(212-3) El Papa Francisco y el Apocalipsis
La elección del Papa Francisco ha ocasionado en el pueblo cristiano reacciones muy diversas. Aunque predominando ampliamente la alegría y la aceptación, la gratitud hacia Dios y el abandono confiado en su providencia, no han faltado reacciones hostiles, especialmente en el mundo católico más extremadamente «tradicionalista».
Y digo tradicionalista, en un contexto exclusivamente eclesial, no político, distinguiendo esta palabra de otra semejante, tradicional. Porque si todos los católicos vivimos la fe apoyándonos en sus tres fuentes fundamentales, Biblia, Tradición y Magisterio (Vat. II, Dei Verbum 10), todos los católicos somos bíblicos, tradicionales y dóciles al magisterio apostólico. De tal modo que quien no es tradicional, no es católico.
Internet, como siempre, ha sido el medio de comunicación más rápido a la hora de expresar esta diversidad de reacciones ante la elección del Cardenal Jorge Mario Bergoglio como Papa Francisco. Concretamente, al día siguiente de la elección, o a los dos o tres días, junto a las manifestaciones de gozo y confianza que se produjeron, ya no pocos tradicionalistas se expresaron públicamente con acentuada reticencia o con franco rechazo. Y sus escritos, como he podido comprobar, han causado en no pocos católicos una perplejidad y angustia muy graves.
Traté del problema en este blog, en mi artículo Dios proteja al Papa de los ataques de Satanás y de todos sus otros enemigos (16-III-2013). Pero veo la necesidad de insistir sobre lo mismo, procurando, con el favor de Dios, confirmar en la fe y en la paz a mis hermanos católicos perturbados. Para ello, en primer lugar, resumiré un texto que el mismo día de la entronización del Papa (19-III-2013) fue publicado en el blog de la revista Cabildo por el Dr. Antonio Caponnetto, católico argentino (1951-) que, como dice, se vió «obligado a mantener con el Cardenal Bergoglio un doloroso y sistemático disenso» en estos años pasados. Nos vale aquí como ejemplo y síntesis de los argumentos contrarios a la elección del nuevo Papa. Y en segundo lugar, trataré de analizarlo y contestarlo a la luz de la fe.
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—Recitencias o rechazos ante la elección del Papa Francisco
1. Una elección problemática. El Autor aludido, escribiendo a propósito del Nuevo Pontificado, afirma que «será tarea de los teólogos de la historia más eminentes, discernir con solvencia si el Cónclave que eligió al Papa Francisco estuvo iluminado y movido por la inspiración del Espíritu Santo, como la fe nos lo señala; o si por alguna razón que ahora ignoramos, los Cardenales electores fueron engañados, resultaron objeto de alguna extraña manipulación, o cerraron su entendimiento a la lumbre del Paráclito». Así pues, los cristianos no tenemos hoy conocimiento cierto sobre la elección del Papa Francisco, en tanto «los teólogos de la historia más eminentes» dictaminen sobre tan gravísimo asunto.
2. Un grave dilema nos enfrenta a dos posibilidades. «Una la presencia [en el Cónclave] del Espíritu Santo, que no osaríamos negar. Otra la recepción del mismo por parte de los electores, que pudo haber estado parcialmente eclipsada, por los motivos que la misma Escritura advierte». Este «eclipse», de suyo, es posible, ya que «las deliberaciones de los hombres son indecisas y sus resoluciones precarias» (Sab 9,14).
La duda que presenta el Autor no se refiere a la asistencia del Espíritu Santo en el Cónclave, ni tampoco a «la valía moral de quienes se aprontaban a ser movidos por Él, sino [que está] en la incertidumbre sobre la ciencia, la serenidad y la prudencia de este específico Cardenalato para signar a la persona indicada».
3. Es posible que la elección haya sido funesta. No cabe excluir esta posibilidad. «Es imposible omitir o ignorar que el hombre que acaba de llegar a la silla petrina arrastra concretos, abultados y probadísimos antecedentes que lo sindican como un enemigo de la Tradición Católica, un propulsor obsesivo de la herejía judeocristiana, un perseguidor de la ortodoxia y un adherente activo a todas las formas de sincretismo, irenismo y pseudoecumenismo crecidas al calor de la llamada mentalidad conciliar».
Y no debemos ignorar tampoco las adhesiones que su nuevo Pontificado ha suscitado en los guías del Modernismo actual, como Küng y Boff, en las sinagogas judías, en la masonería argentina. «Rabinos, cabalistas y masones están de parabienes». Son indicios muy negros.
4. Es posible, sin embargo, por milagro de Dios, que Bergoglio cambie al ser constituido Papa Francisco: «Como se ha repetido en estos días, el Cardenal Bergoglio ha muerto para dar paso al Vicario de Cristo; si Dios opera el milagro de sacar agua de las piedras y de convertir a Mastai Ferreti en el insigne Pío IX», aún hay esperanza. «Todo esto lo creemos, esperamos y rogamos».
No parece, sin embargo, que el Autor crea probable este cambio. Más bien da a entender que, al menos por ahora, Francisco sigue siendo Bergoglio. Prueba de ello, nos dice, es que cuando llamó por teléfono a su secretaria de Buenos Aires, ella le preguntó azorada cómo tenía que llamarle: «“Llámeme Padre Bergoglio”, fue la respuesta». Y el Autor comenta esta anécdota diciendo: «El primero que debe creer y aceptar que Bergoglio ha muerto para dar lugar al Santo Padre Francisco, es el mismo Cardenal Jorge Mario Bergoglio».
5. No cabe excluir tampoco la posibilidad de que el nuevo Papa sea introductor del Anticristo. «También es católico leer el Libro del Apocalipsis. Y en el capítulo trece se describe a dos fieras, del mar la una, de la tierra la otra, que a su turno, y desde ámbitos distintos aunque complementarios, coadyuvan al triunfo del Anticristo. Contestes están los hermeneutas, y citamos por lo pronto a Straubinger –quien a su vez remite a los Padres– en que esta fiera terrena tiene mucha semejanza con el pastor insensato del que habla Zacarías (Zac.11,15); en que podría tratarse de “un gran impostor que aparece con la mansedumbre de un cordero”; en que no sería otra cosa, al fin, más que un falso profeta al servicio de la Bestia».
6. Las dos posibilidades han de ser consideradas. «No estamos diciendo ni sugiriendo que el Papa Francisco sea la Fierra Terrena que columbró San Juan. Estamos diciendo que tan católico es confiar en que la Divina Providencia puede hacer de un heterodoxo al Papa del Syllabus, como tener en cuenta que, alguna vez, un Falso Profeta puede acarrear a la perdición desde un alto sitial religioso. Y que ese “alguna vez” no puede excluir nuestro presente, sólo porque nos aterre la sola idea de protagonizar el final». El Autor, a los dos días de la elección del Papa Francisco, estima lícito creer en el Papa, pero también nos permite sospechar que el Papa Francisco sea el Falso Profeta, la Fiera Terrena que se apodera de la Santa Sede, la de Pedro, la del Vicario de Cristo.
Esta terrible posibilidad ya había sido anticipada por Mons. Lefebvre, cuando dijo: «Como la Sede de Pedro y los puestos de autoridad de Roma están ocupados por anticristos, le destrucción del Reino de Nuestro Señor avanza aceleradamente» (29-VIII-1987, Ob. Tissier de Mallerais, Marcel Lefebvre, une vie, Clovis 2002, pg. 578). Y hace poco (11-XI-2012), el Ob. Bernard Fellay, Superior General de la FSSPX, volvía a la misma idea: «Las apariciones bellas, magníficas, de Notre-Dame de la Salette, de Nuestra Señora de Fátima, anuncian esta época, dolorosa, terrible. Roma vendrá a ser la sede del Anti-Cristo, Roma perderá la fe… se dice en La Salette. La Iglesia se verá eclipsada. Y no son palabras sin importancia. Dan la impresión de que es lo que ahora se está viviendo».
7. ¿Estamos en sede vacante? El Autor no lo afirma, pero sugiere la posibilidad. Si realmente la Iglesia pasa por ese misterioso «Eclipse» que señala como posible, si la Sede de Pedro ha caído bajo el poder del Anticristo, eso significa que la Cátedra romana está sede vacante, pues un Papa hereje no es verdaderamente el Papa.
El aludido Mons. Lefebvre ya muy pronto puso en duda la verdadera identidad de Pablo VI como Papa: «¿Cómo un sucesor de Pedro ha podido en tan poco tiempo causar más destrozos en la Iglesia que la Revolución del 89?… ¿Tenemos verdaderamente un papa o un intruso sentado en la sede de Pedro?» (8-XI-1979; Tissier 533).
8. Hacerse hoy esta pregunta es un deber de conciencia de cualquier católico responsable. «Tanto se peca contra la mirada sub specie aeternitatis si nos negamos a considerar que la gracia de estado puede hacer prodigios, aún en un hombre contrahecho; como si nos negamos a considerar que la revelación divina contenida en el Apocalipsis es tema que no nos compete aquí y ahora». Así pues, piense el pueblo católico con toda piedad y responsabilidad: ¿Será el Papa Francisco el verdadero Papa, puesto por Dios a través de la decisión del Cónclave, o será «la Fiera Terrena, que columbró San Juan» en el Apocalipsis, aquel Pastor falso que por el mysterium iniquitatis llega a apoderarse de la Sede de Pedro?
