(354) San Esteban, por predicar el Evangelio a los judíos, muere mártir
Recientemente, como informó InfoCatólica, el cardenal Kurt Koch, presidente de la Comisión para las relaciones religiosas con el judaísmo, acompañado del rabino David Rosen, director del International Director of Interreligious Affairs, American Jewish Committee (AJC), presentó Una reflexión sobre cuestiones teológicas en torno a las relaciones entre católicos y judíos en el 50º aniversario de «Nostra ætate» (nº 4).
El Sr. Cardenal explicó que el documento «no da definiciones doctrinales definitivas», y tampoco es «un documento oficial del Magisterio de la Iglesia, sino un documento de estudio de nuestra Comisión, que intenta profundizar la dimensión teológica del diálogo judío-católico». El largo y erudito texto, en 49 números, acumula sobre el asunto una gran cantidad de citas bíblicas y de exégesis y teorías teológicas, unas válidas, otras discutibles y algunas difícilmente admisibles. Pocos leerán un documento tan largo y reiterativo. Pero muchos lectores, informados ligeramente por la prensa, incluso por la católica, sacarán como conclusión que ya los católicos deben poner fin definitivamente a su intento de evangelizar a los judíos. No es ésta, propiamente, la enseñanza de tal documento, pero algunos de sus párrafos podrían ser malinterpretados en tal sentido, como éste:
(40)… La Iglesia se ve así obligada a considerar la evangelización en relación a los Judíos, que creen en un solo Dios, con unos parámetros diferentes a los que adopta para el trato con las gentes de otras religiones y concepciones del mundo. En la práctica esto significa que la Iglesia Católica no actúa ni sostiene ninguna misión institucional específica dirigida a los Judíos. Pero, aunque se rechace en principio una misión institucional hacia los Judíos, los Cristianos están llamados a dar testimonio de su fe en Jesucristo también a los Judíos, aunque deben hacerlo de un modo humilde y cuidadoso, reconociendo que los Judíos son también portadores de la Palabra de Dios, y teniendo en cuenta especialmente la gran tragedia de la Shoah».
Los Apóstoles, y lo mismo San Esteban, ven, por el contrario, como una gran tragedia que Israel rechace a Jesús: «vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron» (Jn 1,11); aunque muchos judíos creyeron en Él y «estamos edificados sobre el fundamento de los Apóstoles y de los Profetas» de Israel (Ef 2,22). Pero «¿quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre» (1Jn 2,22-23).
En el presente artículo no pretendo analizar el documento citado, sino únicamente quiero rechazar una falsa interpretación del mismo, que eliminaría el misionero empeño católico de evangelizar a los judíos, a los hijos de Abraham, el gran patriarca primero de la historia de la salvación. También los católicos nos consideramos «descendencia de Abraham», y lo declaramos «nuestro padre en la fe» nada menos que en el venerable Canon Romano de la Misa. Pero yo aquí me limito en la fiesta de San Esteban, 26 de diciembre, a recordar su inmensa caridad: él arriesgó y perdió la vida para procurar la salvación eterna de sus «padres y hermanos» de Israel, predicándoles el Evangelio que lleva a la fe en nuestro Señor Jesucristo, como Dios y hombre verdadero y como único Salvador del mundo. El «estudio» presentado por el Card. Koch debe ser, pues, obviamente interpretado a la luz de Jesús, de San Esteban, de los Apóstoles.
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Martirio de San Esteban, según los Hechos de los Apóstoles
(Hch 6,8-15; 7,1-2; 44-60; 8,1: fragmentos de la Liturgia de las Horas, texto de la nueva Biblia de la CEE).
«Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y el espíritu con que hablaba. Entonces indujeron a unos que asegurasen: “Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios”. Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y, viniendo de improviso, lo agarraron y lo condujeron al Sanedrín, presentando testigos falsos que decían: “Este individuo no para de hablar contra el lugar santo y la ley, pues le hemos oído decir que ese Jesús el Nazareno destruirá este lugar [el templo] y cambiará las tradiciones que nos dio Moisés”. Todos los que estaban sentados en el Sanedrín fijaron su mirada en él y su rostro les pareció el de un ángel.
