(538) San José, custodio santo de Jesús, de María y de la Iglesia
El mayor de los santos
Gran principio verdadero formula San Bernardino de Siena (+1444) cuando dice que
«la norma general que regula la concesión de gracias singulares a una criatura racional determinada es la de que, cuando la gracia divina elige a alguien para un oficio singular o para ponerle en un estado preferente, le concede todos aquellos carismas que son necesarios para el ministerio que dicha persona ha de desempeñar» (Sermón 2, sobre San José). Si Yavé elige, consagra, destina y envía a Abraham como padre de la fe, en cuya descendencia serán bendecidas todas las naciones de la tierra, ciertamente lo prepara y lo asiste siempre con gracias muy especiales. Lo mismo diremos de Moisés, del profeta Elías, de Juan Bautista, más que de nadie de la Santísima Virgen María.
Pues bien, a ningún santo, sino al glorioso San José, le encomienda el Señor ser esposo de la Virgen María y padre aparente de Jesús, pero padre de verdad: «tu padre y yo, apenados –le dice María– te buscábamos» (Lc 2,48). Ningún santo le ha enseñado a andar a Jesús, le ha dado de comer sentándolo en sus rodillas, lo ha llevado en brazos a la cama, ha sido llamado por él «papá», ha sido «obedecido» por Jesús en su paternal autoridad (2,51), ha defendido la vida del Niño huyendo a Egipto con su madre… Ningún santo ha recibido la misión de ser especial Custodio de Jesús-Cabeza y de Jesús-Cuerpo místico. El glorioso Patriarca San José sí. Y al recibir esa misión altísima, ha recibido con ella la inmensidad de gracias y de asistencia del Espíritu Santo que le hace posible cumplirla.
Muchos siglos oculto con Cristo en Dios
Según parece, ya San José había muerto cuando Jesús inicia su ministerio público. Y como en éste se centran los Evangelios, apenas nada sabemos de él, fuera de lo conocido por los Evangelios de la Infancia (Mt y Lc). En las primeras Plegarias Eucarísticas, concretamente en el Canon Romano, ni se le menciona. Son nombrados Juan Bautista, Pedro y Andrés, Juan y Pablo, Bernabé, Cosme y Damián, Felicidad y Perpetua, etc. Pero no es recordado ni invocado San José.
Desde la Edad Media, con el estímulo de algunos santos, como San Bernardino de Siena (+1444), y aún más desde la época de santa Teresa de Jesús (+1582), la devoción a san José fue siempre en crecimiento en el pueblo cristiano, y también en la consideración de los teólogos. Ellos y los santos llegaron a entender que el ministerio desempeñado por San José en la economía de la salvación, lo aproximó en cierto modo singular al orden hipostático, por haber servido en tan santa medida al misterio de la Encarnación.
Entra San José en las Plegarias Eucarísticas
El 13 de noviembre de 1962, se anunció en el aula conciliar «la soberana decisión» del papa Juan XXIII de integrar en el Canon Romano el nombre de San José; lo que se realizó en ese día por un decreto de la Sagrada Congregación de Ritos. Fue ésta la única modificación que se hizo a la edición típica del Misal Romano de 1962.
La misma Congregación, por decreto (1-V-2013), extendió esa disposición alas Plegarias eucarísticas II, III y IV del Misal Romano.
Entra en las Letanías de los Santos
Las letanías de los santos se iniciaron en el siglo VII, formándose series diversas en las distintas Iglesias locales. A ellas se fueron integrando los nombres de Santos, como los de Francisco y Domingo (s. XIII), que habían alcanzado especial arraigo en la devoción de los fieles. Pues bien, sólo en 1726 introduce el papa Benedicto XIII por decreto la invocación de San José en las Letanías de los Santos, las propias de la liturgia romana, colocándola inmediatamente después de San Juan Bautista (cf. Francisco Canals Vidal, San José, Patriarca del Pueblo de Dios, Balmes, Barcelona 1994, pg. 75 en nota).
Parece increíble.
Vida celestial del Custodio de la Iglesia, máximo intercesor
En San José parece realizarse de un modo muy especial aquella palabra de San Pablo: «Vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vuestra vida, entonces también os manifestaréis gloriosos con Él» (Col 3,3).
Sabemos que Cristo sacerdote y Salvador nuestro, tiene un «perfecto poder de salvar a los que por él se acercan a Dios, y vive siempre para interceder por ellos» (Heb 7,25). Lo mismo decimos de nuestra Madre, la Virgen María. Y también afirmamos lo mismo, mutatis mutandi, del glorioso Patriarca San José, Patrono de la Iglesia universal.
En este hora tan tormentosa de la Iglesia Católica acudimos a su intercesión con una total confianza en su eficacia. ¿Qué puede negarle Jesucristo Salvador a quien tuvo en la tierra como padre amadísimo? Y el amor de Jesús a José no ha disminuido estando los dos en el cielo. Nada, no puede negarle nada.
San José bendito, ruega por nosotros, pecadores. Ruega por la Iglesia, tan combatida hoy por fuera y por dentro. Enséñanos a vivir en la compañía del Señor y de María. Sé nuestra guía y maestro en la vida de oración. Danos paciencia, alegría y humildad de corazón.
Amén.
José María Iraburu, sacerdote
Post post.- Oración de una estampa que me regalaron en un Carmelo femenino, con algún mínimo cambio:
«San José, custodio santo de Jesús y de María, / enséñame a vivir siempre en tan dulce compañía. / Sé mi maestro y mi guía en la vida de oración / dame paciencia, alegría y humildad de corazón. / No me falte en este día tu amorosa protección / ni en mi última agonía tu piadosa intercesión».
