Cómo combatir la gula
S. Eleuterio de Spoleto (s. VI), fue un amigo de S. Gregorio Magno que murió en el monasterio de éste en Roma. S. Gregorio Magno le atribuye haberle curado al bendecirle de una condición por la cual “si no comía a cada instante parecía acabárseme la vida”.
Esa enfermedad que curó S. Eleuterio le hace a uno pensar en la gula, un pecado que debemos evitar si hemos de imitar al Señor, de quien decía la gente en el Evangelio del XXIII Domingo de Tiempo Ordinario: “Todo lo ha hecho bien” (Mc. 7, 37). ¡A cuántos nos gustaría que con sólo una bendición se nos curara ese mal! Pero, la realidad es que es un pecado contra la cual se suele luchar toda la vida.
¿En qué consiste la gula y por qué es tan difícil combatirla? ¿Qué ejemplos hay de cuándo es mortal y cuándo venial? ¿Cómo luchar contra la gula?
El P. Antonio Royo Marín, O.P. responde a esas preguntas en “La teología de la perfección cristiana” [las categorías y la negrita no están en una versión en inglés, del que se hizo esta traducción]:
1) ¿Por qué es tan difícil combatir el pecado de la gula?
“El sentido del gusto puede constituir un obstáculo a la perfección por razón de su inmoderada inclinación a comer y beber. La falta de mortificación en este sentido se llama gula. Según Sto. Tomás, la gula es el apetito desordenado de la comida y la bebida (Cf. “Summa”, II-II, q. 148, a. 1.), uno de los vicios opuestos a la virtud cardinal de la templanza.
Dios puso en el alimento un placer que tiene como su propósito la garantía de la función nutritiva para la conservación de la vida del individuo. En sí, experimentar ese placer no implica ninguna imperfección, y no experimentarlo sería una deformidad fisiológica. Pero desde el pecado original, el apetito concupiscible ha sido retraído del control de la razón y tiende a exceder los límites de la razón. Entonces esta sensación se hace pecaminosa, porque la naturaleza del hombre es racional y lo que va en contra de la razón es malo para la naturaleza humana y es contraria a la voluntad de Dios.
La moderación del sentido del gusto ofrece una dificultad especial, porque no podemos prescindir por completo de él. Por un lado, es necesario alimentarnos para preservar la vida; por el otro lado, es necesario mantenerse dentro de los límites de la razón, sin permitir que el placer natural se convierta en el propósito principal del comer.
2) ¿Cuándo es pecado mortal o pecado venial la gula?
Según S. Gregorio y Sto. Tomás (Ibid., a. 4), uno puede contraer el vicio de la gula de las siguientes maneras: comiendo fuera del tiempo apropiado y sin necesidad; comiendo con demasiada avidez; buscando comida exquisita; preparando comida de excesiva exquisitez; comiendo una cantidad excesiva.
Según Sto. Tomás, la gula puede ser un pecado venial o mortal (Ibid., a. 2). Es un pecado mortal cuando uno prefiere el placer de comer y de beber a Dios y sus preceptos. En otras palabras, cuando uno rompería un precepto grave por el placer de comer y beber, como cuando uno rompe un ayuno o abstinencia [si rompiendo ese ayuno o abstinencia comete pecado mortal]; cuando uno causa serio daño a su salud; cuando uno pierde el uso de la razón como en el caso de la embriaguez; cuando presupone un serio desperdicio de bienes materials; o cuando uno causa grave escándalo por la gula.
Sería un pecado venial si, sin ir a ninguno de los mencionados extremos, uno va más allá de los límites de la prudencia y de la razón. Ordinariamente, el exceso en la comida o la bebida no pasa de los límites de un pecado venial, pero la falta de mortificación respecto al sentido del gusto constituye un gran obstáculo a la santificación de uno.
