(103) Católicos y política –VIII. doctrina de la Iglesia. 6
–¿Es todo malo en los Estados modernos?
–Metafísicamente es imposible que en un ente todo sea malo, pues caería en la nada, sería aniquilado. El mal existe siempre de una forma parasitaria en el bien. Por supuesto que hay cosas que el Estado actual hace bien. Pero aquí trato del principio de subsidiariedad, y del totalitarismo político que se le opone.
Continúo considerando el principio de subsidiariedad y el totalitarismo de los Estados modernos que tiende a suprimirlo. Me fijo sobre todo en los países desarrollados de Occidente.
El intervencionismo político es semejante en los Estados totalitarios y en las democracias liberales. Y al parecer esto es ignorado por muchos, también por muchos eclesiásticos y políticos católicos. Es necesario conocer que el espíritu del Leviatán político viene a ser el mismo en unos y otros Estados, aunque se encarne con modalidades diversas. Quizá un Estado abiertamente totalitario prohiba, por ejemplo, tener más de uno o dos hijos, y un Estado liberal no se permita una ley semejante. Pero es posible incluso que los Estados liberales, en algunos mandatos y prohibiciones, sean aún más intervencionistas que los abiertamente totalitarios.
Puede darse en Estados liberales una política lingüística opresiva, que obliga a aprender un lenguaje regional o a usarlo con preferencia al nacional en educación y comercio, en administración y medios de comunicación. Puede un Estado liberal retirar de la enseñanza o de la judicatura a quien estime contra natura el ejercicio de la homosexualidad, y puede cerrar un instituto de adopción que se niega a entregar niños a parejas homosexuales. Puede imponer a los padres adoptivos la obligación de revelar su condición al niño cuando cumple los doce años. Puede imponer en los colegios la educación mixta, puede prohibir la actividad escolar con separación de sexos, y proscribir por traumáticos los exámenes de fin de asignatura. Puede prohibir el tabaco, las corridas de toros, ciertos usos vestimentarios correspondientes a algunas minorías y tantas cosas más. En las cuestiones citadas como ejemplo no tiene el Estado por qué suprimir un pluralismo benéfico en favor de un uniformismo injusto, ideológico y arbitrario.
El Estado moderno puede imponer su ideología en los ciudadanos no solo por medio de leyes y prohibiciones, sino también por la política de nombramientos, licencias y subvenciones, por las que se potencian unas iniciativas y se impiden o dificultan otras. Una Democracia liberal, a través de planes escolares obligatorios, películas y series televisivas financiadas, y por muchos otros medios, puede, por ejemplo, imponer a niños y adolescentes una educación que estimule la actividad sexual infantil, la masturbación y la fornicación, la anticoncepción y el aborto, lo mismo que el aprecio por la homosexualidad y la rebeldía ante padres y maestros. De hecho, hay Ministerios o bien Institutos de la Juventud en Estados democráticos liberales que vienen a operar como el komsomol de las juventudes comunistas en la Unión Soviética o como la Hitlerjugend, en las Juventudes hitlerianas del nazismo. Y lo hacen a veces con métodos más eficaces.
Por otra parte, no olvidemos que ese intervencionismo estatal compulsivo se triplica a veces, cuando es ejercitado por las autoridades nacionales, regionales y municipales –o bien por las autoridades federales, estatales y locales–. Inevitablemente se produce entonces una multiplicación innumerable de leyes, normas y reglamentos, y también se genera un cáncer burocrático, siempre en aumento, de políticos, secretarios, escoltas, chóferes, funcionarios, comisiones, institutos, comisiones de control y policías. Todos ellos sostenidos por los ciudadanos contribuyentes, que pagan a sus carceleros.
La Bestia liberal es «intrínsecamente mala», porque prescinde de Dios y del orden moral natural, y afirma, en la doctrina y en la práctica, la autonomía soberana de la libertad. Pío XI afirmó que «el comunismo es intrínsecamente perverso, y no se puede admitir que colaboren con el comunismo, en terreno alguno, los que quieren salvar de la ruina la civilización cristiana» (1937, enc. Divini Redemptoris 60). Ha de decirse lo mismo del Estado democrático liberal, mutatis mutandis, pues es totalitario, interviene en todo, mucho más allá de sus competencias reales, causa o permite muchos millones anuales de homicidios por el aborto y por la pobreza, propugna el matrimonio temporal, el consumismo, el hedonismo, el relativismo, la lujuria, la anticoncepción, la homosexualidad, la pornografía, la división del pueblo en partidos contrapuestos, la ruptura con la tradición nacional, la falsificación de la historia de la patria, y de este modo promueve la irreligiosidad y la apostasía (Vat. II, GS 20). Aquello que el Catecismo anuncia del Anticristo, cuando dice que ha de presentarse «bajo la forma política de un mesianismo secularizado, intrínsecamente perverso» (676), se puede aplicar a los Estados totalitarios y demócrata-liberales.
