(Fides) La Carta Pastoral titulada «Actuar con justicia y caminar humildemente con tu Dios», ofrece un panorama de la situación del país en el que, sin dejar de reconocer el cambio democrático iniciado en 1991 con la adopción del sistema multipartidista, se muestran varios signos de involución autoritaria y de «intolerancia política, tanto entre los partidos como dentro de ellos». Una intolerancia que a veces lleva a la violencia y termina impactando «en el bienestar de los ciudadanos de a pie».
Este clima también influye en la acción de la policía, a la que los obispos expresan su agradecimiento por los esfuerzos contra el crimen, pero señalan que «en los últimos años, cada partido en el poder parece tener una libertad ilimitada para llevar a cabo actividades públicas de cualquier tipo, en cualquier día y en cualquier momento, mientras que los partidos políticos de la oposición y algunas organizaciones de la sociedad civil son, literalmente, discriminados por la policía cada vez que tratan de llevar a cabo actividades públicas».
Los prelados recuerdan también la situación en Barotseland, en la provincia occidental. «Estamos al tanto de un clima de intimidación y graves violaciones de los derechos humanos en la provincia occidental: secuestros de ciudadanos, detenciones arbitrarias de personas para ser sometidas a largos interrogatorios, incluso a torturas. Estos actos son totalmente inaceptables. Deben cesar de inmediato. Este país no se encuentra en un estado de emergencia».