«Dijo el Sumo Sacerdote: “¿Es esto así?”. Él respondió: –Hermanos y padres, escuchad. Nuestros padres tenían en el desierto la Tienda del Testimonio, como mandó el que dijo a Moisés que la construyera, copiando el modelo que había visto. Nuestros padres recibieron como herencia esta tienda y la introdujeron, guiados por Josué, en el territorio de los gentiles, a los que Dios expulsó delante de ellos. Así estuvieron las cosas hasta el tiempo de David, que alcanzó el favor de Dios, y le pidió encontrar una morada para la casa de Jacob. Pero fue Salomón el que le construyó la casa, aunque el Altísimo no habita en edificios construidos por manos humanas, como dice el profeta: “Mi trono es el cielo; la tierra, el estrado de mis pies. ¿ Qué casa me vais a construir –dice el Señor–, o qué lugar para que descanse? ¿No ha hecho mi mano todo esto?” ¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la ley por mediación de ángeles y no la habéis observado».
«Oyendo sus palabras se recomían en sus corazones y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: “Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios”. Dando un grito estentóreo se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos dejaron sus capas a los pies de un joven llamado Saulo y se pusieron a apedrear a Esteban que repetía esta invocación: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Luego, cayó de rodillas y clamando con voz potente, dijo: “Señor, no les tengas en cuenta este pecado”. Y, con estas palabras, murió. Saulo aprobaba su ejecución».
Jesucristo mandó a los apóstoles: «id por todo el mundo, y predicad el Evangelio a toda criatura» (Mc 16,15). También a los judíos, por supuesto, como el propio Jesús lo hizo con riesgo de muerte, y murió crucificado. También San Esteban, consciente de que su predicación del Evangelio le llevaría igualmente al martirio, predicó a sus «padres y hermanos» de Israel, y murió lapidado. Del mismo modo San Pablo, siguiendo el ejemplo de Jesús y de Esteban, en sus viajes apostólicos, al llegar a una población, hacía su primera predicación evangelizadora a los judíos reunidos en la Sinagoga; y en algunos lugares consiguió gran fruto de conversiones (p. ej., Hch 17,10). También lo hizo así, acompañado de Bernabé, en la Sinagoga de Antioquía de Pisidia, llevando a muchos judíos a la fe en Jesús. Pero algunos judíos, al ver esto, se alarmaron y resistieron a Pablo y Bernabé con argumentos e insultos. Hasta que ellos respondieron: «Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicaremos a los gentiles». Éstos se alegraron mucho «y creyeron los que estaban destinados a la vida eterna. La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región». Pero entonces los judíos «provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de su territorio. Ellos sacudieron el polvo de sus pies contra ellos y se fueron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaban llenos de alegría y del Espíritu Santo» (Hch 13).
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Homilía de San Fulgencio de Ruspe, obispo (+532)
(Sermón 3, 1-3. 5-6: fragmentos de la Liturgia de las Horas en la fiesta de San Esteban)
«Ayer celebramos el nacimiento temporal de nuestro Rey eterno; hoy celebramos el triunfal martirio de su soldado. Ayer nuestro Rey, revestido con el manto de nuestra carne y saliendo del recinto del seno virginal, se dignó visitar el mundo; hoy el soldado, saliendo del tabernáculo de su cuerpo, triunfador, ha emigrado al cielo.
«Nuestro Rey, siendo la excelsitud misma, se humilló por nosotros; su venida no ha sido en vano, pues ha aportado grandes dones a sus soldados, a los que no sólo ha enriquecido abundantemente, sino que también los ha fortalecido para luchar invenciblemente. Ha traído el don de la caridad, por la que los hombres se hacen partícipes de la naturaleza divina […]
«Así, pues, la misma caridad que Cristo trajo del cielo a la tierra ha levantado a Esteban de la tierra al cielo. La caridad, que precedió en el Rey, ha brillado a continuación en el soldado. Esteban, para merecer la corona que significa su nombre, tenía la caridad como arma, y por ella triunfaba en todas partes. Por la caridad de Dios, no cedió ante los judíos que lo atacaban; por la caridad hacia el prójimo, rogaba por los que lo lapidaban. Por la caridad, argüía contra los que estaban equivocados, para que se corrigieran; por la caridad, oraba por los que lo lapidaban, para que no fueran castigados.
