(Agencias) El Papa Benedicto XVI recibió hoy, lunes, en la ciudad australiana de Sidney, a cuatro víctimas de abusos sexuales por sacerdotes australianos, según informó un comunicado difundido por la oficina de prensa del Vaticano.
El Papa ofició una misa, a primera hora de la mañana, en la Capilla de la Catedral de Santa María, en el centro de la ciudad, con la presencia del Arzobispo de Sidney, cardenal George Pell, y al término de la misma habló con dos hombres y dos mujeres víctimas de abusos sexuales, escuchó sus casos y les consoló, asegurándoles su cercanía espiritual.
Benedicto XVI les prometió que rezará por ellos, por sus familias y por todas las víctimas, y la reunión, indicó el Vaticano, se desarrolló en un clima de respeto y con una fuerte emoción.
Con este gesto, añade el comunicado, y como ocurrió en Estados Unidos este mismo año, el Papa ha querido expresar un sentimiento, que ya ha expresado en otras ocasiones, sobre el drama de los abusos sexuales, y demostrar de nuevo su comprensión hacia todos aquellos que los han sufrido.
El Pontífice, que parte hoy de Sidney donde inició su visita oficial el pasado 17 de julio, ya anunció su intención de "reconciliar" a la Iglesia católica con las víctimas de abusos sexuales antes de llegar al país la semana pasada.
Durante su estancia en la ciudad australiana con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa dijo en una homilía dirigida a los obispos australianos, que "siento mucho el dolor y el sufrimiento de las víctimas y les aseguro que, como pastor de ellos que soy, también comparto su sufrimiento".
Organizaciones australianas que representan los intereses de las víctimas de abusos sexuales manifestaron su descontento con la disculpa, que dijeron era "vacía", pues no había sido dirigida personalmente a las víctimas.
Pero el comunicado emitido hoy por la oficina de prensa del Vaticano, explica que el Papa quiso hablar con las víctimas después de la Jornada Mundial de la Juventud, porque el auténtico motivo de su visita a Australia fue la reunión de los jóvenes católicos.
Según la organización Ritos Rotos (en inglés "Broken Rites"), en Australia 107 miembros de la iglesia Católica han sido condenados por abusos sexuales que han afectado a unas 1.000 víctimas.