(02) Apostasías en la Iglesia
Herejía, apostasía y cisma. Dice el Código de Derecho Canónico que «se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos» (c. 751). Según esto, pudiera pensarse que en no pocas Iglesias descristianizadas la mayoría de los bautizados son herejes o apóstatas o cismáticos o las tres cosas a la vez. Pero vayamos por partes y precisando más.
La definición de la apostasía viene ya sugerida por la etimología del término: ap-oikhomai, apartarse, alejarse. Recordemos que el sacramento del Bautismo lleva consigo una apotaxis, una ruptura del cristiano con Satanás y su mundo, y una syntaxis, una adhesión personal a Cristo y a su Iglesia. Pues bien, por la apostasía el bautizado se separa de Dios y de la Iglesia.
En este sentido, Santo Tomás entiende la apostasía como «algo que entraña una cierta separación de Dios (retrocessionem quandam a Deo)». Por la apostasia a fide se renuncia a la fe cristiana, por la apostasia a religione se abandona la familia religiosa en la que se profesó con votos perpetuos, por la apostasia ab ordine se abandona la vida sacerdotal sellada por el Orden sagrado. Y «también puede uno apostatar de Dios oponiéndose con la mente a los divinos mandatos [pero a pesar de ello] todavía puede el hombre permanecer unido a Dios por la fe. Ahora bien, si abandona la fe, ya se retira o aleja de Él totalmente. Por eso la apostasía en sentido absoluto y principal es la de quien abandonó la fe, y se llama apostasía de perfidia» (STh II-II,12,1).
Herejía y apostasía. Es, pues, apóstata aquel que abandona totalmente la fe cristiana después de haberla recibido en el bautismo. Según esto, ¿el que abandona la fe parcialmente, es decir, solo en algunos dogmas concretos, es hereje, pero no apóstata? No hay en esta cuestión, que yo sepa, enseñanza del Magisterio apostólico. Pero creo que acierta Suárez cuando afirma que la herejía es una especie de la apostasía, y que consiguientemente, en el fondo, todos los herejes son apóstatas (De fide, disp. XVI, sec.V,3-6). Como veremos en seguida, ése parece ser el pensamiento de Santo Tomás.
Veamos la cuestión en alguien concreto. ¿Lutero fue solamente hereje o también apóstata? Sabemos bien que Lutero destroza todas las convicciones fundamentales de la Iglesia: los dogmas, negando su posibilidad; la fe, devaluándola a mera opinión personal; las obras buenas, negando su necesidad; la Escritura, desvinculándola de Tradición y Magisterio; la vida religiosa profesada con votos, la ley moral objetiva, el culto a los santos y a la Virgen, el Episcopado apostólico, el sacerdocio y el sacrificio eucarístico, y todos los sacramentos, menos el bautismo…
Pero Lutero, ante todo y sobre todo, destroza la roca que sostiene todo el edificio de la Iglesia, ya que estando los cristianos «edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo la piedra angular el mismo Cristo Jesús» (Ef 2,20), niega la fe en la divina autoridad apostólica del Papa y de los Obispos, sucesores de los apóstoles. Por eso todo el mundo de la fe se le viene abajo. No estamos, pues, solamente ante la herejía, o ante un conjunto innumerable de herejías; más propiamente parece que estamos ante la apostasía. Lo explico más.
Fe católica y opinión personal. La fe teologal cristiana es algo esencialmente diferente de la opinión personal que un hombre pueda formarse considerando en libre examen la Escritura revelada. Como enseña el Catecismo, «por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios… La Sagrada Escritura llama “obediencia de la fe” a esta respuesta del hombre a Dios que revela (cf. Rm 1,5; 16,26)».
La fe cristiana es, por tanto, una «obediencia», por la que el hombre, aceptando ser enseñado por la Iglesia apostólica, Mater et Magistra, se hace discípulo de Dios, y así recibe Sus «pensamientos y caminos», que son muy distintos de los pensamientos y caminos de los hombres (Is 55,8). Así lo enseña Santo Tomás:
«El objeto formal de la fe es la verdad primera revelada en la Sagrada Escritura y en la doctrina de la Iglesia. Por eso, quien no se conforma ni se adhiere, como a regla infalible y divina, a la doctrina de la Iglesia, que procede de la verdad primera, manifestada en la Sagrada Escritura, no posee el hábito de la fe, sino que las cosas de fe las retiene por otro medio diferente», es decir, por la opinión subjetiva. No puede dar más de sí el libre examen protestante.