«Confiado en la fuerza de la caridad, venció la acerba crueldad de Saulo, y mereció tener en el cielo como compañero a quien conoció en la tierra como perseguidor. La santa e inquebrantable caridad de Esteban deseaba conquistar orando a aquellos que no pudo convertir amonestando. Y ahora Pablo se alegra con Esteban, y con Esteban goza de la caridad de Cristo, triunfa con Esteban, reina con Esteban; pues allí donde precedió Esteban, martirizado por las piedras de Pablo, lo ha seguido éste, ayudado por las oraciones de Esteban.
«¡Oh vida verdadera, hermanos míos, en la que Pablo no queda confundido de la muerte de Esteban, y en la que Esteban se alegra de la compañía de Pablo, porque ambos participan de la misma caridad! La caridad en Esteban triunfó de la crueldad de los judíos, y en Pablo cubrió la multitud de sus pecados, pues en ambos fue la caridad respectiva la que los hizo dignos de poseer el reino de los cielos.
«La caridad es la fuente y el origen de todos los bienes, egregia protección, camino que conduce al cielo. Quien camina en la caridad no puede temer ni errar; ella dirige, protege, encamina. Por todo ello, hermanos, ya que Cristo construyó una escala de caridad, por la que todo cristiano puede ascender al cielo, guardad fielmente la pura caridad, ejercitadla mutuamente unos con otros y, progresando en ella, alcanzad la perfección».
La mayor caridad que un cristiano puede hacer hacia los hombres es predicarles el Evangelio que les lleva a la fe en Jesucristo y a la más plena y cierta salvación temporal y eterna. Ésa es la caridad que movió a Esteban a jugarse la vida, seguro de perderla, dando testimonio de Jesús en el Sanedrín, y tratando de evangelizar a sus «padres y hermanos» de Israel.
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Oración.
–Concédenos, Señor, la gracia de imitar a tu mártir san Esteban y de amar a nuestros enemigos, ya que celebramos la muerte de quien supo orar por sus perseguidores. Por nuestro Señor Jesucristo.
José María Iraburu, sacerdote
15 comentarios
¿Es aventurado pensar que en el martirio de San Esteban hubo incitadores envidiosos? Frases como "se recomían en sus corazones, rechinaban los dientes de rabia". Y está la actitud de los de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia. Esteban parece presentado como un hombre joven lleno de brío, energía, impulsado por el Espíritu Santo, dotado de cualidades excepcionales, gran comunicador irresistible en sus argumentos... Un joven así, que además hacía grandes signos ante el pueblo, necesariamente habría de hacer sombra a los envidiosos mediocres.
El primer mártir. Como si el Señor tuviera prisa por coronar la excelencia de Esteban, joven santo y muy culto, que siempre me ha caído genial, y que proponía a mis alumnos como ejemplo en las convivencias que con ellos organizábamos los profesores cristianos junto al profesor de religión.
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JMI.-Debía ser muy culto, porque sus adversarios no podían resistir "su sabiduría y su espíritu". Pero lo que sí es cierto es que no "guardó" avaramente su vida, sino que "la perdió" para ganarla en Cristo. Y veinte siglos después, aún le celebramos con gran devoción y veneración.
San Estaban, ruega por nosotros.