El Estado moderno nos hace pensar en las Bestias políticas del Apocalipsis. Esta preciosa obra del apóstol San Juan es una teología de la historia, un libro de consolación dirigido a las Iglesias perseguidas por el mundo, y nos muestra con especial claridad cómo la perfección de los cristianos fieles se consuma de forma martirial en la cruz del mundo secular. A comienzos del siglo XXI no es un juicio temerario reconocer una encarnación más de las Bestias sucesivas del Apocalipsis en esa larga serie de Estados modernos monstruosos, que usurpan el poder de Dios y de su Cristo, que niegan y pisotean el orden natural, que mandan sobre la mente y la conducta de los individuos, y que crean un orden social perverso.
¿Podrá haber, pues, educación familiar cristiana o ascesis de perfección que no enseñe a resistir a la Bestia mundana, negándose a recibir su marca en la frente o en la mano, aunque esa resistencia impida a veces «comprar y vender» en el mundo (Ap 13,16)? ¿Podrán los cristianos de hoy ser fieles a su vocación y llegar a la bienaventuranza celeste si, viviendo en la Gran Babilonia, ignoran, desoyen o incluso desprecian la voz de Cristo, que les manda: «salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas» (Ap 18,4)? No se trata, como dice San Pablo, de «salirse de este mundo» (1Cor 5,10), sino de mantenerse dentro de él, fieles a «los pensamientos y caminos» de Dios (Is 55,8-9), bien conscientes de que el vino nuevo del Espíritu Santo ha de guardarse en odres nuevos, en formas nuevas de vida personal y comunitaria, porque de lo contrario se pierden el vino y los odres (Mt 9,17).
Pero la muchedumbre de los bautizados mundanizados «sigue maravillada a la Bestia» (Ap 13,1). No sólamente no mira con horror la Bestia moderna ateizante, cuyas cabezas visibles están siempre adornadas de «títulos blasfemos» (13,1), sino que la sigue fielmente en sus pautas mentales y conductuales… Reforma o apostasía.
Jacques Maritain, en su obra Le paysan de la Garonne. Un vieux laïc s’in-terroge à propos du temps présent (París 1966), escribía: «la crisis presente tiene muchos aspectos diversos. Uno de los más curiosos fenómenos que apreciamos en ella es una especie de arrodillamiento ante el mundo, que se manifiesta de mil maneras». El caso es que «en amplios sectores del clero y del laicado, aunque es el clero el que da el ejemplo, apenas la palabra “mundo” es pronunciada, brilla un fulgor de éxtasis en los ojos de los oyentes». Palabras como presencia en el mundo, o mejor aún, apertura al mundo, suscitan estremecimientos de fervor. Por el contrario, «todo lo que amenaza recordar la idea de ascesis, de mortificación o de penitencia es naturalmente apartado. Y el ayuno está tan mal visto que más vale no decir nada de él, aunque por el ayuno se preparó Jesús a su misión pública» (extractos de pgs.85-90).
La Bestia liberal es hoy para los cristianos de Occidente mucho más peligrosa que la Bestia romana de los primeros siglos. El mundo moderno, resabiado contra el cristianismo que ha rechazado, es mucho más cerrado y hostil al Evangelio. Y mucho más seductor y peligroso. La misma grandeza que adquirió Europa en sus siglos cristianos le ha llenado de soberbia, y ahora desde sus riquezas económicas y culturales, desprecia a Cristo Salvador. Es la infidelidad terrible de Israel, la esposa de Yavé, tal como la describe Ezequiel 16: «Fuiste mía, te lavé con agua, te quité de encima la sangre, te ungí con óleo, te vestí con telas preciosas… Pero te envaneciste de tu hermosura, y te diste al vicio». Ya se comprende que, en principio, un mundo que abandona a Cristo, que habiéndole conocido, le vuelve la espalda, es mucho peor que otro que aún no le ha conocido ni recibido (2Pe 2,20-21).