Como pecado capital, la gula ocasiona muchos otros vicios y pecados porque el intelecto, embotado y nublado por excesiva comida o bebida, pierde el control que debería de tener en la dirección de nuestras acciones. Sto. Tomás, citando a S. Gregorio, designó lo siguiente como hijas de la gula: estupidez o embotadura del intelecto; gozo excesivo (especialmente por la bebida), al cual siguen actos imprudentes y acciones poco dignas; loquacidad excesiva, en la cual suele haber pecado, como dicen las Escrituras (Prov. 10, 19); exceso en palabras y en gestos, que proceden de la falta de la razón o de la debilidad del intelecto; la lujuria, que es el mal efecto más frecuente del vicio de la gula (Ibid., a. 6). Si añadimos a esto que el exceso en la comida y la bebida destruye el organismo, empobrece los afectos, degrada los Buenos sentimientos, destruye la paz de la familia, mina la sociedad (especialmente con la plaga del alcoholismo), y le incapacita a uno de la práctica de toda clase de virtud, hemos resumido el principal efecto desastroso de este feo vicio que rebaja un hombre al nivel de un animal. [*]
[*] “5. Del gozo en el sabor de los manjares, derechamente nace gula y embriaguez, ira, discordia y falta de caridad con los prójimos y pobres, como tuvo con Lázaro aquel epulón que comía cada día esplendidamente (Lc. 16, 19). De ahí nace el destemple corporal, las enfermedades; nacen los malos movimientos, porque crecen los incentivos de la lujuria. Críase derechamente gran torpeza en el espíritu y estrágase el apetito de las cosas espirituales, de manera que no pueda gustar de ellas, ni aun estar en ellas ni tratar de ellas. Nace tambien de este gozo distracción de los demás sentidos y del corazón y descontento acerca de muchas cosas.” (“La subida al Monte Carmelo”, Libro III, Cap. 25)
3) ¿Cómo se puede luchar contra la gula?
Los siguientes consejos serían de gran ayuda si son puestos en práctica con firmeza y perseverancia:
1) No comer o beber sin antes haber rectificado su intención dirigiéndola al cumplimiento de la voluntad de Dios en satisfacer nuestras necesidades corporals, y con una previa bendición de la comida. Y nunca omitir la acción de gracias después de la comida.
2) Evitar con cuidado los efectos que hemos enumerado anteriormente.
3) Intentar gradualmente, en un período de tiempo, disminuir la cantidad de comida hasta que uno alcanza la cantidad que es necesaria para la salud del organismo. Muchas personas comen una gran cantidad mayor de lo que necesitan en realidad.
4) Evitar la singularidad en la calidad o cantidad de la comida tomada, especialmente si uno vive en una comunidad.
5) Mortificarse positivamente en el uso de la comida. Esto se puede hacer de muchas maneras sin atraer atención: por ejemplo, renunciando a ciertas satisfacciones lícitas en la comida; absteniéndose de alguna comida que es particularmente sabroso o tomando una porción más pequeña; dejar de beber vio o licor cuando uno puede hacerlo prudentemente, o reduciendo su uso a un mínimo. La generosidad en la renuncia propia y el aumento del amor de Dios inspirará al alma muchos métodos ingeniosos de practicar una mortificación que es progresivamente más profunda, sin comprometer la salud del cuerpo.
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Algunos consejos más de “Mortificación” en “Antología” de Francisco Fernández Carvajal:
- “Un buen cristiano no come nunca sin mortificarse en algo.” (S. Juan Vianney, “Sermón sobre la penitencia”).
- “En la comida no debes sentir disgusto cuando los alimentos no sean de tu agrado; haz, más bien, como los pobrecitos de Jesucristo, que comen de buen grado lo que les dan, y dan las gracias a la Providencia.” (J. Pecci-León Xlll- “Práctica de la humildad”,24).
- “Debe ponerse en guardia contra estas tres especies de gula mediante una triple observancia. Ante todo, deberá esperar, para comer, la hora fijada; luego, se contentará con una cantidad prudente, no permitiéndose llegar hasta el exceso; por último, comerá de cualesquiera manjares y especialmente de los que puedan obtenerse a un precio módico.” (Casiano, Instituciones,5).
Mañana: Prudencia del Señor - “apartándolo de la gente a un lado” (Mc. 7, 33)
38 comentarios
Con la ayuda de Dios, hago -o intento hacer, a veces caigo- pequeños sacrificios diarios como renunciar o minimizar las cenas, pues dicen que "grandes cenas, las sepulturas llenas". Me ayudó mucho -y me sigue ayudando- a disciplinarme, leer un libro que señalaba que los pequeños sacrificios diarios (como renunciar a grandes comidas o prescindir de una de ellas) ofrecidos por las almas del purgatorio, les hacen un inmenso bien. Saber que mi sufrimiento por renunciar a un manjar no es en vano, porque puede ayudar (además de a mi salud) a muchos hermanos, realmente ayudó mi lucha.
