(236) La Virgen María, siempre virgen
–Todos te deben servir - Virgen y Madre de Dios - que siempre ruegas por nos - y tú nos haces vivir.
–¡Oh clara virginidad - fuente de toda virtud! - no ceses de dar salud - a toda la cristiandad.
Algunos exegetas católicos están negando que María fue siempre virgen. Aunque admitan la concepción virginal de Jesús –en el mejor de los casos–, según ellos, la Virgen no fue virgen. Al menos, según aseguran, eso es lo que confirma un examen científico, filológico-histórico-crítico, de la cuestión. Más bien fue madre de familia numerosa. Esta tesis no ha provocado un alud de reprobaciones enérgicas de parte de los exegetas y teólogos católicos, pues la mayoría de ellos se atienen a lo «académicamente correcto» en el tiempo actual: dejar que cada uno exprese libremente su pensamiento, sin combatirlo públicamente.
Vittorio Messori, por el contrario, en el capítulo 50 de su obra Hipótesis sobre María (Madrid, LibrosLibres 2012, 3ª ed., pgs. 425-441), hace una buena síntesis de la exégesis católica sobre esta grave cuestión. En lo que sigue haré una síntesis de su síntesis, entremezclando consideraciones suyas y mías. Pero comencemos por señalar, a modo de ejemplo, un exegeta católico que niega el fundamento histórico-evangélico a la fe de la Iglesia en la virginidad perpetua de María.
John P. Meier (1942-) es sacerdote católico, profesor de Nuevo Testamento en la Catholic University of America de Washington, profesor de N. T. en la Notre Dame University de Indiana, ex-presidente de la Catholic Biblical Association, director de la revista Catholic Biblical Quaterly. Uno de los autores más influyentes en los estudios bíblicos actuales del mundo católico.
En los años noventa del pasado siglo publicó en varios volúmenes una obra enorme, traducida a las lenguas principales, titulada Jesus: a Marginal Jew (Jesús, un judío marginal, editada en español por la Edit. Verbo Divino, Estella, España; también en edición digital. En la solapa de la portada se dice que «es, probablemente, el más eminente estudioso bíblico de su generación». El imprimátur original (25-VI-1991) fue concedido por Mons. Patrick Sheridan, vicario general entonces de la diócesis de Nueva York; en 2001 constituido Obispo auxiliar de la misma diócesis.
Este eminente y tan prestigiado autor, tratando de «los hermanos y hermanas de Jesús» citados en los Evangelios, escribe (subrayados míos) que, «si –prescindiendo de la fe y de la enseñanza ulterior de la Iglesia– el historiador o exegeta es llamado a expresar un juicio sobre el Nuevo Testamento y sobre los textos patrísticos que hemos examinado, considerados simplemente como fuentes históricas, la opinión más probable es que los hermanos y hermanas de Jesús sean verdaderos hermanos». En otros lugares de la obra esta «opinión más probable» se da como una certeza. De este modo Meier, sin negar la fe católica en la virginidad perpetua de María, elimina sus fundamentos históricos y exegéticos; más aún, considera como lo más probable que el Evangelio niega lo que la fe de la Iglesia afirma. Y como él, tantos otros exegetas y teólogos católicos…
La exégesis racionalista, prescindiendo por sistema de la fe en sus investigaciones, no teme llegar a conclusiones contrarias a la fe de la Iglesia. Se inició modernamente en el mundo protestante, exigida lógicamente por la teología liberal. Y concretamente en relación a la Virgen María, tanto la exégesis como la teología protestante liberal –luteranos, anglicanos y otros– han tenido una tendencia clara en contra de la devoción católica mariana, y consiguientemente han puesto especial empeño en negar a la Madre de Jesús sus más altos títulos dogmáticos y devocionales, uno de los cuales es, y no el menos importante, la siempre Virgen.
El teólogo protestante suizo Karl Barth (1886-1968), uno de los más prestigiosos del siglo XX, aunque distanciándose de la teología protestante liberal, y creando la suya propia, mantiene la alergia anti-mariana de los protestantes. Refiriéndose a Lourdes, escribía: «esa gruta es el lugar donde se hace más evidente qué es la mariología católica: un tumor de la auténtica cristología». Y en una carta amistosa a un colega católico le decía: «esa mariología vuestra, que hay que eliminar desde la raíz».
Sin embargo, en el principio de la mal llamada «Reforma», ésta reconoce la perpetua virginidad de María. Tanto Lutero, como Calvino y Zwinglio, profesan con todo empeño esa verdad de la fe. Con su habitual fiereza de expresión, Lutero considera «locos y villanos» a los pocos herejes que negaron esta fe. Y más tarde, a mediados del siglo XVII, la confesión de fe de los calvinistas sigue afirmando que «Jesús nació de la Virgen María y que permaneció Virgen antes y después del parto».
Por el contrario, los herederos de los padres de la Reforma, asumiendo el naturalismo racionalista de la Ilustración, generan la exégesis protestante liberal. Fundándose en ella, afirman hace tiempo como un hecho indiscutible que María fue una madre de familia judía, que tuvo por lo menos cuatro hijos y dos hijas. Maurice Goguel, racionalista reformado, escribe: «no existe el problema de los hermanos del Señor para la historia, sino sólo para la dogmática católica». Giuseppe Barbaglio (1934-2007), biblista católico, cita y hace suya esa frase de Goguel (Jesús, hebreo de Galilea. Investigación histórica. Ed. Secretariado Trinitario, Salamanca 2003, pg. 129-130). Joseph Bornkamm, luterano, declara: «solamente conveniencias doctrinales católicas (u ortodoxas), no los documentos de que disponemos, han hecho de estos hermanos hermanastros o primos, para defender la virginidad perpetua de María». Pues bien, tal herejía –y tal error exegético– ha ido contagiando a no pocos profesores católicos, «libres de prejuicios confesionales», habitualmente seguidistas de los más notables exegetas protestantes liberales.
Es de notar, de paso, que todas las confesiones cristianas que siguen en exégesis un historicismo-crítico racionalista extremo siguen un evidente camino de extinción. Nada quieren saber de ellos los evangélicos, más bien tentados de fundamentalismo bíblico, ni menos los orientales ortodoxos. Son comunidades cristianas degeneradas, que aceptan el aborto, la anticoncepción, la eutanasia, el divorcio, la homosexualidad, el sacerdocio presbiteral o episcopal de mujeres, a veces lesbianas reconocidas, y son quienes producen las exégesis más aberrantes, al gusto del autor y de las ideologías mundanas de moda… Estas comunidades cristianas, al no ser asistidas por la sucesión apostólica, son conducidas de hecho no tanto por sus pastores como por sus teólogos (mucho más valorados en el protestantismo que los pastores), y han mostrado en nuestro tiempo un instinto casi infalible para adherirse sucesivamente a todos los peores errores: nacionalsocialismo, anarquismo, autoritarismo fascista, feminismo extremo, revolución sexual, pacifismo ilimitado, ecologismo pseudoreligioso, conformismo permanente con el modelo cultural predominante en el mundo: en la educación, las costumbres, la política, el arte o lo que sea. Viven intensamente el Romanos 12, 1-3, pero al revés.
Parece increíble que quienes comenzaron con la «Sola Scriptura» se hayan quedado prácticamente «Sine Scriptura». Pero es perfectamente comprensible: dado el libre examen de las Escrituras, habiéndola triturado modernamente con las exégesis analíticas más destructoras de la Palabra divina, y habiendo negado la historicidad de casi toda la Biblia, también de los Evangelios, se quedaron sin Biblia. Perviven a veces malamente estas confesiones en Estados protestantes confesionales, sostenidas por los impuestos eclesiásticos recaudados por la Administración política. En algunas ciudades, subsiste la Facultad teológica, pero ya cesó toda forma de culto en las iglesias, porque quedaron vacías. Tienen los días contados.
Y las Iglesias locales católicas que están más o menos contagiadas de su espíritu llevan el mismo camino hacia la extinción o hacia una reducción extrema. Mientras tanto la Iglesia Católica verdadera y la Ortodoxia subsisten, y los Evangélicos fundamentalistas crecen. Pido perdón por esta digresión, y vuelvo a nuestro tema.
* * *
La filología rechaza las objeciones contra la virginidad perpetua de María. Al menos tres de los Evangelios son seguramente traducciones al griego de originales escritos en hebreo o en arameo, en las que abundan los semitismos, lo que parece no ser tenido en cuenta suficientemente por la exégesis histórico-crítica en lo referente a los «hermanos» de Jesús. Como señala Vittorio Messori,
«tras el griego de los Evangelios adelfòs, hermano, está el arameo aha, o el hebreo ‘ah, que puede significar al mismo tiempo hermano de sangre, hermanastro, primo o sobrino, pero también discípulo, aliado, miembro de la misma tribu y hasta “prójimo” en general, o de la misma ciudad o nación. Todavía hoy no existe en hebreo moderno un término para distinguir al hermano del primo y es necesario recurrir a expresiones como “hijo de la misma madre (o del mismo padre)”. [Y alude a varios lugares del AT y del NT]… Precisamente por esto, los evangelistas –o los traductores del arameo al griego– no dudaron en usar las palabras “hermano de Jesús”, seguros de no ser malinterpretados por nadie. Así sigue siendo en Oriente: tampoco el árabe moderno, como el hebreo actual, tiene un término para distinguir hermanos de primos; y en África y en todas las culturas tradicionales» (pg. 436).
Hermano es en esas culturas «el hijo de mi madre (o de mi padre)». Según esto, lo que es problema para los biblistas occidentales no lo es en las amplísimas zonas de las lenguas orientales o africanas. Aunque el griego tiene un término propio para significar «primo» (anepsios; p. ej., Col 4,10), incluso la Biblia de los Setenta no lo emplea casi nunca, prefiriendo usar la palabra adelfòs, pues los dos términos pueden usarse indistintamente (p. ej., «nuestro hermano Tobías», Tob 7,2). Pero examinemos la cuestión en algunas escenas concretas de los Evangelios.