Ya la di en otro post sobre San José.
18 comentarios
En el quinto párrafo habla de Juan XXII (22) cuando, sin duda, se refiere a S. Juan XXIII (23)
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JMI.-Gracias, lo corrijo.
Gracias Dios por elegir a San José y a ti querido protector por tu fidelidad.
San José bendito, ruega por nosotros, pecadores. Ruega por la Iglesia, tan combatida hoy por fuera y por dentro. Enséñanos a vivir en la compañía del Señor y de María. Sé nuestra guía y maestro en la vida de oración. Danos paciencia, alegría y humildad de corazón...
y protege siempre al Padre José María Iraburu, que nos ayuda a crecer espiritualmente.
Amén.
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JMI.-Amén.
Bendición +
Gracias por todos sus artículos, el último sobre las preocupaciones era precisamente lo que necesitaba en este momento.
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JMI.-Bendigamos al Señor.
Bendición +
«San José, custodio santo de Jesús y de María, / enséñanos a mi y a [N.N] a vivir siempre en tan dulce compañía. / Sé nuestro maestro y nuestro guía en la vida de oración / danos paciencia, alegría y humildad de corazón. / No nos falte en este día tu amorosa protección / ni en nuestra última agonía tu piadosa intercesión».
¿Cree que está bien, pater?
Nuevamente, agradecido con Dios y la Virgen por su post. Le ruego su bendición.
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JMI-Muy bien.
Bendición +
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JMI.-Ojo con el "enfado" de San José, que no era como un Pedro, con sus arranques, antes de recibir el Espíritu Santo: "apártate de mí, Satanás, tú piensas como los hombres, no como Dios". Él era un varón "justo" (Mt 1,19), y que por tanto vivía siempre de la Palabra de Dios, la del A.T. "Aunque pase por valle de tinieblas, no temeré mal alguno, porque Tú vas conmigo". "Encomienda tu camino al Señor, confía en Él, y Él actuará"... Estos salmos él, siendo justo, los rezaba y los vivía. No tan perfectamente como María, sin pecado original, pero con un alto grado de perfección.
Gracias padre por el artículo.
¡Y que Dios le bendiga en el día de su santo!
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JMI.-Gracias. Bendición +
Gran abrazo desde Chile
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JMI.-Gracias, Martín, por recordarme.
Pero cuidado con lo de "preocupado".
Lee mi (537) Ascesis de la memoria. "No os preocupeis" (Mt 6)...
Abrazo y bendición +
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JMI.-Si que me llamo José.
¡Y María!
Bendición +
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JMI.-Muchas gracias. Bendición +
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JMI.- "No se imagina"... Me imagino. Pues es doctrina muy potente y verdadera, que casi nunca llega a los fieles. Gracias por su gratitud. Bendición +
San José no puede quedar fuera del Misterio de la Encarnación ; fue necesaria la Fe de la Virgen Maria ,y también la Fe de San José.
San José y la Virgen ,son dos Siervos de Dios ,escogidos antes de la fundación del mundo,para ser Santos e irreprochables ante Él por el Amor ,como nos dice San Pablo.
Es imposible que el exquisito tacto de Dios y del Arcángel San Gabriel ,no avisara al tiempo a José como a Maria ; los dos habían leído al profeta Isaias 7:14.:" La Virgen dará a Luz ,y le pondrá por nombre Enmanuel."
Los dos fueron igualmente necesarios ,para que fuera posible el Misterio de la Encarnación ; de lo contrario ,la Virgen podría haber sido juzgada por adúltera según la Ley de Moisés.
Nadie habría creído,que la Virgen de Nazaret hubiera quedado embarazada siendo Virgen, y mucho menos,que su embarazo hubiera sido Obra del Espíritu Santo.
Un cordial saludo
la gracia de una muerte santa y dichosa"
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JMI.-Así es, justamente.
Bendición +
/ En la Festividad de san José, no dejemos de invocarle reiteradamente a diario , sabiéndose, que acompaña de una manera especial a quienes le veneran, al tanto de la eficacia de su poder, poniéndonos, bajo su patrocinio, al evocar a santa Teresa de Jesús, que, nos advierte que es: " maestro de la vida", diciéndonos: " quien, no hallare maestro, que, le enseñe oración, tome a este glorioso santo por maestro, y, no errará en el camino"
/ En la Festividad de san José, no dejemos de rogar, orar e implorar su asistencia, especialmente en la hora de las vísperas de la vigilia de nuestra Pascua, el varón Justo, lleno de todas las virtudes , como, convenía ,que, había de ser el protector de Jesús de Nazaret, el hombre Dios(el verbo encarnado, la 2ª Persona de la Trinidad, el rostro visible de Dios invisible , el Emanuel" Dios con nosotros" ), alguien, puro, virginal y castísimo, protegiendo con amor al Hijo de Dios, que, se hizo hombre, habiendo sido confiado a sus cuidados paternales, por el mismo Dios Padre .
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JMI.-No tengo datos ciertos para contestarle. Pero tengo entendido que se toleran los trabajos intelectuales, no los manuales. Y éstos también se toleran cuando no son trabajos pagados: regar el jardín de casa, preparar la comida, etc.
hablenos mas de las ascesis de la memoria. Necesito saber mas de eso. Su articulo ha sido como agua de Mayo para mi alma. Y en todo caso donde podria encontrar mas informacion sobre este tema?. Por favor.
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JMI.-Preparo otro art.
Pero estos días estoy con mucho trabajo.
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