(Fides) "Hay familias que tienen parientes en el Líbano, que han venido huyendo aquí y quieren cambiar de vida, buscan trabajo", asegura el sacerdote.
Y añade que "la respuesta de la Iglesia en el Líbano ha sido la acogida y atención de estas personas: les alojamos en las parroquias, les proporcionamos comida y ropa, les ayudamos a nivel económico y a introducirlos en el tejido social. Las familias cristianas de Siria están divididas en varias parroquias y diócesis. De las familias no cristianas no tenemos noticias directas, pero sabemos que hay muchos en el Norte y que el gobierno libanés ha pedido a la población que acojan a los refugiados”.
Sobre la crisis de Siria, el p. Karam dice: “Como Iglesia, debemos reiterar que estamos en contra de la violencia. Queremos promover la paz y fomentar el diálogo. En cuanto a los cristianos, el peligro que se cierne es un escenario como el de Irak, donde los cristianos se ven obligados a huir del país. El peligro es que al régimen dictatorial le sustituya uno de tipo islámico que imponga la sharia”.
Por esta razón, añade el sacerdote, “la clave correcta de lectura es el diálogo y la paz, el respeto de la dignidad y los derechos humanos. Cada acción política debe estar inspirada por el bien de la humanidad y de la población civil, y no generada por intereses particulares de grupos o naciones”.