(El Universal) De acuerdo con el relato del sacerdote, los sujetos estaban golpeando la puerta lateral de la iglesia por lo que tocó las campanas y encendió las luces exteriores para tratar de ahuyentarlos.
Momentos después, salió a los salones ubicados al lado del campanario para verificar si los sujetos se habían ido. Al regresar a la casa parroquial fue interceptado por los ladrones quienes trataron de llevarlo a unos matorrales. Allí forcejearon y lo golpearon.
Aunque el templo tiene rejas de protección, los hampones burlan la seguridad e ingresan. Hace tres años, la sobrina del sacerdote resultó herida de bala cuando sujetos armados ingresaron a robar en la oficina de Cáritas de Venezuela, ubicada al lado de la iglesia.
Los vecinos del sector denuncian que la falta de vigilancia policial incide en los ataques contra el templo católica, puesto que no hay patrullaje desde que desapareció la Policía Metropolitana (hace más de dos años) y los espacios han sido tomados por el hampa y personas con problemas de drogas.