En las bodas de Caná, según el relato de San Juan (2,1-12), se alude a los hermanos de Jesús. «Después [de la celebración de la boda, Jesús] fue a Cafarnaún con su madre, sus hermanos y [en griego kai] sus discípulos; pero estuvieron allí sólo unos días» (2,12). Y examinando este texto, el biblista José Miguel García Pérez (Madrid, 1951-), profesor en la Facultad de Teología San Dámaso (Madrid), escribe:
«La partícula griega kai traduce textualmente un waw arameo que, con frecuencia, corresponde a la conjunción copulativa española y. Pero, en este caso, el waw es explicativo y su equivalente español es “por tanto, es decir, o sea”. En el griego de los Evangelios no son raros los casos en que esta conjunción griega revista tal significado». Por ejemplo: «Los sumos sacerdotes, los ancianos, y los maestros de la ley y (kai) el tribunal supremo en pleno» (Mc 15,1). Esta traducción es impropia, pues el texto realmente dice: «Los sumos sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley, o sea, el tribunal supremo en pleno», pues, efectivamente, los citados eran los que lo integraban. Del mismo modo el texto antes aludido de Caná, ha de ser traducido correctamente así: «Después fue a Cafarnaún con su madre y sus hermanos, es decir, sus discípulos; pero estuvieron allí sólo unos días». El argumento filológico se ve reforzado por las circunstancias concretas: «Si se tratara de verdaderos hermanos, sería evidente suponer una vuelta a Nazaret, donde todos tenían su casa. Si van a Cafarnaún, la ciudad elegida por Jesús como base para su obra en Galilea, es simplemente porque sus acompañantes no son ni hermanos ni otros familiares, sino discípulos. Como consecuencia, este versículo de Juan especifica con claridad quiénes son realmente estos “hermanos”».
En torno a Jesús maestro se forma un pequeño clan espiritual, en el que todos son «hermanos». En este sentido dice: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque el que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mc 3,33).
Que María «dio a luz a su primogénito» (Lc 2,7) es un dato aceptado incluso por los más críticos. Por tanto, si Jesús hubiera tenido más hermanos, hijos de María, éstos serían hermanos menores –cuatro varones y probablemente dos muchachas, según aseguran estos exegetas–. El hogar de Nazaret estaría lleno de críos. No resulta fácil explicar entonces cómo San Lucas refiere que José y María, cuando Jesús tenía doce años, fueron con él solo a Jerusalén en la peregrinación anual, y permanecieron toda la fiesta, unos siete días. Incluso refiere el evangelista que «iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de Pascua» (2,41). Cuándo Jesús tenía doce años ¿cuántos más hermanos pequeños había en la casa de Nazaret? ¿Esa peregrinación anual es compatible con la vida de una madre de familia numerosa, sujeta a sucesivos embarazos, con un hogar lleno de críos menores de doce años? La peregrinación suponía unas dos semanas de ausencia de la casa. Y por lo demás, no era obligatoria… María tuvo solamente un hijo, Jesús.
Tampoco se comprende, conociendo cuál era en el marco social de Israel la rigidez de la jerarquía intrafamiliar y la primacía absoluta reconocida al primogénito, cómo es posible que los hermanos menores se atrevieran a buscar a Jesús para obligarle a regresar a su casa(Mt 12,46-50). Aquellos «hermanos» eran sin duda parientes de Jesús, y mayores que él.
Aún más. Los evangelistas, concretamente Mateo, que aplicaba sistemáticamente a las distintas vicisitudes de la vida de Jesús toda anticipación profética del Antiguo Testamento, no habrían dejado en modo alguno de citar en esta escena aquello del Salmo: «soy como un extranjero para mis hermanos, como un extraño para los hijos de mi madre» (69,9). Pero no; ciertamente, éstos que ven con malos ojos su ministerio público no son para Jesús «hijos de su madre, hermanos» de sangre; son parientes. Jesús es hijo único de María.
San José, al parecer, murió pronto, pues ya en el ministerio público de Jesús, en la Cruz y la Resurrección, no está presente. Por tanto, al quedar viuda María, no permaneció sola con su hijo pequeño en Nazaret, sino que, según la norma y costumbre de su pueblo, se unió a su familia, fundiéndose en ella. Lo normal, pues, es que todos los de fuera consideraran «hermanos y hermanas» de Jesús a los jóvenes que con él convivían en su nuevo hogar.
Jesús, antes de morir, confía a San Juan la custodia de su Madre santísima. Esta decisión tan grave no tendría sentido si María fuera la madre de un buen número de hijos e hijas. Sabemos que en el día de Pentecostés, están reunidos todos lo apóstoles, perseverando «unánimes en la oración, con algunas mujeres, con María, la Madre de Jesús, y con los hermanos de éste» (Hch 1,13-14). Si estos «hermanos» aquí citados fueran «hijos de María», hermanos reales de Jesús, ¿no era lo natural que fueran éstos quienes acogieran en su casa a su propia madre? Y sin embargo fue San Juan el favorecido: «y desde aquella hora el discípulo la recibió como algo propio» (Jn 19,27). María virgen sólo tuvo un hijo, concebido por obra del Espíritu Santo; el hijo que murió en la Cruz y resucitó al tercer día. Fue siempre virgen.
Pero digámoslo claramente: todos esos argumentos no tienen fuerza alguna para quien niega, al menos en su mayor parte, la historicidad de los Evangelios. Tienen valor para quien reconoce la historicidad de las palabras y hechos aludidos. Pero, por ejemplo, el último argumento citado no tendrá fuerza alguna para quien, haciendo una aproximación histórica a Jesús, nos diga que en realidad no conocemos los sucesos concretos del Calvario. En concreto, «parece bastante claro que el “diálogo” de Jesús con su “madre” y el “discípulo amado” es una escena construida por el evangelio de Juan» (Pagola, Jesús, 10ª ed., 418). Con una arbitrariedad semejante para ir negando sucesivamente la historicidad de dichos y hechos referidos por los evangelistas nos quedamos sin Evangelios. Y desde luego es imposible cualquier debate sobre una cuestión de exégesis, si una de las partes está dispuesta a rechazar la historicidad de todos aquellos dichos o hechos que son contrarios a su pensamiento. No hay nada que hacer.
Josef Blinzer (1910-1970), sacerdote y profesor de exégesis del Nuevo Testamento en Munich y en Passau, escribió sobre la cuestión que nos ocupa una obra muy valiosa, Die Brüder und Schwestern Jesu (Stuttgart 1967), traducida a varios idiomas (p. ej., I fratelli e le sorelli di Gesù, Paideia 2011). Y en ella, con otros autores, expone varios de los argumentos que acabo de citar en favor de la perpetua virginidad de María. Sus tesis las sintetiza con estas palabras:
«Los llamados hermanos y hermanas de Jesús eran primos y primas. Para Simón y Judas el parentesco venía de su padre Cleofás, que era hermano de San José y, como éste, descendiente de David; el nombre de su madre no se conoce. La madre de Santiago y Josés (José) era una María, distinta de la madre de Jesús. Ella, o su marido, estaban emparentados con la familia del Señor, pero no es posible acertar de qué parentesco se trataba. Existe algún indicio de que el padre de Santiago y de Josés (José) fuera de origen sacerdotal o levítico y que fuera un hermano de María», etc. Al no poder entrar aquí nosotros en el análisis pormenorizado de estas cuestiones, citaré otras palabras de Blinzler de gran valor:
«Podemos demostrar que la interpretación católica de la expresión “hermanos del Señor” no es apriorística, no es defensa abstracta de un dogma, sino que toma seriamente en consideración el testimonio de la historia, es decir, del Nuevo Testamento y de la Tradición más antigua». Y observa con pena que «si existe una diferencia en la forma en que la exégesis protestante y la católica presentan sus posiciones, ésta consiste en el hecho de que, en la parte católica se tiene cuidado de tener en consideración los argumentos de la parte contraria, para replicar; mientras que los autores protestantes consideran superfluo perder más tiempo y proceder a la comparación».
Dicen que «el amor es ciego». Gran falsedad. Cuanto más se ama a una persona mejor se le conoce. El mal amor sí es ciego. Pero, por ejemplo, un esposo, si ama mucho y bien a su esposa, «conoce» con gran facilidad sus penas, lo que le alegra, sus preferencias, sus temores, capta en seguida sus estados de ánimo. Por eso, la Iglesia Católica y la Ortodoxia, porque aman muchísimo a la Madre de Jesús, y sobre todo por la gracia de Dios, conocen muy bien a María, tanto en la exégesis como en la teología y la mística. Saben con lucidez ciertísima que el don excelso de la virginidad, que Dios concede a tantos cristianos y cristianas, lo ha recibido con plenitud infinita y perpetua la Santísima Virgen María, la bendita entre todas las mujeres. Saben que su sacratísimo seno virginal concibió al Hijo eterno de Dios por obra del Espíritu Santo, y que el Unigénito del Padre fue el Unigénito de María bendita. Saben con absoluta certeza que jamás la Providencia divina dispuso que de ese vientre inefablemente sagrado nacieran, por obra de hombre, otros seres humanos.
La exégesis protestante liberal en general, pero especialmente en lo que a María respecta, mira con frecuencia despectivamente las argumentaciones de los autores católicos. Los considera retrasados y milagristas, y no tiene apenas en cuenta sus estudios y argumentos. Piensa que, a causa de su marianismo fanático, estamos fijos en cuestiones trivialmente ginecológicas acerca de la virginidad de María. Piensa también que nos vemos obligados a sujetar la exégesis a la enseñanza dogmática de la Iglesia –cuando en realidad es la exégesis protestante liberal, tan errónea, tan maléfica, la que está cautiva de sus prejuicios naturalistas y antimarianos–. No alcanzan a intuir estos hijos de la Reforma el misterio de María, el vínculo tan profundo y coherente que existe entre concepción inmaculada, maternidad divina virginal, unicidad de gracia «entre todas las mujeres», totalidad absoluta de su perpetua consagración virginal al Señor, en alma y cuerpo.
