(Fides) El obispo cree que «en este punto, dada la falta de acción de las potencias occidentales, la misma Santa Sede y otras realidades, como la Comunidad de San Egidio, podrían tratar de poner en práctica propuestas operativas para tratar de encontrar una salida al conflicto, basándose en una agenda bien definida que haga concretos los llamamientos realizados por el Papa Benedicto XVI durante su visita al Líbano. Esas palabras de Su Santidad eran realmente importantes, y aquí las hemos apreciado mucho todos, cristianos y musulmanes».
En la ciudad de Aleppo - dice a Fides el metropolitano sirio-ortodoxo sirio - «la última semana ha sido peligrosa para todos. Destruyen todo, matan a muchas personas. Escuchamos explosiones durante todo el día. Ahora nuestro distrito de Suleymania, donde viven muchos cristianos, se ha convertido en el más peligroso. Estamos cerca de los barrios donde se han establecido los del Free Syrian Army. El gobierno bombardea con los aviones. Ahora no podemos abrir las escuelas, ni acoger a las personas en las iglesias. Cada día hay nuevos muertos, en todas las iglesias cristianas se celebran funerales. Ayer, celebré el funeral de un soldado sirio-ortodoxo asesinado en Sweida».
Los cristianos se ven involucrados en la espiral del conflicto de varias maneras: «Al principio - señala el Obispo sirio-ortodoxo - los líderes de las distintas comunidades realizaban declaraciones que eran preocupantes ante el emerger de la insurgencia. Ahora la situación ha cambiado, todos se han vuelto más silenciosos, esperan a ver hacia dónde nos lleva todo lo que está sucediendo, y se preguntan ansiosamente cómo será el futuro».
Mar Gregorios repite que «matar a los propios hermanos es algo malvado, una vergüenza ante los ojos de toda la humanidad». Según él, hay cristianos «tanto entre los partidarios del régimen, como entre los que se oponen, ya que no todos están de acuerdo con una sola línea de pensamiento. Pero no se puede decir que los cristianos en cuanto tales han tomado las armas. Los que eligen ese camino, de un lado como del otro, lo hacen de forma individual. Para todos los demás, la perspectiva que se abre es la de escapar.
«Hay cientos de familias que ya lo han hecho, y otros lo están considerando. Parece que se quiere repetir el mismo escenario de Irak, aquí en Siria». Mar Gregorios Yohanna Ibrahim es Obispo de una Iglesia oriental que se ha convertido en una Iglesia de la diáspora. La mayoría de los cristianos sirios ortodoxos desde hace tiempo viven en Europa y América. «Yo - confía a la Agencia Fides - me quedo aquí, no puedo dejar Aleppo, tengo que estar con mi gente».