(203) Apostasía –6. Cristianos que viven en Babilonia sin saberlo
(203) De Cristo o del mundo -XLV . Apostasía -6.
–Perdone, pero ¿lo de este artículo no lo escribió ya anteriormente? Se está repitiendo.
–El tema es el mismo, pero lo refuerzo con argumentos y ejemplos nuevos porque es necesario. Todo es poco para vencer con la verdad la idea falsa del mundo moderno que se ha estado “repitiendo” durante 50 años, para perdición de cristianos, en miles y miles de predicaciones, catequesis y conferencias, artículos y libros.
–El mal peor del mundo actual es su voluntad de construirse sin Dios y contra Dios. De ese mal vienen todos los otros (Rm 1,18-32). Ante el mal del mundo pecador no basta, pues, cualquier género de denuncia; es necesario denunciarlo señalando su causa. Si no, todo intento de salvación será inútil. De un diagnóstico falso no puede venir una terapia adecuada. Ya he dicho que el mundo tolera que se denuncien sus males; lo que no permite es que se señale el origen principal de ellos. Es preciso, pues, que los cristianos no sólamente conozcan y afirmen la monstruosidad del mundo secularizado, sino también que atribuyan sus maldades a que deliberadamente está construido sin Dios. Así lo ha hecho siempre el Magisterio apostólico. Pío XI, por ejemplo, al comienzo de su encíclica Quas primas (1925), recuerda que en su primera encíclica (Ubi arcano, 1922),
«analizábamos las causas supremas de las calamidades que veíamos abrumar y afligir al género humano». Y el diagnóstico no puede ser sino éste: «allí afirmamos claramente no sólo que este cúmulo de males había invadido la tierra porque la mayoría de los hombres se había alejado de Jesucristo y de su ley santísima, así en su vida y costumbres como en la familia y la gobernación del Estado, sino también [aseguramos] que nunca resplandecería una esperanza cierta de paz verdadera entre los pueblos mientras los individuos y las naciones negasen y rechazasen el imperio de nuestro Salvador» (cf. Vat. II, Gaudium et spes 36, sobre la falsa «autonomía de lo temporal»; Juan Pablo II, 6-IV-1980).
–Hay cristianos que, alejándose de la Biblia, de la Tradición y del Magisterio, no acaban de entender el mundo presente. Son muchos, incluídos Obispos y párrocos, teólogos y movimientos laicales. Si se atrevieran a pensar, y más aún a decir, que el moderno mundo sinDios es un fracaso espantoso, y más aún, que lo es porque se fundamenta sólo en la libertad del hombre (naturalismo liberal), y rechaza a Dios como fundamento, serían fieles a lo que la Iglesia está enseñando en perfecta continuidad desde las encíclicas anti-liberales del XIX hasta nuestros días, con Benedicto XVI. Pero temen perpetrar algo impensable en un católico ilustrado y moderno, ya que están convencidos de que para mejor evangelizar al mundo, deben aceptar su fundamentación general moderna, cerrada a Dios. Es decir, el celo evangelizador les impide conocer y aceptar la verdad (!).
–Un Obispo, lamentando recientemente ciertos daños muy graves de la actual convivencia cívica, confesaba públicamente: «a pesar de que habíamos puesto tantas y tan elevadas esperanzas en el nuevo orden democrático»… Por lo visto él había puesto elevadas esperanzas de paz y convivencia en un orden democrático concreto y partitocrático, que prescinde de Dios por tesis (!). Al parecer este Obispo ignora que el pueblo que deja a un lado a Dios, ciertamente ha de sufrir muy pronto inmensos daños espirituales y materiales. Esperar otra cosa ronda con la apostasía: es creer que el hombre, que los pueblos, prescindiendo deliberadamente de la guía de Dios, pueden por sí mismos lograr el bien común, sin causar graves daños y sin perjudicar a nadie. –Otro Obispo, lamentando ciertos horrores referidos en la prensa sobre niños criminales instigados por adultos mafiosos, comentaba: «Que esto suceda en pleno siglo XX», o bien: «que a estas alturas de la civilización»… Casos como éste son incurables, si Dios no obra un milagro moral. –Un Obispo declara que las relaciones de la Iglesia con el Leviatán monstruoso de su país son «correctas, afables; incluso cordiales»… Se ve que, con un poco de maña, y hablando bien del Gobierno, o callando discretamente, se puede lograr de la Bestia un statu quo aceptable para la Iglesia.
–Un profesor de filosofía, católico notorio y notable, augura en un importante Congreso el inicio de una nueva época «en la que es posible una conjunción entre técnicas y humanismo, entre el logro de objetivos económicos y la realización de lo más humano del hombre». Formidable. Al menos la base, de arena, está ya sin duda puesta para que se alce esa grandiosa torre que el ilustre catedrático vislumbra. –Un profesor de teología mundano, adicto por tanto al «vamos bien», comenta, ante los datos abrumadores de los países cristianos que se van paganizando, que la Iglesia en los últimos decenios «se ha hecho más minoritaria, pero sus comunidades son más vitales y comprometidas». –Otro, muy ilustre, diagnostica: «Creo que hay más vida católica y cristiana en la España de hoy [2011] que en la de de hace 50 años». Pues qué bien.
Casi habríamos de decir que la ceguera de estas conciencias cristianas ante los males del mundo y de las Iglesias locales más o menos descristianizadas viene a ser tan horrible como los mismos males que no alcanzan a ver. ¿A qué «alturas de civilización» estamos, pues, tras arrojar a Dios de las leyes y de la vida social, según estos pseudoprofetas adictos al «vamos mejorando»? ¿Cómo se extrañan de que ocurran ciertos crímenes «en pleno siglo XX» y XXI, si lo incomprensible es que no los haya aún peores? «Oí una vez a un hombre espiritual –escribe Santa Teresa– que no se extrañaba de las cosas que hiciese uno que está en pecado mortal, sino de lo que no hacía» (1Morada 2,5).