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Confesemos finalmente la fe de la Iglesia en la virginidad perpetua de María. Dice el Catecismo: «La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María… Y la liturgia de la Iglesia celebra a María como la Aeiparthénon, la “siempre virgen”» (499). «A esto se objeta a veces que la Escritura menciona unos hermanos y hermanas de Jesús (cf. Mc 3,31-55; 6,3; 1Co 9,5; Gal 1,19). Pero la Iglesia siempre ha entendido estos pasajes como no referidos a otros hijos de la Virgen María. En efecto, Santiago y José “hermanos de Jesús” (Mt 13,55) son los hijos de una María discípula de Cristo (cf. Mt 27,56), que se designa de manera significativa como “la otra María” (Mt 28,1). Se trata de parientes próximos de Jesús, según una expresión conocida del Antiguo Testamento (cf. Gen 13,8; 14,16; 29,15; etc.)» (ib. 500). Por tanto, «Jesús es el Hijo único de María» (ib. 501).
Nunca esas alusiones a «hermanos y hermanas» de Jesús hicieron dudar a la Iglesia primera de la virginidad perpetua de María. Todos sabían que en las lenguas orientales esos términos significaban no sólo a los hermanos carnales, sino a los parientes en general, a los miembros de una misma gran familia. Y cuando un tal Helvidio, hacia el 380, alega que José y María habían tenido muchos hijos, lo afirma para combatir la superioridad del celibato monástico sobre el matrimonio, y para justificar su tesis. Le contesta San Jerónimo, el más alto exegeta de la época, perfectamente conocedor del hebreo y del griego, con el tratado Adversus Helvidium de perpetua virginitate Mariæ (383), en el que demuestra, con argumentaciones que siguen siendo válidas, que los aludidos «hermanos y hermanas» eran primos de Jesús, no hijos de María. La enseñanza del gran Doctor de la Biblia no hizo sino expresar con argumentos de experto biblista la tradición unánime de la Iglesia. La tesis de María como madre de familia numerosa solamente surgió, como hemos recordado, en los siglos XVIII y XIX, en ámbitos del protestantismo liberal, afectado por el racionalismo ilustrado del su tiempo
La fe de la Iglesia en la virginidad perpetua de María ha sido muchas veces confesada en la Tradición y en el Magisterio.El Catecismo de la Iglesia, como más arriba he recordado, afirma esto breve y claramente (499-501), y remite a numerosos documentos que aquí citaré abreviadamente:
«María virgen», «la Virgen Madre», «la siempre Virgen María», o simplemente «la Virgen», son términos usados en las fórmulas tradicionales que han expresado la fe de la Iglesia: –(215) Traditio apostolica; Dz 10. –(374) Símbolo de Epifanio: «María siempre virgen» (aeiparthénon); Dz 44, título que se repetirá en muchos documentos posteriores. –(391) San Agustín; Dz 14. –(404) Tyrannius Rufinus; Dz 16. –(414) Nicetas; Dz 19. –(449) Carta de S. León Magno a Flaviano; Dz 291. –(553) V Concilio de Constantinopla; Dz 427. –(561) Pelagio I, Carta al rey Childeberto; Dz 442. –(653) Sínodo de Letrán; Dz 503. –(693) Sínodo XVI de Toledo; Dz 573: «la Virgen, así como antes de la concepción conservó el pudor de la virginidad, así después del parto no experimentó ninguna corrupción de su integridad, pues virgen concibió, virgen dio a luz y después del parto conservó síempre el pudor de la virginidad». –(1274) II Concilio de Lyon; Dz 852. –(1555) Pío V, Cum quorundam; Dz 1880: «la siempre Virgen María… permaneció siempre en la integridad de la virginidad, antes del parto, en el parto y perpetuamente después del parto»… Ésta es la fe del pueblo cristiano, confortada y expresada por innumerables Padres y Doctores de la Iglesia.
También el concilio Vaticano II confiesa a «la gloriosa siempre Virgen María» (LG 52; cf. UR 15). Y Pablo VI, en el Credo del Pueblo de Dios (1968), confiesa como dogma de la fe que «María permaneció siempre Virgen» (n.14). En el Catecismo holandés (1968) se decía sobre la virginidad perpetua de María: «Juan 19,27 [las palabras de Jesús en la cruz a la Virgen y a San Juan] hace particularmente improbable que María tuviera otros hijos fuera de Jesús» (Nuevo Catecismo de Adultos, Barcelona, Herder 1969, pg. 81). Pero la Comisión Cardenalicia formada para corregirlo le exigió una declaración más firme: «La virginidad permanente de María es afirmada por la tradición de la Iglesia y es enseñada como una verdad de fe por el magisterio». Esta es también, por supuesto, la fe unánime de la Ortodoxia.
Todos los días del año los católicos, al comienzo de la Misa, confesamos la perpetua virginidad de la Santísima Virgen María: «confiteor Deo omnipotenti, beatæ Mariæ semper Virgini»… «Por eso ruego a santa María, siempre Virgen»… Lex orandi, lex credendi.
José María Iraburu, sacerdote
Post post. –José Antonio Pagola, en las ocho primeras ediciones de su obra Jesús; aproximación histórica, decía en una nota: «Meier, tal vez el investigador católico de mayor prestigio en estos momentos, después de un estudio exhaustivo concluye que “la opinión más probable es que los hermanos y hermanas de Jesús los fueron realmente”» (pg. 43). Según eso, el examen científico de la cuestión en el plano histórico y exegético lleva probablemente al convencimiento de que la Virgen no fue virgen... Y en la edición revisada de su libro (9ª y 10ª) modifica parcamente esa nota en los términos que siguen:
«Según Marcos 6,3, los habitantes de Nazaret se expresan así: “¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón?, ¿no están sus hermanas aquí entre nosotros?”. En la Iglesia antigua había ya diversas respuestas al abordar la interpretación de este texto y de otros que hablan de “hermanos” y “hermanas” de Jesús (Marcos 3,31-32; 1 Corintios 9,5; Gálatas 1,19). La interpretación más divulgada hasta nuestros días ha sido la de Jerónimo, que los considera “primos o parientes cercanos”. Los estudios de Meier y otros exegetas descartan hoy esta interpretación por razones sobre todo filológicas, y consideran que estos textos hablan de “hermanos” reales de Jesús. Estas conclusiones hay que situarlas en el contexto de una cultura patriarcal basada en la agnatio (descendencia a través de varones): en esta cultura, lo único que se afirma cuando se dice que dos personas son “hermanos” es que tienen el mismo padre. La Iglesia católica siempre ha entendido que estos pasajes no se refieren a otros hijos de la Virgen María» (pg. 53).
Dos opciones, pues, para elegir: lo que dicen «los estudios de Meier y otros exegetas» o «lo que la Iglesia católica siempre ha enseñado» con el apoyo de los exegetas católicos, que dan fundamento evangélico al Magisterio apostólico. Como ven, la escasa modificación del texto hecha por Pagola, después de 8 ediciones, con más de 70.000 ejemplares vendidos, en los que la Virgen no es virgen, no es tan patente como fuera de desear.
Índice de Reforma o apostasía
53 comentarios
El resto son las sectas creadas por idiologias equivocadas sin respeto a la madre,sectas que pululan por todo el mundo,tratando de rebajar la magestad de María,elegida y humilde tan solo hay que recitar el magnifica.
Solo una sugerencia: en los párrafos escritos con fuente pequeña, en algunas frases resulta difícil distinguir entre lo escrito de su cosecha y la cita a la que se refiere, ¿podría dejar en reducida solo una de las partes?.
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JMI.-Estudiaremos la cuestión.
Pero para el que ama de corazón a María Santísima y la reconoce como Nuestra Madre, se convencen de esta realidad.
«Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. (Lc 10, 21).
Para los que no sepan inglés:
LUTERO:
La maternidad divina:
“Ella es en verdad llamada no sólo madre del hombre, sino también Madre de Dios… Ciertamente pues María es Madre del auténtico y verdadero Dios.”
La virginidad de María:
“Es un artículo de fe que María es la Madre del Señor y continuó virgen”
La concepción inmaculada:
“Pero la otra concepción, propiamente la infusión del alma, es creencia piadosa y conveniente, que fue sin ningún pecado, así mientras el alma le estaba infundiendo, al mismo tiempo Ella fue limpiada del pecado original y adornada con los dones de Dios para recibir infusa el alma santificada. Y de este modo, en el mismo momento en que Ella comenzó a vivir, lo fue sin ningún pecado…”
La Asunción al Cielo:
“No puede haber ninguna duda de que la Virgen María está en el cielo. ¿Cómo ocurrió? No lo sabemos.”
La veneración a María:
“La veneración a María está inscrita en lo más profundo del corazón humano”
“¿Es Cristo el único [digno] de ser adorado? ¿O acaso no debe ser venerada la Santa Madre de Dios? Esta es la mujer que aplastó la cabeza de la serpiente. Escúchanos. Porque tu Hijo no te niega nada.”
María, Madre de Dios:
“Isabel llamó a María Madre del Señor, porque la unidad de persona en las dos naturalezas de Cristo fue tal que bien puede decirse que el hombre mortal engendrado en el seno de María fue al mismo tiempo el Dios eterno.”
La virginidad de María:
“Helvidio ha mostrado ser muy ignorante al decir que María tuvo varios hijos, porque en algunos pasajes [de la Biblia] se mencione a los hermanos de Cristo…”
“No puede negarse que Dios, al escoger y destinar a María para ser Madre de su Hijo, le concedió el más alto honor.”
“Hasta el día de hoy no podemos disfrutar de la bendición que nos ha traído en Cristo sin pensar al mismo tiempo lo que Dios le dio como adorno y honor a María, al disponerla para ser la Madre de su Hijo Unigénito.”
ULRICO ZUINGLIO
“Se le ha dado a ella lo que no pertenece a ninguna criatura, que en la carne Ella debía traer a luz al Hijo de Dios.”