«Es evidente que quien presta su adhesión a la doctrina de la Iglesia, como regla infalible, asiente a todo lo que ella enseña. De lo contrario, si de las cosas que sostiene la Iglesia admite unas y en cambio otras las rechaza libremente, no da entonces su adhesión a la doctrina de la Iglesia como a regla infalible, sino a su propia voluntad. Por tanto, el hereje que pertinazmente rechaza un solo artículo no se halla dispuesto para seguir en su totalidad la doctrina de la Iglesia. Es, pues, manifiesto que el hereje que niega un solo artículo no tiene fe respecto a los otros, sino solamente opinión, según su propia voluntad» (STh II-II, 5,3).
Santo Tomás, por tanto, si no le entiendo mal, enseña que todos los herejes son apóstatas de la fe católica. Lo que enseñará más tarde Suárez de modo explícito. Y Lutero no era sólamente hereje, era también apóstata.
Apostasía explícita o apostasía implícita. Se da una apostasía explícita cuando un cristiano declara abiertamente que rechaza la fe católica, o cuando públicamente se adhiere a otra religión, o cuando por palabras o acciones se declara ateo. Pero también se da una apostasía implícita, pero cierta, real, cuando un cristiano, sin renunciar expresamente a su fe, incluso queriendo mantener socialmente su condición de cristiano, por sus palabras y obras está afirmando claramente que se ha desvinculado del mundo de la fe, es decir, de la Iglesia.
Un ejemplo. Si un cristiano durante muchos años no va a Misa, y no tanto por simple desidia, sino por su manifiesta convicción –bien conocida por sus familiares y amigos– de que la Eucaristía no es propiamente necesaria, al menos para todos los cristianos, está negando abiertamente la fe católica y rechazando el mandamiento de Dios y de la Iglesia. Parece que en este supuesto puede apreciarse una apostasía implícita. Ésta, en cambio, no se da propiamente en aquel cristiano que, manteniendo la fe en la Eucaristía y en su necesidad, vive sin embargo durante muchos años distante de ella por negligencia, por las presiones del mundo en que vive, por su condición de pecador público o por otros motivos.
Preguntas peligrosas. Vamos adelante, sin inhibiciones. ¿Hoy en la Iglesia católica, en nuestras parroquias, serán quizá apóstatas, explícitos o implícitos, una gran parte de los bautizados? ¿Y en nuestros Seminarios y Facultades no serán también apóstatas una parte no exigua de los docentes de teología? Quedan, con el favor de Dios, muchos post por delante en este blog, y no es cuestión de adelantarse en los comentarios a numerosas cuestiones que han de ser analizadas con orden, precisión y cuidado. Pero tampoco los comentarios, por ser prematuros, si se producen, van a causar perjuicios excesivos.
Hacerse preguntas como éstas, ya se comprende, resulta hoy sumamente peligroso. Por eso la inmensa mayoría de cristianos, incluidos muchos Pastores sagrados, lo evitan. Pero aquí, con el favor de Dios, no vamos a ponernos límites a la hora de buscar la verdad de la santa Iglesia católica, para afirmarla con toda la lucidez y fuerza que el Señor nos dé. La reforma más fundamental y urgente, la que nos puede librar de una apostasía siempre creciente, es la metanoia, es decir, «el cambio de mente». Y éste no puede producirse si, cerrándonos a ciertas cuestiones, no le dejamos al Espíritu Santo «conducirnos hacia la verdad completa» (Jn 16,13).
José María Iraburu, sacerdote
Índice de Reforma o apostasía
45 comentarios
A ver, pater, le noto poco ecuménico con el luteranismo, je je je. Pero, y eso es importante dejarlo claro, una cosa es el diálogo ecuménico y otra el abordar la realidad de las cosas de cara a hacer un análisis de la realidad de los miembros de la Iglesia Católica. Para ello conviene llamar a las cosas por su nombre.
Decía San Agustín que él no creería en los evangelios si no fuera por la autoridad de la Iglesia Católica. Es ESENCIAL el factor OBEDIENCIA. San Pablo empieza así la epístola a los romanos:
"Pablo, siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios, que había ya prometido por medio de sus profetas en las Escrituras Sagradas, acerca de su Hijo, nacido del linaje de David según la carne, constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos, Jesucristo Señor nuestro, por quien recibimos la gracia y el apostolado, para predicar la obediencia de la fe a gloria de su nombre entre todos los gentiles..."