Son cristianos mundanizados que no entienden nada del mundo moderno. Han asimilado los esquemas históricos liberales, socialistas o marxistas, que en lo fundamental coinciden. Y habiendo dado crédito a esa inmensa falsificación de la historia, están marcados por el naturalismo moderno y alejados de los juicios históricos del Magisterio. No entienden nada del presente en que viven. Su engaño es total: es tan perfecto, que les cierra herméticamente a la verdad histórica. Y creen que son ellos quienes comprenden los signos de los tiempos –ellos, que se vienen equivocando sistemáticamente en todos los discernimientos históricos que han realizado en los últimos cien o doscientos años, apostando siempre por las fuerzas falsas y decadentes, contrarias a la Iglesia de Cristo–. Piensan que los católicos tradicionales, los que tratamos de ver el mundo a la luz de la Biblia y del Magisterio apostólico, estamos incapacitados para entender el siglo presente. Y para actuar sobre él.
«Dáos cuenta del momento en que vivís», exhortaba San Pablo(Rm 13,11). Por lo visto algunos cristianos estaban necesitados de esa exhortación. Hoy lo estamos mucho más, porque la Bestia romana era mucho más reconocible que la Bestia liberal. A comienzos del siglo XXI los cristianos de Occidente hemos de vivir en Estados monstruosos, que usurpando el poder de Dios y de su Cristo, mandan sobre la mente y la conducta de los individuos, creando un orden mundano perverso. Pero hay tantos que no alcanzan a discernir la Bestia presente.
–Siempre han sido los santos los que mejor han entendido el mundo en el que vivían, porque ellos estaban muy libres de sus pensamientos y caminos.
Ya lo examinamos en Santa Teresa de Jesús (189). Ella veía el mundo pecador como algo carente de realidad, falso, loco, absurdo. El Señor le dice una vez «“todo es mentira lo que no es agradable a mí” […]. Y así lo he visto, sea el Señor alabado, que después acá tanta vanidad y mentira me parece lo que no yo veo va guiado al servicio de Dios, que no lo sabría yo decir como lo entiendo, y lástima que me hacen los que veo con la oscuridad que están en esta verdad» (Vida 40,1-2). Cuántos ilustres y premiados teólogos no alcanzan a ver lo que ve esta «mujer sin letras»… «Esta verdad que digo es en sí misma verdad, y es sin principio ni fin, y todas las demás verdades dependen de esta verdad» (40,4). «No hay ya quien viva, viendo por vista de ojos el gran engaño en que andamos y la ceguedad que traemos» (21,4). «Veo tanta perdición en el mundo que, aunque no aproveche más decirlo yo de cansarme de escribirlo, me es descanso, que todo es contra mí lo que digo» (27,21).
¿Podrá haber educación familiar y escolar cristiana, catequesis y ascesis de perfección que no enseñe a resistir a la Bestia mundana, negándose a recibir su marca en la frente o en la mano, aunque esa resistencia impida a veces «comprar y vender» en el mundo (Ap 13,16)? ¿Podrán los cristianos de hoy ser fieles a su vocación y llegar a la bienaventuranza celeste si, viviendo en la Gran Babilonia, ignoran, desoyen o incluso desprecian la voz de Cristo, que les manda: «Salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas» (Ap 18,4)?
–De rodillas ante el mundo. La muchedumbre de cristianos mundanizados no solamente no mira con horror la Bestia moderna ateizante, cuyas cabezas visibles están siempre adornadas de «títulos blasfemos» (Ap 13,1), sino que «sigue maravillada a la Bestia» (3). Y aquí prefiero ceder la palabra a Jacques Maritain, a quien recordaba hace un tiempo en este mismo blog (103 y 161). Me refiero a su obra, escrita en 1966, Le paysan de la Garonne. Un vieux laïc s’interroge à propos du temps présent. Extracto, subrayando yo, algunas páginas (85-90).
«La crisis presente tiene muchos aspectos diversos. Uno de los más curiosos fenómenos que apreciamos en ella es una especie de arrodillamiento ante el mundo, que se manifiesta de mil maneras». Que eso sucede, es cosa cierta. En cambio, «de qué mundo se trate exactamente, o en otras palabras, qué es lo que los cristianos tienen en la cabeza, qué es lo que ellos piensan al comportarse así, eso es mucho más oscuro, pues la mayoría de ellos piensan poco, y confusamente».
El caso es que «en amplios sectores del clero y del laicado, aunque es el clero el que da el ejemplo, apenas la palabra “mundo” es pronunciada, brilla un fulgor de éxtasis en los ojos de los oyentes». Palabras como presencia en el mundo, o mejor aún, apertura al mundo, suscitan estremecimientos de fervor. Por el contrario, «todo lo que amenaza recordar la idea de ascesis, de mortificación o de penitencia es naturalmente apartado. Y el ayuno está tan mal visto que más vale no decir nada de él, aunque por el ayuno se preparó Jesús a su misión pública»…
El sexo, en cambio: he ahí un tema grandioso. «Es curioso ver qué interés, llevado hasta la veneración, muestran por él una muchedumbre de levitas dedicados a la continencia. La virginidad y la castidad tienen mala prensa. El matrimonio, en cambio, es fervientemente idealizado», aunque sea por la anticoncepción crónica una falsificación perversa del matrimonio. Y con el sexo, otra gran realidad que afrontamos en el mundo, lo social-terrestre… «En la práctica al menos, y en su manera de actuar, e incluso –para los más resueltos y decididos a llegar hasta el fin– en doctrina y en su manera de pensar (de pensar el mundo y su propia religión), el gran asunto y la sola cosa que importa, es la vocación temporal del género humano… En lugar de comprender que es preciso entregarse a la tarea temporal con una voluntad tanto más firme y ardiente cuanto que se sabe que el género humano jamás llegará a librarse completamente del mal sobre la tierra –por las heridas de Adán y porque su fin último es sobrenatural–, se hace de estos fines terrestres el verdadero fin supremo de la humanidad. En otras palabras, no existe más que la tierra. Completa temporalización del cristianismo».
