Sin embargo, aseguró que el problema es de los pastores católicos, pues los evangélicos y las sectas crecen debido a que se han dejado vacíos en la atención pastoral.
El problema, dijo el prelado, no es lo que hagan los nuevos grupos religiosos en la entidad, sino lo que se deja de hacer en la iglesia católica, por lo que se debe hacer una propuesta atractiva del evangelio para trabajar en los espacios olvidados.