9. Los primeros gestos del Papa Francisco son muy alarmantes. Al considerar al Papa Francisco, sigue diciendo el Autor, no sólo hemos de tener en cuenta sus antecedentes bergoglianos, que lo muestran como propulsor de herejías y enemigo de la ortodoxia, sino también las palabras y gestos que en esta semana primera de su Pontificado confirman las sospechas negativas.
Es cierto que la presentación primera del Papa Francisco parece humilde y sencilla. Pero «no debe confundirse la virtud de la humildad con su parodia». No ayuda la elevación de las almas realizar «ademanes gratos a las tribunas aplaudidoras». «En nada se analogan el abajamiento ascético y el plebeyismo gestual». Por ejemplo, «calzar por humildad zapatos ordinarios de calle, cuando hasta ayer se usaron otros en consonancia con los colores litúrgicos y la dignidad del Divino Peregrino a quien esos pies representan en la tierra, es ofender, o al menos poner en duda, precisamente por contraste, la humildad de quien hasta hace instantes calzó de ese modo». Simplificar el necesario homenaje de Cardenales y fieles en la investidura es también «suprimir el ceremonial tradicional y digno, con sus signos, sus gestos, sus pasos demarcados y significativos, porque dicha supresión no comporta incremento de la humildad sino abolición de los ritos y de los símbolos. La Iglesia no es la limusina ni los uniformes de los guardas suizos. Pero bien ha explicado Guardini la pervivencia del espíritu eclesial en los signos sagrados. Si en nombre de la austeridad quedasen abolidas o relegadas todas aquellas hierofanías que comporta el canto, la museta, la estola o la bendición melismática [cantada en gregoriano], el Papado no habrá ganado en pobreza evangélica. Se habrá vaciado de mytos […], se habrá inmanentizado y rebajado, para hablar sin metáforas». El Papa desaconsejó a los argentinos viajar a su entronización en la Sede pontificia. Pero «querer viajar a la Ciudad Eterna para postrarse ante el Vicario de Cristo, no es un dolo que deba reprimirse, dando el monto del pasaje a los pobres, sino una virtud llamada magnificencia»; y alude la escena de María ungiendo a Jesús con un costoso perfume, y el comentario de Judas (Jn 12,1-11).
10. Es inevitable una cierta bicefalía en la Iglesia. Éstos y otros gestos igualmente lamentables justifican el dolor y la sospecha que ya tuvo el Autor cuando Benedicto XVI anunció su dimisión: «guste o no guste, la Iglesia, en la práctica, quedará sujeta a una bicefalía. Tanto más si, como está a la vista, el heredero del Cardenal Ratzinger parece querer diferenciarse de él, y de sus predecesores».
11. No faltan, sin embargo, fundamentos para la esperanza. Dice el Autor: «En esa espera tensa nos acompaña una promesa, un pedido y un ejemplo. La promesa es de Nuestro Señor Jesucristo. “Yo rezaré por tí para que no desfallezca tu fe”, le dijo a su primer vicario, y en él a todos sus sucesores […] Recemos recíprocamente para sostenernos en estos tiempos, tal vez apocalípticos, sin el uso hiperbólico sino estricto de la palabra; y elevemos en común la plegaria a la Trinidad Santa para que nos permita discernir […] Si fuera la hora de la luz, que nos dejemos envolver por ella, olvidándonos de las tenebrosidades del pasado. Si en cambio éstas persistieran, que no desertemos de la luz».
Hasta aquí el Autor.
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—Aceptación católica del Papa Francisco
1. Escritos como éste, a propósito del Nuevo Pontificado, están causando graves daños entre sus lectores. Repito lo que dije en mi anterior artículo glosando el texto de un lefebvriano: con textos como éste se procura «el siniestro objetivo de dificultar al máximo a los fieles católicos tradicionales y a los tradicionalistas la aceptación del nuevo Papa Francisco en fe y confianza, caridad y obediencia». Y aunque sea en contra de la intención de sus Autores, de hecho, «colaboran con el Enemigo, que disfruta destruyendo el amor al Papa y a la Iglesia en el corazón de los fieles».
2. Es inadmisible afirmar que el Cardenal Bergoglio era un promotor de herejías, y que hará falta un milagro para que sea un buen Papa Francisco. Aunque el Autor, en varias ocasiones, afirma su fe en la acción del Espíritu Santo en el Cónclave, difunde públicamente su convicción de que hará falta un milagro para hacer del Papa Francisco un auténtico Sucesor de Pedro, fiel Vicario de Cristo. Y eso es una falsedad intolerable.
Hago notar de paso que los tradicionalistas más extremos han de dar muchas gracias a Dios porque hoy la Iglesia no mantiene algunas sanciones que durante muchos siglos, es decir, tradicionalmente, se aplicaron con frecuencia, como las excomuniones. Si esa tradición concreta hoy se mantuviera, muchos de ellos habrían sido ya fulminantemente excomulgados. Si el que «atenta físicamente» contra el Papa queda automáticamente excomulgado (Código c.1370,1), considérese la sanción que merece quien «atenta espiritualmente» contra él, denigrándolo públicamente y difundiendo su personal convicción de que es un amigo de herejes y un perseguidor de la ortodoxia.
3. La Iglesia no pasa por un eclipse. No hace falta ningún milagro para que el Papa Francisco sea un fiel Vicario de Cristo en la tierra, pues éste es justamente el don de gracia que Simón recibió de Jesús hace unos días para venir a ser Pedro: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará» (Mt 16,18). Y vinculada a esa promesa de Jesús va esta otra: «Yo estaré con vosotros siempre, hasta la consumaciónde los siglos» (Mt 28,20). Dentro de la economía normal de la gracia está que Cristo, eligiendo a Simón como cabeza del colegio apostólico, lo transforme en Pedro.
Por eso mismo, no se necesita tampoco que el pueblo cristiano haga un discernimiento acerca de la autenticidad del Papa Francisco. Es bastante que lo reciba simplemente con fe y esperanza, con amor y obediencia. Cuando el Autor dice que «será tarea de los teólogos de la historia más eminentes, discernir si el Cónclave» acertó o erró, está afirmando una gran falsedad. Si fuera ésta una exigencia verdadera, tendría que decirnos cuántos años habrá de esperar el pueblo cristiano a que se produzca ese discernimiento «histórico» fidedigno. Y qué debe hacer mientras tanto.
4. La oración de Cristo y de su Iglesia Esposa tiene un poder irresistible. El Papa está «sujeto» a la verdad y al bien por la oración de Cristo y de toda la Iglesia celestial y militante. Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, sentado a la derecha del Padre, «vive siempre para interceder por nosotros» (Heb 7,25), los cristianos, y su intercesión es especialísima en favor del Sucesor de Pedro: «Simón, Simón, Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo. Pero yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te hayas convertido, confirma a tus hermanos» (Lc 22,32). Simón, por sí mismo, es impulsivo, carnal, temeroso: no quiere en absoluto la cruz para Cristo, piensa como los hombres, no como Dios, y niega tres veces a Jesús. Es Cristo quien transforma a Simón al elegirle y establecerle como Primado del colegio apostólico. Es su gracia la que cambia a Simón en Pedro, en la Roca sobre la que edificará su Iglesia. El Papa, al ser investido como Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro, recibe «una gracia de estado» permanente que, por supuesto, no lo exime de todo error o pecado, ni lo hace infalible en todos y cada uno de sus actos y palabras, pero que sí opera en él cambios muy profundos.
Y con Cristo orante, toda la Iglesia ora por el Papa Francisco: los ángeles y los santos del cielo, las parroquias y capillas de la tierra, los conventos y monasterios, los hogares cristianos. Toda la Iglesia está orando continuamente por el Papa, por el Papa Francisco. Cuando Pedro fue encarcelado, «la Iglesia oraba insistentemente por él» (Hch 12,5). Y ahora, en el año 2013, toda la Iglesia, todos los días, en todas los cientos de miles de Misas, en todo el mundo, ora continuamente «por el Papa Francisco». En la Misa, en la oración de los fieles, al final de Rosario, pide «por el Papa y sus intenciones».
Bien hace el Papa Francisco en decir con frecuencia «rezad por mí». Pero lo haríamos igual sin su ruego. La oración por el Papa y los Obispos está situada en el centro de la Eucaristía y del corazón del pueblo cristiano. Y estamos absolutamente seguros –sin necesidad de hacer discernimiento prudencial alguno– de que el Señor nos escucha y nos concede lo que le pedimos, porque así lo ha prometido: «lo que pidiereis [al Padre] en mi nombre, eso haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo» (Jn 14,13).
5. El Autor considera con gran dureza, haciendo no pocos juicios temerarios, los gestos iniciales del Papa Francisco (9). Pero en cuestiones prudenciales, el Papa puede perfectamente modificar o eliminar tradiciones pontificias con la suprema Autoridad apostólica de que está revestido. Y siempre se han producido esos cambios, en mayor o menor medida, al paso de los siglos. Si miramos, por ejemplo, la evolución de la indumentaria de los Papas en los últimos cien o doscientos años, podríamos comprobar muy numerosos cambios. Entre San Pío X y Pío XII, entre Juan XXIII y Juan Pablo II, entre Benedicto XVI y el Papa Francisco, los ha habido, como todos sabemos, y seguirá habiéndolos sin que por eso se desmorone la Roca de Pedro. Incluso en un mismo Papa, como Benedicto XVI, algunos intentos de cambio –la recuperación del gorro «camauro» o del sombrero «saturno»– no prosperaron, y renunció a ellos. El Papa Francisco tiene, pues, perfectísimo derecho a presentarse por primera vez en la loggia de la Basílica de San Pedro sin muceta y sin estola, para recibir luego ésta, a la hora de bendecir los fieles. Y aunque no se sirva de otras «hierofanías», como dice el Autor, en nada disminuye ante el pueblo católico su excelsa dignidad de Romano Pontífice. Las críticas hechas por el Autor sobre estas cuestiones son crueles y falsas, y sólo sirven para denigrar al Papa Francisco gratuitamente.
