Receta muy fácil para hacer con niños: pan cuaresmal “brezel”
Una tradición en Luxemburgo que se celebra hoy, domingo “Laetare” (IV domingo de Cuaresma) es que cada niño regale un “pretzel” o “brezel” grande a una niña que le guste. Si el afecto es mutuo, en el Domingo de la Pascua de Resurrección, la niña le regalará al niño un huevo de Pascua. En los años bisiestos, las niñas regalan el “brezel” a los niños. Es una tradición que también es popular con los matrimonios y las parejas comprometidas a casarse.
El “pretzel” o “brezel” es una de las meriendas más populares en el sur de Alemania y en los EE.UU., donde los hay muy crujientes, como los que se ven en el centro de la imagen. En Alemania es blando y se prepara típicamente con “lye”, una solución alcalina que se debe usar con guantes porque puede dañar la piel y se cuecen en agua hirviendo un poco antes de meterlos en el horno.
Aquí tienen una receta de “brezel” blando que no es la más auténtica, pero sí la más fácil para hacer con niños y un vídeo de cómo se forma este pan, que tan relacionado está con la Cuaresma, como ya veremos.
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Receta cuaresmal muy fácil para hacer con niños en casa: brezel blando
Ingredientes
- Masa de pizza o de pan ya preparada
[En los EE.UU. se pueden comprar en tubos de cartón refrigerados, pero se puede usar cualquier receta de masa de pizza o de pan si se prefiere.]
- 1 huevo
- 1 Cucharada de agua
- sal gorda o gruesa
Preparación
1) Chef Ruder demuestra cómo se forma el brezel con el método de las amas de casa (despacio) y el de los panaderos (rápido). Comienza extendiendo la masa unos 27” (68,6 cm) y el brezel final mide 5,5” (14 cm) de ancho y de largo.
2) Batir el huevo con el agua y untar la mezcla sobre los brezels con un pincel.
3) Espolvorear la sal gorda sobre los brezels según el gusto de uno
4) Meter en el horno unos 15 min. a 350 grados Fahrenheit (176,7 grados centígrados), hasta que estén dorados.
Así lo hacen en las fábricas:
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Como se oye al comienzo de este último vídeo, se piensa que la popularidad de este pan salado tiene sus orígenes en ámbitos monásticos (del sur de Francia, de Alemania o de Italia) de la Edad Media. Es un pan cuaresmal porque la receta original consistía simplemente de harina, agua y sal. Este pan era muy común en Cuaresma porque antiguamente, aparte de la carne, no se podía comer tampo en ese tiempo ni huevos ni leche ni mantequilla. Al terminar la Cuaresma, se hacían “brezels” más grandes con huevos para celebrar la Pascua. Pero este pan solía ser vendido sólo durante la Cuaresma.
El nombre viene del latin “bracellus” (“brazalete” o “bracitos”) y se debe a su forma, que recuerda a unos brazos unidos sobre el pecho en oración. Los monjes daban el pan para premiar a los niños que se sabían sus oraciones y también para recordales que lo hicieran durante el período penitencial de Cuaresma.
También hay tradiciones de regalarlos el Miércoles de Ceniza. Por ejemplo, había padres que se lo regalaban a sus hijos cuando éstos les ayudaban a quitarse las cenizas y también se llevaban a los que no se habían confesado en la iglesia ese día para recordarles que lo hicieran en la Cuaresma. Llegaron a asociarse tanto estos panecillos con los panaderos que hasta hoy en día aparecen como símbolos de panaderías en Alemania, por ejemplo. [Fuente de información en inglés]
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La ilustración más antigua del pretzel que se conserva es del s. V y se encuentra en la Biblioteca Vaticana, Manuscrito código #3867, según el P. Francis X. Weiser, S.J. en este enlace. También existe una representación artística del brezel en “Hortus Deliciarum” (1190) que se puede ver en la imagen del post y es una ilustración del pasaje bíblico en el que el rey Asuero muestra su amor por la reina Ester. El rey favorece a la reina sobre su consejero Amán, que deseaba el exterminio de todos los judíos sin saber que la reina se contaba entre ellos.