–Reflejos en el lenguaje espiritual. La actitud referida se expresa en muchas expresiones actualmente habituales, que manifiestan actitudes mentales gravemente desviadas de la verdad. Me fijaré en algunos ejemplos.
-«Hay que partir de la realidad» es una expresión que estuvo muy de moda, y todavía lo está, en ambientes pastorales. Por ella se afirma implícitamente, más o menos, que la realidad es el mundo visible, con sus cosas, vicisitudes y problemas. Las prioridades reales serían, pues, aquéllas que reflejan lo que realmente los hombres del mundo piensan y hacen, sienten y quieren. Partir de Cristo, de su Evangelio, en el pensamiento y la acción, llevaría, por tanto, a planteamientos completamente irreales, inútiles, fuera de la realidad.
Todo eso es pura falsedad. La realidad es Dios, es su Palabra, es Jesucristo, «por quien todo fue hecho», es la acción del Espíritu Santo. El único mundo real es el que se construye obedeciendo a Cristo Rey, sobre el fundamento divino. Todo lo hecho al margen de Cristo o contra él es vano, es falso, es pura locura, algo irreal y alucinatorio, que sometido a la prueba escatológica del fuego, será reducido a cenizas: es la nada, el absurdo, el pecado (cf. 1Cor 3,10-15; 2Pe 3,7). El mundo visible, indeciblemente contingente y falseado, es efímero: es pasando, pues el presente es sólo un instante que se hunde en el pasado inmediatamente, y que está dominado en tantos aspectos teóricos y prácticos por la mentira. Es el mundo presente el que a causa del pecado, que abunda en él, se hace irreal, rozando la aniquilación, la nada. San Pablo es un hombre bien realista y con los pies sobre la tierra, y es él quien, con la fuerza del Espíritu Santo, transforma por el Evangelio la cultura de muchas naciones con la fuerza salvadora de Cristo. Pero tiene él esa fuerza precisamente por que ve que «pasa la apariencia de este mundo» (1Cor 7,31). Por eso dice que los cristianos «no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles, sino en las invisibles, pues la visibles son temporales, y las invisibles, eternas» (2Cor 4,18; cf. Col 3,1-3). Y Santa Catalina de Siena ve el mundo pecador como pura vanidad: es nada, es, en cuanto pecador, «menos que nada».
-«Hay que amar a las criaturas no en Dios, por el amor de Dios, sino en sí mismas». Quienes así piensan hoy creen que así es como serán amadas de verdad, y no en un amor sublimado e ilusorio. Ellos estiman, y no pierden ocasión de manifestarlo, que arraigar el amor a la criatura en la suprema Amabilidad de Dios, viene a desprestigiar y a perjudicar a la criatura.
Es todo lo contrario. Amar a la criatura partiendo del amor que Dios le tiene, y amando en ella a Dios, la causa total de su ser y de su amabilidad, es amarla totalmente, incondicionalmente, para siempre. Como dice Maritain en la obra citada, «no detenerse en la criatura es la garantía para ella de ser amada sin desfallecimiento, fija en la raíz de su amabilidad por la flecha que la atraviesa» (ib. 73). La esposa, por ejemplo, amada en Dios por su marido, será amada y guardada para siempre. Aquélla, en cambio, que sea amada en sí misma, y sin referencia alguna a Dios, de quien procede toda la amabilidad que hay en ella y todo el amor que impulsa al esposo hacia ella, acabará más fácilmente vejada y abandonada. ¿Hay que partir de la realidad? De acuerdo. Miremos, pues, las estadísticas del divorcio allí donde apenas hay fe y verdadera caridad. Y partamos de la realidad divina, transformando el mundo temporal por el mundo de la gracia de Cristo.
-El lenguaje tradicional cristiano sobre el «menosprecio del mundo» o la «fuga mundi» es inadmisible para los amadores del mundo (cf. en este blog 166, 173-177). Estos cristianos, arrodillados ante el mundo, lógicamente, sufren y se indignan cuando ven decir a Cristo que el mundo es la Gran Babilonia: «salid de ella, pueblo mío»; cuando oyen que todo el mundo «está sujeto al Maligno», pues «está lleno de las tres concupiscencias» (San Juan apóstol); cuando se les dice que el mundo vive en «la vieja locura» (Clemente de Alejandría), y que para aceptarlo hace falta estar tan loco como él; o cuando oyen que el mundo vive «la farsa de esta vida, tan mal concertada» (Santa Teresa). Temen, por lo visto, que quienes así piensan y hablan –Cristo, Pablo, Juan, Clemente, Teresa, Monfort– maltraten al mundo, se desinteresen por él, y le pierdan el respeto, la obediencia y el amor que se le deben.
Son falsificaciones del Evangelio, que no tienen fundamento alguno ni en la doctrina ni en la experiencia histórica real. En la verdad de las cosas, son los santos, aquéllos precisamente que más han menospreciado el mundo y que han huído y escapado a sus redes –San Benito, San Francisco de Asís, San Juan de Dios, San Ignacio de Loyola–, los que mejor han sabido amarlo y consolarlo, los que más fuertes han sido para transformarlo, beneficiarlo, sanar sus heridas y embellecerlo. Y son los falsos amadores del mundo presente, aquellos «cuyo dios es el vientre, que no piensan más que en las cosas de la tierra» (Flp 3,19), los que adulando y sirviendo al mundo pecador, lo explotan y lo oprimen, hasta hacerlo odioso e inhabitable. Ésta es la realidad.