Cuando Pío XII, en un momento de la II Guerra Mundial, para detener el peligro inminente en que se veía la Ciudad Eterna, se pone a orar en medio de la muchedumbre con los brazos en cruz y mirando al cielo, no está haciendo ningún gesto teatral, sino expresando su oración al modo que le es más propio. Y el Papa Francisco, realizando entre los fieles algunos gestos que podrían parecer populistas, no está haciendo ejercicios de campechanía para ganar el aplauso del pueblo, sino que está expresando con toda sinceridad su modo de ser. Eugenio d’Ors decía que «cuando el enfático habla con énfasis, está hablando con naturalidad». Ni Pío XII ni el Papa Francisco están haciendo teatro.
6. La dignidad sagrada del Romano Pontífice puede expresarse y se ha expresado históricamente en modos muy diversos. Hace poco precisamente escribía yo en este blog sobre el valor y la necesidad de los signos sagrados (210) y lamentaba grandemente las pésimas consecuencias que trae la secularización del sacerdocio ministerial, también en su apariencia exterior(212). Pero con la misma convicción hay que afirmar la licitud, y la necesidad incluso, de una cierta evolución en la forma concreta de los signos sagrados. La tiara, la silla gestatoria, acompañada de flabelos, la capa magna con una cola de cuatro o cinco metros, sostenida por un caudatario, el besapiés del Papa, y tantos y tantos otros modos y gestos tradicionales en la vida de la Iglesia pueden y deben cambiar o eliminarse en el tiempo histórico oportuno. Interpretar esos cambios como atropellos a la majestad de la liturgia o del Papa es un abuso inadmisible.
En ocasiones, por otra parte, formas relativamente modernas, como las casullas en forma de guitarra, son exigidas por los tradicionalistas como signo de fidelidad a la tradición; cuando lo cierto es que ese estilo de casulla, la que deja los brazos descubiertos, fue desconocida antes del XVI, y es por tanto relativamente moderna. Mucha más tradicional es la casulla antigua y medieval, que cubre al sacerdote completamente como una casita (casula) o una capa (casubla). De modo semejante, las mitras episcopales altísimas, a veces hoy usadas, no son en absoluto tradicionales, aunque algunos las exijan como si lo fueran. Las mitras usadas en la antigüedad y en la Edad Media, según se nos representan en mosaicos, sepulcros, imágenes y capiteles, eran bastante más bajas.
7. El Papa Francisco, como bastantes Papas lo han hecho, puede introducir en cuestiones formales cambios considerables, quitando y poniendo, según la Iglesia y las circunstancias del mundo se lo aconsejen. Asistido por el Espíritu Santo y por toda la Iglesia, permanecerá absolutamente en la doctrina católica de fe y costumbres, e incluso mantendrá también en cuestiones menores una continuidad espiritual de fondo con las tradiciones de la Iglesia, aunque cambie ciertas formas concretas. Por supuesto que la infalibilidad no asegura la perfección en la verdad y la prudencia de todos y cada uno de sus gestos y palabras, lo que puede verificarse por la misma historia de los Papas. Pero los cambios que estime convenientes de ningún modo han de ser pre-juzgados y juzgados con suspicacia y dureza de juicio. Ni han de producir la «bicefalía» profetizada por el Autor.
Puede el Papa cambiar el lugar tradicional para el Cónclave, saliéndose de la Capilla Sixtina, si es que llegara a considerarla como una explosión grandiosa del espíritu sensual y neopagano del Renacimiento, y si es que prefiriese para el Cónclave la inmensa majestad de las sobrias Basílicas romanas. Puede el Papa suprimir las Jornadas Mundiales de la Juventud, o puede transformarlas en Continentales, o incluso Nacionales, evitando que cientos de miles de jóvenes tengan que viajar periódicamente a sitios lejanísimos –¡a Australia!–, gastando en ello mucho trabajo, tiempo y dinero. Puede restablecer la muy venerable tradición de los diezmos, para que el pueblo cristiano exprese mejor el amor de la Iglesia a las misiones y a los misioneros, a los templos y a los sacerdotes, a los pobres y a los países pobres. Puede ordenar que se niegue el sacramento del matrimonio a parejas de bautizados no practicantes, para evitar una previsible profanación habitual del vínculo conyugal. Y todas éstas y tantas otras determinaciones posibles, en el caso de que las decidiera, las tomará asistido por la Iglesia, especialmente por el Colegio apostólico de los Obispos y por las propias Congregaciones de la Santa Sede por él constituidas, y con una asistencia especial del Espíritu Santo, distinta, por supuesto, del don de la infalibilidad.
Yo, acerca de la conveniencia o inoportunidad de los ejemplos aludidos, no tengo ni la menor idea. Lo mismo que mis lectores, podré tener ciertas opiniones –y a veces ni eso–. Pero el Romano Pontífice sí tiene esa gracia de estado como Pastor universal de la Iglesia. Por tanto, cuando el Papa Francisco realice en esas cuestiones prudenciales los cambios que estime convenientes –aunque, por supuesto, su discernimiento no sea infalible–, ninguno se atreva a calificarlos de atropellos a la Tradición o de ofensivos distanciamientos de su predecesores. Y menos lo haga a priori, antes de que inicie su guía pastoral de la Santa Iglesia. «La Primera Sede por nadie puede ser juzgada» (Código c.1404).
8. Recibamos al Papa Francisco como un don de Dios providente. El Obispo brasileño Mons. Fernando Arêas Rifan, en carta a sus sacerdotes, exhorta después del Cónclave con una doctrina que, ésta sí, es verdaderamente tradicional: «Hago mías las palabras de Dom Antonio de Castro Meyer, cuando era Obispo diocesano de Campos, refiriéndose al Beato Juan Pablo II: “Como fieles católicos, en nuestras relaciones con el Papa debemos dejarnos guiar por un vivo espíritu de fe. Y ver siempre en el Papa al Vicario de Cristo en la tierra. Sus palabras, en el ejercicio de su ministerio, deben ser recibidas como palabras del mismo Señor. Por eso debemos al Papa respeto, veneración y dócil obediencia, evitando todo espíritu de crítica destructiva. Es necesario que nuestro proceder refleje la convicción de nuestra fe, que muestra al Papa como Vicario del mismo Jesucristo” (Veritas, abril-maio de 1980)».
En el salmo interleccional de la misa de hoy, sábado de la V semana de Cuaresma, toda la Iglesia, unánimemente, con la absoluta firmeza de la esperanza, hemos confesado una y otra vez:
«El Señor nos guardará como pastor a su rebaño» (Jer 31,10).
José María Iraburu, sacerdote
Índice de Reforma o apostasía
103 comentarios
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JMI.-Gracias. Lo corrijo "al tiro".
No publicaré ningún comentario agresivo contra el profesor Caponnetto. Yo he criticado un escrito suyo, y basta. No aceptaré comentarios contra su persona, su historia, su filiación política, etc. Por respeto a él y para que no se descentren los comentarios del tema del artículo.
Creo que la preocupación, por la elección de un Papa tan distinto como el actual, es legítima; pero ante todo, la Iglesia goza de la asistencia del Espíritu Santo que la han hecho salir avante de numerosas pruebas y no pocos antipapas. Así que, que bueno que los fieles, y aún los enemigos de la Iglesia cuestionen. Ojalá todos seamos capaces de tener la humildad de reconocer que puede haber algo o mucho de verdad en los planteamientos del que piensa distinto de mí.
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JMI.-Ahora mismo, con ayuda de una escalera, me bajo del alto pedestal de mi soberbia.
Quede tranquilo.
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JMI.-Comprendo bien su situación.
Es tal como la describe, ciertamente.
Cuente con mis oraciones. Bendición +
Me da pena que a veces escriban comentarios, incluso muy largos, para después no verlos publicados. Por eso quiero dejar claro que no publicaré comentarios denigratorios contra el Card. Bergoglio, ni tampoco aquellos que apoyen la hipótesis de que el Papa Francisco posiblemente, probablemente o ciertamente es un Papa impostor y falso.
Otra cosa.
He recibido y contestado un comentario interesante sobre el ecumenismo falso que, por alguna falla mía, ha quedado borrado sin querer. Ruego a su autor que vuelva a enviarlo.
resulta que era tuyo el comentario sobre ecumenismo que se me había borrado. Ya he podido recuperarlo. Despiste informático.
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Padre,¿El Ecumenismo, con las demás religiones puede causar mucha confusión?, le comento que antes de CVII era considerado pecado ir a otras religiones, lógicamente que por miedo a no pecar que a la convicción de ser católico. Ahora después de CVII se ha perdido esta fuerza de la salvación solo es por la Iglesia Católica, le comento esto porque de Gran parte de mi Pan-familia tradicionalmente católica se desvió y se hizo MAHIKARI. Aduciendo que era compatible con el Catolicismo y he escuchado a Misioneras Católicas en testimonio resaltando el papel que tiene las iglesias Evangélicas para las personas y muchos que no la tienen claro la Doctrina Católica, ante esta ambigüedad, fácilmente pueden pasarse a otra religión, Aun mas con las imágenes del Papa con otras Religiones que se puedan interpretar de manera errónea, claro que lógicamente Nuestro Señor Jesucristo haría lo mismo. Gracias por su respuesta.