El brezel no sólo simboliza el amor de Asuero por Ester, sino sobre todo el amor entre Dios y Ester, entre Dios y Su pueblo. Antes de aparecer ante el rey Asuero, ella se había preparado de una forma que nos recuerda cómo deberíamos prepararnos para nuestro encuentro con el Señor en la Pascua y al final de nuestras vidas. Ella se despojó de todas sus riquezas, se cubrió de ceniza y se humilló ante el Señor rezando así:
‘Señor mío, tú que eres nuestro único Rey, socórreme a mí, desolada, que no tengo ayuda sino en ti, porque se acerca el peligro. Desde que nací he oído en la tribu de mi familia que tú, Señor, escogiste a Israel entre todas las naciones, y a nuestros padres entre todos sus progenitores, por heredad perpetua, y que les cumpliste cuanto les habías prometido. Ahora nosotros hemos pecado delante de ti, y tú nos entregaste en poder de nuestros enemigos, en castigo de haber adorado a sus dioses. Justo eres, Señor. […] Acuérdate de nosotros, Señor; date a conocer en el día de nuestra tribulación y fortaléceme, Rey de los dioses, Dominador de todo poder. […] Líbrame con tu mano y ayúdame a mí, que estoy sola y no tengo sino a ti, Señor.” (Ester 14, 3-7.12.14)
¿Qué sentido tiene dirigirse a Dios por medio de la oración cuando sentimos aflicción? En la oración confiada de Ester vemos que no sólo tiene Dios el poder de aliviar con Su poder esa aflicción, sino que sobre todo lo hace siendo fiel a Su promesa de amor por nosotros, favoreciéndonos de tal forma que Él mismo es la fuente de nuestra alegría. Por eso declara la reina Ester al final de su oración, tras despreciar todas sus riquezas:
“no ha tenido tu sierva día alegre desde el día de su encumbramiento hasta hoy sino en ti, Señor, Dios de Abraham. ¡Oh Dios sobre todos fuerte!, oye la voz de los desamparados y líbranos del poder de los perversos, líbrame a mí de todo mal’. (Ester 14, 18-19)
Si eso conforta a Ester antes de la venida de Nuestro Señor Jesucristo, ¡cuánto más podemos esperar de Dios cuando sabemos que nos ha redimido por Su Único Hijo! Además, nos ha dejado el Sacramento de la Reconciliación para librarnos a lo largo de nuestras vidas del terrible mal que es el pecado. ¿No es eso una gran alegría?
La forma del brezel no sólo recuerda la oración penitencial, sino también la alegría de ser abrazados por Dios Padre cuando nos volvemos a Él y reconocemos como el hijo pródigo en el Evangelio del IV Domingo de Cuaresma: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti” (Lc. 15, 21).
[Fotos de Wikimedia Commons: brezels (Sundar 1) / vidriera (FranzMayerMunich)]
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Por qué cree que la Iglesia tiene un Domingo “Laetare” en Cuaresma? ¿Hay alguna comida que asocia particularmente con la Cuaresma?
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29 comentarios
Yo voy a intentar la receta: la el brezel, y la de la oración confiada en esta ruta de conversión.
En buena parte de España, hoy por hoy creo que toda, las torrijas serían nuestro particular bretzel;aunque hay tal cantidad de recetas relacionadas, directamente, con la Cuaresma que no sé si citarlas.
¿Será porque hay una esperanza para todos, por la Misericordia del Señor que se refleja en la parábola del hijo pródigo?
Además, falta ya poco para la Pascua del Señor y por eso nos alegramos.
En los EE.UU. hay algo parecido que se llama "French toast" y eso se suele comer para el desayuno en cualquier día del año.
No sabía que hubiera tantos platos directamente relacionadas con la Cuaresma, aparte del pescado, por ejemplo. Sólo hace poco me enteré del brezel. Ya vé qué ignorante soy de estas cosas. Un saludo.
También se pueden usar las lecturas del Evangelio del Ciclo A (mujer samaritano, cura milagrosa del ciego que se lava, la resurrección de Lázaro) en estas últimas semanas de Cuaresma, sobre todo si hay candidatos para recibir los Sacramentos en la Vigilia Pascual, por ejemplo. Pero sigo las lecturas en el sitio de la Archidiócesis de Madrid. ¡Feliz domingo Laetare! [Aunque a estas horas en España ya se está terminando el día.]
Lo que late en el domingo laetare (valga el juego de palabras) es reconciliación, las lecturas, preciosas, desembocan el el relato de la parábola del hijo pródigo, hay que leer y releer porque parece que no se agota en su mensaje y contenido.
La pregunta es ¿hay algo más alegre, pero alegre de verdad, alegre de corazón, alegre de dejar huella, que una reconciliación...con Dios Padre?.
Un abrazo en Cristo y María.
PD: Te mando un correo que te puede interesar.
Pero, ella es un buen ejemplo para nosotros de la alegría con la que debemos abrazar la Cruz del Señor: "Cada uno haga según se ha propuesto en su corazón, no de mala gana ni obligado, que Dios ama al que da con alegría." (2 Corintios 9, 7) Pido al Señor que esa alegría se note en mí el resto de la Cuaresma.
Particularmente, la parábola del hijo pródigo es uno de los textos que más me gustan del Evangelio.
Más que del hijo prodigo, debería llamarse la parábola del Padre Bueno :))
Me recuerda cómo comiendo en familia muchas veces se tiene que sacrificar uno por otro, que siempre a alguien le gusta más cierto plato que a otros. Pero, uno se aguanta si no le gusta mucho algo porque sabe que a otro sí le gusta. Hecho por el Señor, que probó vino con hiel y también vinagre por nosotros, el sacrificio tiene mayor valor. Gracias por su comentario.