Yo ahí veo que la obediencia de la fe está ligada claramente a la autoridad apostólica, de tal manera que la misma es un canal imprescindible para que haya una auténtica recepción de la Revelación, necesaria para que se dé la verdadera fe (Rom 10,17: ergo fides ex auditu auditus autem per verbum Christi)
Pregunta usted sobre la realidad de los bautizados. Pues mire, me viene a la memoria otro pasaje de la Escritura, también de la epístola a los romanos:
Rom 10,14-15
Pero ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique? Y ¿cómo predicarán si no son enviados? Como dice la Escritura: ¡Cuán hermosos los pies de los que anuncian el bien!
Cuando desde los púlpitos, desde las cátedras y desde muchos ámbitos de la Iglesia no se enseña lo que se debe, ¿cómo sorprendernos de que muchos fieles no tengan una verdadera fe católica?
No digo que eso ocurra en todos los púlpitos y todas las cátedras. Es claro que son miles y miles los sacerdotes que dan sana doctrina a sus fieles. Pero cuando la autoridad eclesial no ejerce sus funciones, incluso el papel de esos sacerdotes fieles, a quienes todos debemos encomendar en este Año Sacerdotal que pronto comienza, pasa a ser secundario para muchos bautizados, que ven en ellos una "corriente más" de la Iglesia, cuando no a unos carcas que no se adaptan al mundo moderno.
Es normal que muchos fieles se aparten de la fe atraídos por las tentaciones del mundo. Lo que resulta tristísimo, y digno de suma preocupación, es que lo hagan por la labor de quienes deberían ser colaboradores de Dios (1ª cor 3,9) y sacramento vivo de salvación y se han convertido en instrumentos de Satanás para la expansión del error, la herejía y la apostasía.
El hecho de que uno no crea los dogmas católicos (que por otra parte son insostenibles desde un punto de vista racional), no implica alejamiento de Dios ni siquiera de la Iglesia Católica. Es simplemente no aceptar unas ideas que surgen en un contexto medieval-bárbaro aderezadas con un paganimso tardío pero en modo alguno negación de Verbo Encarnado.
Por otra parte en sociedades tan fragmentadas como las contemporanéas los grupos sociales de toda índole son muy dados a señalar al librepensador como modo de mantener la unidad interna y de esta manera superar el miedo que se siente ante la Modernidad.
El mayor ejemplo se encuentra en el Islam que condena a muerte a personas que simplemente decidieron poner un día en duda el "etasblishment".
Aquí no se trata de negar o afirmar. Sino de pensar o alinearse.
Hablas de maneras de entender la fe y Dios. Ciertamente, para los que no se sujetan a la autoridad de la Palabra de Dios y de su Iglesia, hay miles de maneras diferentes. De hecho, Cristo mismo sabía que había muchas "maneras diferentes" de entender quién era Él:
Mateo 16,13-14
Viniendo Jesús a los términos de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?
Ellos contestaron: unos, que Juan el Bautista; otros, que Elias; otros, que Jeremías u otro de los profetas."
Está claro. Hay muchas maneras de confesar a Cristo. Pero por ello mismo, el Señor hace a sus apóstoles la pregunta clave:
Mateo 16,15
Y El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy?
No es que a Jesucristo no le importara lo que "el mundo" opinaba acerca de Él. Pero lo que de verdad le importaba era saber qué creían de Él aquellos que estaban a su lado, el germen de su Iglesia. Y ¿quién responde? Pues ni más ni menos que el "protos" de los apóstoles. Pedro:
Mat 16,16
Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
De boca del príncipe de los apóstoles viene la confesión sobre la verdadera naturaleza de Cristo. No porque él fuera más listo que los demás, sino porque Dios Padre quiso hablar por medio de él. Así lo reconoce el propio Jesucristo
Mateo 16,17
Y Jesús, respondiendo, dijo: Bienaventurado tú, Simón Bar Yona, porque no es la carne ni la sangre quien eso te ha revelado, sino mi Padre, que está en los cielos.
Y es precisamente en ese contexto, en el que Pedro confiesa quién es Jesús, cuando el propio Jesús confiesa quién es Pedro y su Iglesia:
Mateo 16,18-19
Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos, y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Así son las cosas. Quien quiera conocer quién es Cristo debe de atenerse a la Iglesia. Y dentro de ella, a la autoridad petrina, establecida por el mismísimo Cristo.
Quien se separa de esa autoridad, de ese modo legítimo de revelación que Dios ha dispuesto, podrá auto-engañarse y engañar a los demás, pero está fuera del camino de la salvación.