“Creo firmemente en María, de acuerdo con las palabras del Evangelio, como una Virgen pura que trajo a nosotros el Hijo de Dios, y en el parto y después del parto siempre se mantuvo pura, virgen intacta.”
“Yo aprecio enormemente la Madre de Dios, la siempre casta, inmaculada Virgen María.”
“Cristo ... nació de una Virgen sin mancha.”
“Fue apropiado que a un Hijo tan santo debiera tener una Madre santa.”
“Cuanto más aumente el honor y el amor por Cristo entre los hombres, más debe crecer la estima y el honor dado a María.”
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JMI.-Muy interesantes las citas. Gracias.
"Los reformadores protestantes rechazaban la mediación de María debido a su rechazo por toda mediación humana, pero ellos no negaban la mayoría de los otros dogmas enseñados por la Iglesia católica.
La razón, simple y llanamente, es que no podían obviar el hecho de que el honor y reverencia debidos a la Bendita Virgen es evidente, para cualquier visión objetiva, desde la Escritura."
¿como se le queda el cuerpo?
Menos mal que tenemos articulos como los que escribe usted, que si no mal vamos con la formación de los cristianos de a pie
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JMI.-"Consuélese" (?) pensando que "los cristianos de a pie" generalmente han recibido catequesis con menos barbaridades que los más ilustrados, con títulos académicos, a veces en Univ. extranjeras.
Sabemos por Juan 19:25 que junto a la Cruz estaban la Virgen María, la "hermana" de ésta, María de Cleofás, y María Magdalena.
La "hermana", María de Cleofás, no podría llamarse María si fuera hermana carnal de María, madre de Jesús. Es pariente.
Sabemos por Mateo 27:56 que estaban junto a la Cruz, la Virgen, María la madre de Santiago y José, y María Magdalena.
Una exégesis conjunta nos indica que María la de Cleofás, "hermana" de la Virgen (cuñada diríamos hoy) de Juan 19, es la madre de Santiago y José (Mateo 27) de forma que Santiago y José son "hermanos" (primos hermanos diríamos hoy) de Jesús.
Y si de entre los parientes de Jesús, los dos primeros de los cuatro nombres que da Marcos son primos hermanos (Santiago y José) es que no hay hermanos carnales.
Por tanto, Marcos 6:3 que induce a confusión a protestantes y agnósticos, en realidad, interpretado con los otros pasajes confirma, precisamente, que Jesús no tenía hermanos carnales.
Un saludo.
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JMI.-Claro y contundente. Gracias.
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JMI.-San Pío X: "Debemos decirnos originarios del seno de la Virgen, de donde salimos un día a semejanza de un cuerpo unido a su cabeza" (enc. Ad diem illum 1904).
Impresionante.
Gracias por el blog. Que Dios le bendiga +
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JMI.-Bendición +
Si se admite tal lectura, tendríamos una prueba escriturística de la "virginitas in partu", dado que se niega que haya habido derramamiento de "sangres".
Notando que ese "plural" (sangres) se usa en hebreo ÚNICAMENTE, para referir un derramamiento cruento en un asesinato o en un nacimiento. Pero...en el prólog joaneo, evidentemente estamos ante un nacimiento, del cual se niega ese aspecto, normal en cualquier otro.
Tratan egregiamente este asunto las obras de Ignace De La Potterie, a cuya postura se unen muchos exégetas y mariólogos.
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JMI.-La obra a la que se refiere D. Miguel Antonio Barriola, que nos honra con su presencia en nuestra modesta Sala de Comentarios, es
IGNACIO DE LA POTTERIE, María en el misterio de la Alianza, BAC 533, Madrid 1993, 315 páginas expléndidas (sí, ya sé que es con s, pero con x resulta más impresionante).
Veo ademas, y me causa gracia, que algunos de los teologos "catolicos" hablan de "documentos historicos" y "textos patristicos". Que yo sepa, el unico documento historico fueron los cuatro evangelios, y, que yo sepa, ningun documento patristico pone en duda la virginidad de Maria, ademas de no poder considerarse estos ultimos como documentos historicos, porque, en primer lugar, fueron escritos mucho despues que los evangelios, cronologicamente mas cercanos a Maria, y en segundo lugar, los textos patristicos se basan, hablan de, y/o estan inspirados por los mismos evangelios y el NT en general. Hay que recordar tambien que los padres de la Iglesia consideraban a los cuatro evangelios como historicamente correctos.
Saludos.
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JMI.-Hoy lo más urgente es afirmar que 2 + 2 = 4...
Aunque si uno lo afirma con mucho énfasis, quizá le llamen fanático y fundamentalista. Pero hay que estar a todo.
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«En la confesión de fe en la virginidad de la Madre de Dios, la Iglesia proclama como hechos reales que María de Nazaret:
- concibió verdaderamente a Jesús por obra del Espíritu Santo sin intervención de varón;
- dio a luz verdadera y virginalmente a su hijo, por lo que después del parto permaneció virgen; virgen - según los Santos Padres y los Concilios que trataron expresamente la cuestión (cf. Conc. Roman. Lateran., can. 3: I. D. Mansi, Sacrorum Conciliorum nova et amplissima collectio, X, col. 1151; Conc. Tolet. XVI, Symbolum, art. 22) - también por cuanto concierne a la integridad de la carne;
- vivió, después del nacimiento de Jesús, en total y perpetua virginidad; y, junto con San José, también él llamado a desempeñar un rol primario en los eventos iniciales de nuestra salvación, se dedicó al servicio de la persona y de la obra del Hijo (cf. Conc. Ecum. Vaticano II, Cost. dogmatica Lumen gentium, 56).»
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Traducción realizada desde el original italiano: www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/1992/may/documents/hf_jp-ii_spe_19920524_concilio-capua_it.html
Mi pequeña contribución a su excelente artículo.
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JMI.-Muchas gracias.
Si los "hermanos" de Jesús en el Evangelio hubiesen sido hermanos propiamente dichos y no primos hermanos, no habria correspondido que Jesús en la cruz entregase a Maria como Madre al Apostol Juan, lo cual tuvo dos significados, el practico y el místico, el primero de los cuales puesto en evidencia por el hecho de que, a partir de ese momento, Juan "la recibió en su casa". En efecto, de acuerdo a las leyes y costumbres judias quien debia hacerse cargo de Maria habria sido el hermano siguiente de Jesús en orden de nacimiento.
En segundo lugar, hay una fundamentacion bíblica adicional del dogma de que María permaneció corporalmente virgen durante el nacimiento de Jesús, o en otras palabras, de que el nacimiento de Jesús fue milagroso y no un nacimiento ordinario: el salmo 22 (21 en la numeracion de la Vulgata), precisamente el salmo que Jesús recitó en primera persona en la cruz, y que por lo tanto sabemos con seguridad que se aplica de modo particular y especifico a El.
La primera mitad del versículo 10 dice: "Tú, Señor, me sacaste del seno materno". Esta afirmacion no es consistente con un nacimiento ordinario. No tiene ningun sentido que una persona (divina o humana, no viene al caso) que haya nacido de un modo ordinario, ya sea por parto natural o por cesarea, le diga a Dios: "Tú, Señor, me sacaste del seno materno". ¿Porque qué tendria su nacimiento de especial con respecto al de cualquier otro ser humano? La unica manera logica de interpretar esta afirmación es que el nacimiento de Jesús involucró una intervencion especial de Dios: Dios sacó de un modo extraordinario y milagroso a Jesús del seno de Maria, quien por lo tanto mantuvo integra su virginidad y no sufrio dolores de parto.
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JMI.-Gracias.
Eva es tierra yerma,baldia,maldecida,inhabitada por Dios,de su ser nace el que no tiene razon de ser,arbol de confusion,maleza,cardos y espinas,malas hierbas alrrededor,concebido con dolor por obra de la oscura seduccion.
A Eva la seduce satanas,serpiente que se arrastra por el suelo,Maria es reverenciada por un angel del cielo.
Por aquella entra la firma del mal,que es el dolor,de esta sale SU Majestad,el Sumo Bien,Nuestro Señor.
Eva da a luz a la carne mortal,Maria encarna a la Luz Eterna Espiritual.
Una engendra a los hijos de la justificacion y la otra AL que justifica nuestra perdicion.
Eva nos hizo primogenitos de Faraon y por el Primogenito de Maria morimos a su opresion y nacimos para el Israel de Dios.
Es la diferencia entre el yo(hago lo que me da la gana),y la obediencia,entre la humildad y la soberbia,el libre albedrio y la libertad en Cristo;aquellos fueron expulsados,y los que se arrepientan y se conviertan,se abrira la Puerta y podran dar la vuelta.
La Sagrada Familia son;Jesus,Jose y Maria.
Y si la Cabeza nace de Maria(en la encarnacion),el Cuerpo tambien nace de Maria(en Pentecostes),por el Espiritu Santo,por eso Juan(discipulo amado) es figura de la Iglesia,porque el Cuerpo del Hijo es encomendado a la madre,y la madre es encomendada a la Iglesia de SU Hijo.
(Juan;19;26-27)
"Dijo a SU Madre;Mujer,he ahi a tu hijo.Despues dijo al discipulo;he ahi a tu madre.Y desde aquella hora,el discipulo la recibio en su casa."
La Paz de Cristo.
Gracias, estimado Padre.
Y a Mons. Barriola, por la oportuna referencia.
Gracias por escribir con claridad acerca de la Doctrina.
Una observación: creo que el Dr. Antonio Piñero, Catedrático especialista en documentos antiguos cristianos, parte de una postura agnóstica, y no es Teólogo.
El Arca de los judíos era absolutamente intangible, y la Biblia de hecho nos muestra episodio verdaderamente impresionante, cuando durante el traslado del Arca a Jerusalén (2 Sam. 6,7), vacilaron los bueyes y estuvo a punto de caer al suelo. Uzá quiso agarrarlo y al tocarlo cayó muerto.