Pero nunca hay que bajar la guardia. Gracias por tu artículo que guardaré como oro en paño.
Este tema no lo entiendo muy bien. Creo que mi caso es el contrario. Yo de natural como bastante poco, pues el estómago se me cierra enseguida, y cuando estaba soltera podía comer macarrones todos los días, de lunes a viernes; me daba igual comer una cosa u otra. Sin embargo, desde que me casé me esforcé por cocinar bien y con cariño para mi familia, y preparar cosas sanas y ricas. Al principio me salía regular y con el tiempo he llegado a ser buena cocinera, como suele ocurrir. El caso es que he observado que mis progresos en la cocina hacen feliz a mi familia, y no veo que la aparten de Dios, más bien al contrario. Tampoco observo que estemos cayendo en un apetito desordenado.
Muchas gracias
Tengo dos aficiones preferentes, que son la jardinería y la cocina, aunque yo no sea de mucho comer. Cocinar para mi familia es una debilidad, dedicar tiempo a preparar distintos platos es un placer. Ahora bien, no se trata de comer por comer, sino de alimentarse. No se trata de preparar copiosos platos para devorar, sino de mantener un orden.
Por lo que hablo con algunas personas, más que combatir la gula, deben combatir los impulsos de comer por estado de nervios. Conozco algunas personas de mi profesión que, al no poder estar en casa en todo el día, al llegar abren la nevera y comen lo que encuentran para apaciguar angustias, stress. Y creo que ése es el problema de la sociedad que yo observo con respecto a este tema. Se va tan acelerado, se abarcan tantas y tantas cosas, que ese propio estado de excitación conlleva a comer de manera desmedida, sin control.
Y otra cosa que quería añadir. Me apena saber la cantidad de comida que se tira a la basura. Esa facilidad con la que muchos se desprenden de alimentos que dejan estropearse en la nevera. Entiendo que, por conciencia, debería de vigilarse más.
Reciba un cordial saludo
¿Qué les parece?
Al igual que la sexualidad, el mal no consiste en el placer que reporta, sino en el desorden. Mucha represión puede hacer que si se echa por la puerta, entre por la ventana.
El mejor remedio al desorden (como en la sexualidad conyugal): el ayuno por amor a Dios, que rectifica todo desorden. Ojo con el jansenismo y el puritanismo, que tiende a despreciar los placeres legítimos de la vida, sin los cuales, junto con los espirituales, como enseña Santo Tomás, "no se puede vivir".
Pero cuando no ayunas, come bien y con gusto. Cuidado con pecar contra el "hermano asno", como decía San Francisco que había hecho con su cuerpo.
A mì me gusta la anécdota de San Luis Rey. Le contaron que habìa un ermitaño que, cuando conocía una fruta por primera vez, la probaba y luego no la volvía a comer. San Luis dijo que él no estaba capacitado para semejante proeza, que se iba a limitar a no comer la fruta desconocida la primera vez que se la presentaban, y comerla en lo sucesivo.
Una mortificación "humilde".
Sólo añado algo que he dicho siempre en reuniones y grupos: únicamente le veo sentido al ayuno si lo que ahorramos por ayunar, sea poco o mucho, se lo entregamos directamente a alguien que nos conste que pasa necesidad, o a Cáritas, o canalizándolo como sea. Por ejemplo, si ayunamos un día al mes, guardar esos pequeños ahorros y la cantidad reunida entregarla cada trimestre.
De otra forma, no le veo sentido al ayuno. Sentido religioso, digo, porque natural sí se lo veo: es bueno para el cuerpo ayunar un día a la semana. Pero aquí se trata del punto de vista religioso.
Si es cuestión de costumbre, creo que leí en alguna parte que es cuestión de tres semanas cambiar costumbres, lo cual cuesta más al principio. Mi interés en luchar contra este pecado es que me he dado cuenta en que tras una buena confesión sacramental, este pecado es el que en mi caso deja la rendija abierta para el demonio. En cuanto me descuido un poco en esto, me cuesta mucho más la lucha contra otros pecados. Al menos, eso es lo que he notado a lo largo de los años y por eso me esfuerzo. Parece que no tendría mucho que ver con perder la paciencia, por ejemplo, pero tras leer el texto del P. Antonio Royo Marín veo que no es cosa de mi imaginación. Ayudémonos con nuestras oraciones.