Y ahora, Josafat, ahórrate todos tus discursos sobre religiones comparadas y bla, bla, blaaaa.... Acá se habla de doctrina católica. Esa que no puede despreciarse diciendo que es un mero conjunto de "ideas que surgen en un contexto medieval-bárbaro aderezadas con un paganismo tardío". Lo has dicho una vez. Está claro lo que crees y tu condición de apóstata de la fe católica. No te repitas.
Me alegra que tengas tan claro cuál es el Camino de Salvación, de verdad. Yo en cambio siempre he tenido cierto yu-yu cuando pienso en la muerte. Sigue caminando, sigue...
Llamándome apostáta simplemente por no compartir tus ideas me das la razón. ¿Es qué tanto te cuesta aceptar qué puede ser tan católico como tú, aunque me adhiera a teorías de fenomenología religiosa?.
El mensaje de Jesús era ante todo libertad, y este es el principio que rige mi vida: hacer y pensar lo que me da la gana. ¿Hay algo más cristiano que esto?
La libertad que Cristo propone no es para errar. La única libertad viene de la verdad. Y si uno es incapaz siquiera de aceptar lo que la Iglesia, columna y baluarte de la verdad, dice acerca de quien se presentó a sí mismo como la Verdad y la vida eterna, ¿cómo puede llamarse católico?
Si tuvieras un poco de honestidad intelectual renunciarías a decir que eres aquello en lo que no crees.
Quiera Dios que te conviertas antes de tu muerte. De lo contrario, comprobarás demasiado tarde que no tenías razón.
¿Realmente el Absoluto qué me antecede y transciende me exigirá cuentas por pasar de una declaración de mediados del siglo XIX (que es cuando se promulgó el último dogma) o me preguntará por mi amor al prójimo, mi rectitud, honestidad...?
Por otra no es ¿anticristiana esa soberbia de tener claro que siguiendo el camino X llegaremos a la Gloria?. ¿Quién nos dice que el Hacedor de las leyes naturales no nos echará en cara no haber seguido Y?
Las respuestas a tus preguntas están en la Escritura y en el Magisterio de la Iglesia. A esas fuentes te remito.
Al final de nuestra vida no se nos examinará de teología (si así fuera demasiados teólogos se irían al Infierno). "Al atardecer te examinarán del amor" (San Juan de la Cruz). Pero el Amor como dice Pablo sólo se manifiesta en plenitud en Cristo, que es la única -sí, la única- vía de salvación. "En ningún otro se encuentra la salvación, pues no se nos ha dado otro nombre que el de Jesús para salvaros" (Hch. 4, 12)
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Josafat, no hace mucho tiempo atrás salió publicado en un periódico el caso de un padre de familia (si no recuerdo mal, de los EEUU) que construyó con su esfuerzo personal casi exclusivamente, una casa modesta empleando en ella todos sus ahorros.
Cuando se disponía a habitarla, le hicieron notar que se había equivocado de terreno y acto seguido, el verdadero dueño del mismo pasó a habitar sin más trámite la casa que con tanto sacrificio él había construido.
Otro ejemplo : Vete a trabajar a la par de los obreros de un taller, pero si antes no te has ocupado de figurar en la nómina, no pretendas que luego el dueño te recompense.
No Josafat, quien no busca estar en gracia desperdicia sus esfuerzos y cualidades naturales. Hazme caso y no seas necio porque, como bien te advierte Luis Fernando, aún estás a tiempo y luego puede ser tarde.
Tengo entendido que lo que Ud. describe como "apostasís implícita" es lo que aquí se ha dado en llamar "apostasía silenciosa". Seguimos concurriendo a funerales y casamientos, pero nos alejamos totalmente del compromiso con Dios y con la Iglesia, ante los cuales profesamos una indiferencia total y una posición aséptica. Y refutamos los dogmas con proposiciones racionalistas.
Detrás de esta actitud he comprobado que hay una cierta soberbia, unida a un desprecio a la Iglesia, a la que se consiera sostener ideas superadas o bien orientadas a la supervivencia de "los curas".
Lo concreto, lo innegable y lo esencial, es que se ha perdido la fe. Y la apostasía es su añadidura.
"Quienquiera salvarse, antes de cualquier otra obra, que tenga la fe catolica y apostólica"
O como dijo Nuestro Señor "quien creyere se salvará y quien no creyere se condenará"
Tenlo en cuenta.
Muchísimas gracias.