José, el esposo de María, sabía por su mujer y por revelación que el Hijo de María "fue concebido por el Espíritu Santo y salvaría a su pueblo de los pecados" (Mt. 1,20-21). Piadoso judío como era el justo José, comprendió que el hombre no puede poner sus manos allí donde con tan impresionante efusión había actuado el Espíritu de Dios. Por eso María es siempre Virgen, pero a la vez verdadera madre de los que hemos aceptado por la fe la salvación que nos ha dado su Hijo Jesús.
Para no llenarlo de muchas palabras le dire que investigue si fue siempre virgen por medio de verificar si Jesus tuvo hermanos carnales y me hice estas preguntas:
1 ¿Por qué en la Biblia de las 10 veces en que se refiere a los hermanos, hermanas, hermano de Jesus siempre se usa la palabra para medio hermano y hermano espiritual? Esta es la palabra a-del-fon
2 ¿Por qué de esas 10 veces nunca viene la palabra para primo: a-ne-psi-os (vea en Colosenses 4:10)
3 ¿Por qué de esas 10 veces nunca viene la palabra para primo y pariente: sigue-non?
4 ¿Que le parece si por favor medita este texto?
“Serán entregados por hermanos (a-del-fon) y parientes (sygue-non)” Lucas 21:16
Recapitulando:
sygue-non significa primo y pariente
a-ne-psi-os significa primo
a-del-fon significa medios hermanos, hermanos y hermanos espirituales.
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JMI.-Siempre es de agradecer que a uno le estimulen a la investigación y al estudio. Pero precisamente he/hemos escrito las argumentaciones escritas en el artículo porque ya he/hemos estudiado la cuestión que nos ocupa.
Sin embargo, esa interpretación queda desvirtuada y rechazada claramente en otros pasajes bíblicos, como por ejemplo, en el segundo libro de Samuel, 6, 23: "Y Mical, hija de Saúl, no tuvo hijos hasta el día de su muerte". Es evidente, a pesar de esa expresión, y de ese "hasta", que a partir del día de su muerte Mical tampoco tuvo hijos.
Empiezan por crear controversias sobre los dogmas de la Iglesia y siembran con ello la duda en las almas, y de eso hay un paso para el abandono total de la fe.
En cuanto a la teoría de dejar que cada uno se exprese con libertad, en según qué cuestiones, es tremendamente peligroso y se me viene al pensamiento una frase que dijo una ciudadana antes de ser guillotinada durante la Revolución francesa : "Libertad, libertad... Cuantos crímenes se cometen en tu nombre".
La batalla contra la virginidad perpetua de María Santísima es un flanco claro de la guerra de Satanás contra Ella, pero él es el gran perdedor. Me permito deducir que, en su rabia, ataca en ese mismo tema a las mujeres en quienes ve la imagen de la Virgen poderosa.
Creo que por eso la virginidad femenina es atacada y ridiculizada como nunca, incluso hay progres que cambian su significado, olvidando la definición del diccionario y exponiéndose al ridículo total. Virgen significa lo que significa, no otra cosa. Y además la excelsa Madre de Dios fue virgen incluso en su espíritu, sin sombra de pecado.
Ella, Virgen y Madre, pisotea la cabeza de la serpiente, que intenta atacarla inútilmente. Los feroces ataques actuales contra la virginidad femenina ya sabemos de dónde proceden.
No nos importa. Estamos con Ella y con su sonrisa de clara vencedora.
Si se "pagoliza" a Xto. lo que resulte, no solo, de María es cualquier cosa.
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JMI.-Gracias, Daniel. El apócrifo Protoevangelio de Santiago (hacia 150) dice que aquellos "hermanos" de Jesús eran hijos de un matrimonio precedente de José, viudo que ya mayor se casó con María. Serían pues "hermanastros" de Jesús. Y tengo entendido que las Iglesias orientales, unánimes en la virginidad perpetua de María, se apoyan normalmente en esta interpretación.
No quiero ser cargante, pero como creo que la defensa del dogma lo merece, creo interesante recordar algo que el Papa emérito Benedicto XVI ya subrayó en su libro sobre la infancia de Jesús: la profecía del Emmanuel Is. 14 7 sólo encuentra sentido en el nacimiento virginal de Jesús. A mi juicio, para el tema de la Virginidad, es importante además porque lo trata de forma, por así decirlo, secundaria. Aquí la doncella (parthenos en los LXX)que concebirá es el portento del que se vale Dios para algo más importante: la restauración del reino no por un Mesías cualquiera, sino por Emmanuel, por el mismo Dios. Eso estaba oculto a Isaías y Ajaz, puesto que no parece tener relación con el contexto histórico en que se produce.
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JMI.-Gracias por sus observaciones. Pero aquí no estamos tratando de la concepción virginal de Jesús en María, sino de si su virginidad fue perpetua o no.
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JMI.-Bien está eso. Siga con nosotros.
SEÑOR José María Iraburu puse con asterisco lo que esta registrado en la historia, las fuentes no las puse pero se encuentran si se buscan, usted quizá coincida que son DIGNAS de investigación y de tomarse en cuenta.
Quise quitar las frases fuertes pero le quitaría la escencia del autor, solo quitare pocas. Si fueran mías; por RESPETO a usted, no las pondría todas:
*Orígenes de Alejandría 245 DC escribió: “La Iglesia tiene cuatro evangelios, los herejes, muchísimos… “
*Orígenes también mencionó Sobre el evangelio de Santiago: “no es digno de confianza“ y “es una obra herética tardía“.
*Para no abrumarlo edite de Ireneo y del Papa Gelasio (decreto gelasiano).
-Estos datos coinciden con este texto inspirado por Dios, escrito por San Pablo:
Cuando yo muera, vendrán…algunos, que ahora son seguidores de Jesús, comenzarán a enseñar mentiras, para que todos en la iglesia los sigan y los obedezcan. (Hechos 20:29,30 TLA).
Pero la forma más rápida de comprobar la veracidad del Evangelio según Santiago y así verificar si María es siempre virgen es que este escrito incluye narrativas que describen a Jesús naciendo en una cueva en contra del texto inspirado que dice que nació en un establo (Lucas 2:1-20).
Sermonario de San vicente Ferrer
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JMI-¿....?
"Dijo, pues, Abram a Lot: Ea, no haya disputas entre nosotros ni entre mis pastores y tus pastores, pues somos hermanos."
Pero Génesis 12,5 dice: "Tomó Abram a Saray, su mujer, y a Lot, hijo de su hermano, con toda la hacienda que habían logrado, y el personal que habían adquirido en Jarán, y salieron para dirigirse a Canaán."
Por lo tanto, Lot era sobrino de Abram, no su hermano. La palabra hebrea "hermano" puede fácilmente significar "sobrino" (o "primo" u otro pariente cercano).
Que nuestros Evangelios sinópticos son básicamente traducciones del hebreo (o el arameo, un idioma muy parecido al hebreo) al griego fue probado (entre otros) por el Padre Jean Carmignac, cuya obra "El nacimiento de los Evangelios sinópticos" comenté para la sección "Lo que leen nuestros blogueros" de InfoCatólica.
Otro argumento.
Mateo 13,55: "¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?"
Mateo 27,56: "Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo." (cf. Marcos 16,40-41; Juan 19,25).
Los dos primeros de la lista de "hermanos de Jesús" son hijos de "la otra María", distinta de María, la madre de Jesús, y de María Magdalena. A fortiori, tampoco los otros dos son realmente hermanos de Jesús.
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JMI.-Gracias, Daniel.
Lo dice el Catecismo (n.500), aunque más brevecito.
La primera SIN mujer y Hombre....en la que nació Adan de la tierra, por obra de Dios.
La segunda hombre sin mujer.....en la que nació Eva de la costilla de AdÁn , por obra de DIOS .
La tecera de hombre y mujer , en la que se hace ahora comunmente la generación.
La cuarta de Mujer sin hombre ,en la que sólo fué engendrado Cristo .
Sermonario de San Vicente Ferrer
Saludos
Si el Evangelio Apócrifo de Tomás posiblemente incluya verdaderos "logia" del Señor (aunque seguramente cribados por una secta gnóstica), es probable que este proto-evangelio tenga noticias ciertas y verdaderas sobre el nacimiento del Señor, aunque muy mezclado a hechos legendarios y maravillosos que merman considerablemente su credibilidad.
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JMI.-Así es. Los Evangelios apócrifos no son libros heréticos. La Iglesia no los reconoce como inspirados por el Espíritu Santo y no los incluye en el "canon" de libros bíblicos. Pero en ellos pueden encontrarse y se encuentran errores, verdades, herejías, leyendas populares, superticiones, tradiciones orales que pueden contener datos históricos verdaderos... Etc. Tienen de todo.
Concretamente, si en general los cristianos orientales siguen la idea de que San José era viudo y los hermanos de Jesús que cita el Evangelio son, pues, hermanastros, eso no significa en modo alguno que lo crea "porque" esa tradición venga consignada en el apócrifo Evangelio de Santiago. La Ortodoxia sabe perfectamente que es un Evangelio apócrifo. Estaba unida a Roma cuando se declaró el "canon" bíblico.
Dios engendró en María a su Hijo Unico por naturaleza, e hijos de nadie mas fueron engendrados en Maria. Dios engendra en la Iglesia a sus hijos por adopcion (en su Hijo Unico), e hijos de nadie mas son engendrados en la Iglesia.
O en terminos del "Cristo Total" de San Agustin, la Cabeza, y solo ella, fue engendrada en Maria, y los miembros, y solo ellos, son engendrados en la Iglesia, en ambos casos por obra del Espíritu Santo.
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JMI.-Los documentos cristianos (Evangelios, cartas apostólicas) son los mejor conservados de toda la antigüedad. Ninguna obra latina completa se conserva de antes del s.VIII. Entre los siglos IV-VI tenemos 78 códices evangélicos completos. Los textos son auténticos.
