No lo veo pero está
Ushetu, Tanzania, 26 de mayo de 2013.
Queridos todos:
Aunque parezca increíble… ya han pasado quince días del último correo que les envié. Al menos a mí se me han pasado volando estos días, y es increíble todo lo que tengo para contarles.
Trataré de ser breve… aunque siempre me cuesta esto. Aprovecho este rato tranquilo que tengo en la mañana de este domingo de la Santísima Trinidad, celebrando al Santo mas grande, al Tres veces Santo, al que es mas Santo que todos los santos juntos, al que es la Fuente de toda santidad… Principio y Fin de todas nuestras obras.
Por mi ventana ahora puedo ver a un grupo de jóvenes y hombres de la parroquia que están por carnear tres chanchos grandes de los que criamos acá en nuestra casa. Los métodos de carneo son muy especiales y diferentes a los nuestros… pero eso lo voy a dejar para la próxima crónica, cuando vea el final de toda esta historia.
Primer sermoncito
Y esperando a que llegue esa hora, he podido avanzar, y predicar mi primer sermón enswahili. Me hizo acordar a mi primer sermón como diácono… muchos nervios… poca oratoria. Es decir, lo pude preparar traduciendo solo unas sencillas ideas. Luego le pedí a un joven que me ayude a ir corrigiendo lo que esté mal. Con él nos comunicamos en inglés. Así que se imaginan que el resultado final en swahili es el que yo tengo pensado en español… pero lo que le pregunto a él, mas allá de que sea fielmente lo que deseo decir, es que si se entiende… es decir, que no esté diciendo un disparate, al menos. Lo practiqué una veintena de veces, y el momento de pronunciarlo es muy simple… lo leo. Tal vez falta el poder dar énfasis a algunas cosas, o resaltar otras… pero eso se dará cuando tenga un mayor dominio de la lengua.