–El Estado pagano antiguo era religioso, rendía culto a los dioses, e incluso perseguía a los cristianos por ateos. No se complacía, como hoy, en destrozar el orden natural –apreciaba, por ejemplo, la virginidad, el respeto a los padres y gobernantes, la estima del Derecho–, sino que lo conocía mal y lo realizaba muy torpemente, «porque todavía no era creyente y no sabía lo que hacía» (1Tim 1,13). Y aunque este mundo del Imperio cayera a veces en el culto al César, divinizando una persona humana, no divinizaba, como ahora, al hombre, reconociéndolo como «señor» único de la creación –la soberanía popular–, como diciendo: «el mundo es nuestro, sólo nuestro, y podemos hacer con él lo que queramos, sin sujeción alguna a los dioses».
–El Poder político entonces, además, era incomparablemente menor que el del Estado moderno, totalitario o liberal. Hoy la Bestia, aunando poder y dominio, por la educación y los medios de comunicación, por la fabricación inteligente de ideologías y modas, por la directa administración económica de una mitad de la riqueza nacional, es infinitamente más fuerte y seductora que la del Imperio antiguo. Los súbditos del Imperio, según los casos, sentían el peso de la Autoridad romana en impuestos, servicio militar, construcción de calzadas y otras obras públicas y poco más. Pero las naciones integradas en el Imperio, y eran muchas, permanecía libres para pensar y seguir las creencias y costumbres propias de su tradición nacional. Por el contrario, el Leviatán moderno tiene un control incomparablemente mayor sobre la mente y la conducta de sus súbditos.
–Todavía los políticos romanos, en algún grado, tenían uso de razón. Cuando los primeros apologistas cristianos –Justino, Atenágoras, Tertuliano–, componían sus Apologías del cristianismo, aún albergaban una cierta esperanza de que sus destinatarios, el emperador a veces, podrían atender a razones, deponiendo su hostilidad. Hoy es casi imposible creer en la racionalidad de unos políticos que, por ejemplo, reconocen el «derecho» al aborto o que equiparan el matrimonio verdadero con la unión homosexual.
Y es que los poderosos del mundo eran entonces paganos, pero no apóstatas. Los actuales, en cambio, vienen de vuelta del cristianismo, y saben bien que gracias precisamente a que no creen o a que callan en la política su fe en Cristo están donde están. Han elegido postrarse ante el Príncipe de este mundo, el mismo que le dijo a Cristo: «te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, pues todo me ha sido entregado y lo doy a quien quiero. Si tú te postras ante mí, todo será tuyo» (Lc 4,6-7). Y ellos se han postrado ante la Bestia, que ha recibido del diablo todo su poder y su gloria.
El Imperio romano era una pobre Bestia, comparado con los Estados modernos. El Imperio era para los cristianos un perro de mal genio, con el que se podía convivir a veces, aunque en cualquier momento podía morder. Pero era poca cosa, comparado con el tigre del Bloque comunista o más aún con el león poderoso de los Estados occidentales apóstatas, cifrados en la riqueza y en una libertad humana abandonada a sí misma por el liberalismo (Ap 13,2.11). Podemos medir la ferocidad de cada una de las Bestias citadas; basta apreciar la fuerza histórica de cada una de ellas para combatir y para vencer a los santos, llevándolos a la apostasía. «Por sus frutos los conoceréis».
La persecución romana contra la Iglesia se nos muestra hoy sumamente torpe e ineficaz. Apenas tenía fuerza alguna dialéctica o seductora. En la mayoría de los casos no hacía apóstatas, sino mártires –o lapsi (caídos), que muchas veces, pasada la persecución, se convertían y reintegraban a la Iglesia–. Hoy en cambio, el Dragón infernal, dando poder a la Bestia, combate mucho más eficazmente a «los que guardan los mandatos de Dios y tienen el testimonio de Jesús» (Ap 12,17), y le ha sido concedido, en medida mucho mayor que en otros siglos, «hacer la guerra a los santos y vencerlos» (13,7).
Pues bien, éste es «el mundo» en su versión presente, apóstata y seductor, ante el que tantos cristianos permanecen arrodillados, recibiendo su marca, con orgullo y gratitud, en la frente y en la mano. «Por fin el mundo nos admite a los cristianos. Para ello, sin duda, ha sido preciso silenciar o negar una buena parte del evangelio de Cristo. Pero ha merecido la pena».
La Bestia del mundo moderno ha de ser conocida y temida, evitada y combatida, siguiendo exactamente las normas que nos dieron Cristo y sus Apóstoles. Si los intérpretes del Apocalipsis han reconocido generalmente los rasgos de la Bestia mundana en el Imperio romano y en otros poderes mundanos semejantes de la época, ¿cómo nosotros, cristianos del siglo XXI, no descubriremos la Bestia diabólica en los Estados modernos, empeñados en construir una Ciudad sin Dios y tantas veces contra Dios?
