P. Víctor Mosele, S.X., capturado dos veces por rebeldes en Sierra Leona, África

Cuando el P. Víctor Mosele, S.X., decidió de joven hacerse sacerdote (influido por dos misioneros Javerianos que había conocido en la escuela secundaria), no sabía que sería capturado dos veces por fuerzas rebeldes durante una reciente guerra política en Sierra Leona (África). En ese país había estado desde 1971. Pero, a pesar de las dificultades enfrentadas allí, afirma que “lo haría todo 100 veces de nuevo”.

Antes de su primera captura en 1996, estaba a cargo de 33 escuelas en una misión que se extendía 180 millas en una dirección y 90 en la otra, sirviendo a 6.000 alumnos, algunos de los cuales estarían entre sus captores (recrutados a la fuerza por rebeldes “RUF” y entrenados para luchar como niños soldados). Comparte su experiencia en una entrevista.

En sus casi 30 años en Sierra Leona (y en un pueblo fronterizo de Guinea), no hubo ningún día “típico”, pero describe un día que le hubiera gustado llamar “típico”. Levantándose a las 5h, se dedicaría a rezar antes de celebrar su primera Santa Misa del día a las 7h en una escuela primaria en una zona apartada del pueblo. Saldría sobre las 9h para visitar a dos o tres subestaciones de la Misión con iglesia y escuela lejos de allí, almorzando cuando pudiera. Antes de las 16h volvería para encender el generador eléctrico para darle electricidad a la casa e iglesia principal de la Misión y así poder celebrar otra Misa a las 17h. Por la tarde se reuniría con otros, visitando a los necesitados o a los enfermos, y finalmente apagaría el generador a las 23h.

Echando una mirada a su experiencia, ¿haría algo diferente? “Si tuviera la gracia de volver a mi misión, dedicaría más tiempo a la oración personal. Además, haría un mayor esfuerzo para aprender más idiomas nativas de los aldeanos y estudaría más sus culturas africanas.”

En Sierra Leona había buenas relaciones entre los cristianos, los musulmanes y los que practicaban religiones animistas. Los imames locales (líderes de las mezquitas), respetaban su trabajo como Director de los Estudiantes Jóvenes Cristianos (Y.C.S.) y la calidad superior de los colegios de los misioneros Javerianos. Una vez, uno le envió unos alumnos musulmanes, pidiendo ayuda para que se formara un centro juvenil parecido al de Y.C.S., y hasta visitó a líderes rebeldes para pedirles la liberación del P. Víctor cuando éste fue capturado.

Le invitaban al P. Víctor a dar discursos en las escuelas secundarias protestantes y musulmanas, donde aprovechaba la oportunidad para predicar la Palabra de Dios. Recuerda haber predicado sobre el perdón a personas que habían sido víctimas de amputaciones de manos por los rebeldes. Daba como modelo al Señor perdonando a los que Le crucificaban. Los amputados decían: “Padre, yo perdono”.

Es sólo Dios, la Gracia de Dios, lo que hace que ocurran las conversiones. Los misioneros son instrumentos. Tenemos que estar allí, pero ¿qué le hace a alguien querer convertirse en cristiano mientras otros no creen? Es un misterio de la economía de la salvación. Dios quiere conceder el don de la fe a todos, pero por medio de la cooperación de los miembros de Su Cuerpo.”

La primera vez que fue capturado, le tuvieron preso en la casa del Obispo y fue liberado la noche del Viernes Santo, aunque no llegó a un lugar seguro hasta el Domingo de Pascua de Resurrección. Esta liberación se debió en parte al Obispo de Makeni, Mons. George Biguzzi, S.X., que constantemente recordaba a Foday Sankoh (un comandante en jefe capturado), que no se hacía caso a sus órdenes de liberar a todos los civiles. Unos 7 meses después fue capturado de nuevo y le mantuvieron en una casa de guardas y luego bajo arresto domiciliario en la parroquia en Madina del P. Frank Manganello, que había sido capturado con él.

Se sintió muy privilegiado de haber podido celebrar la Misa durante ambas capturas. La mayoría de los rebeldes le hacían caso y dejaban sus armas a la entrada de la iglesia y le daban libertad para predicar hasta cuando denunciaba el comportamiento de los rebeldes. Los rebeldes al mando querían que los sacerdotes celebraran la Misa y otros Sacramentos para dar la impresión de su propia urbanidad. Hasta ofrecían hacerle capitán o comandante si se uniera a los rebeldes y les sirviera, pero él dejó claro que su obediencia era para su Obispo. Cuando las iglesias eran saqueadas, los fieles hacían lo mejor que podían para esconder las vestiduras y cosas necesarias para celebrar la Misa, poniéndolas a disposición de los sacerdotes. Solían tener dificultad encontrando vino.