Bendición + Gloria Irene
En los ultimos tiempor le he tomado especial, devoción y de hecho le oro en la oración preparatoria, de la Re Santisima Misa.San Esteban, el Grande, el rechinar de dientes se observa hoy mismo, la envidia, frente a los hombres de Dios, hermosas y profundas palabras, las del Mártir, y relata toda la historia de la Salvación, hasta llegar a Cristo!!!!estaba Pablo de Tarso, que asentía a su muerte, con razón la igleisia afirma que el Martirio de Santo Esteban, provocó la conversión milagrosa de San Pablo rumbo a Damasco, donde se le aparecio Dios Nuestro Señor, resucitado y glorioso, quién eres tu Señor, sigue el relato, los ojos, no resistén la luz de la gloria, e inmediatamente se alza y quiere que siga................San Pablo!!!!!!!!De todas maneras le tengo gran devoción a San Juan Bautista, arrepentios, (parece que ahora no hay que arrepentirse de nada),a todos y a San Juan Evangelista, testigo de la Cruz, y resurrección del SEÑOR,dios permitió que vivierá 100 años aproximadamente, y/o la primer centuria del Nuestra Fe, ya San Ignasio de Antioquia, la Eucaristia, La Santisima Virgén, católca, llendo a Roma lleno del Espiritu Santo(Padre Philipon,los dones)el que explica las grandes epopeyas de Nuestra Historia de Salvación, de que Salvación, de las estructuras opresoras, NO, del pecado, esas estructuras son consecuencia del mismo.Humanamente hablando Nuestra Iglesia está asentada sobre hierro!!!!!y comparte la VISION BEATIFICA, con todos, los Santos, Mártires hasta hoy.Pero san Estebán es muy importante por la extensa y profunda homilia que se manda frente al Sanhedrin, muriedo apaleado, con Pablo que lo aprobaba.Lleno de Gracia y Verdad.y vió a Cristo a la Derecha del Padre.
Muchas Gracias Padre, como siempre aclara lo que se tiene que aclarar.
San Esteban, ruega por la Iglesia,rechinar, envidia, que es un sentimiento diabólico.
Creo que en ese afán de respetar la forma de pensar de los demás nos olvidamos muy frecuentemente del mandato de Jesucristo: «Id por todo el mundo, y predicad el Evangelio a toda criatura» (Mc 16,15), cuando "la mayor caridad que un cristiano puede hacer hacia los hombres es predicarles el Evangelio que les lleva a la fe en Jesucristo y a la más plena y cierta salvación temporal y eterna". A mí eso me resulta muy doloroso. Si hay algo que a mí personalmente me emociona hasta las lágrimas es leer sobre conversiones. Mi imagino la alegría y emoción que deben haber sentido los apóstoles al ser testigos de tantas conversiones.
Tenemos que pedir mucho a Dios para que se recupere dentro de la Iglesia la misión evangelizadora de sus miembros, cada uno según su vocación,. y demos testimonio con nuestra palabra y nuestra vida de las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo.
Que el Espíritu Santo lo siga iluminando y la Santísima Virgen María y San José lo protejan siempre.
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JMI.-Amén.
Bendición +
El relato de los Hechos de los Apóstoles es de un realismo insuperable, y el sermón de San Fulgencio, del que nada conocía, de una actualidad y frescura que emociona.
Felices pascuas don José María, cuídese que lo necesitamos..
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JMI.-Ya me cuido, sí. ¡Demasiado!
Gracias por sus palabras. Bendición +
Para mí tengo que la actual renuncia de la Iglesia a predicar a Cristo a los judíos es un signo de apostasía final de la Iglesia.
Y con ese error están, en el fondo, cumpliendo la profecía de San Pablo, pues los judíos se convertirán antes de la Parusía, cuando vean que el Mesías que, para ellos, ha de venir, es en realidad el Anticristo. Entonces se romperán las ropas, harán duelo, y mirarán al que traspasaron. Y, antes de la Parusía, convertidos, llamarán a Cristo y dirán "Bendito el que viene en nombre del Señor". Feliz y Santa Navidad, Padre Iraburu.
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JMI.-"La actual renuncia de la Iglesia a predicar a Cristo a los judíos" es mucho decir. En todo caso, se encuadra en un fenómeno histórico más amplio: la predicación del Evangelio a los paganos (las misiones) ha disminuido mucho. No pocas misiones practican la beneficencia material, que hecho en el nombre de Cristo es ya una pre-evangelización. Pero lo que se dice "predicar el Evangelio a todas las naciones" se realiza ahora (ésa es mi impresión) mucho menos que en los primeros siglos de la Iglesia, en la Edad media, en el Renacimiento, el la época moderna. Hoy se predica muy poco el Evangelio, y en pocas partes.
Oremos, oremos, oremos.
