Entrevista de César Vidal a Sam Rotman en La Linterna de la Cadena Cope
(FEREDE) El Consejo Evangélico de Madrid (CEM) presentó, en el día de ayer, un nuevo volúmen de "Huellas del Cristianismo en el Arte", esta vez dedicado a la música. El acto de presentación tuvo lugar en la Sala Ramón Gómez de la Serna del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
El presidente del CEM, Máximo García, introdujo el acto con palabras de reconocimiento para cada uno de los autores y colaboradores que hicieron posible la nueva obra - la mayoría de los cuales se hallaban presentes -, destacando de forma particular el trabajo de coordinación general por parte de Manuel García Lafuente, "trabajador incansable, siempre dispuesto a servir y a colaborar en lo que haga falta", señaló. En cuanto a la obra subrayó que "la cultura es uno de los objetivos del Consejo Evangélico de Madrid".
El conocido cantautor madrileño Marcos Vidal, autor del prólogo del libro, amenizó el acto interpretando al piano dos de sus temas más conocidos: "A tí la Gloria" y "Oh, qué Amor". Luego, haciendo uso de la palabra comentó que, "Huellas..." le provocó una serie de preguntas en cuanto a por qué el cristianismo del pasado dejó marcas tan relevantes en la cultura, a diferencia de lo que sucede hoy en día, cuando "muchos reniegan de sus raíces cristianas". "Podríamos pensar que las circunstancias eran más favorables, o que algo tenemos que cambiar nosotros..., y yo prefiero quedarme con este último desafío" - señaló.
Nancy Roncesvalles, directora del Coro Gospel de Madrid, es la autora del capítulo dedicado a la música Gospel. "Recuerdo que cuando empezamos con el coro, hace unos años, muchos en España no sabían pronunciar bien la palabra gospel", comentó divertida. "Para mí era muy importante reflejar en este libro la historia que está detrás del gospel; un canto que, si bien es cierto que en ocasiones se convertiría en un ´código´para comunicarse mensajes cifrados entre los esclavos negros, por otro lado era la expresión de lo que estaban aprendiendo del Señor".
Pau Grau, otro de los autores ("Del Cristianismo primitivo al Renacimiento"), utilizó una expresión categórica al expresar que, para explicar la influencia del cristianismo en la cultura - antes y después de la Reforma - "más que de huellas, deberíamos hablar de horma, porque el cristianismo dió forma a todas las artes".
Miguel Ángel Cano, que además de contribuir al libro con un magnífico capítulo ("Huellas del Cristianismo en el Barroco, el Clasicismo y el Romanticismo musical"), es el responsable del CD recopilatorio que acompaña al libro, subrayó la importancia de la espiritualidad de autores del barroco como Bach: "Hoy en las Universidades y conservatorios se aprende su técnica, pero no se presta atención a su espiritualidad".
Por último, Manuel García Lafuente, coordinador general de la obra, intervino para agradecer el trabajo de Ediciones Noufront y las colaboraciones de otros muchos que hicieron posible la obra, dedicando palabras de especial afecto para Raul García, Consejero de Cultura del CEM - presente en el acto - quien en los últimos meses ha pasado momentos difíciles aquejado de una seria enfermedad que requirió una intervención quirúrgica y tratamiento postoperatorio.
En cuanto a próximos trabajos de la serie, García avanzó que, en la medida en que los presupuestos del CEM lo permitiesen se continuaría abordando las "Huellas del Cristianismo" en otras artes... "podría dedicarse el próximo al séptimo arte..., el cine...", especuló, aunque matizó que el tema aún debía estudiarlo la Junta Directiva.
«LA MÚSICA ME HACE FELIZ, PERO FUE CRISTO QUIEN CAMBIÓ MI VIDA»
El acto de presentación de "Huellas..." contó con un invitado de excepción, un verdadero lujo para el, aproximadamente, centenar de asistentes que ocupamos la sala: el eximio pianista de origen judío, Sam Rotman, cuya participación en la clausura de la Exposición "Raíces Judías en Cobeña", el pasado sábado, había causado un impacto sin precedentes, al decir de los que pudieron asistir al concierto.
Rotman, considerado uno de los mejores especialistas en Beethoven del mundo, demostró ante una concurrencia que le ovacionó con emoción reiteradamente, que la fama que le precede no es para menos y, haciendo gala de un virtuosismo técnico exuberante, interpretó piezas de Mozart, Chopin, Schubert, y Debussy, entre otros, para deleite y asombro de todos los presentes.
Cristiano por encima de todo, Rotman no dudó en afirmar: "La música me hace feliz, pero sólo Cristo cambió mi vida y, desde que le conocí, él está presente en todos mis conciertos".