Las paradojas del Evangelio no desconciertan a los cristianos. Cualquier buen cristiano las entiende sin problemas, porque la fe le deja ver el mundo por los ojos de Cristo. Cuando habla Jesús de que el hombre debe negarse a sí mismo, y matar el hombre carnal que habita en él, resulta ridículo eliminar esa terminología por temor a que dé lugar a un gran número de suicidios. No somos tontos. Todos entendemos perfectamente qué es eso de mortificar la carne, y matar al hombre viejo. Y también sabemos que los suicidios se producen –y por cierto en número creciente–, precisamente entre aquéllos que con más empeño descalifican el Evangelio por negativo y pesimista. El Espíritu Santo, que ilumina en nosotros le fe en el Evangelio, nos hace entender también perfectamente que para amar de verdad a Cristo y seguirle no tenemos que odiar a nuestros padres, ni a nosotros mismos. Entendemos también a su luz lo que Cristo quiere decir cuando afirma: «quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará» (Lc 9,24). Pues bien, del mismo modo sabemos entender las expresiones menosprecio y huída del mundo.
Insisto en señalar los malos frutos de lo contrario: nadie ha envilecido tanto al mundo presente como sus adoradores; nadie ha hecho, por ejemplo, la sexualidad tan miserable y deshumanizante como quienes, dándole culto idolátrico, la han falsificado, pervertido y desviado de sus verdaderos fines. Et sic de cæteris.
Necesidad de estas reiteraciones. Sea perdonada mi insistencia en estas cuestiones, pero es realmente necesaria, porque estos errores son profesados por todos los heterodoxos que malviven dentro –aparentemente– de la Iglesia, y que hoy son tantos. Y porque la cizaña de esos mismos errores, desde hace medio siglo, infecta también muchos campos ortodoxos de la Iglesia actual. Por lo demás, ya sé que quienes así pensamos y hablamos somos muy pocos. Pero confiamos en Dios y en su Iglesia. «El que pueda entender, que entienda» (Mt 19,12).
José María Iraburu, sacerdote
Índice de Reforma o apostasía
33 comentarios
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JMI.-VEO la necesidad imperiosa etc.
CREO que el cristianismo debe, etc.
Sí.
La coincidencia social-marxista se entiende, el marxismo con su pretensión de socialismo científico, es rama del mismo árbol; pero meter en el mismo envase al liberalismo no me encaja. ¿Puede argumentarlo?.
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JMI.-Lo he argumentado ya en varios artículos anteriores. Fundamentándose el liberalismo solo en la libertad de los hombres, y no en Dios ni en el orden natural, de él se seguirán, con el mismo fundamento liberal, el comunismo, el socialismo, las dictaduras personales o de partido único, etc. etc. etc. Aunque unos y otros vayan a dar en formas políticas y económicas muy diversas, e incluso contrapuestas. Pero son todos hermanos, todos tienen el mismo principio liberal de raíz. Por eso, llegado el caso (p. ej. el aborto), pueden coincidir o lograr acuerdos.
En cambio TODOS ELLOS son inconciliables con la Doctrina Política de la Iglesia, que pone como fundamento de las naciones a Dios y a las leyes impresas por el Creador en las criaturas, es decir, en el orden natural.
En el art. (97) de este blog, p. ej., se trata de este asunto.
Hay una cosa que me resulta la mar de llamativa: en una época como la actual, en la cual se tiene un panorama de la Historia nunca antes alcanzado, no se percibe en absoluto que la construcción de una civilización a espaldas o contra Dios, como lo es la ctual Civilización Democrática, es una anormalidad histórica ABSOLUTA.
Al contrario, se pretende imponer una disparatada hermenéutica histórica según la cual la civilización atea sería algo así como la sublime consumación de la Historia. "El Fin de la Historia", le llama el nipo-estadounidense Fukuyama, quien quiere ver en la Democracia Liberal algo así como la Parusía.
La realidad parece decirnos, por el contrario, que estamos viviendo un PELIGROSO EXPERIMENTO, cuya primera manifestación política fue la Francesada y su lance más audaz, el comunismo soviético. Lance que ya cayó estrepitosamente y que nos lleva a preguntarnos: ¿Cuánto le queda de vida al experimento liberal que le ha sobrevivido?
A ver: familias destruidas, inseguridad creciente, guerras continuas, población dopada por el alcohol y las drogas, juventud sin futuro, violencia creciente en la sociedad, corrupción en los que gobiernan y libertinaje en los gobernados, la mentira hecha hábito...
¿NO SON ACASO LOS SÍNTOMAS DEL FIN DE UNA ERA?
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JMI.-De acuerdo, pero una matización.
"la Civilización Democrática [Liberal], es una anormalidad histórica ABSOLUTA".
En la historia de Roma, p.ej., el Imperio vino después de la República, como una superación del régimen anterior, y duró varios siglos notables, hasta su degeneración y caída.
Sí hay signos de que los regímenes de fundamento liberal (sin valores, sin orden natural, sin Dios: solo la libertad (?) de los ciudadanos) son una peste, sobre todo los acentuadamente partitocráticos. Son causas de innumerables males en las pesonas, familias y naciones.
La democracia moderna es esencialmente liberal; es decir, es eso y no puede ser otra cosa sin dejar de ser democrática.
Espero que no lo tome a mal pero creo que es importante no seguir haciéndonos ilusiones sobre una muy teórica "democracia cristiana" que parten, creo yo, de la mala comprensión de "Benignitas et Humanitas" de Pío XII en adelante.
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JMI.-No conozco ninguna democracia actual que no sea liberal. Pero eso no permite reprobar el régimen político de la Democracia, porque, de suyo, admite fundamentarla, si la nación es suficientemente cristiana -cosa que hoy no se da quizá en ningún sitio- en Dios y el orden natural. Lo mismo que un régimen monárquico o lo que sea.
En cuanto a lo que me dice de la "democracia cristiana" puede Ud. hallar críticas muy fuertes, difícilmente superables, en el blog del P. Iraburu, en su serie CRISTIANOS Y POLÍTICA. Por ejemplo (118).
Tengo descargados del 1ro al actual.