Esta apreciación se refiere sobre todo a las Iglesias locales de los países de Occidente, las más afectadas por la secularización global.
Por otra parte, aunque san Esteban fuera muy culto, era, ante todo, un "hombre lleno de fe y del Espíritu Santo", que "lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos en el pueblo" (Hch 6,5.8). Sin la gracia de Dios, ni sus palabras hubieran tenido la misma eficacia, ni hubiera podido hacer esos prodigios. ¡Que Dios nos conceda estar llenos de fe y Espíritu Santo, como san Esteban!
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JMI.-Amén. Así sea.
Si vamos mas adelante, mas y mas, por ese camino llegamos a una especie de equiparación de cristianismo y judaísmo. Y no digo que eso esté en el documento del cardenal. Pero si está por ejemplo en este video que pueden ver ustedes
https://www.youtube.com/watch?v=RHi9CvqmF2g
Qué mentira, qué vergüenza.
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JMI.-Ya se explica, ya.
Ese vídeo (ya lo conocía) hace pensar en "la abominación de la desolación en el lugar santo, según predijo el profeta Daniel" (Mt 24,15).
Me da mucha tristeza ver el panaroma católico que nos envuelve, ver las tinieblas donde debería brillar la luz, ver a la pobre gente engañada y mareada, perdiendo la fe, la esperanza y la caridad, por razón de esa neblina, ese "humo" que está intoxicando a tantas almas.
Es de agradecer que aún haya sacerdotes que saben exponer la verdad con tantísima caridad, como lo hace el P. Iraburu. La verdad es que a mí me cuesta mucho contener la ira y ejercitar la caridad, percibir el punto donde la caridad pierde su verdad para convertirse en mentira y donde la verdad debe armarse con la caridad. Y el P. Iraburu lo marca siempre con admirable exactitud.
Como dice él, oración, oración y oración. Es la única manera de alcanzar el equilibrio entre la caridad y la verdad.
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JMI.-Perdone que le haya quitado el comienzo, que tiene expresiones muy fuertes.
Como bien dice en seguida, unir caridad y verdad es la clave.
Gracias.
¡Saludos!
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JMI.-El documento que comentamos tiene valores grandes, en mi pobre entender, pero da la impresión de ser un documento negociado, forcejeado entre católicos y judíos, que inevitablemente da ocasión a frases de muy difícil interpretación. Como la que usted cita:
"Que los judíos son partícipes de la salvación de Dios", etc. ¿quién lo va a discutir? Toda la humanidad es en principio llamada a participar de la salvación de Dios, aun en el caso frecuentísimo de que apenas lo conozca. Eso ya lo sabía San Pedro: "en toda nación el que teme a Dios [cree en Él de alguna manera] y practica la justicia [según su conciencia formada a la luz de la razón natural y en no poca medida por la cultura-religión en la que vive] le es grato", es decir, participa de la salvación universal de Cristo, aunque no lo conozca (Hch 10,35). ¿Y qué se dice o se quiere decir, entonces, con la frase primera de este párrafo?...
Analizo, también como ejemplo, frase por frase, el texto que he citado en mi artículo (n.40):
Cuando se dice que "la Iglesia no actúa ni sostiene ninguna misión institucional específica dirigida a los Judíos" ¿qué se dice y qué se quiere decir con eso, si a continuación se dice que "los Cristianos están llamados [por Dios] a dar testimonio de su fe en Jesucristo también a los Judíos" ¿No expresa esa llamada de Dios una obligación de evangelizarlos?...
Para bordar aún más la frase, todavía se añade "aunque deben hacerlo de un modo humilde y cuidadoso" = con cuidadito, sin afirmaciones fanáticas al estilo de Cristo, Esteban, Pablo; sin molestarlos, vaya... "reconociendo que los Judíos también son portadores de la Palabra de Dios" = lo que precisamente pone en ellos una especial ayuda y obligación de creer en Cristo, porque todas las Palabras de Dios que ellos tienen, todas las Escrituras antiguas, hablan de Cristo y lo señalan como el enviado de Dios (Lc 24,27), Salvador universal del mundo.
Y como remate de la frase: "y teniendo en cuenta especialmente la gran tragedia de la Shoah"... No se alcanza a ver qué especial valor salvífico pueda conferir la Shoah a la religión judaica.
