Reflexiones sobre el naturalismo metodológico en la ciencia –1
Actualmente la gran mayoría de los científicos, académicos e intelectuales piensa que una de las características esenciales (para muchos, la más esencial) de la ciencia es el naturalismo metodológico. El naturalismo metodológico de la ciencia consiste en que el científico debe proceder como si el naturalismo metafísico fuera verdadero. A su vez, el naturalismo metafísico (o filosófico) consiste en sostener que en nuestro universo material (el mundo estudiado por la ciencia) no ocurre ni puede ocurrir nada sobrenatural; por lo tanto, todo lo que ocurre en él es en principio susceptible de ser estudiado y explicado por la ciencia. Generalmente el naturalismo metafísico está asociado al cientificismo, la doctrina que sostiene que sólo el conocimiento científico es verdadero conocimiento. De este modo el cientificismo rechaza tanto a la teología como a la filosofía.
El naturalismo metafísico existe en dos variantes, que llamaré “fuerte” y “débil”. El naturalismo metafísico fuerte consiste en afirmar que la naturaleza (es decir, el mundo) es todo lo que existe. Normalmente este naturalismo conduce al ateísmo, la doctrina que niega la existencia de Dios, porque el mundo (“lo único que existe”) no es Dios. Empero, existe también una “variante mística” de este naturalismo que conduce al panteísmo, la doctrina que identifica a Dios con el mundo o naturaleza. Dadas las afinidades y debilidades del ateísmo y el panteísmo, no es raro que algunas mentes oscilen entre ambas doctrinas. Cuando el ateo reconoce la necesidad de que exista un Ser Absoluto, a menudo pasa a ser panteísta; y cuando el panteísta reconoce que es absurdo que el Ser Absoluto sea contingente como el mundo, a menudo pasa a ser ateo. Además, generalmente el Dios del panteísmo no es un Ser personal, sino una fuerza impersonal, por lo que, según la terminología y la doctrina del monoteísmo, no es Dios, simplemente hablando. El panteísmo es la idolatría del mundo. En resumen, tanto el ateísmo como el panteísmo niegan la realidad de un Dios trascendente, por lo que suelen coincidir en la práctica.
Por su parte, el naturalismo metafísico débil no niega en principio la existencia de Dios, pero niega que Dios actúe en nuestro mundo. La definición de naturalismo metafísico que indiqué al comienzo corresponde en realidad a su variante débil, pero abarca lo que las dos variantes (fuerte y débil) tienen en común: quizás Dios exista (según la variante débil) pero, como no actúa en nuestro mundo, la ciencia puede prescindir de Él tanto como si no existiera (según la variante fuerte). Normalmente el naturalismo metafísico débil conduce al agnosticismo, la doctrina que niega que el ser humano pueda conocer si Dios existe o no. Empero, existe también una “variante mística” de este naturalismo que conduce al deísmo, la doctrina que afirma que Dios creó el mundo en el principio, pero no se interesa por el mundo ni interviene en él. También la frontera entre el agnosticismo y el deísmo es porosa: si el Dios del deísmo no actúa en nuestro mundo, entonces su existencia está más allá de la capacidad de conocimiento de la razón humana, como sostiene el agnosticismo. Y si el posible Dios del agnosticismo existiera (recordemos que el agnóstico contempla esa posibilidad), sería similar al Dios del deísmo, un Dios indetectable e incognoscible para la razón humana, e irrelevante para la vida humana. En resumen, tanto el agnosticismo como el deísmo niegan la realidad de un Dios providente y de la divina revelación, por lo que suelen coincidir en la práctica con el ateísmo.
La doctrina contraria al naturalismo metafísico consiste en sostener que en nuestro mundo ocurren o pueden ocurrir hechos sobrenaturales. Normalmente quienes sostienen esto se adhieren al teísmo o monoteísmo, la doctrina que afirma la existencia de un Dios personal, trascendente, creador, inteligentísimo ordenador y providentísimo gobernador del mundo. El cristianismo es una de las religiones monoteístas. Empero, también se oponen al naturalismo metafísico algunos no creyentes que buscan la verdad en materia religiosa y están abiertos a la posibilidad de la existencia del Dios del monoteísmo.
El naturalismo metodológico de la ciencia es admitido incluso por la mayoría de los científicos cristianos, porque a primera vista parece una doctrina muy plausible: la tarea de la ciencia es buscar explicaciones naturales (algunos dicen “naturalistas”) a los fenómenos de nuestro mundo. No podemos medir ni pesar a Dios; por lo tanto parece lógico que la ciencia prescinda de Él. Sin embargo, como veremos, esa doctrina presenta serias dificultades con respecto a su compatibilidad con la fe cristiana. Analizaremos este asunto desde cuatro puntos de vista: histórico, filosófico, teológico y heurístico (Continuará).
Daniel Iglesias Grèzes
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27 comentarios
Cuando profundiza mi atención me encuentro con un (Continuará)
grrr
Interesantísimo tema. Estamos a la espera de su continuación.
Saludos!
Interesante artículo, veremos si en la continuación se mantiene así o se acaba estropeando.
Eduardo
Veamos, quien no cree en Dios, no cree en Él, punto. Si a alguien le causa angustia la psoibilidad de ser juzgado por Dios, es que cree en Él, en su existencia, y por tanto no está en lo que se entiende como no creyente.¿ Ves lo absurdo de tu comentario ?.
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DIG: Lo que dices vale para los ateos completamente convencidos, pero también los hay que en el fondo dudan sobre la verdad religiosa.
