(117-3) En el día de la Sagrada Familia, las dos Trinidades
–No, si finalmente tendré que escribir yo el (118).
–Usted lea y calle. Y si algo tiene que objetar, escriba en los comentarios. Ya me tiene harto.
«Las dos Trinidades» es un maravilloso cuadro de Murillo, Bartolomé Esteban (1617-1682). Fue pintado al final de su vida, hacia 1680, y se conserva en la National Gallery de Londres. La Sagrada Familia aparece como epifanía maravillosa de la Santísima Trinidad. En el centro del cuadro está Jesús, el Hijo divino, mostrado sobre un pedestal y venerado al mismo tiempo de rodillas por San José, imagen del Padre eterno, y por la Virgen María, la Llena-de-gracia, manifestación perfecta del Espíritu Santo. El Padre celestial mira con amor a Jesús y abre sus brazos, reconociéndole como hijo, sobre el cual se cierne el Espíritu Santo en figura de paloma. Un coro de ángeles completa la gloriosa escena, alborozados en la contemplación de la Familia Sagrada.
De la Familia de Nazaret nacen todas las familias cristianas y las comunidades religiosas, congregadas unas y otras en el nombre de Jesús. Todas son templos de la Santísima Trinidad. Todas por tanto, unas y otras, han de ser para el mundo epifanías de la Trinidad divina: unión perfecta en el vínculo de una caridad divina, trinitaria, sobrehumana, celestial. Todas han de estar centradas absolutamente en Cristo, que por su gracia las mantiene unidas en la santidad, el amor y la paz. Todas, las familias cristianas y las comunidades religiosas, muy distintas de las familias mundanas, han de ser muy parecidas entre sí, pues las dos viven, cada a una a su modo propio, la santidad de la Sagrada Familia.
«Reina de los matrimonios», ruega por nosotros. Sería para mí –y creo que para muchos– una alegría muy grande que en las Letanías de Loreto, lauretanas, después de la invocación Reina de las vírgenes, la Iglesia añadiera Reina de los matrimonios. Al final de las letanías se invoca a María como Reina de apóstoles, mártires, confesores, vírgenes… y ya se pasa a «de todos los santos». Qué hermoso sería invocarla como «Reina de los matrimonios». También podría ser con toda razón «Reina de las familias»; pero creo yo que va mejor «Reina de los matrimonios», pues se van enumerando las diferentes vocaciones de los cristianos.
La familia cristiana es hoy lo que fue el Arca de Noé en tiempos del diluvio universal. Viendo cómo está «el pecado del mundo» en las calles, los colegios y universidades, la prensa y el cine, internet y la televisión, la publicidad, la vida cultural, social y política… se muestra como algo evidente que la familia verdaderamente cristiana, templo doméstico de la Santa Iglesia, es el ámbito sagrado, santificado por la gracia de Dios, en el que niños, adultos y ancianos hallan la salvación de Cristo. Es la idea que expresaba en una conferencia el P. Alfredo Sáenz, SJ, argentino, En la fiesta de la Sagrada Familia (31-XII-2006).
«En nuestra época, tiempo de extinción de la Cristiandad, el enemigo apunta todos sus cañones hacia el último baluarte: la familia, la que quiere destruir burlándose de la paternidad y de la autoridad paterna, y equiparando el sagrado sacramento del matrimonio con uniones inicuas. Pidamos al Señor que, hoy más nunca, recordando el misterio de la Familia de Nazaret, modelo de toda familia cristiana, hagamos de las nuestras un bastión de resistencia valiente y heroico que enseñe a los hijos el coraje de ser distintos. Porque bastarán unas pocas ardientes familias cristianas para reconquistar una Nación».
José María Iraburu, sacerdote
Post post.–En www.gratisdate.org puede hallarse el texto íntegro de tres excelentes obras del P. Sáenz que hemos impreso y publicado en la Fundación GRATIS DATE: Arquetipos, La Cristiandad, una realidad histórica y El Apocalipsis, según Leonardo Castellani.
P.D.:
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Índice de Reforma o apostasía
14 comentarios
Es una pena, que el "arte" religioso del s.XXI generalmente no nos eleve a las alturas espirituales, que sin embargo consigue un Murillo del s.XVII.
Si uno se pone a pensar en cuánto transforma la vida tener a Cristo como fundamento, si uno le dedicara tan solo unos minutos a observar estas cosas en su propia vida y en la de los demás se daría cuenta que dentro de las familias cristianas, a pesar de las fragilidades, existe mucha más santidad de la que uno sospecha o esperaría.
Y todo por tener a Cristo como fundamento.
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JMI.- Haláaa... y nosotros sin enterarnos.
«La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté con todos vosotros» (2Cor 13,14). "Dios" en el N.T. siempre significa al "Padre".
http://pagina-catolica.blogspot.com/2010/12/el-ultimo-baluarte_2062.html
Aprovecho para desearle una FELIZ NAVIDAD.
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JMI.- Dios se lo pague.
