(Aci/InfoCatólica) Las autoridades colombianas confirmaron el aseinato del cabo Libio Martínez, el teniente Elkin Hernández Rivas, el coronel Édgar Yesid Duarte Valero y el intendente Álvaro Moreno, quienes fueron asesinados después de una frustrada operación del ejército para liberarlos.
El único sobreviviente de este nuevo crimen de las FARC, el sargento Luis Alberto Erazo, contó que los guerrilleros les habían dicho que en caso de un enfrentamiento él y los demás secuestrados debían avanzar con ellos porque los iban a entregar sanos y salvos. Él no hizo caso a la indicación y se fugó. Desde donde estaba pudo ver cómo asesinaron a sangre fría a sus cuatro compañeros.
Precisamente Erazo aseguró que durante su cautiverio su única esperanza estuvo siempre en la oración. Entre los objetos que trajo de la selva en una mochila que él mismo tejió había un Misal romano. A los que lo visitaron en el hospital en donde lo evaluaron, entre ellos el presidente Juan Manuel Santos, les dijo que "oraba hasta por los guerrilleros".
Sobre estos lamentables hechos, el Santo Padre señaló en un comunicado enviado por la Secretaría de Estado del Vaticano que "recibo con dolor esta trágica noticia; oro por los familiares de las víctimas y por el amado pueblo de Colombia en estos momentos de sufrimiento e imploro el cese de la violencia".
El embajador de Colombia ante la Santa Sede, César Mauricio Velásquez, dijo además que el Papa se siente afligido por este hecho de violencia que enluta de nuevo a los colombianos.
En sus seis años de pontificado, el Papa Benedicto XVI ha hecho numerosos llamamientos para que la guerrilla narcoterrorista libere a todos los secuestrados y ha manifestado también su rechazo a la violencia que vive Colombia desde hace más de 40 años.