Los modernos Estados democráticos liberales son monstruosos, pero la mayoría no lo advierte. Por eso su monstruosidad es muy insuficientemente denunciada y combatida. Todavía muchos, también entre los católicos, hacen discernimientos completamente absurdos: «nosotros que vivimos en un régimen libre», «que pueda suceder algo tan horrible viviendo en democracia»… No entienden nada. No cumplen la exhortación del Apóstol: «dáos cuenta del momento en que vivís» (Rm 13,11).
José María Iraburu, sacerdote
Post post.– Cuando trate, con el favor de Dios, de lo que hemos de hacer en política los católicos, expondré en forma positiva la creatividad fecunda del principio de subsidiariedad.
Índice de Reforma o apostasía
27 comentarios
Aunque cada uno de los párrafos tiene frases para enmarcar, quiero centrarme en la idea que aparece casi al final. Cuando la Bestia persigue a los cristianos torturándoles y matándoles, a cambio obtiene mártires cuya sangre es semilla de nuevos cristianos. Pero es mucho más eficaz cuando los "convierte" a su mundo.
Lo vemos en España. El mayor ataque contra la Iglesia en esta nación tuvo lugar el siglo pasado. Miles de fieles, seglares, sacerdotes, religiosos y hasta obispos, dieron su vida por Cristo. No hubo ni una sola apostasía. Están todos en el cielo intercediendo por nosotros.
Sin embargo hoy, los hijos espirituales y políticos de aquellos que mataron a nuestros más recientes antepasados en la fe, han conseguido arrancar el alma católica de España desde el actual régimen político y sin derramar una sola gota de sangre. El que tenga ojos para ver, que vea y entienda.
Un saludo en Cristo Rey.
“En el cotidiano ejercicio de Nuestro pastoral ministerio, de cuando en cuando llegan a Nuestros oídos, hiriéndolos, ciertas insinuaciones de algunas personas que, aun en su celo ardiente, carecen del sentido de la discreción y de la medida. Ellas no ven en los tiempos modernos sino prevaricación y ruina; van diciendo que nuestra época, comparada con las pasadas, ha ido empeorando; y se comportan como si nada hubieran aprendido de la historia, que sigue siendo maestra de la vida, y como si en tiempo de los precedentes Concilios Ecuménicos todo hubiese procedido con un triunfo absoluto de la doctrina y de la vida cristiana, y de la justa libertad de la Iglesia.
Nos parece justo disentir de tales profetas de calamidades, avezados a anunciar siempre infaustos acontecimientos, como si el fin de los tiempos estuviese inminente.”
GAUDET MATER ECCLESIA ,JUAN XXIII . Discurso durante la inauguración del Concilio Vaticano II. 11 de octubre de 1962
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JMI.- Ud, como siempre, acusándome gratuitamente de ignorar la doctrina del Vaticano II y de los Papas recientes. No afronta Ud. los argumentos y textos aducidos en mi texto. Saca una frasecita y con eso se queda tan contento. Lea a Ud. a Juan XXIII en la Mater et Magistra, el diagnóstico de situación socio-política que hace sobre nuestro tiempo (212-217 et passim). "La insensatez más caracterizada de nuestra época consiste en el intento de establecer un orden temporal sólido y provechoso sin apoyarlo en su fundamento indispensable, o lo que es lo mismo, prescindiendo de Dios; y querer exaltar la grandeza del hombre cegando la fuente de la que brota y se nutre y, si fuera posible, aniquilando la tendencia innata del alma hacia Dios. Los acontecimientos de nuestra época... confirman la verdad de la Escritura: 'si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen`"(217).
¿Es eso lo que está ocurriendo en las naciones ricas de Occidente o no, o son fantasmas que imagina el Papa en un día que se encuentra depresivo? Pues ése mismo es el diagnóstico que yo hago, y para hacerlo no es preciso ni ser profeta de calamidades (pues las calamidades las tenemos ante los ojos), ni ignorar la enseñanza del Vaticano II y de los Papas recientes, pues dicen lo mismo. Basta con atreverse a ver la realidad y a decir la verdad. Atrévase Ud. a verla y a denunciarla.
Pero nada más discutido que los contenidos mismos de esas expresiones, suelen emplearse para no hacer referencia a Dios. Conviene no hacerse demasiadas ilusiones, porque el enemigo capta con mucha facilidad unas fórmulas que no son ya, en el presente contexto, una especie de síntesis preestablecida para fundar la actuación social y política. De hecho, sólo, o casi, la Iglesia continúa presentando una filosofía consistente del orden natural; mientras que para el resto, se trata de simples creaciones culturales.