Muchos viajaban millas de camino, arriesgando sus vidas en situaciones de guerra para ofrecer a los sacerdotes prisioneros fruta, comida o dinero que ellos mismos necesitaban, y hasta les ayudaban a conseguir copias del Breviario. Algunos se arrodillaban ante el sacerdote para pedir una bendición. Muchos católicos rezaban pidiendo un sacerdote que les celebrara la Misa y cuando no tenían sacerdotes, seguían reuniéndose para rezar y leer juntos la Palabra de Dios.

Típicamente, cuando los cristianos son tan pocos, tienen mayor apego a su religión. El gran problema es que están rodeados por una sociedad que no comparte sus valores cristianos y, por lo tanto, con frecuencia ellos mismos tienen que luchar duro hasta con parientes y amigos, para mantener la fe en su religión y sus valores. Gracias a Dios, en Sierra Leone hay una plena libertad de religión, por lo tanto no hay persecuciones ni maltratos.”

El P. Víctor rezaba constantemente a lo largo de su cautiverio. Desde el principio de su larga prueba: “Comencé a rezar el Rosario. Lo haría intermitentemente a lo largo de nuestra terrible experiencia. Al principio de cada década añadía una invocación propia: “In manus tuas, Domine, commendo spiritum meum” (“En Tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”). Intentaba encontrar cada día un lugar de relativo silencio para rezar. En su primera cautividad en la casa del obispo, encontró una cueva de Ntra. Sra. de Lourdes en la propiedad y se metía detrás de ella para rezar, cerca de una valla, a pesar de estar vigilado a toda hora.

La mayor parte del tiempo, los soldados estaban emborrachados y bajo el efecto de drogas, o sea que la experiencia más aterrorizante era cuando luchaban entre ellos. Una noche de terror, casi le mataron. La esposa de un oficial fue al cuarto donde estaba el sacerdote y pidió que rezaran, o sea que rezaron el Rosario en medio del sonido de disparos. Los dos buscaron refugio de esa pelea en la casa de una familia católica, donde se despertó oyendo a la madre guiando a sus hijos en el canto de la oración de la mañana. Vivían con alegría a pesar de la pobreza y las torturas indiscriminadas que sufrían a causa de la guerra.

El P. Víctor comenta que los soldados rebeldes que le insultaban mientras le vigilaban le pedían perdón cuando se enteraban de que era un sacerdote misionero, pero él sabía también que habían matado a otros sacerdotes, misioneros y religiosos. Algunos niños soldados (muchos de tan sólo 7 años de edad) le protegían y uno de ellos le dijeron que la prueba del amor que le tenían era que todavía tenía sus dos manos.

En la capital misma de Sierra Leona hay 5.000 personas que han sufrido amputaciones a mano de los rebeldes. La película “Diamante de sangre” (2007) fue filmada en Sierra Leona en 1999, mientras el P. Víctor era prisionero. El P. Víctor indica que esa película, a pesar de narrar una historia ficticia, capta muy bien el violento ambiente de la época y cómo se vivía en el país.

Cuando los rebeldes se dieron cuenta de que otros en el extranjero no iban a regociar con los rebeldes para la liberación de los sacerdotes (una política habitual de los misioneros Javerianos), empezaron a tratarles peor a los sacerdotes, o sea que finalmente se escaparon. Les ayudaron unos niños soldados y civiles locales que hasta le llevaron porque sufría una lesión en la espalda de un accidente de coche.

Las fuerzas de paz de los EE.UU., afiliados a las Naciones Unidas, le llevaron a Italia. “Me sentía tan privilegiado y agradecido por la oportunidad [de reunirme con el Papa Juan Pablo II]. Después de celebrar la Misa al lado de él, pude arrodillarme ante él y agradecerle personalmente el haber rezado públicamente por los dos [el P. Frank y él] en la Plaza de S. Pedro, nombrándonos y pidiendo a los rebeldes que nos liberaran.”

Llegó a los EE.UU. en 2001 y este año va a celebrar la Bodas de Oro de su Ordenación Sacerdotal. Aunque desea volver a Sierra Leona, problemas recientes de salud hacen muy improbable que podrá volver. Hoy en día se dedica en los EE.UU. a dar testimonio de la vida misionera para promover la concientización misionera. Se ha terminado una traducción en español de su libro “Running for my Life”, que ha sido aceptado para la publicación con el título: “Salvé mi vida, pero dejé mi corazón”.

¿Cómo se puede ayudar a las personas en Sierra Leona?

“Sierra Leona es uno de los países más pobres del mundo en vías de desarrollo. Se puede prestar ayuda de muchas formas, tanto físicamente como espiritualmente. C.R.S. (Catholic Relief Services) [miembro de Cáritas Internacional], la rama caritativa de los Obispos católicos estadounidenses, es una de las mejores organizaciones con operaciones en Sierra Leona y muchas otras partes del mundo. Se puede mandarles donaciones hasta por Internet.