Son mi lectura preferida de verano, ya que solo encender la Tv "deprime" con tanta basura.
Gracias por continuar sembrando esperanza.
Dominis canis, no se canse de "ladrar"!!!
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JMI.-¡¡¡Guau, Guau, Guau, Guau...!!
Actualmente existe un ataque ideologico constante y muchos se han contaminado en mayor o menor medida, incluso sin darse cuenta.
Me parece muy importante no solo formarse en la verdad sino tambien en saber "las trampas" que a diario se nos presentan, esto ultimo lo he encontrado muy util.
Padre, lo animo a continuar con su labor que tanto nos ilumina.
Bendiciones.
He leído en estas pasadas fiestas sus artículos "Apostasía" y, aunque hagan pita los oídos a más de uno, son una veraz y valiente denuncia de la realidad.
Hay una tremenda profusión pseudoprofetas milenaristas (Vassula Ryden, Amparo Cuevas de El Escorial, Bayside, etc..¡cientos!) que pienso que las promueve el Enemigo para desprestigiar no sólo a apariciones marianas aprobadas por la Iglesia sino a "profetas de calamaidades" como usted (valga la expresión, perdone).
Mi pregunta es y siento que pueda parecer una pregunta de mal gusto: ¿usted cree que esta apostasía que usted denuncia y todos vivimos es la la Apostasía que se profetiza de forma precisa en las Escrituras como preludio de la segunda venida de Jesucristo?. Sea concreto, por favor.
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JMI.-Trataré de ser tan concreto como conciso.
Lea Ud. el Catecismo de la Iglesia (675-677) donde habla de la amplia apostasía que habrá "antes del advenimiento de Cristo", y cita los lugares de Escritura que la profetizan. Que esos signos se den hoy o no, no sé decírselo. No sé cuándo será la Parusía.
Añado. Me parece inconveniente que cite Ud. a Amparo Cuevas en la misma línea que a Vassula.
Por tanto, para arreglar esta desastrosa situación sería necesario por una parte, políticos dispuestos a hacer una política conforme a la Ley de Dios sin saltarse nunca a la torera la Ley natural, la cual debería ser el nível mínimo al que toda ley o acto político tendría que ajustarse y nunca contravenir.
Y por otra parte, sería necesario que los ciudadanos estuviesen dispuestos democráticamente a cumplir y actuar siempre en conformidad con el orden natural divino que impregnaría las leyes del Estado.
Es decir que el problema político es sobre todo de naturaleza religiosa, teológica y moral. Tendría que haber como una especie de acuerdo o pacto ético entre todos por respetar la Ley natural que no es otra cosa más que la misma Ley de Dios impresa en el ser de las creaturas.
Pero curiosamente es el naturalismo político en sus diversas versiones (liberalismo, socialismo, comunismo, capitalismo) el primero que se niega a respetar las leyes naturales impresas por Dios en la naturaleza humana.
Padre, usted no sabe si estos signos se dan o no hoy en día. ¿Tendremos que llamar a un Ingeniero Agrónomo?. Mójese un poco, hombre:
- 50 millones de abortos/año hacen palidecer a cualquier guerra.
- Cristofobia institucionalizada.
- Impureza esparcida cada hora por todos los medios.
- Ruptura de la cadena de la transmisión de la fe en los españolitos medios de toda la vida. Extrapolable a todo el mundo.
- Destrucción de la familia: el abuelete para la resi, ausencia de bodas/divorcios, asesinato de los hijos.
- Ministros de la Iglesia rebeldes y escandalosos.
- Hambre de la Palabra pero saciada en espejismos.
- etc (usted sabe que el etc es largo).
Pues si las yemas no están hinchándose...
Por cierto, la única diferencia que advierto entre Amparo Cuevas y Vassula Ryden es la manera de recibir los partes de toda la corte celestial: la primera con una tenebrosa voz gutural que podría espantar a la misma Santa Compaña y la segunda con la escritura automática con las que rellena cuadernos que después subsana.
Un saludo y gracias.
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JMI.-El "mójese un poco, hombre", es frase en este caso impertinente (no pertinente: le doy su sentido propio al término). En muchos de los 200 artículos de REFORMA O APOSTASÍA he señalado todos esos males que Ud. se toma la molestia de enumerar y otros muchos. Ya en mi reciente artículo (199) tiene Ud. descritos en síntesis "Los horrores del mundo sinCristo", y en los que le siguen.
Eso no significa que yo sepa si esos signos gravísimos de apostasía están ya siendo los precedentes próximos de la Parusía o si ésta se producirá dentro de mil años, cuando aún sean más espantosos los males en el mundo y en la Iglesia.
El tiempo de la Parusía no lo sé yo, y Ud. tampoco, entre otras cosas porque no lo sabe la Iglesia: no le ha sido revelado el cuándo. Y lo que no conocemos, lo ignoramos tanto si "nos mojamos" como si nos mantenemos en seco. Tampoco valdría para nada llamar a un ingeniero agrónomo.
--- En cuanto a la relativa equiparación entre Vassula y Amparo de la Cueva es absolutamente inadmisible. No puedo citarle documentos concretos, que tendría que buscarlos en internet; pero puede Ud. buscarlos fácilmente.
-La Congregación de la Fe se ha pronunciado negativamente, y lo mismo algunos episcopados nacionales, sobre las presuntas revelaciones de la Sra. Vassulla, desaconsejando a los católicos asistir a sus actuaciones.
-Sobre Amparo y sobre la Obra por ella fundada no ha habido ninguna manifestación reprobatoria, ni de la Santa Sede ni del Arzobispado de Madrid, que aprobó su Obra y autorizó que en determinados días se celebrase para los devotos peregrinos la santa Misa en el prado del Escorial.
http://www.pradonuevo.es/obra.htm
Extraña, pues, que "la única diferencia" que en tono burlón Ud. advierta entre una (ortodoxa) y otra (católica) sea la que indica.