Saludos.
Realmente estos tiempos parecen decididamente apocalípticos.
Solo falta que se conviertan definitivamente los judíos, como está profetizado al final de los tiempos.
" Cuando se cumplan los mil años, Satanás será soltado de su prisión y saldrá para engañar a las naciones que están sobre los cuatro puntos cardinales de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla. El número de ellos es como la arena del mar ". ( Apocalipsis de San Juan ).
Israel y USA, parece que están ya dispuestos a evitar que Irán ( que ha hablado repetidamente de destruir a Israel ) consiga su bomba nuclear, atacando Irán preventivamente con bombas nucleares tácticas y resulta muy posible una conflagración mundial, pues no sabemos que pueden hacer Rusia y China y el resto del mundo árabe.
Que Dios nos coja confesados, como se suele decir.
La que se nos viene encima, si no es el fin del mundo, se le puede parecer mucho.
Solo su Post me plantea una duda, que con todo respeto le expongo.
Escribe usted: " Metafísicamente es imposible que en un ente todo sea malo, pues caería en la nada, sería aniquilado ". ¿ El demonio, no es la suma maldad ?.
Su existencia es indudable, para nuestra FE.
Yo pienso que es posible la existencia de ese ente suma de toda maldad.
Y además, no caerá en la NADA, pues será destruido eternamente.
" Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos ".
Encuentro pues, que es metafísicamente posible que un ente - Satanás - sea del todo malo. Peor, si que es imposible ser.
Muy respetuosos saludos.
Beso humildemenet su mano.
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JMI.-El mal no es ser, sino privación de ser. El mal existe siempre en algo que es, y que en cuanto ente tiene bien (Summa Theologica I, 48, 1ss; Contra Gentiles III, VII, 8-9). El diablo es "totalmente malo" en su condición moral, no en cuanto a su condición de ente.
Antonio, lamento tener que eliminar los comentarios que no tratan del artículo presente, y que sugieren "otros" temas que convendría desarrollar, y que Ud. apunta con unas cuantas citas entresacadas del Vaticano II o de otros documentos pontificios, que por supuesto ya conozco. Por esa línea no conseguimos nada.
Un saludo.
Vd. dice: "Puede darse en Estados liberales una politica lingüistica opresiva, que obliga a aprender un lenguaje regional o a usarlo con preferencia al nacional en educación y comercio, en administración y medios de comunicación".
Yo diría: "Puede darse y se da en los Estados, liberales u otros, una política lingüistica opresiva que en detrimento de otras lenguas de sus gentes impone a todos sus subditos el aprendizaje y uso de un lenguaje, adoptado como oficial por las ansias imperiales del Estado y su burocracia, en educación y comercio, en administración y medios de comuncación".
Lo reescribiría de este modo para ponerlo de acuerdo con la verdad de experiencia, con la experiencia histórica, nuestra y ajena. Y para evitar que los victimarios se finjan víctimas.
Esta última serie de post sobre política me están sacudiendo como la serie sobre gracia y libertad.
Querría pedirle que me aclarara porqué debemos llamar liberal a este estado totalitario que niega la libertad del individuo. De una forma intuitiva parece más liberal el respeto del principio de subsidiariedad que la partitocracia totalitaria que padecemos.
Por otro lado, el considerar la soberania nacional como una especie de idolatría también me deja bastante fuera de juego.
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JMI.- Los Estados modernos pueden ser llamados "liberales" porque siguen los principios naturalistas y relativistas del liberalismo. Es lo que vengo explicando abundantemente.
He sido educado en una familia cristiana y practico la religión católica desde que tengo uso de razón. Jamás me he sentido perseguido, o impedido en el ejerció de mi libertad religiosa. Se respeta el principio de separación Iglesia –Estado que ya está en la propia predicación de Cristo (dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios). La Iglesia no tiene que soportar la vergüenza, como ocurría no hace mucho, de ver como el poder terrenal decidía sobre el nombramiento de autoridades religiosas. Nuestra Constitución reconoce expresamente la colaboración Iglesia Estado. Existe un concordato y el Estado colabora en el procedimiento de financiación de la Iglesia. Se puede ver la Eucaristía por televisión. ¿Se está produciendo una descristianización en la sociedad? Es cierto, pero es nuestro papel como cristianos el evangelizar y dar ejemplo y pretender hacerlo como hacía Jesús, saliendo a la calle y viviendo unos valores y persuadiendo a los demás para que vivan esos valores. No pretender evangelizar a través de las leyes y los decretos(aunque podamos y debamos participar en la vida pública para luchar por una legislación más justa)El nunca pretendió evangelizar a golpe de decreto, ni lo hizo, ni lo intentó siquiera (“Mi Reino no es de este mundo”): “No impulsa a la Iglesia ambición terrena alguna. Sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido.” (Gadium et Spes).