Y también son auténticos los dichos y hechos que en ellos apóstoles y evangelistas nos dan de Jesús. Hoy (ayer, según hora del lugar) celebrábamos a San Mateo, que convivió 3 años con él. En su Evangelio cuenta lo que oyó y vió. Y de la infancia de Jesús, lo que Él mismo le habría contado a sus apóstoles.
.....
Como ve, comienzo por contestarle brevemente. Pero no debo dejar de observarle que una persona que comienza un comentario diciendo:
"Los evangelios no son históricos. Es más, el Nvo. Testamento tampoco. O sea, ese punto queda fuera del debate. Olvidémonos de que existen. Merezco que"... ne merece ser contestada.
Renán sabía por el entorno cultural, que los hermanos menores no podían reprender al hermano mayor, y que no podía confíar a Juan a su madre en la cruz, de tener otros hijos.
Al parecer el argumento definitivo fue el análisis de los textos siguientes:
"¿No es éste el hijo del carpintero? ¡Pero si su madre es María, y sus hermanos son Santiago, y José, y Simón, y Judas!" Mateo 13, 55
"Pero no es más que el carpintero, el hijo de María; es un hermano de Santiago, de Joset, de Judas y Simón. ¿Y sus hermanas no están aquí entre nosotros?" Marcos 6,3
De su estudios de los vocablos semitas "el hijo", concluyó se refiere a un único hijo. Los otros "hermanos" son parientes.
Otro argumento que se me ocurre(corrijame si me equivoco), es que, entre las costumbres judias, esta la presentacion del primogenito en el templo. Si los supuestos hermanos de Jesus hubiesen sido hijos de Jose de un matrimonio anterior, Jesus no hubiese sido presentado en el Templo como primogenito, ya que no era la "primicia de virilidad" de Jose. Usted me dira si estoy en lo cierto.
Saludos.
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JMI.-Dirja Ud. a Daniel su objeción.
Yo no responderé a la objeción que Ud. pone a su argumentación.
Yo he dado los argumentos principales que los escrituristas católicos han dado y dan para fundamentar en la Escritura la virginidad perpetua de María, que me parecen muy fuertes y coherentes. Y me ha costado un buen trabajo. Pero no puedo ponerme a estudiar, para poder contestar de forma responsable, las diversas objeciones que se fueran presentando.
Siento defraudarle.
Le paso a Daniel su comentario.
El que los argumentos que usted ha escrito demuestran biblicamente la virginidad de Maria y que le ha costado trabajo, nadie lo duda, en absoluto; por eso intento aportar algo al tema.
Quisiera ademas que me aclare que entiende usted por objecion.
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JMI.-Es muy posible que no le haya entendido yo bien. Por cortedad de mi entendimiento o porque estos días he tenido y tengo MUCHISIMO trabajo, y apenas podía-puedo analizar los comentarios que llegan. Entiendo, ya digo, sin ponerme a estudiar el tema detenidamente, que cuando Lucas 2,7 dice que María "dio a luz a su primogénito", que va a ser unigénito, no se refiere a la "primicia de la virilidad" de José, sino a su propia fecundidad virginal. Que José aceptase presentarlo en el Templo como "promogénito", aunque no hubo tenido él parte en su generación, me parece normal, "conociendo la humildad y santidad de SJosé".
Su primera frase "me atrevería" es inoportuna.
Marcos 15,47-16,1: "María Magdalena y María la de Joset se fijaban dónde era puesto. Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle."
Juan 19,25: "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena."
La María madre de Santiago y de José no es la Virgen María, Madre de Jesús, sino María la esposa de Cleofás, madre de Santiago el Menor y de José o Joset, hermana de la Virgen María. La Madre de Jesús no habría sido mencionada en el segundo lugar de la lista de mujeres presentes al pie de la cruz, ni mucho menos como "madre de Santiago y José", sino como "la madre de Jesús".
Salomé es la esposa de Zebedeo y madre de Santiago el Mayor y Juan el Evangelista.
Estos argumentos no son los únicos ni los principales. Sólo complementan los muchos y fuertes argumentos expuestos por el Padre Iraburu.
Además, subrayo un argumento expuesto por Enrique G. B. A. Los nazarenos dicen que Jesús es "el" (no "un") hijo del carpintero (Mateo) y que Jesús es "el" (no "un") hijo de María (Marcos). Luego era el hijo único de José (su padre legal) y de María (su Madre virginal).
HEBREO: Las palabras “hermano” y “hermanos” tenían un sentido muy amplio; por ejemplo ; el rey Hiram de Tiro llamó al rey Salomón, solo por que ambos eran reyes (1Reyes 9:13.) ó David a Jonatan (2 Samuel 1:26.) compárelos abajo con Abram y Lot en plural (Génesis 13:8):
Tiro dijo a Salomón.. mí hermano (’ā•ḥî; אָחִ֑י)
Dijo a Jonatán, mi hermano ( ’ā•ḥî; אָחִי֙)
Abram dijo a Lot: somos hermanos ( ’a•ḥîm; אַחִ֖ים).
GRIEGO: En Jesus nunca se usó esta palabra para ¨primo¨ : a-ne-psi-os, como en este relato: os envía saludos; Marcos, el primo de Bernabé ( Colos 4:10)
Incluso nunca se usó la palabra más cercana que sería sigue-non que es para parientes, tales como primos.
Pero lo más importante aún es este texto, que nos muestra que hermanos no significa primos:
“Serán entregados por hermanos (a-del-fon ) y parientes (sygue-non)” Lucas 21:16.
"Sereís entregados aún por padres y hermanos, y parientes y amigos; y harán morir a a algunos entre vosotros"
Los primos, son una de las tantas formas de parentezco, de los cuales se han dado variados ejemplos que en la Biblia, aparecen denominados como hermanos. No puede pues deducirse, que al hablar aquí de parientes se les incluye para excluirlos de estar comprendidos en el vocablo hermanos.
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Respecto al final del comentario de Daniel Iglesias, no se trata de mi argumento, sino del francés Ernesto Renán, erudito de las lenguas utilizadas en la Biblia, y del cual precisamente no cabe sospechar ningún interés en congraciarse con la Iglesia Católica. Si hubiera podido demostrar que era "un mito más" que María tuvo un solo hijo, lo hubiera hecho.
Pero en un gesto de nobleza intelectual, sostuvo lo contrario, a lo que tantos que se presumen de ilustrados, incluso entre los católicos, sostienen, así adjudicándole a María otros hijos, lo que deja su virginidad reducida un símbolo (como la resurrección).
Espero que la Siempre Virgen María, agradecida por su amor a la verdad en este punto, haya intercedido por el alma de Renán.
AMEN
El “Contexto” nos facilita encontrar la verdad, por ejemplo: Los nombres de los hermanos de Jesus se repiten mas de 2 veces, lo que muestra que no son primos, ejemplo: 3 Santiagos, 6 Jose, ,6 Judas, 8 Simones .
Desde Mateo hasta Apocalipsis las palabras hermano, hermanos (a,as) suman “350 veces” -desde luego ya están restados los pasajes que hablan de hermanos (o,as) de Jesus-.
Su significado gira en torno a hermano:
1 Carnal: Y junto al mar vio a dos hermanos, Pedro, y Andrés (mateo 4:18) y mas…
2 Espiritual: Honrad amad a los hermanos (1 pedro 2:17) y mas…
3 Medio hermano carnal: Herodes y Filipo ( Lucas 3:1) Judá y José (Mateo 1:2)
¿Pero, no hay uno que vincule a primo con hermano?
No, de los 350 “CONTEXTOS” no hay uno.
“Maria fuè siempre virgen”, esta documentado en 5 ocasiones:
He aquí la virgen concebirá Mateo 1:23-1
Una virgen...y el nombre de la virgen era María. Lucas 1:27-2
María dijo: No conozco varón. [Osea soy virgen] Lucas 1:34
el Señor va a daros una señal: He aquí una doncella [Osea una virgen] Isaías 7:14 B. J.
*Una de las razones es como dice isaias 7:14 “una señal de fe de que el Mesias vendrìa de una virgen“, no un dogma de fe.
Despues a Marìa se le vuelve a mencionar como: Maria, su madre, mujer, una mujer, madre de Jesus (Por honestidad conte solo una vez en frases como esta: “María su madre”)
De tantas ocasiones no esta ni explicito ò implicito òsubjetiva ò siempre virgen de forma espiritual, nada, por mas que usted busque no encontrarà el dogma ni siquiera muy escondido, nada.
Hay que meditar en la palabra “Siempre” porque este es un gran pilar y dogma de la iglesia, deberìa estar en las escrituras.
¿Cuantas veces se le vuelve a mencionar a Maria despues?
24 veces la mencionan despues de nacer Jesùs y “el contexto” de estas muestra a “Maria; sin nada que tenga que ver con “Siempre virgen””. Lo siento, fuè el Dios Todopoderoso el que NO lo mandò escribir.
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JMI.-Lo de "debería estar en las Escrituras" no tiene sentido. No hay en ellas formulado ningún dogma. Tampoco se formula que la presencia de Cristo en la Eucaristía es verdadera, real y substancial. O que el matrimonio es un sacramento. O tantas otra verdades de la fe.
El dogma de la MATERNIDAD DIVINA consiste en que la Virgen María
es verdadera Madre de Dios, por haber engendrado por obra del
Espíritu Santo y dado a la luz a Jesucristo, no en cuanto a su
Naturaleza Divina, sino en cuanto a la Naturaleza humana que había
asumido. La Iglesia afirma este Dogma desde siempre, y lo definió
solemnemente en el Concilio de Efeso (siglo V). El Concilio Vaticano II
menciona esta verdad con las siguientes palabras:
"Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es
honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles
acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades" (Const.
Dogmática Lumen Gentium, Num 66).
4. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA INMACULADA
CONCEPCION?
El Dogma de la INMACULADA CONCEPCION consiste en que la
Virgen fue preservada inmune de la mancha del pecado original desde
el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de
Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador
del genero humano. Esta verdad fue proclamada como Dogma de Fe
por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis
Deus.
5. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA PERPETUA
VIRGINIDAD?
El Dogma de la PERPETUA VIRGINIDAD consiste en que la Madre de
Dios conservó plena y perdurablemente su Virginidad. Es decir, fue
Virgen antes del parto, en el parto y perpetuamente, después del parto.
La Iglesia afirma este Dogma desde el Credo compuesto por los
Apóstoles. El Concilio Vaticano II dice:
"Ella es aquella Virgen que concebirá y dará a luz un Hijo, que se
llamará Emmanuel" (Const. Dogmática Lumen Gentium, n 55).
5. EL DOGMA Y LA NOCIÓN DE TRANSUSTANCIACIÓN
1. El dogma
Cristo está presente en el sacramento del altar por transustanciarse toda la sustancia de pan en su cuerpo y toda la sustancia de vino en su sangre (de fe).
Frente a la doctrina de la consustanciación propuesta por Lutero, según la cual las sustancias de pan y vino subsisten juntamente con el cuerpo y la sangre de Cristo, y frente a la doctrina de la impanación impugnada ya por Guitmundo de Aversa, según la cual entre Cristo y la sustancia de pan existiría una unión hipostática, declaró el concilio de Trento que toda la sustancia del pan se convierte en el cuerpo de Cristo y toda la sustancia del vino se convierte en su sangre. Tal conversión recibe el nombre de transustanciación : «Si quis dixerit, in sacrosancto Eucharistiae sacramento remanere substantiam panis et vini una cum corpore et sanguine Domini nostri Iesu Christi, negaveritque mirabilem illam et singularem conversionem totius substantiae panis in corpus et totius substantiae vini in sanguinem, manentibus dumtaxat speciebus panis et vini, quam quidem conversionem catholica Ecclesia aptissime transsubstantiationem appellat», a. s.; Dz 884; cf. 355, 430, 465. El papa Pío vi salió en defensa de la doctrina de la transustanciación contra el sínodo de Pistoya (1786), que la calificaba de «cuestión puramente escolástica» y pretendía descartarla de la instrucción religiosa que debe darse a los fieles; Dz 1529. Cf. Dz
La promesa de la eucaristía (Ioh 6, 22-71 [Vulg. 72])
Después de los milagros preparatorios de la multiplicación de los panes y el caminar milagroso de Jesús sobre las aguas del lago, dijo el Señor a los judíos, deseosos de presenciar otra multiplicación de los panes : «Procuraos no el alimento perecedero, sino el alimento que permanece hasta la vida eterna, el que el Hijo del hombre os dará» (27). En el discurso eucarístico que sigue, habla Jesús primeramente, en términos generales, del verdadero pan del cielo, que ha bajado del cielo y da la vida eterna al mundo (29-34) ; después se designa a sí mismo como pan del cielo que da vida, pero señala que para asimilarse ese manjar es necesario tener fe (35-51a) ; por último, da más detalles diciendo que el verdadero pan del cielo es su carne ; y hace depender la vida eterna de que se gusten o no los manjares de su carne y su sangre (51b-58) : «El pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo. Disputaban entre sí los judíos diciendo: ¿ Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo le resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre está en mí y yo en él.»
Los adversarios de la presencia real entienden que estas palabras se refieren en sentido figurado a la muerte redentora de Cristo en la cruz. Sin embargo, en favor de la interpretación literal abogan las siguientes razones:
a) El sentido natural de las palabras. Debemos notar especialmente las expresiones realistas que usa Jesús: álethes brósis = comida verdadera, real (v 55) ; álethes pósis = bebida verdadera, real (v 55) : trógein = roer, masticar, comer (v 54 ss).
b) La dificultad de dar una interpretación metafórica. Porque «comer la carne» de alguien y «beber su sangre», si se interpretan en sentido metafórico, significan, según el lenguaje bíblico, «perseguir sangrientamente» o «destruir» a una persona; cf. Ps 26, 2; Is 9, 20; 49, 26; Mich 3, 3.
c) El sentido con que lo interpretaron los oyentes de Jesús. Y es de notar que Jesús no corrige tal interpretación, como hace en otras ocasiones con las torcidas interpretaciones de su auditorio (cf. Ioh 3, 3 ss; 4, 32 ss; Mt 16, 6 ss), antes bien, la corrobora, y eso con peligro de que le abandonen sus mismos discípulos y apóstoles (v 60 ss). En el v 63 («El espíritu es el que da vida, la carne no aprovecha para nada») no rechaza Jesús la interpretación literal de sus palabras, sino únicamente la grosera y burda (cafarnaítica).
d) La interpretación de los padres, quienes generalmente refieren la última parte del «discurso de la promesa» (51b-58) a la sagrada eucaristía (así Juan Crisóstomo, Cirilo de Alejandría, Agustín), e igualmente la interpretación del concilio de Trento (Dz 875, 930).
2. Institución de la eucaristía (Mt 26, 26-28 ; Mc 14, 22-24; Lc 22, 15-20; 1 Cor 11, 23-25)
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JMI.-Estimado José Luis, se lo publico "por ser vos quien sois"; pero en principio un comentario tan largo no se admite por dos cosas: 1) porque es muy largo (copiar/pegar de una escrito ajeno)y 2) porque propiamente no es un comentario. El comentarista no dice nada: simplemente copia/pega. Y eso no.
El matrimonio no fue instituido por los hombres, sino por Dios (sent. cierta; Dz 2225). Cf. Vaticano II, const. Gaudium et spes, n. 48.
El matrimonio, como institución natural (officium naturae), es de origen divino. Dios creó a los hombres varón y hembra (Gen 1, 27) y depositó en la misma naturaleza humana el instinto de procreación. Dios bendijo a la primera pareja humana y, por medio de una revelación especial, .tes manifestó su mandato de que se multiplicasen : «Procread y multiplicaos, y henchid la tierra» (Gen 1, 28).
Negaron el origen divino del matrimonio las sectas gnosticomaniqueas de la antigüedad y la edad media. Partiendo de la doctrina dualística según la cual la materia es la sede del mal, estos herejes rechazaron el matrimonio (por el cual se propaga la materia del cuerpo) calificándolo de fuente de mal. Bajo el influjo del espiritualismo platónico, SAN GREGORIO NISENO declaró (De opif. hont. 17) que tanto la diferenciación sexual de las personas como el matrimonio que en ella se funda son consecuencia del pecado que Dios había ya previsto. SANTO TOMÁS refutó la doctrina de San Gregorio (S.th. I 98, 2). SAN JERÓNIMO también hace depender erróneamente el origen del matrimonio del pecado del primer hombre (Ep. 22, 19).
3. Sacramentalidad del matrimonio
a) Dogma
El matrimonio es verdadero y propio sacramento instituido por Cristo (de fe).
Cristo restauró el matrimonio instituido y bendecido por Dios haciendo que recobrase su primitivo ideal de unidad e indisolubilidad (Mt 19, 3 ss) y elevándolo a la dignidad de sacramento.
Contra los reformadores que negaban la sacramentalidad del matrimonio considerándolo como «cosa exterior y mundana» (Lutero), el concilio de Trento hizo la siguiente declaración : «Si quis dixerit matrimonium non esse vere et proprie unum ex septem Legis evangelicae sacramentis, a Christo Domino institutum, sed ab hominibus in Ecclesia inventum, neque gratiam conferre», a. s.; Dz 971; cf. 367, 424, 465, 702. Pío x condenó la negación de la institución divina del matrimonio por parte de los modernistas ; l,, Dz 2051 ; cf. el Sílabo de Pío lx (1864) y las encíclicas Arcanum de León xiii (1880) y Casti connubii de Pío xi (1930), que tratan sobre el matrimonio; Dz 1765 ss, 1853 s, 2225 ss.
b) Prueba de Escritura
San Pablo hace resaltar el carácter religioso del matrimonio, exigiendo que se contraiga «en el Señor» (1 Cor 7, 39) y enunciando su indisolubilidad como precepto del Señor (1 Cor 7, 10). La elevada dignidad y santidad del matrimonio cristiano se funda, según San Pablo, en que el matrimonio es símbolo de la unión de Cristo con su Iglesia ; Eph 5, 32: «Gran misterio es éste, mas lo digo con respecto a Cristo y su Iglesia.» Como la unión de Cristo con la Iglesia es fuente de abundantes gracias para los miembros de ésta, el matrimonio, si es imagen perfecta de la unión santificadora de Cristo con la Iglesia, no puede ser un símbolo huero como era en la época precristiana, sino un signo eficiente de la gracia. Ahora bien, este efecto de comunicar la gracia no podría tenerlo el matrimonio sino por institución de Cristo.
Las palabras del Apóstol no prueban con plena certeza que el matrimonio cause la gracia santificante, causalidad que es nota esencial del concepto de sacramento. La palabra «sacramentum» solamente tiene el significado general de «misterio». Pero el hecho de que el Apóstol compare el matrimonio cristiano con la unión santificadora de Cristo con su Iglesia insinúa — como hace notar el concilio de Trento — que el matrimonio es verdadera causa de gracia (Dz 969: «Quod Paulus Apostolus innuit»).
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JMI.-Digo lo mismo que al comentario anterior.
Esto seria ¿verdad de la fe; sin verdad en la Biblia?.
Lo que es peor aun, si las “Santas Escrituras – osea la Biblia-, como lo presente en mis comentarios revelan LO CONTRARIO al “dogma Siempre virgen”. ¿Pueden dos enseñanzas contrapuestas ser verdad?
Si alguien llegara a enseñar algo que “bien investigado” es contrario a la palabra, entonces...
¿A quien debo obedecer, al Dogma o a la verdad?
Tenemos en común la misma FE en estos 2 textos
Acepten la espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios, (Efesios 6:17)
“Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad”. (Juan 17:17)
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JMI.-ud responde que: "estar en las Escrituras no tiene sentido"; y que “En las Escrituras no estan muchas verdades de la fe”... Yo no pienso ni digo eso.