Josefat, la fe católica y la pertenencia a la Iglesia Católica no es un mero capricho. Yo te comprendo porque soy converso y,en su día, cuando me convertí, había muchos dogmas que me parecían extraños e increíbles. Pero asumí que si la Iglesia, fundada por el mismo Jesús que yo había empezado a concocer poco antes, proclamaba esos dogmas, debían ser verdad, lo viera yo o no. Así que primero acaté, como el niño que obedece a su madre sin pensar mucho en los porqués; y luego, pasado el tiempo, con oración y empapapándome de doctrina y teología, pasé a aceptar de corazón esos mismos dogmas.
POr otra parte, la Iglesia hace que la fe sea operativa. Pertenecer a esta sociedad fundada por Cristo hace que el alma se forje o entrene en los medios que Él mismo ha dispuesto en su Iglesia. Sí, claro que al final nos examinarán del Amor, pero es que en la Iglesia todo está orientado para que el fiel ame a Dios y a sus hermanos. Por eso, si se pertenece a la Iglesia y se cumple severamente sus preceptos externamente, pero no se ama, se está lejos de la salvación. Pero resulta que el modo perfecto para amar como Dios quiere que amemeos, se encuentra en la Iglesia: en los Sacramentos, en los dogmas que nos muestran un reflejo de las maravillas de Su Reino, en sus preceptos morales que nos entrenan en la dignidad y la rectitud de intención, etc.
La Iglesia es la barca que Dios ha dispuesto para cruzar esta vida. En ella encontramos todo lo necesario para creer, amar y salvarnos. Luego puede ocurrir que haya gente que no crea por desconocimiento, o porque el mundo actual lo pone muy difícil, o porque simplemente, elige desde su libertad no hacer caso a lo que Dios enseña en su Iglesia. Pero el caso es que la Iglesia es un regalo enorme: un regalo tangible que nos hace a Dios mucho más presente que si no nos la hubiera regalado.
Un saludo y ánimo
Hay quienes piensan que deben de comprender antes de creer. La fe es otra cosa.
Y UN CONSEJO. Para llegar al conocimiento de la verdad (=Cristo), no es tanto cuestión de discurrir y opinar: se trate del uso de la fuerza o de lo que sea. Es más cuestión de orar y estudiar. Nosotros solo tenemos un Maestro, que es nuestro Señor Jesucristo, y su enseñanza nos llega con toda certeza por la Iglesia, Madre y Maestra, que enseña sobre el uso de la fuerza y sobre todas y cada una de las graves cuestiones de la humanidad. A sus Apóstoles les dice Cristo: “El que os oiga, me oye”.
El mismo Aquinate refiere la herejía a una contumaz soberbia "carnal". Esto es, que se apoya en sus propias opiniones, que buscan cómplices en sus pasiones y viceversa.
En la tradición espiritual sabemos la enorme dificultad del hombre adámico en la ascética y mística de su inteligencia carnal y mundana. El hombre carnal se muestra enormemente orgulloso y afianzado en sus opiniones imbricadas en sus estados de ánimo y en su propia vida moral: "huyen de la Luz para que no se vean que sus obras son malas".
Una última alusión experiencial: en la vida hallamos que el hereje goza en su soberbia intelectual aunque, para perdicion de muchos, se muestren "buenos y entregados" en otros aspectos de su vida o ministerio.
El fruto granado y podrido: oscurecimiento de la fe, pérdida de vigor apostólico y estancamiento en la edad espiritual.
Todo hereje es apóstata y engendra, con su espíritu rebelde, nuevos apóstatas.
La apostasía por la vía de los hechos, es decir, la apostasía práctica, apostasía silenciosa y mayoritaria de nuestro tiempo, pienso que es hija de aquella.
Al igual que se hablaba de formación/deformación, una cosa es no estar de acuerdo por elegir algo peor, cambiar el buscar el bien, con mayúscula, a los bienes más superficiales, y otra cosa es querer mejorar algo.
Yo creo que la fe viene de la experiencia y del encuentro personal con Jesucristo. “El que anda en la Verdad, escucha Mi Voz”, dice Jesús. La doctrina de la Iglesia auténtica es razonable, mirada con ojos de fe, con visión cristiana (“irrazonable” por supuesto para los mundanos o no creyentes), aunque haya por supuesto realidades que nos superen como humanos (lo cual es totalmente razonable).
Muchas personas reducen su fe a recitar el Credo, sin vivencia alguna. Como dice Jesús: «No todo el que dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. ...”. O,”Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”.