Totalmente de acuerdo con las comidas cuaresmales que han citado algunos. De niña, recuerdo - y ahora las hago con frecuencia - patatas con bacalao, grabanzos con espinacas y bacalao y, desde luego, las maravillosas torrijas ( ¡¡ me encantan !! ) en las que mi madre era maestra consumada. El secreto de una torrija es que no esté blanduzca y que no empalague, y es muy difícil hallar el buen punto. Aquí, en España, he comido maravillosas torrijas con chocolate en Navacerrada ( Madrid ). Hablando de patatas, los viernes suelo hacer marmitako, o sea, patatas con atún o bonito. Mejor atún, es más sabroso. ( Y nadie piense que soy excelente cocinera, sólo medianita... ).
De todas formas, aquellos platos y torrijas que hacían nuestras madres han pasado a la historia. Me refiero a que aquellas mujeres cocinaban de maravilla. Nadie valoraba su trabajo en casa ( y por eso ahora ocurre lo que ocurre, desde que muchas mujeres se hartaron, con toda razón, de que no se valorase su trabajo en el hogar ), y ahora todos recordamos aquel trabajo, aquella entrega, aquel ocultamiento.
Espero que hayan conseguido una espléndida corona de triunfo en el cielo.
http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/recetas/2004/11/18/112024.php
No hay que añadir bacalao para machacar al marido; sería una falta de amor :( y ya bastantes cosas tiene la vida como para fastidiar a alguien adrede.
En Zaragoza parece que están haciendo unas rutas gastronómicas de comidas de Cuaresma. Me parece bien, pero la cuaresma es mucho más que eso.
Lo que dice sobre las mujeres que cocinaban de maravilla me recuerda a mi madre. No sólo por lo que cocinaba, sino también cómo lo hacía todos los días, hasta cuando trabajaba fuera de la casa, además de todo lo demás que hacía por la casa... Todas las cuaresmas desde que me casé me planteo el esforzarme a ser mejor ama de casa. Con la ayuda del Señor espero lograrlo uno de estos días.
No lo considero algo que me quita libertad, sino algo que me permitirá ser mejor esposa y madre para las personas que el Señor puso bajo mi cuidado, a quienes amo. Será el Señor, después de todo, el que me valore, pero reconozco que no siempre son tan puras mis intenciones porque a veces me harto de ciertas cosas, como comenta. Gracias a Dios, todavía tenemos muchos buenos ejemplos para seguir. Un saludo.
Los niños pequeños no tienen que guardar ayuno ni abstinencia, pero a mi esposo y a mí nos parece bien que se vayan acostumbrando a que la Cuaresma es un tiempo diferente... de sacrificios pero no necesariamente sólo en la comida.
Sí, tiene razón que la Cuaresma no es para buscar gustos cuando el Señor se privó de todo gusto excepto el de hacer la Voluntad del Padre. Por otro lado, tampoco debería ser un tiempo en el que ponga de ayuno a mi familia los 40 días... Tiene que haber prudencia y templanza en todo. Gracias de nuevo por la receta.
O sea, María Lourdes, que si a su esposo no le gusta el pescado y algún día les invitase yo a comer... ya procuraría que él no se sacrificase con el pescado. En eso es fácil complacer a las personas.
El potaje que recomienda Susi tiene muy buena pinta. Las lentejas con arroz y huevos cocidos también quedan bien.
Y me encanta que haya vivido usted 13 años en España
El abuelo de mi esposo tenía una huertecita y ahora mis suegros tienen una. Admiro los que saben cultivar la tierra. Conozco una parroquia donde los feligreses decidieron mantener una huerta en el terreno de la parroquia para producir frutas y verduras para la cocina de sopa para los necesitados y también para los sacerdotes de la parroquia. ¿No es esa una buena iniciativa?
También me alegro mucho de haber vivido en España. Soy madrileña de nacimiento y esos 13 años fueron en mi infancia. Un saludo.
En cuanto vaya de vacaciones al pueblo ( un pueblecito castellano muy bello ), se lo digo al párroco de allí, que a lo mejor me hace más caso.
Conocí a una persona que me dijo que cuando estuvo cierto tiempo sin hogar e iba de sitio a sitio buscando ayuda, sólo de los católicos en la zona recibió sin que nadie le pidiera nada a cambio (como participar en un servicio o en un grupo de oración, por ejemplo, como requisito para recibir la comida). Eso le cambió de opinión sobre la Iglesia Católica.
Le deseo mucho éxito en esa forma de evangelizar.
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Ezequiel, dejo unas clarificaciones para los que tuvieran dudas parecidas a las suyas, pero le advierto que en este blog catolico no se publicaran futuros comentarios suyos que persistan en su ataque de la Iglesia Catolica. Los que "se apartaran de la fe" son los que se alejen de esta Iglesia Catolica, fundada por el mismo Senor Jesucristo.
La Iglesia Catolica no prohibe casarse, lo cual es obvio ya que uno de los Sacramentos es el Matrimonio. Pero, el mismo Senor explico que "...hay otros que no se casan por amor al Reino de los Cielos. Que entienda el que pueda." (Mt. 19, 11-12)
Respecto al ayuno, el Senor explico a fariseos que "Cuando se lleven al novio, entonces ayunaran" (Mt. 9, 14-15; Mc. 2, 20), y dejo claro como deberian de ayunar sus discipulos (Mt. 6, 16-18). Un saludo.
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