El liberalismo actual es peor, a mi juicio, que el comunismo. Al menos el comunismo atacaba directamente a los católicos, con lo cual sabías que tenías enfrente a la Bestia, el liberalismo es más sutil, más serpentiforme, se camufla incluso de bueno.
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JMI.-Así es.
Gracias.
José L., si puedes leéte al P. Castellani, a quien Juan Manuel De Prada está haciendo conocer en España. Él es a mi modesto juicio un profeta de los últimos tiempos, no porque estemos ya en ellos (o sí, vaya uno a saber), sino por la mirada magistral que ha tenido sobre la cuestión y su análisis brillante de las profecías joánicas.
Castellani te lo dice claro: esto no va más. O esto se compone como Dios manda (Reforma) o se viene la Maroma Final (Parusía). La decisión última es de Dios, el cual al P. Iraburu no le ha dicho ni mú. Y yo le creo al Pater, puesto que caso contrario y de haber conseguido la primicia, ¡¡qué post no se habría mandado!! ¿No es así, Padre?
Así que Reforma...
o Apostasía ¡y Parusía!
Castellani dixit.
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JMI.-Tengo gran cantidad de Castellanis, que adquiría o me regalaban en mis viajes a Argentina. Y el Apokalypsis es uno de sus grandes escritos.
Como dices, yo de cuándo sea la Parusía no sé nada, la verdad.
A InfoCatólica no ha llegado ninguna información ni de la tierra (porque nadie lo sabe) ni del cielo (donde sí lo sabe Dios). Y que yo sepa, tampoco ha llegado a la Iglesia y a su Santa Sede ni fax, ni e-mail, ni nada.
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JMI.-El P. Castellani está en InfoCatólica como en su casa.
Algunos estimarán que no. Pero no importa: están equivocados.
Para el desarrollo del derecho, y para el desarrollo de la humanidad, ha sido decisivo que los teólogos cristianos hayan tomado posición contra el derecho religioso, requerido por la fe en la divinidad, y se hayan puesto de parte de la filosofía, reconociendo a la razón y la naturaleza, en su mutua relación, como fuente jurídica válida para todos. Esta opción la había tomado ya san Pablo cuando, en su Carta a los Romanos, afirma: “Cuando los paganos, que no tienen ley [la Torá de Israel], cumplen naturalmente las exigencias de la ley, ellos... son ley para sí mismos. Esos tales muestran que tienen escrita en su corazón las exigencias de la ley; contando con el testimonio de su conciencia…” (Rm 2,14s.]"
Benedicto XVI. Discurso ante el Bundestag.
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JMI.-Publico su comentario porque dice muchas cosas interesantes, aunque se sale en buena parte del tema de mi artículo. En su comentario se dicen muchas cosas, y sería muy largo discutirlas y matizarlas. No es posible aquí y en esta ocasión.
Solo hago una matización. Los teólogos cristianos no tomaron una posición contra el derecho religioso. Es una afirmación de expresión ambigua. ¿El matrimonio monógamo e indisoluble, que excluye divorcio y poligamia, práctica común en casi todos los pueblos y culturas, es de derecho natural o es más bien es de derecho religioso?
Es de derecho natural, porque, como Cristo dice, "al principio el Creador" lo hizo así: es por tanto algo "natural" al matrimonio humano, es el modo propio de unión a la naturaleza del hombre y de la mujer.
Y es de derecho religioso, porque su re-conocimiento viene de la Revelación, concretamente de la enseñanza de Cristo, pues ni los rabinos del Pueblo elegido (que daban libelo de repudio "por cualquier causa") tenían mayor idea de él. Sin la luz de la fe, por la sola razón, la humanidad no llega al matrimonio monógamo. Y en cuento en las naciones cristianas se va apagando la fe, surge inmediatamente el divorcio y, en cierto modo, la poligamia: una poligamia "sucesiva", varias esposas, no juntas, sino una detrás de otra. Normal.
Benedicto XVI: Discurso 12 de septiembre de 2008
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JMI.-Estos comentarios suyos debería hacerlos a alguno de los artículos en los que se trataron específicamente de estos temas,los de la serie CATÓLICOS Y POLÍTICA (95-125). Aquí quedan desplazados.
No es posible hablar de varios temas a la vez.
Benedicto XVI
"¿Significa esto que el Concilio debe ser revocado? Ciertamente no. Sólo significa que la recepción real del Concilio aún no ha empezado. Lo que a desvastado a la Iglesia en la última década no ha sido el Concilio, sino el rechazo de recibirlo: esto se torna evidente gracias al análisis de la influencia de Gaudium et spes. Lo que se presentó en el Concilio fue en gran medida una actitud que no puede hallar justificación en el texto mismo sino más bien tendencias en su elaboración y algunas en sus formulaciones. en la afirmación del texto mismo.
Por lo tanto, la tarea no es suprimir el Concilio, sino descubrir el real Concilio e indagar profundamente en lo que realmente quiere con respecto a lo que ha pasado desde entonces.
Esto implica que es imposible volver al Syllabus, que muy bien puede haber sido el primer paso en el combate contra el liberalismo y el naciente marxismo, pero no puede ser la última palabra. Ni el abrazarse ni el ghetto pueden resolver el problema de la relación de los cristianos con el mundo moderno. Por lo tanto, el arrazar los baluartes que ya en 1952 propiciaba Hans Urs von Balthasar era en efecto una tarea urgente ....
Era necesario para la Iglesia arrasar con los viejos baluartes y confiar solamente en la protección de la fe, el poder de la palabra que es su única verdadera y permanente fuerza. Pero arrasar con los bastiones no significa que ya no haya nada que proteger, o que Ella pueda vivir gracias diferentes fuerzas que aquellas que la engendraron: el agua y la sangre manadas del costado abierto de Nuestro Señor crucificado."
Ratzinger:Les Principes de la Theologie Catholique - Esquisse et Materiaux, Paris: Tequi, 1982, pp. 437-438.