A mí me cuesta más planear las porciones necesarias porque mis padres siempre se aseguraban de que sus hijos tuviéramos mucha comida porque ellos sufrieron mucho en tiempos de guerra cuando había gran escasez de comida. Además, cuando nos reunimos, como hay que cocinar para bastantes hombres (tengo 4 hermanos jóvenes que necesitan comer más que yo) y para que todos nos llevemos algo de comida a nuestras propias casas también, se cocina en grandes cantidades. Sigo haciéndolo, pero guardamos lo que sobra para otras comidas.
Claro que como madre tengo la responsabilidad de ayudar a mis hijos para que no cojan mis malas costumbres. Hasta los 2-3 años los niños se regulan ellos mismos y no comen más de lo que necesitan, leí en alguna parte y por eso no es bueno forzarles a comer, por ejemplo. Menos mal que mi esposo es mucho más disciplinado, como lo es usted.
Por cierto, si eligiera un nick como usted, sería "Ginger" ("Gengibre"). Un saludo.
Otra cosa es ese "emotional eating"... como mujer me parece más difícil controlarlo por los cambios en las hormonas. Pero, si hay cierto orden para comenzar, menos desorden habrá por causas biológicas, supongo. Pienso también en los antojos de las mujeres embarazadas que muchas controlan pensando en el bienestar de los niños que llevan. [No es cierto lo de tener que comer para dos cuando una está embarazada, pero sí hay que evitar comidas que pueden dañar al bebé.]
Menos mal que el Señor que nos hizo nos conoce muy bien, lee nuestros corazones y sabe qué esfuerzos ponemos de nuestra parte para no cometer este pecado, que por tantas circunstancias atenuantes es fácil ver que suela ser venial. Un saludo.
Me encanta cocinar (comida española, china, italiana, mejicana... aunque advierto que suele ser con variaciones de lo tradicional) y tengo experiencia cocinando para toda una parroquia, por ejemplo, o sea que si no fuera por la distancia física, con gusto cocinaría para los que quisieran venir - y no olvidemos a los que el Señor dice deberíamos de invitar: a los discapacitados y marginados...
A ver si algún día InfoCatólica organiza algún evento así (supongo que sería en España, de donde creo son la mayoría de los lectores) para que nos podamos conocer en persona.
Como ha comentado en otras ocasiones, es cuestión de dirigir todo no hacia el temor de pecar, sino en evitar un mal (aunque menor) para avanzar espiritualmente y hacer las cosas mejor por amor de Dios. Si se sabe que la gula es un desorden, uno puede buscar formas de crecer en virtud ofreciendo el gusto lícito al Señor moderándonos y agradeciendo también el gusto lícito al Señor cuando lo experimentamos. Un saludo.
Una anécdote de la Bta. Madre Teresa de Calcuta es que cuando recibió el Premio Nóbel de la Paz, ella no fue al banquete que se suele dar en honor de los galardonados. En vez de eso, pidió que lo que se gastaría por ella se sirviera a los pobres y que fueran los altos dignitarios que iban a asistir al banquete en su honor los que sirvieran la comida personalmente a los pobres, y así se hizo.
En mi opinión, el mejor sentido del ayuno es precisamente el espiritual. A veces ahorramos sólo un par de centavos "ayunando" al elegir comer algo que no nos gusta tanto en la mesa (cuando alguien nos invita, por ejemplo), pero hecho con mira sobrenatural, haciéndolo por amor de Dios, por ofrecerle lo que nos cuesta y el mérito para las almas del Purgatorio (como sugiere Luis López), el valor es eterno ante el Señor. El ayuno eucarístico también es un ayuno con gran sentido espiritual. Saludos.
Ahora bien, respondiendo a la segunda pregunta de María Lourdes, si en países como España nos tuviéramos que examinar sobre esto de la gula, me parece que habría que poner la atención en el abuso que se hace de ciertas comidas que se alargan horas y horas, en toda una serie de hábitos adquiridos que hacen que para charlar entre varias personas haya que hacerlo forzosamente delante de alguna bebida o manjar, en fin, en toda una serie de costumbres que otorgan a la comida una importancia desmedida.