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JMI.- En el artículo explico en qué sentido la Bestia liberal es la más peligrosa, la más poderosa para combatir a los santos y vencerlos, y lo argumento ampliamente. Lo de pretender evangelizar a golpe de decretos no tiene nada que ver con lo que digo.
Repetir hasta el hartazgo nunca será suficiente: el liberalismo es PECADO, y nuestra civilización demoliberal, "empecatada" hasta el tuétano nunca puede ser un sistema defendible a brazo partido por católicos lúcidos, a mi entender.
Como el otro día pedíamos una oración por la conversión del filósofo Gustavo Bueno, me atrevo a pedir una oración por el alma del bueno de Charles Maurrás, quien creo que debe haber intuido muy bien los males que hoy padecemos, y a ellos se refería sin duda al afirmar que "la democracia no está enferma, el mal ES la democracia"...Tengo esperanza de que compartirá con nosotros (tarde o temprano) la Patria celestial.
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JMI.- El mal no es la democracia, es la democracia liberal.
Tenemos vigente un acuerdo Iglesia - Estado. No un concordato.
El Acuerdo de 3 de enero de 1979 se presenta jurídicamente como una revisión del “Concordato vigente”: “La Santa Sede y el Gobierno Español, prosiguiendo la revisión del 'Concordato vigente' entre las dos Partes, comenzada con el Acuerdo firmado el 28 de julio de 1976, cuyos instrumentos de ratificación fueron intercambiados el 20 de agosto del mismo año, concluyen el siguiente”. Y posteriormente el tenor literal del Artículo VIII establece lo siguiente: “Quedan derogados los artículos I, II, III, IV, V, VI, VIII, IX, X (y el Acuerdo de 16 de julio de 1946), XI, XII, XIII, XIV, XVII, XXII, XXIII, XXIV, XXV, XXXIII, XXXIV, XXXV y XXXVI del 'vigente Concordato' y el Protocolo Final en relación con los artículos I, II, XXIII y XXV. Se respetarán, sin embargo, los derechos adquiridos por las personas afectadas por la derogación del artículo XXV y por el correspondiente Protocolo Final.”
Si no lo sabías, Maurras recibió los sacramentos antes de morir.
Saludos.
Cómo es que dice usted que fue educado en una familia cristiana-católica, y no percibe la maldad que hay en el mundo actual??. Y como es esto fruto de darle la espalda a Dios, le sugiero que lea los artículos del padre Iraburu, con humildad y deseos de conocer y entender la VERDAD VERDADERA, la que está más allá del derecho y las leyes...
TEXTUAL PARA SU MEDITACION:
La Bestia del mundo moderno ha de ser conocida y temida, evitada y combatida, siguiendo exactamente las normas que nos dieron Cristo y sus Apóstoles. Si los intérpretes del Apocalipsis han reconocido generalmente los rasgos de la Bestia mundana en el Imperio romano y en otros poderes mundanos semejantes de la época, ¿cómo nosotros, cristianos del siglo XXI, no descubriremos la Bestia diabólica en los Estados modernos, empeñados en construir una Ciudad sin Dios y tantas veces contra Dios?
Los modernos Estados democráticos liberales son monstruosos, pero la mayoría no lo advierte. Por eso su monstruosidad es muy insuficientemente denunciada y combatida. Todavía muchos, también entre los católicos, hacen discernimientos completamente absurdos: «nosotros que vivimos en un régimen libre», «que pueda suceder algo tan horrible viviendo en democracia»… No entienden nada. No cumplen la exhortación del Apóstol: «dáos cuenta del momento en que vivís» (Rm 13,11).
Que Jesús y María Auxiliadora lo bendigan..
Pater: mi oposición a la democracia es porque tal como están las cosas me cuesta concebirla como sinónimo de república (lo cual sería deseable, sin duda), y en cambio veo que en la práctica, actualmente está siendo siempre democracia liberal, con lo cual veo casi tautológico el adjetivo...
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JMI.- Se entiende la dificultad, pero hay que superarla, pues el que no distingue, confunde. La democracia es una forma de gobierno que en modo alguno exige darse en su versión liberal. Sí, es cierto que ahora es la versión predominante o casi única.