Dios es la Luz de la Verdad, y por la creación nos la comunica a los hombres en la RAZÓN, y por el Evangelio y la gracia nos comunica una luz sobre-natural de la FE: ambas vienen de Él, y no pueden contradecirse.
Si un filósofo pasa veinte años estudiando el concepto de persona y llega a la conclusión de que Tres Personas en una sola substancia es un absurdo, debe dejar a un ladito sus procesos mentales, y quedarse con la fe en el dogma de la Sma. Trinidad.
Si un físico pasa treinta años investigando la substancia de los seres y llega a la conclusión de que la trans-substaciación eucarística es simplemente imposible, debe silenciar sus pensamientos racionales, y adherirse con absoluta firmeza al dogma de la presencia eucarística de Cristo por trans-substanciación.
Si un cristiano estudia las Escrituras y llega a la conclusión de que la Virgen no fue virgen, tendrá que suspender su pensamiento en sus procesos mentales que le han llevado al error (no sabe en qué paso) y afirmar con absoluta firmeza el dogma católico de la "siempre Virgen María".
Solo un ejemplo, qué necesidad había de que el evangelista dijera "José y María, cuando Jesús tenía doce años, fueron con él SOLO a Jerusalén en la peregrinación anual" si Jesús era hijo único? ¿Por qué la palabra "solo"? Realmente, leyendo las Escrituras, lo que parece es que tenían varios hijos y los dejaron a cargo de otras personas o parientes (quizás por ser demasiado pequeños para emprender tal largo viaje) llevándose únicamente a Jesús, por ser el mayor. Es una explicación igual o más razonable que la suya. Por otra parte, la explicación sobre la primacía del primogénito es algo absurda, perfectamente unos hermanos, incluso menores, podrían ir a buscar al hermano menor porque, aun en el caso de que usted tuviera razón, la autoridad la conferiría la madre, que también los acompañaba, y ante una madre, no hay hijo ni primacía que valga (aparte que en la Biblia dice que querían hablar con él, no obligarle a volver). Así que por supuesto, María podría haber ido a buscar a Jesús con sus hermanos pequeños y estos, siguiendo órdenes de su madre, decirla la que a esta le pareciera menester. Etc etc etc.
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JMI.-Etc., etc., etc. ...
Ellos dentro de ese plan divino fueron santificados, viviendo el camino trazado por Dios.
Pero de ahí a pretender que Maria mantuvo su virginidad toda la vida, y que José nunca tuvo relaciones sexuales con ella, es contrariar el propósito y naturaleza que el creador imprimió al matrimonio.
La ley de Dios no puede ir mas allá de su palabra, era necesario en ese momento dado la virginidad de Maria, pero luego cumplida su misión, ya no era necesario continuar con una condición que ya no tenía propósito.
En la biblia algunos pasajes muestran que José y María, contaban con más hijos.
"Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar.
Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar."
(Mateo 12: 46 - 47)
"Y despertando José del sueño, hizo como el ángel le había mandado, y recibió a su mujer. Y no la conoció (esto significa que no tuvo relaciones con ella) hasta que parió a su hijo primogénito: y llamó su nombre Jesús."
Mateo (1:24-25).
Los vecinos incrédulos de Jesús estaban estupefactos porque conocían a toda su familia—su madre, José, sus hermanas y hermanos. Cuando estos personas se referían a los hermanos y hermanas de Jesús de ninguna manera estaban hablando de sus discípulos. Es obvio que estaban hablando de su familia física, a quienes conocían y con quienes crecieron juntos.
(Marcos 6: 3)
"¿No es éste (refiriéndose a Jesús) el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él."
(Marcos 6: 3)
Juan hace referencia a una profecía cumplida del libro de los Salmos—en ella, dice de Jesús El tiene hermanos y hermanas físicas.
"He sido extraño de mis hermanos, y extraño a los hijos de mi madre. Porque me consumió el celo de tu casa; y los denuestos de los que te vituperaban, cayeron sobre mí"
(Salmos 69:8-9).
¿Porqué era El extraño a los hijos de su madre? Porque sus hermanos no creían en Él.
"Porque ni aún sus hermanos creían en él" (Juan 7:5).
El apóstol Pablo vio a Jacobo, medio hermano de Jesús.
"Mas á ninguno de los apóstoles vi, sino á Jacobo el hermano del Señor" (Gálatas 1:19).
La iglesia Católica dice que la palabra "hermano" debería ser traducida como "primo".
Falso. La palabra "primo" se haya claramente en la escritura y significa precisamente ¡primo!.
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JMI.-No entro a discutirle el tema por una razón fundamental, porque no se debe discutir lo indiscutible, y esto lo es, porque es un dogma declarado por la Igleis.
1. Todos estos pasajes mencionan a "los hermanos de Jesús", pero ninguno habla de "los hijos de María". Esto es particularmente importante si consideramos que tanto en hebreo como en arameo (el dialecto hablado en la Palestina del siglo I) la palabra אח (agjah) describe no solo los hermanos carnales sino familiares de cualquier grado de consanguinidad. Cuando se redactaron los evangelios, el término mas adecuado para traducir "agjah" al griego fue "adelphos", que si significa hermanos carnales. Es´por eso que es posible rastrear los padres de casi todos los supuestos hermanos mencionados en Marcos 6, 3 (todos excepto Simón el cananeo, quien por su origen -de Cana- tampoco pudo haber sido hijo de María). Los pasajes anteriormente mencionados en realidad indican que para Jesús lo verdaderamente importante era el parentesco en la fe y no el parentesco por sangre, tan apreciado por los judíos de su época.
2. Si insistimos en utilizar el término "hermanos" para significar hermanos carnales y por ende hijos de maría, tendríamos que aceptar también este también como evidencia de esos supuestos hijos:
- I corintios 15, 6: "luego se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen:"
3. La virginidad perpetua de María ya fue profetizada en Ezequiel 44, 2: “Y me dijo el Señor: Esta puerta ha de estar cerrada; no se abrirá ni entrará por ella hombre alguno, porque ha entrado por ella el Señor, Dios de Israel; por tanto, ha de quedar cerrada”.
4. De haber tenido Jesús mas hermanos, no tendría sentido ni habría sido necesario haber dejado el cuidado de su madre al discípulo que mas amaba y no a uno de esos supuestos hermanos, tal y como lo hace en Juan 19, 26.
5. Resulta particularmente extraño que teniendo Jesús mas hermanos "carnales" como se afirma en el protestantismo, no exista la más mínima evidencia de que durante los primeros siglos alguien apareciera alguna vez reclamando parentesco lejano con Jesús. Algunos podrán argumentar una teoría de conspiración de la Iglesia para acallar estas voces, pero esto no tendría mucho sentido si tomamos en cuenta que la Iglesia de los primeros cuatro siglos fue una Iglesia perseguida, torturada y martirizada, y no tenia en consecuencia poder para acallar estas voces de haberlas habido.
6. De María haber tenido mas hijos, Jesús seria el único caso en toda la Escritura, en el que UN HIJO producto de un milagro y anunciado por el Señor, termina no siendo el único hijo de su madre: Isaac (tuvo un hermano, Ismael, pero este NO era hijo de Sara), Samuel, Sanson, Juan el Bautista, eran todos ejemplos del poder de Dios (sus madres le concibieron en la esterilidad), y fueron todos hijos únicos. La Biblia no dice que María era estéril, pero era virgen según Isaías 7, 14. ¿Por que habría el Señor de revestir de la dignidad de hijo único a todos esos grandes hombres, y no hacerlo con su propio hijo, el mas grande de todos, que dicho sea de paso también era Dios?
7. Asegurar que María tuvo mas hijos implica no conocer en lo absoluto la idiosincracia de los judíos, que no eran capaces de adueñarse ni tan siquiera de un vaso roto o un plato estriado que había pertenecido al Señor (una vez dejaban de ser útiles, se les enterraba). Incluso en la edad media, los masoretas usaban plumas nuevas exclusivamente para escribir el nombre del Señor, y las rompían una vez lo escribían. María es el Arca de la Nueva Alianza, que tuvo en su vientre al mismísimo Señor. Si los judíos trataban con tanta reverencia un plato, un vaso o una pluma, ¿con cuanta mas reverencia no tratarían a la madre del Señor aquellos que como Jose eran justos y lo sabían?
8San Ignacio de Antioquía, un discípulo de los apóstoles:
"Al príncipe de este mundo le ha sido ocultada la virginidad de María, y su alumbramiento, al igual que la muerte del Señor: tres misterios sonoros, que fueron realizados en el silencio de Dios."Ad Eph. 19, 1.
Desearía que me lo explicase si no le molesta a usted, por favor.
Respecto al seudoargumento de Aquiles Boy (y que tanto le gusta repetir a Meier, sea de paso), sepa que a María Cleofás se la menciona también como hermana(adelphos) de María, pero esto es imposible de interpretar literalmente ya que un matrimonio hebreo no colocaría el mismo nombre a dos de sus hijas carnales.
Es por esa razón que es más verosímil la explicación de Hegesipo que afirma a esta María como esposa de Cleofás, hermano de José y por tanto concuñada de María Virgen, de ahí que se refiera a ella como hermana en un sentido de proximidad familiar, como en el caso de Abraham y Lot.
Por tanto hay más ejemplos en la Escritura en donde se afirma que dos personas son hermanos(adelphos) pero ello no significa que lo sean literalmente.
Es cierto que el griego koiné tiene otro término para significar «primo» (anepsios), pero el el Libro de Tobías muestra que se pueden emplear las dos palabras indistintamente refiriéndose a la misma persona; ver Tobías 7:2: «nuestro hermano Tobit» (adelphós o anepsios, según los manuscritos). Además de que no es muy seguro que que su uso estuviera generalizado entre los hebreos.
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JMI.-Cuando han de publicarse comentarios como éste dedicados a artículos, como éste (236), publicados hace bastante tiempo (septiembre 2013), no anda uno muy fino. Ni sabia yo quién era el "Moisés" que usted citaba.
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