Personalmente, leyendo a María Lourdes, me he dado cuenta de mi problema con el "emotional eating" (¡caramba, todo está estudiado!). Ignoro cual es la traducción de este desorden al español, por lo que no sabría muy bien cómo confesar esta circunstancia.
Como dice María Lourdes, supongo que la mayoría de estos "desórdenes alimentacios" tienen sus atenuantes: falta de ánimo, depresión, desesperanza, etc. En la virtud y en el pecado, como en todo, hay relaciones, desde luego.
Un saludo a toda esta familia de "Los Sarmientos de la Vid" y feliz día de la Natividad de la Virgen María a todos.
En España nunca estuve en una reunión con comida que durara más que un "desayuno" chino llamado en los EE.UU. "dim sum", en la que la gente se reúne para beber té, mientras se empujan carritos pequeños por el establecimiento por las que venden pequeños aperitivos. Como se va picando poquito a poquito, la comida dura horas, literalmente, mientras la gente habla. Se puede imaginar lo que pensarían de esa costumbre unos niños pequeños, inquietos y hambrientos como éramos mis hermanos y yo cuando nuestros padres nos llevaban en Chinatown, Nueva York. :)
Pero, es verdad que no ayuda nada que se esté uno distrayendo por negocios mientras uno come o que haya tanta comida en largos eventos sociales... cuestión de paciencia y disciplina, supongo. Gracias por recordarnos el Cumpleaños de la Ssma. Virgen María.
Gracias
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Carolina R., de nada. Espero que su comentario anime a otros también a tomarse en serio su vida espiritual. Le ruego que se acuerde de los que pasamos por aquí en sus oraciones.
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Rodrigo Fredes, la Biblia es la Palabra de Dios escrita y la Tradición de la Iglesia es la transmisión oral de la Palabra de Dios por medio de la predicación de los apóstoles, a quienes el Señor envió a predicar. El Magisterio de la Iglesia interpreta ambas partes del depósito de la fe para definir los dogmas de la Iglesia. Encontrará más información sobre el Magisterio de la Iglesia en el artículo: "La transmisión de la Revelación Divina" en el Catecismo de la Iglesia Católica.
Respecto a los pecados capitales, encontrará más información en este enlace: "Los pecados capitales y las virtudes que los vencen" en corazones.org.
Que el vino se acabara en la boda de Caná no significa necesariamente que se debió a la gula. Se podría haber acabado porque no compraron bastante, porque vinieron más personas, porque accidentalmente se podría haber derramado parte, etc. La Ssma. Virgen María y el Señor vieron la necesidad de los novios, y quisieron a nivel natural evitarles la vergüenza de no tener bastante vino para sus invitados. En el plano supernatural, se destaca el papel intercesorio de la Virgen María, llamada "mujer" por el Señor, como indicando que ella es la "mujer" anunciada por Dios en Génesis a Adán y Eva. Ese primer milagro del Señor en su vida pública también prefigura el establecimiento de la Eucaristía y el Banquete Celestial.
El poseer riquezas según el nivel social de uno no es un pecado en sí, sino el abuso que uno hiciera de lo que Dios nos da. El mismo Señor dijo: "Porque, ya veis, vino Juan, que come poco y no bebe vino, y dicen que está poseído por un demonio; pero después ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: Ahí está ese hombre, glotón y bebedor de vino, que además es amigo de publicanos y pecadores. Pero el hecho es que la sabiduría se acredita por sus obras." (Mt. 11, 18-19) El Señor no cometió nunca pecado, pero solo porque Él no cometió el pecado de gula no significa que no exista ese pecado o que no lo pudiéramos cometer los que sí somos pecadores. Espero que esta información ayude a clarificar algo sus dudas a pesar de la tardanza en contestarle, debido a diversas circunstancias que me han impedido ocuparme del blog tanto como me hubiera gustado.
La comida ummm deliciosa Bendito sea El Senor por eso( El senor es Lindo) como el crea tantas cosas buenas!! simplemente es de comer lo necesario verdad porque si no nos enfermamos!! y cuanto me pasa a mi! pero si con un poquito de esfuerzo, pasito por pasito se puede!!!!!!!!!!! wooohoooo Dios es lindo!!
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Carolina R., por las razones que menciona en su comentario, muchos filósofos procuraban no comer mucho, para mantener sus mentes espabiladas y evitar las distracciones. Pero, para los católicos, como dice, vemos el exceso como algo que nos impide hacer el bien por Caridad, amor de Dios, no por labores intelectuales por sí mismos. Su comentario también me recuerda la expresión: "Comer para vivir, no vivir para comer".