No estoy de acuerdo con relegar cualquier discrepancia con la Doctrina de la Iglesia a una mera opinión personal, por supuesto, que si la discrepancia es razonada con ojos cristianos, no mundanos. Lo otro, creo que sería creer en un Dios muerto, más que vivo, y quizá tener la osada pretensión de saberlo todo de Dios.
Está claro que lo que en un plano natural es perjudicial, siempre con ojos cristianos, por supuesto, por ejemplo en lo referente al tema suscitado en el tema anterior, el cual me parece un tema fundamental, no puede ser cristiano.
Dice, Padre Iraburu: "A sus Apóstoles les dice Cristo: "El que os oiga, me oye""
Ese contenido no se lo dice sólo a los apóstoles en todos los Evangelios.
En Lucas, 10, 16, dirigiéndose a 72 discípulos: “Quien os escucha a vosotros, me escucha a mí; quien os rechaza a vosotros, me rechaza a mí; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado”.
Y, en Juan 13, 20: “Sí, os lo aseguro: quien recibe a uno cualquiera que yo envíe, me recibe a mí, y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado”.
Y lo que dice Jesús en Mateo 10, 32-39, aunque se lo dice a sus apóstoles, entiendo, que no se refiere sólo a ellos:
“En conclusión: por todo el que se pronuncie por mí ante los hombres, me pronunciaré también yo ante mi Padre del cielo; pero al que me niegue ante los hombres, lo negaré yo a mi vez ante mi Padre del cielo.
No penséis que he venido a sembrar paz en la tierra: no he venido a sembrar paz, sino espadas; porque he venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; así que los enemigos de uno serán los de su casa.
El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que conserve su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí, la conservará.”
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Si la Iglesia o la Doctrina de la Iglesia no fueran perfectibles, no estaríamos hablando de reforma de la Iglesia. Y si sólo los apóstoles pudieran hablar de Dios, no llamaría Jesús a todos, sin excepción, a vivir el Evangelio y a evangelizar.
Ya lo dijo el Concilio Vaticano II en la Constitución Dogmática Lumen Gentium 25:
Los Obispos, cuando enseñan en comunión por el Romano Pontífice, deben ser respetados por todos como los testigos de la verdad divina y católica; los fieles, por su parte tienen obligación de aceptar y adherirse con religiosa sumisión del espíritu al parecer de su Obispo en materias de fe y de costumbres cuando él la expone en nombre de Cristo. Esta religiosa sumisión de la voluntad y del entendimiento de modo particular se debe al magisterio auténtico del Romano Pontífice, aun cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se adhiera al parecer expresado por él según el deseo que haya manifestado él mismo, como puede descubrirse ya sea por la índole del documento, ya sea por la insistencia con que repite una misma doctrina, ya sea también por las fórmulas empleadas.
Sobre lo que dice de la perfectibilidad de la Iglesia... más bien diría yo que los miembros de ella están en vías de perfección, por eso se hace urgente una reforma... pero el depósito de la fe no puede cambiar, porque no le pertenece a la Iglesia... es lo que Dios ha dicho de sí mismo... y como Él es inmutable, así es su Palabra.
LIC
Lástima grande que la mayoría de las veces perfeccionan la fisura y no la muralla...
Y tengo que dicrepar con el en bastante. Más bien creo que de lo que hay que cambiar no es de mente: de lo que hay que cambiar es de CONSCIENCIA. Y éste es precisamente el objeto de la religión. Y el camino espiritual, no es otra cosa que el recorrido que hace la consciencia por el territorio del alma; así lo dice S. Francisco de Sales en su " Tratado del Amor de Dios". Cuando se cambia la consciencia se cambia todo. Y los ejercicios devotos tienen que ser algo más que voz impostada y ojos de carnero para que merezcan tal nombre, pues a Dios no se puede engañar como todos sabemos: pero lo intentamos todos los días. Y lo dicho: cada uno pierde la vida como quiere.
Otra cosa no es catolicismo, será pues la religion de Pepe o de Juan.
El hombre y la sociedad de nuestro tiempo es como es; y los que tienen la obligación de enseñarles el camino del cielo, tienen que tenerlo en cuenta: enredos insoportables, acudir de entrada a un espíritu santo de ocasión, cuentos de niñitos de para cinco años, etc será no hacer las cosas bien.
La fe es un "ingrediente" que lleva el hombre en sus genes; de hecho es el motor de su evolución y desarrollo , y, hay que ser muy cuidadoso y escrupuloso para no meter la pata en este asunto tan determinante.