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JMI.-Así es, Nelson, en los últimos decenios ha habido muchos casos de ecumenismo salvaje, que nada tiene que ver con el Magisterio apostólico, por ejemplo, con el decreto Unitatis redintegratio (1964) del Vaticano II o con la Declaración Dominus Iesus (2000), firmada por el Card. Ratzinger, Prefecto de la CDF, con la aprobación de Juan Pablo II. Es cierto que muchos católicos "no tienen clara la Doctrina Católica", pero la Doctrina Católica sobre el ecumenismo sí que la Iglesia la tiene muy clara. Es cuestión de que no nos guiemos simplemente por nuestro propio pensamiento o temperamento ("too er mundo e güeno", unos; "todo el mundo está podrido", otros), sino por la altísima Doctrina de la Iglesia, Mater et Magistra.
Cordial saludo.
ORACIÓN A SAN PEDRO
Ecclesia mergi non potest
San Agustín, Sermón 252
Tenías puesto un mote pero te fue cambiado, / ya no el Simón hebreo: quien oye y obedece, / las manos que religan los nombres y el destino, / te bautizaron roca, la que no se estremece.
Tenías por la sangre un firme apelativo, / aquel que de Jonás se origina y procede / pero quien iba a darte el pábilo y la lumbre / Te dio por nombradía la piedra que no cede.
Tenías una patria, en la agreste Betsaida / conminada a la pena de cilicio y ceniza, / pero un nuevo linaje te darían en Roma, / el gallo por escudo, las llaves por divisa.
Tenías un oficio en playas galileas / donde redes y peces se batían en lucha, / pero te fue quitado, y otra barca sin anclas / desde entonces tus voces obedece y escucha.
Tenías una espada que equivocó el momento / de talar enemigos o imponer la justicia, / te alistaron en cambio ejércitos perennes, / la invisible victoria de la aérea milicia.
Tenías una vida de nauta sin borrascas / —las orillas seguras, el velamen riente— / pero te fue exigido navegar mar adentro / y enfrentar al que brama como león rugiente.
Tenías una muerte previsible, serena, / tal vez en una noche de musical adagio, / te pidieron la sangre clavado a la madera, / Orígenes lo cuenta, lo pintó Caravaggio.
Tenías la exigencia del amor navegante / seguro en la cubierta, casi un gesto cobarde, / te volvieron testigo del Amor abrasado, / un amor que tres veces te examina en la tarde.
Nombre, patria u oficio; espada, vida y muerte, / la calma de la arena a la sombra de un cedro, / la juventud viajera, la vejez peregrina, / desde que fuiste Suyo, nada fue tuyo, Pedro.
Danos en esta hora de vigilia y quebranto / la esperanza de un puerto, el frescor del olivo, / sotérrense las puertas del infierno y se escuche: / ¡Señor, tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo!
Dios le bendiga +, Don Antonio.
Supongo que en algún momento daré respuesta a sus opiniones. Mi prioridad ahora, es vivir intensamente la Semana Santa. Sólo quiero poner en evidencia un detalle menor que delata su modus operandi. Mi nota no fue escrita ni publicada a los dos días del Pontificado de Francisco, sino terminada de rerdactar y dada a conocer exactamente tras la misa de su asunción, el 20 de marzo. Esto queda probado con solo leer la nota y hallar en ella textos de Francisco pronunciados el lunes 18. Como queda probado asimismo con solo cotejar la fecha de mi blog en donde apareció por vez primera.Este detalle menor no tendría importancia si no lo usara usted,como lo usa, para acusarme implícitamente de precipitado o atolondrado. La precipitación,en cambio, es que sostenga usted que mi nota ha causado "en no pocos católicos una perplejidad y angustia muy graves", ignorando la cantidad y calidad de mensajes de gratitud que he recibido por escribirla.Desde autoridades eclesiales (que no pueden hablar, por razones obvias), hasta seminarisas, pasando por un sinfín de feligrees comunes.
Padre, ponga a prueba su honestidad intelectual dando a conocer esta primera esquela. Y rectificándose por el juicio temerario en que ha incurrido.
Antonio Caponnetto
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JMI.-Estimado Don Antonio,
un amigo argentino me envió su escrito "Recen por mí. A propósito del nuevo Pontificado". No traía fecha de publicación, pero vi que en la mitad más o menos de su nº 1 dice Ud.: "Al tiempo que escribimos estas líneas, el 15 de marzo, el Papa Francisco ha dicho", etc. No sé si el texto que yo recibí incluía un error de transcripción. Pero, si no es así, hay que reconocer que del 13 al 15 van dos días. No fue, pues, un juicio temerario.
En cuanto a los efectos benéficos de su escrito, a los que Ud. alude, yo en cambio he recibido muchos mensajes, principalmente de Argentina, no de gratitud, sino de profunda angustia y confusión.
Hace un ratito le he publicado su preciosa poesía "Oración a San Pedro" antes del Cónclave. Que pase una santa Semana Santa. Dios le bendiga y le guarde.
P.d.-Buscando ahora, domingo 24 a las 12 hs., he hallado su escrito reproducido en cinco páginas-web, todas filolefebvristas, y todas lo publicaron el 20-III-2013. Es decir, que no publicó su artículo a los 2 días de la elección del Papa, sino a los 7. Aún así, los siete días primeros del Nuevo Pontificado son un cortísimo espacio de tiempo para fundamentar los diagnósticos tremendos que Ud. hace.
Ahora confieso que me equivoqué en ese juicio. Este artículo era sumamente necesario. Y creo que hará un gran bien a muchos.
Pedir la excomunión torciendo un cánon no es precisamente dialogo constructivo.
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JMI.-No comparto su diagnóstico, ya perdonará.
El profesor Caponnetto expone su posición y la argumenta con orden y precisión.
Y yo expongo mi pensamiento con claridad y argumentaciones bien fundamentadas.
No es en modo alguno una discusión de vecinos/nas en patio. En absoluto. Eso lo afirma Ud. gratuitamente.
En cuanto a que pido la excomunión de Don Antonio Caponnetto torciendo etc... ya Ud. misma se da cuenta de que es falso. Digo otra cosa. Digo, y creo que es cierto, que en casi todos los siglos de la historia de la Iglesia aquel que calificara al Papa con los términos durísimos que se emplean en ese escrito, probablemente sería excomulgado, si no se retractase de ellos.
La Verdad siempre permanecerá por la propia fuerza de la Verdad.
El Papa Francisco, junto con el Papa emérito BXVI, siguiendo los pasos del BJPII, JPI, PVI y el BJXXIII va con paso firme hacia la VERDAD. Ello es debido al antes y después que significó el CVI con el Dogma de la Infalibilidad del Papa en el año 1870.
El Apocalipsis de San Juan encierra un mensaje muy profundo que significa una ascensión de las “7 Iglesias” en un recorrido en el cual la dimensión material va abriendo paso a la dimensión espiritual. En ese caminar hay tribulaciones y “noches oscuras” pero el anhelo de los seres humanos es caminar hacia la Verdad y si nuestra vida está sintonizada a Dios sabremos discernir la VERDAD.
Agradezco la claridad Padre JMI de sus escritos.
Un abrazo.
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JMI.-Lamento tener que borrar su comentario, que ya se ve que está escrito con buena voluntad. Pero ya he avisado a los comentaristas que no publicaré aquellos comentarios que denuncien los malos "antecedentes del Papa actual".
Vamos a suponer que 7 días de reflexión y de oración son poca cosa para escribir una nota que, según Usted, contiene "diagnóticos tremendos". Hoy es 24 y mi nota circuló a partir del 20, como ahora reconoce, aunque sin disculparse por haberme acusado falsamente de atolondrado.¿Cuántos días menos de siete(¿3,4?) se ha tomado Usted para afirmar, entre otras cosas, que mi nota responde al "siniestro objetivo de dificultar al máximo a los fieles católicos tradicionales y a los tradicionalistas la aceptación del nuevo Papa Francisco en fe y confianza, caridad y obediencia».Padre, ¿Usted es consciente de que me está acusado públicamente de integrar un siniestro objetivo?¿Cómo se llama esto en teología moral o en el simple ámbito del derecho?¿Calumnias, injurias, agravios?
Antonio Caponnetto
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JMI.-No tengo por qué excusarme porque ya lo he explicado suficientemente como feché su escrito leyendo su texto, en el que dice Ud. que lo está escribiendo el día 15.
En cuanto a que "con textos como éste se procura 'el siniestro objetivo de dificultar al máximo a los fieles católYa icos la aceptación el nuevo Papa Franciasco' ", entiéndalo "se procura de hecho", lo que me parece indudable. Por eso sigo escribiendo: "Y aunque sea en contra de la intención de sus Autores", etc.
Ya me dirá si está Ud. facilitando la aceptación del nuevo Papa si dice de él que es enemigo de la Tradición Católica, propulsor obsesivo de la herejía judeocristiana, perseguidor de la ortodoxia, y adherente activo a toda forma de sincretismo, irenismo y pseudoecumenismo. ¿Eso lo dice Ud. a los pocos días de su elección como Papa para ayudar a los fieles a que lo reciban como Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro?
Otro saludo afectuoso desde Argentina.
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JMI.-Dios lo bendiga.
