"Twin Cities" (EE.UU.) y el castigo de Tiro y Sidón

“Mall of America”, en Minneapolis (EE.UU.) es uno de los mayores centros comerciales del mundo desde que abrió sus puertas en 1992 y el más visitado, con aprox. 40 millones de visitantes al año y planes para una expansión que costará casi $2 billones ($US). Cuenta con más de 520 tiendas y tiene en su interior de 4,2 millones de pies cuadrados (390,000 metros cuadrados) hasta parque de atracciones y acuario.

Una de las tiendas se cerró en el año 2000 a causa de denuncias de conducta ilegal en la falta de modestia permitida en el vestir y la venta de bebidas alcohólicas a menores, especialmente el día anterior al miércoles de ceniza, conocido como “Mardi Gras”, “Carnaval” o como el nombre del bar/restaurante indica: “Fat Tuesday’s”.

Ese centro comercial se encuentra en una de las “Twin cities” (“ciudades gemelas”), como son conocidas las ciudades de Minnesota (EE.UU.) a orillas del río Mississippi: Minneapolis y St. Paul. La rivalidad entre estas dos ciudades, fundadas alrededor de 1830, es muy bien conocida en los EE.UU. y aumentó con el desarrollo de ambas ciudades. Si se construía algo en una ciudad, la otra intentaba superarla. Así se construyeron la Catedral de St. Paul y la Basílica de Sta. María en Minneapolis. Hubo tiempos en que los ciudadanos de una ciudad no podían obtener ciertos puestos en la ciudad vecina y los residentes no compraban nada de la otra ciudad.

La situación comenzó a mejorar en 1960 cuando muchas organizaciones comenzaron a llamarse por el nombre del estado en vez de el de las ciudades. Curiosamente, una de ellas se solía llamar “Pig’s Eye” (Ojo de cerdo). Era el apodo de su fundador, que se asentó allí por haber sido echado de todas las otras ciudades de la zona y también fue conocida por diversos escándalos a nivel nacional. Pero, habiendo aumentado el número de residentes católicos, un sacerdote les urgió que cambiaran de nombre a la ciudad.

Eligieron el nombre del apóstol S. Pablo, que pasó una semana en Tiro de vuelta de su tercer viaje apostólico y también estuvo en Sidón de camino a Roma. Esas dos ricas ciudades comerciales de Tiro y Sidón, situadas al noroeste de Galilea (Líbano hoy en día), tenían en tiempos del Señor una reputación parecida a la de Sodoma y Gomorra.

En Ezequiel 27 y 28 se encuentran profecías contra Tiro y Sidón porque dijo el Señor por medio del profeta: “Ensobercióse tu corazón de tu hermosura y se corrompió tu sabiduría por tu esplendor” (Ezequiel 28, 17). Su castigo se debe a que “por la muchedumbre de tus iniquidades; en la injusticia de tu comercio, profanaste tus santuarios” (Ezequiel 28, 18).

Rompiendo con los estereotipos de su tiempo, el Señor “se retiró a los términos de Tiro y de Sidón” (Mt. 15, 21), dando a la mujer cananea la oportunidad de encontrarse con él y de demostrar su gran fe (alabada por Jesucristo ante sus apóstoles). El evangelista S. Marcos nos dice: “Saliendo de nuevo de los confines de Tiro, se fue por Sidón hacia el mar de Galilea, atravesando los confines de la Decápolis” (Mc. 7, 31). Estando cerca, pues, de Tiro y de Sidón, Jesucristo curó a un sordo y tartamudo y también obró una segunda multiplicación de panes (Mc. 7 y 8, respectivamente). Los residentes de Tiro y de Sidón fácilmente podrían haber oído de Él.

De hecho, en el Evangelio del VI Domingo de Tiempo Ordinario indica que entre la multitud que caminaba con él, aparte de los judíos se encontraba también gente procedente: “de la costa de Tiro y Sidón” (Lc. 6, 17). A sus discípulos, pero a oídos de todos, predica tanto las bienaventuranzas como la advertencia: “¡Ay de vosotros los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo.” (Lc. 6, 24).

El Señor nos dirige esas palabras y éstas también:

“Ay de ti, Corazeín! ¡Ay de ti, Betsaida! Que si en Tiro y en Sidón hubieran sido hechos los milagros que en vosotras se han hecho, tiempo ha que en saco y sentados en ceniza hubieran hecho penitencia. Pero Tiro y Sidón serán más toleradas que vosotras en el juicio. Y tú, Cafarnaúm, ¿te levantarás hasta el cielo? Hasta el infierno serás abatida. El que a vosotros oye, a mí me oye, y el que a vosotros desecha, a mí me desecha, y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.” (Lc. 10, 13-16)

El Señor está muy cerca de nosotros, pidiéndonos que Le abramos nuestros corazones. ¿Estamos dispuestos a recibirle a Él, que es nuestro mayor tesoro?


Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]
: ¿Celebran el Carnaval en su ciudad? ¿Por qué debemos luchar el materialismo?