Hoy, se dice mucho por parte de muchos eclesiásticos que nuestra sociedad está enferma moralmente hablando. Me parece que tienen razón. Pero la responsabilidad es de nuestros curas, que por cualquier causa no han sabido hacerlo mejor. En elegir el maestro se encuentra la mitad de la gracia. Cada que eliga.
Dice Jesús en el Evangelio: “El que anda en la verdad, escucha Mi Voz”,"El que acepta mis mandamientos y los guarda es el que me ama”. A eso me refiero con experiencia, a haberlo vivido. Me parece que la denominada “legítima defensa” con métodos que agredan o dañen al otro, demuestran bastante poca fe en lo que Dios propone, y me parece producto del egoísmo o de falta de amor al hermano; con ello ni siquiera se cumplen los mandamientos.
Diego, completamente de acuerdo en la constatación de que "en la vida hallamos que el hereje goza en su soberbia intelectual aunque, para perdicion de muchos, se muestren "buenos y entregados" en otros aspectos de su vida o ministerio", y que "todo hereje es apóstata y engendra, con su espíritu rebelde, nuevos apóstatas", de modo que tiene explicación el que tengamos tantos amigos, familiares, conocidos, bautizados y "alejados", y que incluso eso parezca "normal" a nuestros obispos y sacerdotes, pues como dices, "la apostasía por la vía de los hechos, es decir, la apostasía práctica, apostasía silenciosa y mayoritaria de nuestro tiempo, pienso que es hija de aquella". Terribles hijos, gran pena ver esas listas de fans de Torres Queiruga, como antes de Pagola, Masiá o Pikaza. Como tan gran daño tenemos en que sean esos apóstatas los que digan a nuestros gobernantes que "un feto es un ser vivo pero no es un ser humano" o que "no habrá ley del aborto sino por consenso". Tremendos frutos de raices y tronco tan dañados.
anarico, sin duda Juan Pablo II, el Vaticano II, etc., al recomendar la lectura de Santo Tomás y llamarlo el Doctor Común, no sabían lo que decían... un montón de paleontólogos tratando de hacernos creer cuentos de abuelas... es eso, o bien sabían perfectamente que apartarse de Santo Tomás no se hace nunca sin gran detrimento, según dice San Pío X.
Según el Nuevo Testamento, el que anda o es de la verdad, de forma previa, oye la voz de Jesús, que precisamente ha venido al mundo a ser testigo de la verdad (entregando su vida por la salvación de la humanidad). Por supuesto que este andar en la verdad, en el plano humano, no es ajeno a Dios, creador de cada persona a Su imagen y semejanza, y para lo cual ya tenemos una conciencia y/o un alma, creada por Él; si la usamos bien, a favor de nuestros hermanos, entiendo que buscando el bien real de los hermanos por encima de nuestros intereses, es cuando oímos la voz de Jesús, y podemos ir profundizando en Su Mensaje por multitud de medios, incluido, por supuesto, Su Iglesia, entiendo que, como depositaria de la interpretación de las escrituras y administradora de los sacramentos, como unas de sus funciones.
Pero Dios no sólo habla a través de Su Iglesia. El pensar que sólo habla a través de la Iglesia no está en las escrituras, y yo tampoco lo he visto en el Magisterio de la Iglesia, y sería como rebajar a Dios, pretender abarcarlo. De otro modo, ¿qué sentido tendría orar, por ejemplo, lo cual nos lo recomienda Jesucristo, además de la Iglesia?; entiendo que no es misión de la Iglesia abarcar a Dios, como tampoco es misión de cada una de las personas, abarcar la verdad, sino andar en la verdad, dirigirse a la Verdad.
Precisamente yo creo que uno de los problemas de la Iglesia de hoy es que se anda poco en la verdad y se conoce poco a Jesucristo. En definitiva, falta vivencia del Evangelio y falta santidad; la mayoría, aún dentro de la Iglesia, tiene otras miras, "más prácticas", y esto es lo que es caldo de cultivo de todo lo malo.
he escuchado muchas veces sus programas en Radio María. Por lo que entiendo usted se la está jugando con lo que dice, pero yo se lo agradezco pues es un buen ejemplo para mi, que veo y trato cada día con decenas de muertos espirituales, familiares y jóvenes. Y todos ellos por falta de pastor, así que Dios le pague el hablar claro y que se le entienda.
Señor mío yo creo en el Evangelio y concibo la religión en su contexto geográfico, político, social, humano en el el que surgió.