Respondo yo: Eso lo digo y lo ratifico y subrayo,de Bergoglio Cardenal, no "del nuevo Papa". Como digo también que espero, anhelo, confío y rezo para que a partir de ahora, Francisco, haga lo contrario. ¡No me tergiverse más, Padre! No se lo voy a permitir.Al mutilar parte de mi nota, Usted mutila parte de su espíritu. Y lo que digo respecto de Bergoglio, no de Francisco, no tiene otra finalidad que la de ayudar a los fieles a estar prevenidos y a poder discernir con argumentos apropiados.Estoy en todo el derecho, y aún en el deber de hacerlo, pues como lo he escrito citando a Pastor (quien a su vez cita al Papa), no se quiebra la ley de la fama recordando los pecados pasados de los Pontífices, mientras no se mienta y sirvan para aleccionar a los fieles. Haga una cosa, Padre: niegue que San Agustín fue hereje antes de ser santo, así ningún parroquiano se le escandaliza.
Me voy a la bendición de Ramos. Diga Usted entre tanto lo que se le ocurra
Saludos cordiales.
Papa Francisco creó una red para huida de perseguidos y fue por razones humanitarias, no porque estuviera de acuerdo con sus ideas.
Caponetto se pone en lo peor con todo lo del Papa Francisco; si hace gestos de humildad ante la multitud o se pone zapatos de calle, etc. se ve la exageración de usar esos argumentos nimios para "pillar" en falta.
Yo mismo he estado por razones de inspiración en eventos de grupos "dudosos", donde de motu propio jamás hubiera estado. Justamente esa inspiración tenía funciones de hacer penitenciar por excesivas repulsiones hacia los otros, que es el pecado purista por excelencia. Cualquiera que me hubiera visto en alguno de esos eventos y fuera de entornos puristas me habría condenado para siempre.
Lo malo de los lefebvrianos no es sólo que tiren al niño con el agua sucia, sino la sistémica de repulsión que padecen y que los (o nos) hace caer en la ira impía. Pero, cuidado, esta repulsión sistémica es curioso que se dirija también contra las epifanías, siendo en esto coincidentes con los formados en las mismas reglas de tradicionalismo eclesial no antisistema.
Lo consigno, no porque tenga una importancia fundamental en el asunto sub examine (porque en 7 días no va a cambiar en lo sustancial ni vale la pena una exégesis sobre las sucesivas ediciones del libelo) sino porque el tema de la datación lo esgrime Caponnetto por doble motivo: para descalificarlo a Ud. Padre, denunciando "su modus operandi" y para admitir, contrario sensu, que escribir tales cosas a los dos días es de botarates. Pues, respecto del modus operandi del Padre nos queda claro que es impecable en cuanto a su buena fe. En cuanto a lo de botarate, quien lo dice es Caponnetto y no el Padre...
Estoy completamente de acuerdo con usted, y he querido escribirle para darle las gracias por guiarnos a los católicos como yo. Sin un artículo como el suyo, tal vez mas de un incauto hubiera caido en creer lo que dice el señor Caponnetto.
Somos como las ovejas y necesitamos pastores como usted, eso es cierto, y hoy, una vez más, doy gracias a Dios por darnos pastores como usted. Muchas gracias.
Haga una cosa, Padre: niegue que San Agustín fue hereje antes de ser santo, así ningún parroquiano se le escandaliza.
Luis:
San Agustín no pudo ser un hereje hasta después de bautizarse. Y una vez bautizado, no se le conoció ninguna herejía. Ni antes ni después de ser obispo.
Ese ejemplo no vale.
NINGUNO.
Que se gana?
Nada, solamente predisponer negativamente los fieles. Puede ser causa de gran escandalo, imaginese lo lee una persona que esta recién iniciandose en la Fe.
Sé que Antonio Caponnetto habia criticado, probablemente con justicia, al cardenal Bergoglio en su minuto, pero ahora no es el momento de sacar todo nuevamente, es al menos altamente imprudente.
Es tambien impresentable que diga que se siente en "el deber" de hacerlo.
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Zacarías (11, 1-17) menciona dos pastores: el buen pastor y el pastor insensato.
El buen pastor es rechazado y tratado como un esclavo, ya que treinta piezas de plata era el pago requerido si un esclavo era asesinado (Ex 21, 32).
El buen pastor es Jesucristo rechazado por el pueblo judío.
Los que rechazan al buen pastor –el pueblo judío y otros pueblos- quedaran al cuidado del pastor insensato, un falso mesías, el hombre de pecado o hijo de perdición (2 Ts 2, 3)
Los tradicionalistas interpretan que el “pastor insensato” podría ser un Papa y se apoyan en Zacarías y San Roberto Belarmino en su obra “de romano pontífice”, de la especulación jurídica se ha pasado a hipótesis teológica.
Sería interesante, padre, que escriba sobre la interpretación del texto de Zacarías, sobre el libro ‘de romano pontífice’ de San Roberto Bellarmino, y sobre la posibilidad que un Papa enseñe herejía, porque es la raíz del problema.
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JMI.-Sería interesante, sin duda. Pero en este momento, en un marco mental como el que ha creado el Sr. Caponnetto y otros que piensan como él, me parece altamente inoportuno y no lo haré.
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¿Supondrá Antonio Caponnetto que San Pablo se pasaba contando la triple negación de Pedro?
Que me disculpe el eminente Dr. Caponnetto, pero me parece que no corresponde la comparación.
Nótese que no se lo reprocha a Simón, su nombre personal, sino a Kefas, su nombre como Vicario de Cristo, impuesto por el Señor mismo.
Por lo tanto, si el cargo de Vicario de Cristo no quedó vacante por ello, tampoco va a quedar por algun gesto equivoco que el nuevo Papa pudiese llegar a tener (notese el caracter hipotetico) con relacion a los judios, etc. De la misma manera que no quedó vacante por el gesto totalmente equivoco de Juan Pablo II cuando besó el Corán.
No fueron ésas las circunstancias del reproche paulino que mencionas.
debo decir que al artículo que el Dr. Caponnetto escribió a mí me causó mucha tranquilidad. No la tranquilidad humana sino aquella que descansa en el Señor. Para mí fueron días de mucha incertidumbre y la mencionada carta fue un consuelo. Asimismo, creo que Ud. en su artículo hace muy buenas observaciones que podrían enriquecer el aporte del Dr. Caponnetto, pero no puedo dejar de suscribir la mirada del prof. argentino.
Saludos,
"El que no está conmigo, desparrama". Lamentablemente el desparramo en internet fue demasiado...
Ahora bien, si Satanás expulsa a Satanás, lucha contra sí mismo; entonces, ¿cómo podrá subsistir su reino?" (Mt, 12, 26). ¿Cómo puede el papa Francisco adorar a Cristo, venerar a la Virgen Maria y alertar en sus homilías contra la acción del demonio, como lo hace, si es una agente del demonio?
¿Para qué queremos opiniones negativas que no nos edifican?.Es una pérdida de tiempo,el Papa Francisco en nada va a cambiar el mensaje del Señor a su Iglesia.
.
La Revelación ya ha sido dada y lo que no sea Jesucristo, salvación de los hombres, edificación de la fe y la confianza, son mensajes del mundo.
La frase de SS "Quien no reza a Dios reza al diablo" me dio mucho que pensar ¿De cuántas maneras rezamos?
Necesitamos conversión interior, apartarnos del mal y afianzar los contenidos de nuestra fe por la sana doctrina
Gracias por el artículo P Iraburu.
El escudo papal tiene a Jesús eucaristía, a María y a José, los tres máximos auxiliadores de la Iglesia.
José y María, además, son "una sola carne" porque fueron esposos en la Tierra.
Lo que Jesús tiene por naturaleza, María por gracia y José por reflejo.
La Sagrada Familia es la primera Iglesia doméstica y la Santísima Trinidad en la tierra.
Para mí, Francisco I es una garantía de que habrá recta doctrina.
¿Por qué no publica un link para leer completamente el artículo de Antonio Caponnetto?
http://radiocristiandad.wordpress.com/2013/03/20/recen-por-mi-la-tan-pedida-editorial-del-prof-antonio-caponnetto/
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JMI.-Porque no me gusta conectar a mis lectores con páginas-web filolefebvrianas o sedevacantistas. Hay más de media docena que han reproducido íntegro el artículo de Caponnetto.
Está también, según me dicen, en el blog de Cabildo, pero con mi PC no logro verlo.
http://elblogdecabildo.blogspot.com.es/2013/03/editorial.html
Si el papa Francisco desempolvara la silla gestatoria, ¿exultarían de gozo los tradicionalistas? Yo exultaría de gozo si viera que el recorrido en silla gestatoria fuera capaz de convertir más almas que el recorrido en jeep. Este ejemplo puede parecer una enorme tontería pero si, por ejemplo, Frossard se convirtió repentinamente fijando su mirada en un cirio ¿por qué no habría de convertirse repentinamente alguien ante la majestuosidad de la silla en cuestión o ante la sencillez y refulgencia del jeep? A propósito de indumentarias y tradiciones, ¿qué nos dice la arqueología sobre la indumentaria de Pedro, el primer papa?
¡Dios quiere que todos se salven! Y es misión nuestra, de todos, desde el papa al filolefebvriano, anunciar a Jesucristo para que se llene el cielo de almas que alaben a Dios.
De lo poco que hasta ahora ha dicho el papa Francisco en sus días de papado no podemos extraer herejía alguna. Tal vez el milagro tan deseado por el P. Caponetto se ha producido ya. ¡Alabado sea Nuestro Señor Jesucristo!
Muchísimas gracias, Padre Iraburu, por regalarnos este análisis tan claro y necesario.
Atte.
Obediencia, obediencia, obediencia. Virtud tan amada y practicada por Nuestro Señor Jesucristo... Francisco es el Papa y hay que obedecerle. Con muceta o sin ella, con zapatos rojos o negros, etc. Su autoridad sigue siendo la de los Papas anteriores, desde San Pedro.