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15 comentarios

  
Odet
En mi ciudad no es importante el Carnaval,a mí no me agrada,aunque lo respeto,ultimamente se han cantado canciones que hacían burla a la IC;para mí son fiestas paganas y las ignoro.Dice Romanos 8,Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne;pero los que son del Espiritu,en las cosas del Espiritu.
16/02/10 8:07 PM
  
María Lourdes
Odet, tampoco la he visto celebrada por toda la ciudad en las ciudades en los EE.UU. donde he vivido, aunque oigo que en ciudades como New Orleans (EE.UU.) es más popular esa costumbre. En las escuelas católicas he visto que suelen tener alguna fiesta en la escuela para los niños, pero en moderación.

Leí que la costumbre originó en la necesidad de comer lo que uno tuviera en la casa que no se iba a permitir comer durante la Cuaresma y que si no se comía se iba a estropear. Una cosa es no malgastar la comida, y otra comprar demasiada comida sin necesidad, con la excusa del carnaval.

No le veo nada malo en tener fiestas y pasárselo uno bien con la familia, pero me temo que muchos carnavales son ocasiones de pecado y distraen del Señor, como el desorden en el bar/restaurante mencionado en el post, que tanto desorden causó que hasta las autoridades civiles buscaban la forma de cerrarlo. Un saludo.
16/02/10 8:25 PM
  
María Lourdes
Odet, creo que esta anécdota de la autobiografía de S. Juan Bosco de cómo conoció al futuro S. Juan Cafasso ilustra muy bien la cita que dejó en su comentario:
"Yo era un niño de doce años y una víspera de grandes fiestas en mi pueblo, vi junto a la puerta del templo a un joven seminarista que por su amabilidad me pareció muy simpático. Me acerqué y le pregunté: '¿Reverendo: no quiere ir a gozar un poco de nuestras fiestas?'. Él con una agradable sonrisa me respondió: 'Mira, amiguito: para los que nos dedicamos al servicio de Dios, las mejores fiestas son las que se celebran en el templo'. Yo, animado por su bondadoso modo de responder le añadí: 'Sí, pero también en nuestras fiestas de plaza hay mucho que alegra y hace pasar ratos felices'. Él añadió: 'Al buen amigo de Dios lo que más feliz lo hace es el participar muy devotamente de las celebraciones religiosas del templo'.

Luego me preguntó qué estudios había hecho y si ya había recibido la sagrada comunión, y si me confesaba con frecuencia. Enseguida abrieron el templo, y él antes de despedirse me dijo: 'No se te olvide que para el que quiere seguir el sacerdocio nada hay más agradable ni que más le atraiga, que aquello que sirve para darle gloria a Dios y para salvar las almas'.

Y de manera muy amable se despidió de mí. Yo me quedé admirado de la bondad de este joven seminarista. Averigüé cómo se llamaba y me dijeron: 'Es José Cafasso, un muchacho tan piadoso, que ya desde muy pequeño en el pueblo lo llamaban -el santito".
16/02/10 8:30 PM
  
Laurel
Yo del carnaval opino lo mismo que de las despedidas de soltero/a: Lo malo no es el hecho, sino el cómo. Pueden ser ocasión de juntarse unos amigos o pueden dar lugar a barbaridades y aberraciones. A mí me gusta el carnaval cuando es una fiesta familiar o infantil, o cuando se celebra con gusto y moderación.
16/02/10 9:06 PM
  
María Lourdes
Laurel, esa clase de celebración que menciona me encanta.

Este fin de semana mi esposo y yo llevamos a nuestros hijos a una feria anual de invierno en un pueblo cerca de donde vivimos. Habían organizado muchas actividades para niños pequeños y nos lo pasamos muy bien. Como tenían una lista de actividades para cada día, uno podía escoger lo que quisiera y había una gran variedad.

Pero, como dice, con gusto y moderación. No estaría bien si mi familia se pasara todo el domingo de fiesta y por eso no fuera a Misa, por ejemplo. Un saludo.
16/02/10 9:25 PM
  
Isabel
¿Por qué debemos luchar el materialismo?

Porque nos hace pobres
16/02/10 10:23 PM
  
Esperanza
Qué graciosa la historia de la rivalidad entre Minneapolis y St. Paul. ¡cómo se nota que sus pobladores eran europeos! (tan aficionados a batallitas locales)

¿qué si se celebra el Carnaval en mi ciudad? Sí, menos que en otros lugares, pero lo suficiente para que esta noche no nos dejen dormir... A mi me gustó salir a dar una vuelta por la tarde, antes de cenar, y ver disfraces de niños y de no tan niños (algunos son muy simpáticos y le echan mucha imaginación e ingenio). Pero esta noche no saldría ni aunque me pagaran, porque el mal gusto va en aumento a medida que pasan las horas. Y hay quien aprovecha para dejar la moderación y la vergüenza en casa, con la excusa de la máscara.

¿Por qué luchar contra el materialismo? Porque sólo Dios es el Señor. Si nos dejamos ganar por el dinero y las cosas mil acabaremos teniendo nuestro corazón más cerca de lugares como el Mall of America del post... y nos olvidaremos de nuestro buen Pastor.