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Voy a dar mi punto de vista.
En primer lugar decir que comparto mucho de lo que ha escrito Padre JMI. El contexto que considero, también muy importante es el siguiente:
Actualmente a pesar de todos los pesares caminamos hacia la Verdad. Aunque aún hay que avanzar muchísimo, creo que algo hemos avanzado.
El CVII (62-65) significa un gran paso hacia la Verdad. El BJPII significa otro gran paso hacia la Verdad y el SPBXVI siguiendo la línea del BJPII otro muy importante paso hacia la Verdad.
El BJPII pidió en más de 100 ocasiones perdón por los errores cometidos por la Iglesia Católica a lo largo de la historia. Esto no fue bienvenido por los sectores más “ultraconservadores” (lefebvristas etc.), pero es desde la sinceridad y desde el reconocimiento de los errores que caminaremos con paso firme hacia la Verdad.
Actualmente el hambre en el mundo es la causa principal para considerar (consciente o inconscientemente) que todo lo demás nunca puede ser peor(y ello, efectivamente, es construir un mundo sin Dios; o sin ética para los no creyentes).
Mueren unas 20000 personas diariamente por hambre o por las consecuencias de una nutrición insuficiente. Sin embargo en el primer mundo, paradójicamente, hay que hacer régimen para adelgazar. La tecnología actual permite la nutrición adecuada para prácticamente el doble de la población mundial. Sin embargo los productos de primera necesidad se regulan en el mercado bursátil mundial de la misma manera que un mueble de lujo por ejemplo.
En el año 89 empieza la globalización con la caída del muro de Berlín y a partir de los años 90 el móvil e internet (cuyo nacimiento oficial es en el año 95 cuando empiezan a cotizar los valores en la bolsa de Nasdaq) así como las parabólicas (96-97) hacen que seamos conscientes de la realidad del mundo.
El ayuno (que menciona en el texto de Jacques Maritain ) es la clave ya que tanto desde el mundo religioso como desde el agnóstico o ateo es un denominador común en el que desde nuestro interior podríamos todos unidos luchar contra el hambre.
Jesús nos dio un gran ejemplo con el ayuno y es muy frecuente la práctica del ayuno en muchas religiones.
Yo soy bonaerense y poquitísimamente conocido. Quizás el Ricardo a que aludes sea el conocido abogado provida de San Rafael, pero creo que él no participa en este foro.
Cuando vemos diariamente que mueren unas 20000 personas y que vivimos en un mundo en que, entre todos, de una forma o de otra, dejamos que mueran y seguimos derrochando y desperdiciando, en exceso, los alimentos (de mil formas y maneras más o menos justificadas o sin justificación), es evidente que ni tan siquiera la guerra y los conflictos bélicos pueden ser peor que dejar morir de hambre a 20000 seres humanos diariamente.
Así pues, la guerra no es lo peor. Pero la guerra si que es la mayor fuente de generación de odio que existe. Y el odio es la antítesis del Amor.
Actualmente la sociedad es más consciente que las guerras han sido promovidas por el afán de dominio, de riqueza, de poder, de unos pocos. Pero esos pocos, muy poderosos, han buscado y conseguido la forma de embaucar a muchos. En el mundo hay muchos conflictos y guerras, pero la cultura de la guerra y de ir a la guerra creo que gracias a Dios (y aunque hay muchas excepciones) en las sociedades más avanzadas no se promueve ni se contempla de forma parcial o ciega. En el fondo todos queremos la Paz e incluso, por ejemplo en Israel y Palestina, muchas madres quieren que cese la guerra definitivamente. Si desde nuestra conciencia promovemos la cultura de la Paz y trabajamos por la Paz como nos enseñó Jesús: “seremos llamados hijos de Dios”
Así pues, muchas personas que paradójicamente no son religiosas incluso desde ese punto de vista su comportamiento va más en la línea de ser llamados hijos de Dios.
La Iglesia Católica tiene un gran poder de convocatoria y quizás el SPBXVI podría fomentar un día de ayuno para todas las personas de buen corazón de todas las religiones o no religiones (de todo el mundo)y que ese día, el ahorro de la comida se destinara a erradicar el hambre del mundo. Todos los seres humanos tenemos en nuestro interior la semilla del bien y por ello podemos luchar para erradicar el hambre y con ello la guerra empezará a no tener ninguna” justificación” y el odio a tener menos adeptos. Sin hambre y sin guerras, la droga y la codicia no tendrán la “justificación” (que en realidad no es justificación) que: “hay cosas peores como dejar morir de hambre y que las guerras sean por intereses” .Y si todo queremos, podemos caminar hacia un mundo mejor en el que Dios Padre desde Su Infinita Justicia, si así lo merecemos, nos llame : Sus hijos.
Ánimo, un abrazo y perdón por extenderme tanto.
Después de intentar sonsacarle la fecha exacta de la Parusía al P. Iraburu, he de reconocer que tampoco él la sabe, ha sido infructuoso. En fin, seguiremos viendo como se van hinchando las yemas...o salen higos o nos explotan en la cara.
Un saludo y nuevamente gracias al P. Iraburu y los que participáis en el foro.
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JMI.-"Si el mundo me ha odiado a mí, también os odiará a vosotros".
Necesitamos que se nos insista...y mucho.
Describe tan ajustado,
-Partir de la realidad!... (como si Dios y su revelación no lo fuera. Como si la desfigurada imagen de Dios que somos por nuestros pecados fuese lo real y no –ausencia, herida, distorsión de lo que estamos llamados a ser)
-Amar al prójimo sin Dios... (y ser amados sin Dios! qué vació que se experimenta, se siente uno engañado y presionado a vivir en la mentira)
-Arrodillarnos ante el mundo.
¡Qué bien nos viene este año de la Fe!
Hace tiempo que me da la impresión de que vivimos en muchos aspectos una Fe ficticia una fe que "no acaba de ser real", que no acaba de hacerse carne...