"Padre Iraburu,
debo decir que al artículo que el Dr. Caponnetto escribió a mí me causó mucha tranquilidad. No la tranquilidad humana sino aquella que descansa en el Señor. Para mí fueron días de mucha incertidumbre y la mencionada carta fue un consuelo. Asimismo, creo que Ud. en su artículo hace muy buenas observaciones que podrían enriquecer el aporte del Dr. Caponnetto, pero no puedo dejar de suscribir la mirada del prof. argentino."
El artículo completo lo encontré ayer en una página-web que no es filolefebriana: http://pagina-catolica.blogspot.com.es/2013/03/que-muera-bergoglio-y-viva-el-papa.html?showComment=1364129794439
Tengo claro lo que decis, y lo tenia claro cuando escribi el comentario anterior.
Mi intencion era precisamente destacar que la ocasion en que Pedro habia adoptado una conducta incorrecta - y gravemente peligrosa para la vida espiritual de los cristianos procedentes de la gentilidad, en cuanto implicaba que era necesario para los cristianos observar las prescripciones de la Ley mosaica - habia sido cuando Pedro YA ERA (y desde hacia unos cuantos años) Vicario de Cristo.
El aspecto relevante del pasaje para el tema que estamos tratando es que a NADIE, a partir de ese episodio, se le ocurrio pensar que Pedro ya no era el Vicario de Cristo, que el cargo de Cabeza del Colegio Apostolico habia quedado vacante, que Pedro habia pasado a ser un impostor y falso profeta, etc. etc. (*)
De lo cual se desprende, relacionando ahora con lo que vos decis, que menos aun deberiamos plantearnos tales inquietudes por gestos equivocos realizados por un futuro papa antes de asumir el cargo.
(*) Es util al respecto citar los párrafos en que Juan Pablo II se refirió a este pasaje en su catequesis del 13 de enero de 1993.
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/audiences/1993/documents/hf_jp-ii_aud_19930113_sp.html
El incidente acaecido en Antioquia no implica que Pablo rechazara la autoridad de Pedro. Pablo le reprocha su modo de actuar, pero no pone en tela de juicio su autoridad de jefe del colegio apostólico y de la Iglesia. En la carta a los Gálatas escribe Pablo: «Cuando vino Cefas a Antioquia, me enfrenté con él cara a cara, porque era digno de reprensión. Pues, antes que llegaran algunos del grupo de Santiago, comía en compañía de los gentiles; pero una vez que aquellos llegaron, se le vio recatarse y separarse por temor de los circuncisos (o sea, los convertidos del judaísmo). Y los demás judíos le imitaron en su simulación, hasta el punto de que el mismo Bernabé se vio arrastrado por la simulación de ellos. Pero en cuarto vi que no procedían con rectitud, según la verdad del Evangelio, dije a Cefas en presencia de todos: "Si tú, siendo judío vives como gentil y no como judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar?"» (Ga 2, 11-14).
Pablo no excluía de ningún modo toda concesión a ciertas exigencias de la ley judaica (cf. Hch 16, 3; 21, 26; 1 Co 8, 13; Rm 14, 21; también 1 Co 9, 20). Pero en Antioquia el comportamiento de Pedro tenia el inconveniente de que forzaba a los cristianos procedentes del paganismo a someterse a la ley judaica. Precisamente porque reconoce la autoridad de Pedro, Pablo manifiesta su protesta y le reprocha que no actuara conforme al Evangelio.
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JMI.-Eso debe ir por mí.
Seguro.
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JMI.-Ahora ya es muy tarde (aquí, 12,30 de la noche), pero mañana mismo comienzo un tratamiento 1) anti-voluntarista y 2) anti-papólatra, con la dieta y ejercicios que sean precisos.
Me dicen que para el 1) el P. Iraburu tiene en su blog unos artículos contra el semipelagianismo que son muy eficaces (61-65).
A ver.
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He eliminado el comienzo de su comentario para obedecer el AVISO que puse al comienzo de esta serie de comentarios: NO a las descalificaciones personales del Sr. Caponnetto. Es el segundo comentario.
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JMI.-El Apocalipsis es una revelación que ilumina toda la historia de la Iglesia, y también su final, los últimos tiempos previos a la Parusia.
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JMI.-Yo no "ataco al profesor Antonio", sino que rechazo con argumentos un artículo que ha publicado y que me parece muy dañoso.
ayuda para mi fe y un motivo de esperanza.
Va a resultar que el amor debido al Papa y la piedad filial debida a su persona no son parte de la misma.
Necesitamos convencer de la necesidad de volver a la sana Tradición y no el anarco- tradicionalismo.
Dios le bendiga.
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JMI.-Muchas palabras desmedidas y falsas: correrlos, repentino celo, actitud cobarde, vil excusa, destrozar a un distinguidísimo, pegar a uno atado... ¿A dónde va Ud. con ese ametrallamiento? Responderé sólo a una de sus palabritas: la que me dice cobarde por no hacer crítica fuerte de los progresistas que han atacado a los Papas recientes. A eso justamente he dedicado gran parte de los 212 artículos que llevo en este blog, "Reforma o apostasía", monográficamente en (39-62) y (76-79). Puede mirar en el Índice que va enlazado a final de cada artículo mío.
Le saludo muy cordialmente.
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JMI.-Gracias por sus palabras. El prof. Caponnetto ha publicado el artículo del que hablamos. Yo he hecho de él una fuerte crítica, porque me parecía falso en puntos graves y muy dañoso para los fieles. Pero no tenga cuidado, no tengo ninguna intención de establecer con él una polémica. Dos no discuten si uno no quiere.
¡y nosotros sin saberlo!
Por aquellas letras, un comentarista del Blog de Marcelo González ya le llamó Caponnetto I
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JMI.-No está informado. Con ocasión de ejercicios, conferencias, cursos breves, he estado bastantes veces en la Argentina, a veces durante semanas, la primera vez en 2004. Conozco bien aquello, y tengo allí muchos y buenos amigos, y con algunos de ellos mantengo una relación frecuente.
Dios y la Virgen del Carmen lo bendigan en abundancia.
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JMI.-Sólo el saber que he ayudado a la paz de su corazón es ya bastante como para meterse en éste y en cualquier otro berenjenal.
Bendición +
Yo creía que el nudo de tu argumentación iba por otro lado, pero ahora veo que te entendí mal.
Y por supuesto, estoy totalmete de acuerdo con lo que decís.
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JMI.-Convendrá que lea de nuevo Ud. mi artículo.
Ánimo.
Preexistentes.nos ponemos en manos del Señor y rezamos por Santo Padre. Tenemos los Evangelios, el magisterio, la tradición, la asistencia del Espíritu Santo, los sacramentos, el Rosario y el Papa que siempre y ahora lleva sobre sí el peso de toda la Iglesia
peregrina y Militante.
Con todo respeto P. Iraburu, me parece que sus razonamientos no están a la altura de los de Caponnetto (por lo menos en esta discusión). Su análisis me parece sumamente ingenuo en lo esencial, aunque hay algunos puntos accidentales en los que usted parece acertar.
Por otro lado, algunos comentadores no se han tomado ni la molestia de leer la carta completa de Caponnetto, puesto que afirman que éste llama a la desobediencia. Yo no he encontrado semejante convocatoria en ningún momento.
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JMI.-Desde las hondas profundidades de mi ingenuidad le diré que si en un Cónclave los electores eligen a uno que es hereje, cosa que puede permitir Dios, no se produce un Pastor necio, falso, precursor del Anticristo: sencillamente la votación, aunque haya sido unánime, es nula e inválida. Hay "error in persona". No hay Papa. Hay sede vacante. Y ya la providencia de Dios verá los medios para remediar el desastre, y asegurar un Papa verdadero en la Sede de Pedro, que es la Roca indefectible, sobre la que Cristo edifica su Iglesia, aunque las fuerzas infernales atenten contra ella.
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JMI.-¡Viva!
Doy gracias a Dios y al P. Iraburu por sus respuestas veraces, en defensa siempre de la verdad y dignidad.
Dios le bendiga siempre hermano sacerdote.
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JMI.-Le recomiendo leer otra vez mi artículo.
Tengo que repetir el aviso que dí antes (24/03/13 10:05 AM) y que en bastantes casos no es atendido.
Eliminaré todos los comentarios que, repitiendo más o menos el artículo de Caponnetto, califiquen el Card. Bergoglio de promotor de herejías, perseguidor de la ortodoxia, falso humilde como Papa, destructor de sacralidades venerables, etc. etc. etc. Haría falta "un milagro" para que viniera a ser un Papa fiable, etc. Se citan más profecías y revelaciones privadas, que se ajustan como anillo al dedo a la elección del Papa Francisco, y que vienen en apoyo del prof. Caponnetto, etc.
No se cansen: no publicaré estos comentarios.
En algunos casos, ya por el mismo precio, algunos comentaristas aprovechan para de paso llamarme mentecato, burro, sofista, papólatra, cobarde, intelectualmente deshonesto, ignorante de la situación de Argentina y concretamente de BAires, etc. Eso no me afecta nada. Un mosquito (un zancudo, en Chile) me molestaría mucho más. Pero los que tiren por el camino aludido en el párrafo anterior sepan que no verán publicados en mi blog sus comentarios. Tendrán que enviarlos a otras páginas-web (haberlas haylas), que los publicarán gozosas.
Insisto, no se cansen.
Por no hablar de los que, imitando al protestante más rabioso, nos acusan ni más ni menos que de papolatría. Como si defender al Papa fuera algo propio solo de ultramontanos histéricos.