Me encanta su entusiasmo de la bondad de Dios. Espero seguir su ejemplo y procurar mejorar poco a poco también, por la gracia de Dios que lo hará posible, ya que por mi cuenta nada podría hacer. ¡Qué bueno es el Señor!
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Juan Camilo Correa, en efecto, por la gracia de Dios tenemos la esperanza de alejarnos del pecado. Si no fuera por la ayuda divina, ¡qué poco podríamos hacer! Todo lo bueno viene de Dios. Un saludo.
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Nazlly Johana, gracias por haber dejado su comentario (que siento haber tardado tanto en publicar). Añado mis oraciones a las suyas pidiendo la gracia de Dios.
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Carlos, gracias por haber compartido lo que está haciendo para superar el exceso en bebida y siento haber tardado tanto en publicar su comentario. La gula se refiere tanto al exceso de la comida como de la bebida, o sea que en el post las mismas estrategias en la lucha espiritual contra el exceso en la comida sirven contra el exceso en la bebida. Siento que eso no quedó claro en el post. Que Ntra. Ssma. Madre, la Virgen María, y el Señor le acompañen muy de cerca en todo momento para ayudarle a superar las pruebas que enfrenta.
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Camino, el Señor nos dice que aunque una madre abandonara a su hijo, Él no nos abandonará (Isaías 49), o sea que ánimo en el combate espiritual que enfrenta. S. Francisco de Sales solía comentar que tardó 19 años en dominar su mal carácter y lo logró hacer tan bien que es famoso por la dulzura con la cual trataba a todos. Algunos defectos serán la lucha de toda una vida, pero si el Señor lo permite será para que aumentemos en humildad y mérito en los combates siempre que confiemos en Él.
He pasado por situaciones parecidas y lo que me ayudó algo a controlar el apetito por la noche fue beber más agua a lo largo del día, levantarme pronto para hacer un poco de ejercicio y tomar el desayuno antes, comer algo de proteína cada tres horas, y comer los carbohidratos antes durante el día, quizá con el desayuno o el almuerzo. Me imagino que no le estoy contando nada nuevo. Después de unos días no tengo tanta hambre por la noche y me siento con más energía. Cada tres o cuatro días comía un poco más y volvía al régimen. También procuro entretenerme con algo y mantenerme ocupada para no estar pensando tanto en la comida. Reconozco que hay momentos en los que no logro controlarme a pesar de todo (suele ser por razones de hormonas o emociones), pero procuro no me desanimarme después.
Muchas gracias por haber compartido su experiencia y siento haber tardado tanto en publicar su comentario.
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Alejandra Peralta, me ha hecho sonreir con su comentario sobre cómo no comemos zanahorias en vez de chocolate. :) Sí que debería de hacerlo... de hecho, tengo unas zanahorias en la nevera ahora mismo y creo que me comeré algunas. Le agradezco su apoyo del blog y siento haber tardado tanto en publicar su comentario.
Definitivamente esta informacion no me sirve de nada todo eso se lo puedo repetir en cualquier momento sin haberlo leido aqui, no dice nada nuevo para curarse la manera de beber, como voy a creeer que en estos tiempos todavia esten hablando de santo tomas y la santisima virgen por favor eso es un mito de hace dos milenios. Ahorita estamos en la epoca de la ciencia y la tecnologia de la supremacia de pensamiento ya no se cura uno resando por favor mas seriedad y respuestas acordes anuestros tiempos
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Carlos Guevara, siento que no le haya servido la información. Aclaro que para los católicos el cristianismo no es cuestión de mitos, siendo la Resurrección de Jesucristo un hecho histórico. La oración sigue obteniendo en estos tiempos milagros del Señor que desafían hasta la ciencia y la tecnología más moderna de hoy en día. Un saludo.
La enseñanza que tienen nuestros cristianos antepasados ( Santo etc.) son y serán la base pilar de lo que es ser un buen critiano. Es solo cuestion de ver como en ti ajustas o cambias de pensar para resolver tu situacion quisas has estado bien cerca pero te distes por vencido de resolver tu problema. No temas y se valiente, que Dios y Jesus estan para ayudar siempre.
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