Y creo que es muy oportuno:
- La familia abarca más que el matrimonio: a los hijos frente a los padres, los hermanos, hijos, sobrinos, nietos, etc.
- Y que esté justo antes de "Reina de la paz" puede tener su toque de drama, pues no hay nada más duro que un conflicto fraticida (ya empezaron Caín y Abel), o de humor (como el de un tío mío que cuando sus hijos atronaban él gritaba: "¡¡que venga Herodes!!").
¡¡¡Feliz Navidad a todos!!!
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JMI.- Pruebas, estéfano sobrino, pruebas. Le exigimos pruebas documentales de la inclusión por parte del Papa del "Reina de las familias" en las letanías. Lo exigimos. ¡Ya!
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JMI.- Dios creó todo sano y perfecto, se gozó en la obra de sus manos y vió que todo era bueno. Pero hizo al hombre libre, para fuera imagen suya; con una libertad creada, claro, y falible por tanto. El hombre pecó, y entonces entró el mal en el mundo. Hasta ahora.
Pero donde abundó el pecado, sobreabundó en Cristo Salvador la gracia.
Me sumo a la petición de "Reina de los matrimonios"
Durante muchos años yo he creído tener una profunda, muy profunda vocación a la vida contemplativa. En el invierno de 1990 yo estaba tanteando aquí y allá entre diversas órdenes, pidiéndole al Señor me iluminará sobre el camino que tenía preparado para mí.
De pronto, conocí a la que ahora es mi esposa, de la que tengo tres hijas (por ahora). Y comencé a dudar de cuál era mi vocación. ¡Estaba tan convencido de que mi camino era una orden religiosa! Pero la vocación no procede de nuestra voluntad, sino de lo que el Señor quiere hacer con nosotros, por su Gracia.
De pronto resultaba que a lo mejor me llamaba de alguna manera a la vida del matrimonio. ¿Cómo podía ser eso?
Así que comencé a dudar y quedé hecho un lío:
¿Qué hago, Señor? ¿Vida consagrada, o matrimonio? Pedía luces al Señor, pero no conseguìa discernir su Voluntad, es decir, mi vocación.
Una tarde, pidiéndole me aclarara cuál era mi vocación, le rogué muchas veces me dijera de alguna forma qué quería que yo hiciese. Iba orando mientras caminaba, muy exaltado, por la calle, con una cruz pequeña en la mano. Entonces llegué a una encrucijada de calles. Me detuve un segundo, junto a un escaparate.
Y pregunté al Señor, mirando a la cruz con discreción: ¿qué quieres que haga por Ti? Y dije al Señor: por la calle que tome, te suplico que me mandes una señal de tu Voluntad. Entonces tomé la bocacalle de la derecha, confiando en descubrir mi vocación, y nada más doblar la esquina, me encontré de pronto con ella, la que ahora es mi esposa, que caminaba rápido y de frente hacia mí, y casi chocamos uno contra otro.
-¿Qué te pasa, por qué estás tan alegre y sorprendido de haberme encontrado? -Me preguntó la que ahora es madre de mis hijas.
Y yo le dije: porque el Señor me ha mostrado cuál es mi vocación.
Santa María, Reina de los matrimonios, ruega por todos los matrimonios con vocación de santidad perfecta, que arden en el amor de Cristo Esposo de la Iglesia.
Un abrazo y Gracias por su hermoso post
Dios le bendiga
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JMI.- Qué historia tan hermosa. Es "historia sagrada", como las aventuras de la Iglesia a través de los siglos, y como la biografía personal de cada cristiano. El ESanto va escribiendo el libro de nuestra vida página por página (siempre que le dejemos, claro), y por supuesto que no sabemos bien qué escribirá en las siguientes páginas. Casi más que colaboradores, somos espectadores asombrados de Su obra de amor en nosotros. De la plenitud del Verbo encarnado "vamos recibiendo todos gracia sobre gracia" (Jn 1,16).
Jo. ¡Qué maravilla!
Bendición para esa bendita familia +
En referencia a lo que apunta "éstefano sobrino" tengo que decir que yo tenía entendido lo mismo. No sé si como "prueba documental", le vale la mismísima página de la Santa Sede:
http://www.vatican.va/special/rosary/documents/litanie-lauretane_sp.html
En esta página se incluye "Reina de la familia" antes de "Reina de la paz".
TVENSJC
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JMI.- Sí señor, eso sí que es una prueba documental plenamente válida. Y aún la refuerzo más con unas palabras de Benedicto XVI en un Regina Caeli en Floriana, Malta (17-IV-2010):
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/angelus/2010/documents/hf_ben-xvi_reg_20100418_floriana_sp.html
...Os pido, en particular, que la invoquéis [a la Sma. Virgen María] con el título de Reina de la Familia, un título añadido a la letanía lauretana por mi amado predecesor, el Papa Juan Pablo II, que visitó más de una vez estas tierras...
Pero yo sigo, erre que erre, deseoso de que después de "Reina de las vírgenes" se añada "Reina de los matrimonios". Lo uno no quita lo otro.
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