El bien común integral no es sólo la libertad de coacción externa; la misión de la Iglesia no se reduce a evangelizar individuos aislados; no se ha de renunciar a la “consecratio mundi”, ni tampoco se puede excluir de ella realidades sociales como a la política, el Derecho y el Estado.
Saludos.
Un abrazo.
Un cordial saludo.
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JMI.- Yo creo que ya vale con el tema. Lo cerramos.
En vez de "doctrina de la Iglesia" parece más adecuado algo como "sobre la teoría política actual".
La explicación directa del principio de subsidiariedad sí que era claramente "doctrina de la Iglesia".
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Las comparaciones con periodos históricos anteriores son muy dificíles, pues cada época tiene sus características peculiares. Los mártires romanos fueron unos pocos cristianos. En esos siglos hubo muchos más años de paz que de persecución.
Creo que una de las peculiaridades de nuestra época es que la persecución al cristianismo no viene del poder político, sino del ámbito del pensamiento modernista, que luego influye en la educación, los medios de comunicación, la política, etc.
Una consecuencia de ese modernismo es el legalismo, que exige al Estado que haga leyes para todo, que nos prohíba fumar, comprar un coche sin ESP, etc.
Pero en todo esto "el sistema político" creo que no es el principal culpable, sino un instrumento (poderoso, pero no el único ni el principal) en manos de los que realmente influyen en la sociedad.
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JMI.- Los cinco principios que voy explicando son, no me lo niegue, la doctrina política fundamental de la Iglesia.
Eso de que hoy "la persecución al cristianismo no viene del poder político"... ¿Y todo lo que dice, y tan bien dicho, el P. Iraburu en (103)? ¿Son ectoplasmas fantasmagóricos, ideologías depresivas o qué?
Son la verdad verdadera.
Saludos.
La aprobación del presente (del presente pagano)
El actual cristiano mundanizado, no sólo ha de repudiar el pasado cristiano, sino que ha de mostrarse de acuerdo con el mundo moderno en sus planteamientos generales. Podrá mostrarse crítico en puntos concretos -ciertas injusticias sociales, esta guerra, aquella marginación de un grupo-; pero en modo alguno le será permitido poner en duda las tesis fundamentales de un mundo que quiere autoconstruirse sin Dios…
El cristiano mundano, descristianizado, de hecho, considera los errores y maldades que abundan en el mundo sinCristo con una benignidad que sólo puede compararse con la dureza de su juicio hacia el pasado cristiano. No es que no vea los males del mundo moderno, es más bien que ignora que el rechazo de Cristo y de su Iglesia es la causa principal de todos esos errores y males
- Los horrores del mundo sinCristo
He dicho que los cristianos mundanos ven con una benignidad cómplice los males concretos del mundo sinCristo, aunque ignoran las premisas perversas de las que proceden. Pero quizá fuera más exacto decir que no ven esos males. Y es que los males del mundo moderno son tan abrumadores que, finalmente, por el estupor y la costumbre, resultan casi invisibles.
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JMI.- Y a mí que me suena ese texto, de haberlo leído en algún libro...
Ahora me acuerdo:
http://www.gratisdate.org/nuevas/xtoomundo/VI.2.htm
Declaración jurada, de lo que aporta un pequeño monotributista, a la recaudación impositiva en Argentina:
Al comercio: Un impuesto nacional……………Un impuesto provincial…………….
Una tasa municipal……………….y el 21% de la materia prima para tal servicio.
A la propiedad:
Un impuesto provincial………………..Una tasa municipal…………………….
Al automotor:
Un impuesto provincial………………….Un impuesto municipal……………………
Multas………………..
El 21% o 27% de los servicios:
Gas…………………Energía…………………….Teléfono fijo………………….
Teléfono celular…………………Cable…………………………Internet………………………
Servicio de agua………………Seguro automotor………………..Combustibles…………………..Peajes………………………
Mutual……………………………Canasta familiar, comestibles………………
Indumentarias…………………………Mantenimientos x………………………..
Esparcimientos, deportes………………. Vacaciones…………………………
Pida a su contador llene esta declaración básica, para saber cuanto tributa un pequeño monotributista, y el porque se quiere un pueblo sin Fe y sin educación.
Para hacer creer que lo devuelve en servicios? ¿Cuáles?
Si es por enfermedad, anses, no alcanza, piden una prepaga.
Si necesito seguridad debo contratar una privada.
Para la educación hay que pagar una escuela privada, o una maestra particular.