Tengo el gusto de conocer personalmente al dr. Caponnetto, con quien tengo amigos comunes y del cual he sido seguidor y difusor desde mi juventud. A pesar de algún chisporroteo ocasional, conservo de él el mejor de los conceptos como caballero cristiano y eminencia intelectual y espiritual. Dicho ésto -valga aclararlo - sin la más mínima intención adulatoria ni muchísimo menos, intentando abonar mi argumentación. No, es así tal cual y doy fe de ello.
Si el Dr. Caponnetto acepta la admonición del teólogo y cura de almas, creo que habremos ganado todos.
Si en cambio le pega en la frente una etiqueta y la emprende contra él como objeto de polémica, pues entonces la viceversa.
Me parece.
Poner en duda que el Papa Francisco sea el Papa legítimo, presentarlo como hereje y anticatólico y como posible o probable falso profeta y servidor del Anticristo es lo más contrario que se pueda concebir al espíritu católico de fidelidad y amor al Papa.
¡Felices Pascuas!
Pido al Señor que me conceda la gracia de seguir en comunión con el sucesor de San Pedro, sea quien sea...
Que Dios les bendiga,
¿Hebe de Bonafini cambiando de corazón?...que Dios le conserve la vista.
Pero sobre todo a aquello que no lo que mancha es lo que sale del corazón del hombre...
Ejemplo: Benedicto XVI usaba zapatos rojos que tienen un simbolismo precioso. Lo criticaron a rabiar diciendo que era ostentoso, etc. Lo importante no es lo que miraran los papanatas de turno si no la intención que tenía el hoy obispo emérito de Roma.
Llega Franciso y usa sus zapatos negros de toda la vida, por naturalidad, modestia, porque el símbolo de los zapatos rojos puede dificular lo esencial del mensaje y lo criticar a rabiar por una pretendida falsa modestia.
Estoy persuadido que en ambos casos la intención del corazón de quien calza los zapatos rojos o los negros comunes es la mejor, son quienes juzgan los que tienen sucia la visión.
Otra: El cardenal Bergoglio y hoy el Papa, al parecer, mantiene cercanía con gente que podríamos llamar pecadora. Hay quienes lo podrían interpretar como un gesto de aprobación. Yo prefiero tomarlo como un gesto de misericordia y de cercanía con el pecador a la espera de facilitar su conversión definitiva.
Por otro lado ocurre que un sector del filolefevrismo argentino (entre ellas fuentes habituales o la única del blog de cierto pájaro -por otro lado apreciado- todos tenemos errores) llevaban una pelea unilateral (no había respuesta), pero demoledora contra el Cardenal a quien insultaban un día sí y otro también. Me imagino que es le es sumamente dificil hoy digerir su designación como Papa y los lleva a extremos impensados.
No quiero terminar sin darle las gracias por el artículo padre. Mis oraciones desde Argentina.
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JMI.-Cuente con las mías.
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JMI.-No comparto su diagnóstico en algunas cosas, pero ahí queda puesto.
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JMI.-Conozco a bastantes Obispos, y todos reconocen el Primado de Pedro, del Romano Pontífice.
El tema de la Parusía me interesa mucho, y a él dediqué en este blog tres artículos (19-21), que puede localizar en el Índice que enlazo al final de cada uno de mis artículos. También en el (27), en que trato del P. Castellani y Teilhard.
Se ve que no conoce Ud. al parecer mi blog, cuando dice que lo veo too color de rosa: "Reforma o apostasía". Dé un repaso al Índice y verá que se equivoca. Vea, p.ej. "Innumerables herejías actuales" (39), por señalar sólo uno.
Gracias a sus 2 artículos en defensa del Papa, que se los he pasado a mis allegados (influenciados por esa corriente de crítica al Papa), han cambiado de opinión o por lo menos han dejado de atacar al Papa.
Como católicos recordemos el Amor a la Eucaristía,la veneración a la Santísma Virgen y la obediencia al Papa.
A todos mis hermanos en la fe les animo a confiar en el Santo Padre Francisco y a cumplir humildemente con lo que nos ha pedido en estos primeros momentos: Rezar por el.
(Ruego disculpen la ausencia de acentos)
Me quedo con esta cita: «no debe confundirse la virtud de la humildad con su parodia»
Creo haber leído, de un periodista ateo y litigioso, algo en esa línea. Me chirría.
En fin todo esto quizás no me haya confundido, que para mi es bien claro de donde viene, pero sí que me ofende. Dios me libre de jugar a «Acusador», que no se trata de crítica constructiva ni por asomo.
Yo honro a Jorge Mario Bergoglio y a Joseph Aloisius Ratzinger y a Karol Józef Wojtyła así como a Shimón bar Ioná. Y no faltaba más Gloria a Dios por Francisco, Benedicto XVI, Beato Juan Pablo II y por supuesto S. Pedro.
Ya dije en otro post, San Pablo lo clava en 1Corintios 9, 20-22:
«Me hice judío con los judíos para ganar a los judíos; me sometí a la Ley, con los que están sometidos… ella… Me hice todo para todos, para ganar por lo menos a algunos, A CUALQUIER PRECIO.»
Para Francisco el precio sigue subiendo, Así lo predijo Vd. Padre en su post anterior.
Gracias de nuevo por venir siempre al rescate del cristiano de a pie como yo. Dios le siga bendiciendo.
En fin, es lo que un buen pastor hace, usted no nos falla. Dios quiera que no empiecen a llamarme IRABURÚLATRA…
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JMI.-Peor sería que los llamaran IRABURRÓLATRAS. Ya un compatriota me llamó IRABURRO, cuando mis críticas a los lefebvrianos y filolefebvrianos, y un argentino, IRABURRE. Como ve la creatividad léxica de mis contradictores no tiene límites. Y aún sigo vivo, con toda paz.
Y sin que sea defensa de la postura de Caponnetto, hay que reconocer que lo que él escribe, de "disparate" no tiene nada de nada. Es necesaria la sabiduría de un P. Iraburu para poder ponerle los puntos sobre las íes, en cambio a un disparate cualquiera más o menos avisado lo podría refutar.
270...Precede el turiferario con el incensario humeante... los concelebrantes, el ministro que lleva el báculo del Obispo, después el Obispo con mitra y con el ramo en su mano; un poco más atrás de él, dos diáconos que lo asisten, y detrás los ministros del libro y de la mitra, por último los fieles. Todos, sean ministros sean fieles, llevan ramos.
Cordialmente, saludos en Cristo.
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JMI.-La cosa es clara. La rúbrica que yo señalé del Misal Romano ponía los ramos sólo en manos de los fieles. Pero la que Ud. cita, más precisa, del Ceremonial de los Obispos, los pone en manos de los ministros y los fieles. Gracias.
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JMI.-Todos los que integramos en la Iglesia la comunión de los fieles debemos orar siempre unos por otros. También ora por nosotros la Iglesia del cielo.
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JMI.-Yo he avisado con bien fundadas razones que no publicaría los comentarios denigratorios contra el Card. Bergoglio, actual Papa Francisco. El comentarista que acepta esa norma, ve publicado su comentario. El que la infringe, no. No en aquí deshonestidad intelectual alguna.
Usted dice: "Eliminaré todos los comentarios que, repitiendo más o menos el artículo de Caponnetto, califiquen el Card. Bergoglio de promotor de herejías, perseguidor de la ortodoxia, falso humilde como Papa, destructor de sacralidades venerables, etc. ...".
Pero, precisamente, LO QUE ESTÁ DISCUTIENDO es si el entonces Cardenal Bergoglio hizo "tales y cuales" cosas. Si Ud. impide, de antemano, el sólo hecho de discutir si las hizo o no, tiene la discusión ganada.
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JMI.-Se equivoca Ud. No se está discutiendo si Bergoglio hizo "tales y cuales" cosas. Se está discutiendo si publicar un artículo negando pública y ampliamente la ortodoxia del Papa, recién elegido, es una acción prudente y meritoria, digna de un San Atanasio, o es una barbaridad nefasta. Yo opino lo segundo, y he argumentado suficientemente mi posición (que no es puramente "mía", sino compartida por la inmensa mayoría de la Cristiandad, Obispos y fieles católicos).
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JMI.-La cuestión que señala Ud. tienen una importancia ultra-mínima. Caponnetto comenzó (día 15) a escribir su nefasto artículo a los dos días de la elección del Papa, y lo publicó y difundió en el blog de Cabildo y en media docena (o más) de páginas-web al día siguiente (día 20) de la Inauguración del Pontificado de S. S. el Papa Francisco.
Como ve, tuvo reflejos muy rápidos ¿no?
Tuve la ocasión de practicar EE.EE. con el P. Iraburu hace unos años. Me hicieron bien. Y al leer este artículo, realmente me pareció -sinceramente- que no todo lo que estaba escrito en él era tal cual. Así que me dispongo a hacer llegar mis comentarios al Padre, esperando su adecuada recepción, en el mutuo espíritu de cristianos que viven su fe e intentan defenderla lo mejor posible.
1) Lo primero que me llama la atención es que el Padre Iraburu coloca la conclusión en lugar de la premisa.
Dice en su punto UNO: "1. Escritos como éste, a propósito del Nuevo Pontificado, están causando graves daños entre sus lectores. (…) con textos como éste se procura «el siniestro objetivo de dificultar al máximo a los fieles católicos tradicionales y a los tradicionalistas la aceptación del nuevo Papa Francisco en fe y confianza, caridad y obediencia». Y aunque sea en contra de la intención de sus Autores, de hecho, «colaboran con el Enemigo, que disfruta destruyendo el amor al Papa y a la Iglesia en el corazón de los fieles»".