Partiendo de la premisa arriba mencionada que utilizo como piedra de toque me acerco de una manera natural y razonable a los dogmas. Sin fábulaciones novelescas y leyendas varias.
Simplemente relaciono e integro mito-con realidad inexplicable para nuestros sentidos.
Dude lo que quiera de mi Fe. Yo por mi parte tengo clarísimo que soy católico y como tal pienso seguir participando en webs católicas.
A mí me gusta comprender el porqué de las cosas incluso lo relacionado con la religión por ello fiel a la tradición cartesiana crítico todo lo que me llega desde cualquier ámbito de mi vida.
Por eso, aunque Josafat se empeñe en decir que él tiene la fe católica, habría que decirle aquella magistral frase de San Pío X: "Revise sus lecciones de catecismo" y, de paso, la Pascendi... ya le pregunté antes, pero creo que no lo vio y no me respondió ¿En qué se apoya, en qué argumento racional, para decir que los dogmas son mitos?
Por supuesto que no comparto su punto de vista; pues los dogmas son propuestas que la Iglesia propone para el ejercicio de meditación, y son verdadderas entendiéndolas en su contexto, cosa que no se puede hacer tan a la ligera como el se los toma. La Sagrada Escritura: TODA; no es para leer a la manera de los demás escritos. Es para la meditación primero y después para la contemplación.
Todos los días vemos a los eclesiásticos profesionales decir ocurrecinas y tonterías a mansalva, y no veo que tanto catolicón como anda por aquí sea tan duro como con Josafat. Josafat está haciendo su camino, un camino según su consciencia. Ya vendrá otro tiempo y pensará de otra manera. Un poco de paciencia es lo más indicado; y debe de participar en todo, pues lo que hace y dice, lo hace más honradamente y con más valor, que lo que otros: hipócritas, mediocres hasta la médula y sin valor ninguno.
La homilía de hoy en la misa de Radio María: de pena lamentable. Por la boca sale lo que rebosa del corazón
Yo no he visto en ninguna parte que Josafat defienda el aborto. En ése caso pensaría de otra manera; pero que no comprenda algunas cosas de doctrina católica no es motivo para tanto; pues en este caso la "responsabilidad" habría que compartirla y dividirla mucho.El parece que ha puesto interés en el asunto, lo cual es positivo: para empezar.
En definitiva, que si te fijas, pontificas más que cien papas juntos. Algo muy común a todos los que les da yu-yu aceptar que sea "otro" el elegido por Dios para "confirmar en la fe a los hermanos".
Comparto don Josafat que un camino recto, de buenas acciones pero alejado de los dogmas, no debe de ser onstaculo para entrar en la gloria de Dios.
Los hombres en su inmensa soberbia se atreveen a poner condiciones a los planes de Dios.
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JMI.-Si quiere Ud. conocer los planes de Dios, reciba la Revelación que Él hace de ellos en la Biblia, en Jesucristo, su enviado, y en la Iglesia, que mantiene en el mundo siempre viva su Palabra y su Presencia hasta que vuelva al fin de los tiempos.
Antes de la Pasión y Muerte del Señor, Jesús se reunió con Sus Discípulos ,e instituyó el Sacramento de la Eucaristía y de la Iglesia .Jesús les dijo : " Tomad y comed Todos de Él, porque este Pan es Mi Cuerpo ,después ,tomando la Copa,la bendijo y les dijo a Sus Discípulos : " Tomad y bebed Todos de Él ,porque este Vino es Mi Sangre ".
Inmediatamente, Judas se levantó de la mesa y se marchó a traicionar al Maestro ; fue el primer apóstata de la era cristiana.
Los sucesores de los Discípulos que participaron del Pan y del Vino ; del Cuerpo y de la Sangre de Cristo ,son los Santos Ungidos por El Espíritu Santo ,y la " Iglesia Visible " ; los obispos.
El Sacramento de la Eucaristía y de la Iglesia está abierto a los demás fieles de la Iglesia ,y de una manera muy especial ; a la Iglesia Universal de Vida Consagrada.
Es por tanto ,muy esencial ,examinarse cada cual así mismo,para ver si soy verdaderamente "Digno " ,de ser un Miembro del Cuerpo Místico de Cristo, y de formar con Cristo y con los demás Miembros ; un Solo Cuerpo y un Sólo Espíritu.
Aquí tenemos la Verdadera clave para no caer en el futuro en una supuesta herejía o apostasía contra Dios y contra la Iglesia ; apostatar del Espíritu Santo ,me parece aún más grave.
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