Aparte de la ayuda física, todos podemos ofrecer ayuda espiritual, con nuestras oraciones y nuestro testimonio de vida cristiana aquí mismo en nuestros pueblos y ciudades. Somos miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Si somos miembros sanos, espiritualmente firmes y buenos cristianos aquí, permitimos que la Cabeza del cuerpo, Jesucristo, opere la Salvación en sitios tan lejanos como las partes más distantes de la Tierra.”

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En el Evangelio del V Domingo de Pascua, el Señor nos manda amar: “como Yo os he amado” (Jn. 13, 34). En todo momento, desde la pobreza del pesebre hasta dar Su Vida por nosotros, nos dio ejemplo de amor generoso y entregado, un amor que los católicos en Sierra Leona pusieron en práctica al arriesgar sus vidas para ayudar al P. Víctor Mosele, que como sacerdote misionero les había servido también a riesgo de su vida. ¿Cuánto estamos dispuestos a hacer por el Señor donde Él nos ha puesto en este mundo?


Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]
: ¿Tiene alguna pregunta para el P. Víctor? ¿Le llama la atención algo en particular de lo que dice el P. Víctor sobre cómo viven los católicos en Sierra Leona su fe? Si ha estado en África, ¿cuál ha sido su impresión de cómo viven su fe los católicos allí?

Siguiente post – 4o. Misterio Gozoso – “Os doy un mandamiento nuevo” (Jn. 13, 34)

3 comentarios

  
odet
Mientras leía me parecía que era el argumento de una película la vida de este ejemplar sacerdote,que el Señor lo bendiga.Este hombre es un Santo en vida,oración:
Señor,Os suplicamos por el sacerdocio católico.Multiplicad la cantidad de sacerdotes,pero dadnos sobre todo sacerdotes santos,que sean buenos pastores y que sepan presentar la verdad a los hombres de hoy.Así sea.

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Odet, el P. Víctor me comentó que a pesar de lo que pasó en Sierra Leona, ahora que enfrenta más problemas de salud es cuando va aprendiendo sobre el sufrimiento. Conoció a misioneros que fueron torturados brutalmente mientras eran prisioneros y piensa que el Señor sabe cuánto puede aguantar cada persona.

Podemos aprender de su testimonio no sólo cómo viven su fe en Sierra Leona sino además cómo podemos vivirla con mayor intensidad nosotros también. La oración puede ser un refugio de lo que nos abruma, pero también nuestra fuerza cuando dejamos al Señor llevarnos por Sus caminos. Y en este mes de la Ssma. Virgen María, pedir la intercesión de Ntra. Madre por medio del Rosario, como hizo el P. Víctor en captividad, nos puede acercar mucho al Señor. Un saludo, y perdón por el retraso publicando su comentario.
08/05/10 12:07 AM
  
Patrijau
Muchas gracias por compartir éste testimonio. Me impresiona que haya católicos que no tienen sacerdotes que les oficien misa, mientras en algunas ciudades de Europa, entre semana sobre todo, hay días en que el sacerdote celebra misa en una iglesia vacía!

Caramba!!! Que don, privilegio y responsabilidad tener acceso a misa diaria!!!!

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Patrijau, sí, que el Señor nos conceda nunca tomarlo por hecho y más sacerdotes santos, como dice Odet. El siguiente post tratará el tema de cómo convencer a la gente que vaya a Misa los domingos y lleven a sus hijos con ellos.

Siento mucho la tardanza en publicar su comentario. Hasta finales de junio voy a estar un poco más ocupada de lo normal, preparando y llevando a cabo la mudanza de mi familia a una nueva residencia. Le agradezco mucho que haya dejado su comentario y su paciencia. Un saludo.
10/05/10 4:43 PM
  
susi
Dos cosas: el valor de la oración, especialmente, la santa misa y el rosario, que dan la fortaleza en las dificultades.
Segundo: agradecer al Señor estos buenos sacerdotes, que, jugándose la vida, se van lejos de las comodidades que tenemos nosotros,(y tantas veces no valoramos.

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Susi, a mí me impresiona mucho también el testimonio de fe de los sacerdotes misioneros. ¡Cómo han aumentado las vocaciones en el continente africano y en el asiático en los últimos años! Eso se debe mucho a la labor misionera. Espero que ese ejemplo anime a otros en los países más desarrollados en Europa y en América, las nuevas tierras de misión hoy en día.

Las intenciones del Papa para cada mes incluyen una intención general y una misionera. La intención misionera para este mes es que los que estén involucrados en labor de apostolado sepan comprender cómo infundir el entusiasmo misionero en las comunidades bajo su cuidado. Con nuestras oraciones apoyamos a los misioneros de todo el mundo. Un saludo.
11/05/10 8:56 PM

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