñor Arcy, donde radica la universidad de Notre Dame".
A ellos se une monseñor Robert Finn, obispo de la diócesis de Kansas City-St. Joseph, quien aseguró en una misiva dirigida a una convención provida celebrada en un High School de su diócesis que "no hace falta otra nota de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos para saber que", refiriéndose a la invitación de Notre-Dame a Obama, "está mal causar escándalo, desasosiego y confusión entre los católicos". Monseñor Finn opina que la universidad buscará una cabeza de turco para salir de la debacle, lo cual implicará probablemente el cese del padre Jenkins como director de la misma, cuando lo que deberían de hacer es plantearse de verdad si han actuado bien o mal.
Entre el resto de obispos que se han unido recientemente al clamor de la Iglesia Católica contra la Universidad de Notre Dame, se encuentran monseñor George Lucas, obispo de Springfield, monseñor Leonard Blair, obispo de Toledo (EEUU), monseñor Gerald Gettelfinger, obispo de Evansville y monseñor Joseph Latino, obispo de Jackson.
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