(Zenit) "Personas inocentes han sido asesinadas, mujeres violadas, iglesias y lugares religiosos profanados, casas de cristianos han sido destruidas en Kandhamal y en otros distritos de Orissa", acusa el cardenal.
El comunicado pide "una acción fuerte y urgente" contra los violentos, así como ""la prohibición de todos los grupos fundamentalistas que adiestran a terroristas bajo la insignia del Hindutva u otros nombres".
Para los obispos, es "evidente que los autores de estas acciones malvadas son agentes adiestrados del activismo radical Hindutva, que se mueven con instrucciones y siguiendo un plan prediseñado de destrucción".
El cardenal Vithayathil lamenta especialmente la actitud de "apatía e inacción" del gobierno central y de las autoridades locales de los Estados afectados.
"El Gobierno ha seguido asegurando que todo esta dentro de la normalidad y que la seguridad era perfecta. Pero cuando se le ha criticado, se ha excusado diciendo que era incapaz de controlar a las turbas que destruían las propiedades eclesiales y atacaban al personal religioso y a la población cristiana.
Esta violencia incontrolada "está humillando a la antigua civilización india y a valores como la Ahimsa (no-violencia), Verdad, Tolerancia y respeto por las religiones que la India había conservado celosamente durante siglos", añade el comunicado.
Los obispos recuerdan que la Constitución india reconoce el "derecho a la libertad de conciencia y a la libertad religiosa", así como "derecho de profesar una religión libremente, practicarla y propagarla".
Además, añaden, la Iglesia católica "ha jugado siempre un papel activo a la hora de promover el diálogo interreligioso y la armonía".
"Si alguno considera los sufrimientos de los cristianos como una debilidad, se equivoca. Queremos recordar a todos que somos ciudadanos de esta gran nación y que continuamos contribuyendo mucho al crecimiento y al desarrollo de esta nación".
Rechazo del proselitismo
Los obispos rechazan rotundamente las acusaciones de proselitismo y de promover conversiones forzadas, acusaciones lanzadas por los grupos extremistas para justificar los actos violentos.
"La conversión forzada, mediante recompensas o con engaño está en contra de las enseñanzas de la Iglesia católica", afirman los obispos, citando la Constitución Ad Gentes del Concilio Vaticano II.
Al contrario, muchos conversos al cristianismo "pierden muchos beneficios garantizados por la Constitución, y algunos incluso han sacrificado sus vidas por rechazar convertirse al hinduísmo", agrega la nota.
Los prelados muestran su convicción de que "las acusaciones de promover conversiones forzadas son una estrategia que esconde el interés de negar los servicios cristianos de salud, educación, emancipación de la pobreza y desarrollo a los grupos más abandonados".
"Creemos que la oposición del Hindutva a las actividades cristianas deriva del miedo a que muchas de estas comunidades marginadas se refuercen en sus derechos y resistan a la explotación", añaden.