Si deseo viajar de Córdoba a Entre Ríos debo pagar cuatro peajes.
Hay fondos para crear industrias e incentivar al trabajo, o es mas fácil engañar al pueblo comprándolo con dadivas de las que vuelve el 21% al gobierno?
Administran a favor del pueblo o lo que menos importa es la pobreza?
Cuando llegue un gobierno cristiano de verdad, nos daremos cuenta porque otros son sus frutos, para esto es necesario, tamben un pueblo de verdad cristiano católico.
Gracias Padre por darle a Dios lo que es de Dios y a los hermanos caridad cristiana.
Un abrazo.
Es cierto que la Constitución reconoce: el derecho a la libertad religiosa; la libertad de educáción; un Estado aconfesional, con separación Iglesia Estado, pero con especifica mención a la Iglesia Catolica, y que el Acuerdo Estado Español-Santa Sede de 1977, previo a la Constitución, esta embebido de este espiritu. Tiene razon en que: es positivo que no haya intromisión estatal en el nombramiento de Obispos, y que la difusión del evangelio no ha de basarse en medios politicos.
Pero antes de hacer ese balance positivo, habrá: de no minimizar el aborto; tambien habria de considerar otros datos: que las leyes organicas y sobre todo los decretos de desarrollo, conculcan lo derechos constitucionalmente proclamdos.
Por ejemplo la libertad religiosa (art 16) y el derecho de los padres a educar conforme a sus convciciones religiosa,(art 27) no se respetan con la asignatura obligatoria de "Educación para la Ciudadania" y con la "Educación Sexual", en lo terminos que establece la "nueva Ley del aborto".
No vale que se diga que tan solo se enseña unos datos, unas convicciones de una moral laica, que no se exige compartir. Estas enseñanzas estan progrmadas para lograr la adhesión, este es su objetivo, la metodologia elegiada, va en consonanacia y, precisamente, la valoración academica se hace por la asimilación y adhesíón a estos valores, no por su mero conocimiento memoristico.
No quiero ser esahustiva, pero se ha llegado a un estado perverso de cosas que supera incluso el denostado relativismo moral. No se trata ya de que haya libertad para optar, por "lo bueno o por lo malo", -poniendolo en el mismo nivel-, si no que se impone el mal por obligación.
¿esto es conforme al cristianismo?
Hoy perscución contra a los cristianos, si la hay, no en el circo, ¿ no hay cierto martirio incruento en los padres objetores de Epc" ¿ en el medico o prfesional que se niega practicar abortos?
Por otra parte, no creo que el cristanismo haya de inspirar revoluciones, pero si cambios estructurales y reforzar los mecanismos de control reciproco de los poderes, encontrar formulas en que, protegiendo la Verdad y el Bien, se respete a la Libertad, dentro de una "sana laicidad".
Por eso ahora, estas reflexiones sobre la doctirna social de la Iglesia, pueden formarnos a todos e iluminar a quien corresponda para acometer estas reformas.
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JMI.- Gracias por sugerirme "arreglar" un poquito su escrito en lo que me pareciere conveniente. Así lo he hecho. Bendición +
En mi artículo expongo el totalitarismo de los Estados modernos, que rechazan atenerse a Dios y a la ley natural. Describo y argumento. Los comentarios que no entran para nada en el tema los elimino.
Allí mismo vale la pena tomarse un largo rato para leer la árida pero escalofriante y detallada descripción de las "Armas silenciosas para guerras tranquilas" (lo pueden copiar e imprimir..): http://www.syti.net/ES/SilentWeapons.html . Más allá de si los datos de autoría son veraces o no, no puede negarse que se trata de una descripción bastante fiel de realidades que a todos nos son familiares, y que venga de quien venga, no puede dejar de ratificar que el mundo se encuentra "en poder del maligno", quien es con justa razón llamado su "príncipe" por Nuestro Señor...
Pienso que el gráfico de este post es más que elocuente y representativo.
La cosa es clara. O el COMENTARISTA no encaja en este blog concreto, o el BLOGUER es un tarugo que no encaja los comentarios del dicho comentarista. O lo uno o lo otro. O los dos.
Lo que sí está claro (sea lo uno, sea lo otro, sean los dos) es que no parece conveniente que dicho comentarista siga enviando sus comentarios. En el próximo artículo, p.ej., podría llevarse él otros ocho disgustos, y el bloguer, al estimar conveniente no darles el pase, otros ocho disgustos. Ya trae consigo la vida suficientes disgustos como para buscarnos un complemento de más disgustos.
Paz en Cristo.
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