Saludos!
16/02/10 10:27 PM
Hola Lourdes,

Yo viví hasta que me independicé en la ciudad de Cádiz, conocida en España por tener uno de los carnavales más bulliciosos. La gente se pasa una semana viviendo de noche y durmiendo de día. La bebida, robos diversos, peleas callejeras, drogas etc... campan por las calles disfrazadas con la máscara de la diversión.

La experiencia de años sin poder dormir en esta semana me llevaron a irme a vivir un pueblo del extraradio, cuando pude... Ahora puedo dormir todo el año. Gracias a Dios.

Dios le bendiga :)
16/02/10 10:27 PM
  
María Lourdes
Isabel, ¡qué respuesta más buena! Da mucho para meditar. Muchas gracias.
17/02/10 12:22 PM
  
Odet
Muchas gracias ML.por la anecdota que me has dejado,no la conocía y es preciosa.Confirmo lo que escribe Miserere,yo vivo cerca de Cadiz y pienso que hay que hay que divertirse pero con moderacion.
17/02/10 12:28 PM
  
María Lourdes
Esperanza, espero que pudo dormir algo anoche. No se me había ocurrido que duraría toda la noche el alboroto del carnaval.

La rivalidad sí parece cómica de lejos, pero se lo tomaban muy en serio. Había fuertes peleas y mucha violencia en las ciudades cuando los equipos de béisbol jugaban partidos [por cierto, el de St. Paul se llama "Saints" ("santos")]. En los años 60 hubo unas semanas en que no se podían poner de acuerdo ni siquiera en cuándo iban a reajustar sus relojes para el verano y en Minneapolis decidieron estar una hora adelantados de St. Paul.

El pecado nos hace hacer cosas irracionales. Allí no hay libertad. Como dijo el Señor: "Donde está tu tesoro, allí está tu corazón" (Lc. 12, 34) Un saludo.
17/02/10 12:36 PM
  
María Lourdes
Miserere mei Domine, me alegro que pudo encontrar solución a esa situación. Me sorprende que otras familias no se quejaran. ¿No hay niños en la ciudad? No les puede hacer mucho bien vivir en ese ambiente. Creo que haría lo mismo que usted. Gracias por compartir su experiencia. Un saludo.
17/02/10 12:40 PM
  
Isabel
Me gustaría aclarar algo más la respuesta escueta que di ayer.

El materialismo nos hace pobres porque nos llena continuamente de una NECESIDAD insaciable( y el que necesita es pobre) con agresivas y falsas promesas como: esto y lo otro (siempre la última novedad) te dará amigos, te hará popular, unirá a tu familia, te hará atractivo/a, te quitará todo tipo de problemas, te dará todo lo que necesitas y te hará feliz.

En resumen, el materialismo nos ofrecemos una nueva religión y un nuevo dios: al que visitamos a menudo en atractivos templos -siempre con gente- como el de la fotografía)

Esta religióne nos garantiza un cielo que se puede alcanzar con dinero y donde el nuevo mandamiento es “amarás la satisfacción instantánea y olvidarás el sacrificio y la solidaridad por los demás.”

No es de extrañar entonces, que esta nueva religión haya tenido tantos adeptos (aunque nos haya dejado al final sin la riqueza verdadera: Dios con mayúscula) y que haya arrastrado a muchos católicos hacia ella, vaciando así nuestras Iglesias, (y no el CVII como piensan muchos. Pero me estoy saliendo del tema aquí)
17/02/10 12:42 PM
  
María Lourdes
Odet, en las fiestas me acuerdo de esa anécdota y también de cómo Sta. Faustina decía que el Señor le pidió que rezara la Coronilla de la Misericordia sobre todo a las tres de la tarde porque fue la hora en que murió y porque pocos se acuerdan de Él a esa hora, además de durante las fiestas, cuando se encuentra bastante solo en los sagrarios de las iglesias mientras la gente se divierte. ¡Cómo noa ama el Señor para estar esperando día y noche que le mostremos siquiera un poco de afecto!
17/02/10 12:46 PM
  
María Lourdes
Isabel, hasta los más materialistas se dan cuenta de que están creando cierta cultura con los centros comerciales que se puede pasar de raya. En los EE.UU. ya no está tan de moda construir centros comerciales interiores. Los hay, pero más y más las comunidades están pidiendo que no sean interiores, que las tiendas estén conectadas por calles y plazas en centros al aire libre porque los adolescentes están causando muchos problemas en ellos y cometiendo muchos crímenes mientras pasan su tiempo libre allí.

En uno de esos centros comerciales al aire libre cerca de donde vivo, en una parte en la que hay restaurantes conectados con una parte interior, hay avisos a la entrada de que los viernes y los sábados los adolescentes no pueden estar solos por la calle en esa ciudad pasada las tres de la tarde. A la entrada de ese edificio hay guardas.

Es necesario ir de compras para ciertas cosas, pero otra cosa es que se convierta en una forma de vida como dice. Gracias por la aclaración.
17/02/10 12:54 PM

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