Aunque entiendo que también hay crecimiento en esto.
Cuando leo la Palabra de Dios o en las celebraciones litúrgicas trato de repetirme siempre: "esto es Lo REAL" "cielo y tierra pasarán pero no sus Palabras" y le pido a Dios poder hacer acto sincerísimo de adoración con toda mi persona (inteligencia, corazón, fuerzas)y poder aceptar su gracia de vivirlo. Se que ahí está la alegría verdadera y lo único que salva al mundo y da inmensa dicha, pido vivir en esa alegría y amarlo tan de verdad, que no pueda bajo ninguna ´fuerza´ (interna o externa) sepárame de Él... llevando su Luz a otros
Creo que Él lo quiere, por eso voy con paz y alegría, confiando también en su perdón... pero a veces la inteligencia parece oscurecerse, es tan fácil confundirse! y a veces tan ´cómodo´.
Siga rezando por todos para que amemos a Dios y al prójimo por Dios, con corazón puro.
Gracias padre! Necesitamos que nos predique. (y también desahogar un poco..!)
La Virgen Sta y San José lo bendigan y guarden junto a su Niño Dios
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JMI.-"En Dios nos movemos, existimos y somos".
Él es nuestra realidad, causa permanente de nuestro ser, vivir, obrar, Él nos hace reales. Sin Él no somos nada: fantasmas, cadáveres ambulantes.
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JMI.-Y todos los Ricardos tienen "corazón de león".
Mientras no se demuestre lo contrario, claro.
Recuerden lo de Marx:
"Ricardos de todo el mundo, uníos"
Aprende a ser prudente a costa de tantos Cristianos , que no piensan en la muerte....sino sólo al final de su vida, y que mueren con el Sentimiento de no haberse ocupado más que algunos días o quizás breves horas....en EL GRAN NEGOCIO DE LA SALVACIÓN....... Que debe de preocuparnos toda la Vida.
Vive pensando que la vida ha de acabar...y de este modo no la tomarás apego....Piensa en la Eternidad que se ha de seguir,.....y Pasarás la vida Cristianamente.
Con una Vida Santa....se suaviza el pensamiento de la muerte,......y con este pensamiento...".SE HACE UNA VIDA SANTA"
Todo lo creado es infinitamente mas debil.
Rezo ahora por Usted y encomiendo a su Angel.
Pido humildemente su Bendicion.Muchas Gracias.
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JMI.-Pida por mí.
Bendición +
Lo temporal debe de estar sometido a la potestad espiritual y moral de la Iglesia. Separar a la Iglesia del Estado, a lo espiritual de lo temporal, es un gran error, que nos conduce a un mundo politicamente esquizofrénico.
El Estado Católico no es otra cosa que la Iglesia ordenando los asuntos temporales de acuerdo con la Ley divina. No hay verdaderamente Estado ni sociedad católicos sin la observancia de los preceptos divinos, pues como dijo San Agustín sin justicia no hay reinos sino bandas de ladrones.
La Iglesia debe blandir de nuevo con toda energía su potestad sobre lo temporal, mediante un brazo secular de fieles laicos dirigidos doctrinalmente por la Jerarquía y en estrecha comunión con Ella.
Pienso que debería crearse un Dicasterio o Congregación para la Política Católica en el que se impulsase desde la Jerarquía la acción política de los fieles laicos, dando a éstos las claves doctrinales fundamentales y los parámetros morales irrenunciables a los que debe ajustarse la Política Católica.
El brazo secular de la Iglesia son los fieles laicos, pero ese brazo debe estar injertado en la misma Jerarquía y recibir de ella la sangre y la fuerza para operar.
Como nuestro brazo recibe su vitalidad de la unión con el cuerpo y sin esa unión no sería operativo, así el brazo secular laical para la recta ordenación de lo temporal recibe su vigor de su inserción en la Jerarquía y del impulso doctrinal y espiritual que Ella le suministra.
Si la Iglesia hoy en día se halla tan desastitida en la política es porque Ella misma no ha cuidado como debiera a su brazo político secular. El brazo secular hay que cultivarlo e impulsarlo desde la misma Jerarquía. No vale decir que es solo cuestión de los fieles laicos, que ellos deben organizar por sí solos sin el impulso de la Jerarquía.
Creo que sería necesaria urgentemente una Congregación para la Acción Política Católica desde la que se impulsase una política genuinamente católica.
Mi comentario no tiene que ver con su post. Como no encuentré otra forma de perdirle consejo, dispénseme.
Ahora Domingo, al pasar por la liberaría parroquial me acordé de usted, porque vi libros de Queiruga, Dionisio Borobio, Olegario González de Cardenal, Anselm Gruum.
Platiqué con el encargado y le dije que Queiruga era un hereje, por X e Y...
Me gustaría hacer una queja por escrito, para pedir que se retire ese veneno, apoyándome en sus artículos de "Infidelidades de la Iglesia".
Quería pedir su opinión, permiso y bendición.
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JMI.-No puedo darle consejo en lo que me consulta. La prudente conveniencia o no conveniencia de esa gestión ha de discernirse, como en otras acciones semejantes, teniendo en cuenta un cúmulo de datos personales y circunstanciales que ignoro.
Un cordial saludo en Cristo y mi bendición +
Un saludo cordial Padre Iraburu. Muchas gracias por su labor y que Dios lo bendiga.
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JMI.-Gracias por tu gratitud. Muchas.
Bendición +
Quisiera nos pueda decir como debemos vivir los Catolicos de a pie (es decir la gente comun) ya que fisicamente debemos seguir viviendo en este mundo aunque nuestra fe esta en Dios.
Gracias
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JMI.-La pregunta es muy amplia. Si busca en el Índice de Reforma o Apostasía, al final del artículo, verá muchos temas en que trato de la verdadera vida cristiana en el mundo sin ser del mundo.
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