Bueno… es justamente lo que hay que probar. Lo que debe ser demostrado. Pero acá se toma como evidente. Lo que se tiene que probar/demostrar, está aquí como punto de partida. No puede adelantar la conclusión antes de presentar las pruebas, porque si se parte de la base de que el escrito de Antonio Caponnetto procura “siniestros objetivos”, entonces toda prueba colocada en este marco será tomada como indicador de lo siniestro. Es un argumento en círculo. Se trastorna la lógica de la demostración al hacer este tipo de cosas.
2) El Padre Iraburu señala coincidencias entre frases de Lefebvre y Antonio. Sin embargo, me parece que ésto no es un buen criterio. Primero, porque desliza la identificación de Lefebvre con lo falso (como si bastase la coincidencia de alguien con Lefebvre para desacreditar una posición; como si TODO lo que Lefebvre dijo fuese falso). Pero, segundo, y más importante, porque cuando se cita las profecía de La Salette, son profecías admitidas por la Iglesia. Lo mismo con el drama del Fin de los Tiempos. En mi humilde opinión, no se puede descalificar a priori a quien observe coincidencias entre lo profetizado y lo que está ocurriendo. Evidentemente, nunca nos va a llegar un fax de que el Apocalipsis está ante nuestros ojos. Creo que rige, en este caso, la lógica de las coincidencias: mientras más coincidencias existan, mayor será la probabilidad de que las páginas del Apocalipsis estén cumpliéndose.
3) Antonio no dice que la sede esté vacante. Es más, rechaza explícitamente éso. Y es más, los sedevacantistas lo están atacando y/o presionando por no afirmar la vacancia de la sede. S.S. Francisco es el Papa, no hay sede vacante y el texto no dice que lo haya.
4) El P. Iraburu, luego, dice "2. Es inadmisible afirmar que el Cardenal Bergoglio era un promotor de herejías...". Ésta afirmación contradice la inmensa cantidad de pruebas en contra, dadas por el mismo Antonio en su libro “La Iglesia traicionada”. Pero además, una herejía y/o error teológico no sólo puede ser llevado a cabo por medio de palabras sino de acciones.
5) El P. Iraburu dice: “El Papa, al ser investido como Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro, recibe «una gracia de estado» permanente que, por supuesto, no lo exime de todo error o pecado, ni lo hace infalible en todos y cada uno de sus actos y palabras, pero que sí opera en él cambios muy profundos", punto que no está en discusión.
Nadie duda de la Omnipotencia del Señor para operar cambios profundos. No se ignora la posibilidad del hecho sino la facticidad del hecho.
Gracias.
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JMI.-Me alegra saber que Dios le concedió algún bien espiritual en los Ejercicios que hizo conmigo. Paso a responder sus objeciones. Los subrayados son míos.
Ad primum.-Ud. dice: "No puede adelantar la conclusión antes de presentar las pruebas. Es un argumento en círculo". La cuestión, que es mínima, tiene fácil respuesta. Son muchos los autores antiguos, y también modernos que siguen la tradición escolástica, que en el encabezamiento de su artículo enuncian la tesis que quieren afirmar. Y seguidamente se aplican a argumentarla y a refutar las opiniones contrarias. No hay en esto ninguna trampa dialéctica.
Ad secundum.-En modo alguno creo que es inoportuno el recuerdo que hago en mi artículo, señalando que, así como lo hace Caponnetto, también Lefebvre insinuó la posibilidad de que la Sede de Pedro hubiera sido ocupada por el Anticristo. Y justamente esta convicción, en él tan firme, le llevó a autorizarse en conciencia a realizar cuatro ordenaciones cismáticas de Obispos.
Caponneto, ya al día siguiente de la Misa inaugural del pontificado del Papa Francisco, el día 20 de marzo, anunciaba a la Cristiandad en el blog de su revista Cabildo, y simultáneamente, el mismo 20, en media docena de otras páginas web más o menos filolefebvristas, que "el hombre que acaba de llegar a la silla petrina arrastra concretos, abultados y probadísimos antecedentes que lo indican como un enemigo de la Tradición Católica, un propulsor obsesivo de la herejía judeocristiana, un perseguidor de la ortodoxia y un adherente activo a todas las formas de sincretismo, irenismo y pseudoecumenismo crecidas al calor de la llamada mentalidad conciliar".
Dicho en otras palabras, aunque no en forma clara y explícita: "alarma, estén todos atentos; ha sido elegido Papa un hereje". Podrá Ud. replicar que hago de esas palabras una interpretación excesiva. Pero tendrá que reconocerme al mismo tiempo que esa interpretación puede ser hecha con fundamento real en las palabras aludidas, y que serán muchos los fieles católicos que de hecho así las habrán entedido. Si se ve Caponnetto mal interpretado, convendría que en el blog de Cabildo y en las otras páginas-web que difundieron su escrito, precise mucho más su pensamiento, tratándose de tema tan sumamente grave.
Dice también Don Antonio cautelosamente: "No estamos diciendo ni sugiriendo que el Papa Francisco sea la Fiera Terrena que columbró San Juan [en el Apocalipsis]. Estamos diciendo que tan católico es confiar en que la Divina Providencia puede hacer de un heterodoxo [un heterodoxo] al Papa del Syllabus, como tener en cuenta que, alguna vez, un Falso Profeta puede acarrear a la perdición desde un alto sitial religioso".
El "no estamos diciendo o sugiriendo" es un eufemismo inválido, pues si "un heterodoxo", un "adherente activo" a herejías como el sincretismo y el irenismo y otras más que señala, es elegido Papa, no es real la disyuntiva que varias veces propone Caponnetto para el discernimiento de los fieles (¡o diciendo que el discernimiento "será tarea de los teólogos de la historia más eminentes"!). Sencillamente, si un heterodoxo, es decir, un hereje, es elegido Papa, aunque hubiera tenido el voto unánime del Colegio de Cardenales, la elección es nula e inválida, porque un hombre caído en la herejía no puede ser el Vicario de Cristo, el Sucesor de Pedro: no puede ser Cabeza del cuerpo eclesial quien se ha separado de él por la herejía. Aunque en su elección haya habido unanimidad de votos y perfecta observancia de todas las leyes de la Iglesia que regulan la elección de un Papa, no es un Papa hereje: no es el Papa, simpliciter. Viene a ser como la nulidad de un matrimonio en el que el hombre es absolutamente impotente, y no lo ha advertido a la esposa. Hay en el contrato sacramental un "error in persona" de tal magnitud, que por sí mismo hace nulo e inválido ese matrimonio. Aunque el rito litúrgico conyugal se haya realizado con toda perfección.
Y por otra parte, las profecías de La Salette y otras más que Ud. citara no aclaran en nada la cuestión. Caponnetto, discretamente, sugiere la posibilidad de que esas profecías, y las más autorizadas aún del Apocalipsis y Tesalonicenses, se estén dando ahora. Pero en realidad más que sugerir la posibilidad, afirma la realidad del hecho, cuando avisa a la Cristiandad que ha llegado un hereje a ocupar la Sede de Pedro. Y que sólo "un milagro" podría obrar la instanténea conversión de Bergoglio-hereje en un Obispo digno, idóneo para recibir válidamente la elección de Papa.
Ad tertium.-"Antonio no dice que la sede esté vacante". Tampoco Lefebvre lo afirmaba (ni después el Ob. Fellay): siempre procuró que la FSSPX no cayera en el sedevacantismo. Pero ya me dirá Ud. cómo se puede evitar el sedevacantismo si se nos dice que el Cónclave eligió como Papa a un Obispo promotor de herejías y adherido activamente a un montón de ellas.
Ad quartum.-"El P. Iraburu nos dice que es inadmisible afirmar que el Cardenal Bergoglio era un promotor de herejías". Un "promotor de herejías", hablando en cristiano, es un hereje. Y el Sr. Caponnetto, por muy católico e intelectual que sea, no es quién para afirmar en público que tal Obispo es un hereje. Afirma algo que es falso, y que "causa graves daños entre sus lectores", y más aún dado su prestigio como católico e intelectual y la gran difusión procurada a su artículo. Es inadmisible. Intentándolo o no conscientemente, de hecho, "dificulta al máximo a los católicos la aceptación del Papa Francisco en fe y confianza, caridad y obediencia". Y de este modo, aunque sea sin quererlo, objetivamente "colabora con el Enemigo". Es un acto gravísimo.
Ad quintum.-Dice Ud.: "Nadie duda de la Omnipotencia del Señor para operar cambios profundos. No se ignora la posibilidad del hecho sino la facticidad del hecho". Pues estamos buenos. Si se pone en duda o se ignora la "facticidad" de la conversión de este Obispo "heterodoxo" que ha sido elegido como Papa, se pone en duda o se ignora [o se niega] la misma validez de la elección como Papa. Ahí es nada.
Quiera Dios que el bien que, por pura gracia de Dios, pude hacerle a Ud. en aquellos Ejercicios, se lo haga ahora con este escrito. Por pura gracia.
Cordial saludo en Cristo y bendición +
Ya llevamos más de cien, y creo que unos y otros han expresado ya sus posiciones.
El Señor nos bendiga a todos y nos guarde para la vida eterna, donde, por la misericordia de Dios, contemplaremos todos la Verdad. Allí se cumplirá plenamente el deseo del Apóstol San Pablo: "tened todos un mismo pensar y un mismo sentir" (1Cor 1,10; cf. Rom 12,16; 15,7).
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