Así andamos en los 49 números de las 22 pgs. (tamaño A4).
gracias por su artículo, me resultan muy gratos
saludos en estos días entrañables
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JMI.-Muchas gracias, Dios se lo pague.
Feliz y santa Navidad. Bendición +
Es muy cierto esto, y muy bien ilustrado por el ejemplo de san Esteban, y la meditación de san Fulgencio sobre este acontecimiento. Es urgido por esta caridad que san Pablo también nos da su testimonio: «Me hice todo para todos, para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio». No tengo problemas para interpretar el gesto del obispo del video que nos comparte Benigno Soto a la luz de este "hacerse todo para todos para ganar por lo menos algunos". Al menos, dado que no cuento con más detalles de lo que ese obispo hace y enseña, tengo el deber de ser benigno (precisamente como el nombre de este hermano comentarista) en mi interpretación de ese video.
«da la impresión de ser un documento negociado, forcejeado entre católicos y judíos»
A mi me vino exactamente el mismo pensamiento cuando leí (trozos de) el documento. Pienso que faltó por parte de la comisión católica tener un lineamiento claro y preciso a la hora de dialogar con la comisión judía, en el sentido de definir unos pocos principios no negociables. Me parece, desde mi pobre conocimiento y limitada perspectiva, que existen dos principios que son evidentes:
1. con respecto a la misión, pues vale lo mismo para la evangelización de los judíos que para la evangelización de cualquier pueblo, con la salvedad de un énfasis, por los antecedentes históricos, en evitar toda forma de antisemitismo.
2. con respecto al pueblo judío, su religión y tradición, pues conviene al católico en general, y al que misiona en ámbitos judíos en particular, una buena formación con respecto a la historia del pueblo judío y de sus tradiciones, porque es parte de la historia de la salvación. Pienso que, en parte, la pobreza con la que vivimos nuestra fe católica, nuestro entendimiento de las escrituras y de la liturgia, se debe a nuestra ignorancia de la historia y tradiciones judías.
«No se alcanza a ver qué especial valor salvífico pueda conferir la Shoah a la religión judaica.»
Me parece que el texto no se refiere a que la Shoah confiera un valor salvífico a la religión judaica, sino que se refiere a que debemos tener una mayor sensibilidad con el pueblo judío por la reciente tragedia que les tocó sufrir, y una mayor comprensión de que ésta haya podido volver más reacio al pueblo judío a la evangelización. Me parece que si el católico tiene claro que «la mayor caridad que puede hacer a los hombres es predicarles el Evangelio», y hace este anuncio urgido por esa caridad, entonces la advertencia del documento con respecto a la Shoah es innecesaria.
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JMI.-Gracias por sus interesantes observaciones.
Al Sr Feri, lo que dice en el punto 2, sorprende bastante, creo que los que conocemos el AT, ya sabemos la historia del pueblo judío y su culto.Qué vivimos con pobreza nuestra fe católica..se debe a nuestra ignorancia de la historia y tradiciones judías?? la dialéctica buenista de hoy día, que acaba reduciéndolo todo al absurdo."Un buen cristiano, para ser tal se tendría que convertir al judaismo".Si bien no está enunciado estamos a un paso, de la lógica más antilógica.Si Aristóteles levantara la cabeza y viera los silogismos que se hacen hoy día...
Para terminar el pueblo judío, no el único del mundo que ha sufrido persecución, aunque el mirarse el ombligo es algo común en la naturaleza individual y colectiva.El pueblo judio ha sido reacio no sólo a la evangelización si no a casi todo, desde el minuto cero, siempre en rebeldía.
Si este documento lleva -aunque sólo sea en sus efectos prácticos, fruto de una interpretación superficial - a cerrar o a atenuar la evangelización del pueblo judío, es en rigor de verdad un documento antisemita, que induce a una injusta discriminación.
Porque el pueblo judío tiene el mismo derecho que todos los demás a conocer la Verdad que los hará libres y los salvará.
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JMI.-Exacto, Ricardo.
Feliz y santo año nuevo. Bendición +
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