(Aci/InfoCatólica) El texto en cuestión es un fragmento de un papiro escrito en idioma copto en Egipto. Tiene un alto de 4,5 centímetros por 9 centímetros de largo. Contiene las frases «Jesús les dijo: mi esposa» y «ella será mi discípula».
No se conoce el origen del fragmento, pero fue examinado por primera vez en 1980. Parece ser del siglo IV, su dueño permanece anónimo e intenta vender su colección a la Universidad de Harvard. La historiadora de la Divinty School de esa casa de estudios, Karen L. King, presentó el papiro en Roma en un congreso internacional de estudios coptos.
En declaraciones a ACI Prensa, el catedrático Giszczak señaló que el interés en este tipo de fuentes «nace de la obsesión de intentar hacer ver a Jesús como alguien que no fue especial, como un simple maestro humano en vez del mismo Hijo de Dios».
«Jesús, el Verbo encarnado, confronta a cada generación nueva con sus afirmaciones radicales sobre su ser Dios y su haber muerto por el mundo. La historia de su vida no debe ser reescrita, sino recibida y creída», resaltó.
Giszczak explicó además que la Iglesia Católica jamás ha enseñado que Jesús estuviera casado y que el Nuevo Testamento no dice que tuvo una esposa.
«Un texto del siglo IV que dice que Jesús dijo ‘mi esposa’ no cambia lo que sabemos sobre Jesús que está en el Nuevo Testamento. En vez de eso, nos muestra que algunos coptos del siglo IV creían que Jesús estuvo casado, una creencia que contradice a los Evangelios».
El experto resaltó que el profeta Jeremías y judíos del siglo I practicaron el celibato, mientras que mismo Jesús en el capítulo 19 de Mateo alienta su práctica.
Otros expertos coptos han cuestionado la autenticidad del fragmento, de acuerdo a lo que informa la agencia Associated Press. Critican su apariencia, la gramática, la falta de contexto y su origen ambiguo.
En declaraciones al diario estadounidense The New York Times, Karen L. King advirtió sobre el uso del papiro como una «prueba» de que Jesús estuviera casado. Sin embargo, ese mismo periódico y otros medios dijeron que el descubrimiento podría «reavivar» el debate sobre si realmente estuvo o no casado o sobre si tuvo discípulas.
Mark Giszczak rechazó esta perspectiva y explicó que el Nuevo Testamento muestra que Jesús tuvo seguidoras que estuvieron con él en la crucifixión, incluida María Magdalena, pero no se menciona a ninguna esposa.
Giszczak dijo que la gente debe estar «alerta» ante los nuevos descubrimientos y por ello «debe esperar a que todos los hechos se aclaren. Los siguientes sobre el Nuevo Testamento deben acogerse a la luz del Nuevo Testamento y la enseñanza de la Iglesia».