Si alguien en el fondo duda sobre la verdad religiosa, tal vez será agnóstico u otra cosa, pero no ateo.
Sería lo mismo que llamar creyente a quien duda sobre la verdad religiosa.
Saludos.
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DIG: No todos los que se llaman creyentes lo son realmente; pero esto también ocurre al revés: no todos los que se dicen ateos lo son realmente.
Por otra parte, un creyente puede tener un momento de debilidad y luego superar una crisis de fe; y un ateo puede tener un momento de inspiración y a la postre no aprovecharlo. Pero nos estamos saliendo del tema del post.
Un adulto, que empezó siendo una célula, es una "máquina" autoensambladora compuesta por billones de componentes microscópicos: el cuerpo humano tiene de unos 7x10^27 átomos y unos 100.000 tipos de moléculas diferentes, sobretodo proteínas.
Para hacerse una idea del número de átomos anterior, se calcula que el total de granos de arena o de sílice en el mundo se eleva a 10^24, mil veces menos, es decir, necesitaríamos 1000 tierras para obtener el equivalente en átomos corporales.
Una pequeña muestra de los grandes números en el cuerpo humano:
- células cuerpo humano: 10^14
- átomos en cuerpo humano: 7 x 10^27 (otros: 10^28)
- total átomos en célula humana: 7x10^13
Un ejemplo de la imposible evolución neodarwinista lo tenemos en los propios pinzones de Darwin:
3.bp.blogspot.com/-g9jysYbC0FM/UCNmuILhE8I/AAAAAAAAAog/KSJ_rFbmfJk/s1600/Darwin_finches.dis2.jpg
Del análisis de los cráneos, vértebras, picos y lenguas, se puede afirmar que por cada gramo de cambio de configuración geométrica de dichas estructuras anatómicas implican aproximadamente a unos 6x10e23 átomos, casi el total de número de granos de arena o de sílice en el mundo. El grado de adaptación del pinzón, además, es muy rápido, parece ser que se consigue en 25 generaciones, con lo cual la reconfiguración atómica debe ser rápida y coordinada, algo imposible de hacer con un motor ciego, la mutación al azar.
El grado de complejidad biológica es de tal calibre que se demuestra por el hecho de que el código genético de los pinzones de Darwin no sobrepasa los 7900 genes y los 3×10^9 pares de bases de los humanos.
Y es que la genética, además de genes, transporta en sí misma a complejas leyes de la física, química, biológia, matemáticas, mecánica, geometría...
La hipercomplejidad biológica reclama, por lo tanto, de más leyes biológicas así mismo hipercomplejas. El modelo neodarwiniano es, por lo tanto, infantil.
Por lo tanto, la complejidad total de los seres vivos con sus leyes físicas, químicas, biológicas y matemáticas, reclama la existencia de una inteligencia con capacidad de innovación, desarrollo, diseño y ordenación: Dios, en especial, cuando se recurre a los grandes números del universo:
- Átomos de la Tierra: 10^50 átomos
- Átomos de una estrella: 10^57 átomos
- Átomos del universo: entre 10^77 y 10^80
[recuerdosdepandora.com/ciencia/astronomia/cuantos-atomos-hay-en-el-universo/]
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DIG: Gracias, FLF. Tu comentario es interesante, pero excede el tema de este artículo en particular. Publico éste, pero no publicaré otros comentarios sobre la evolución biológica en este contexto.
En cuanto a los famosos pinzones de Darwin, su evolución observada es sólo una oscilación de menor importancia. El tamaño promedio de sus picos aumentó luego de años de sequía pero volvió a su tamaño normal al cabo de un tiempo, después de años de grandes lluvias.
Eduardo, creo que por ahí van los tiros del agnosti-ateísmo: escaparle a toda norma moral externa al individuo, o sea (en la terminología liberal) a toda "norma impuesta".
Precisamente ése es el significado que el liberalismo da a la "libertad": independencia de cualquier "norma impuesta". (Significado que está a años luz de lo que la libertad representa para el cristiano.)
No obstante ese rechazo a las normas del Orden Natural, el liberalismo no cae en la anarquía porque reconoce la necesidad de las normas, pero siempre y cuando éstas sean concensuadas, asumidas y racionalmente aceptadas por el que ha de obedecerlas. (de este tenor son las "normas de convivencia" que suelen darse las instituciones).
Ahora bien, esta moral "de convenio", o "contractual" si se quiere, lleva indefectiblemente a la cruda hipocresía farisaica que permea toda la moderna civilización democrática.
Pero esa es otra cuestión.
Lo que llamas naturalismo metafísico débil no necesariamente lleva al agnostisismo ni al deismo, pues es correcto que, si se entiendo como mundo, el mundo natural de las existencias y fenómenos, Dios no actúa es su operación. Su Sabiduría es suprema y por lo tanto al crear la Naturaleza, la creo conforme a Leyes que la ciencia tiene de averiguar pero que de las que Dios no tiene nada que "corregir".
Toda intervención de Dios en el mundo natural, como un milagro, no es por arreglar o corregir las causas eficientes sino a favor de las causas finales y, por lo tanto, de la Gracia.
Tan grande es su Sabiduría que incluso no es posible "limitar" la Ciencia a un conjunto finito de definiciones, axiomas y teoremas, pues para que el milagor se produzca, la Naturalza debe permitirlo y ello nos llevaría al teorema de la incompletitud de Goëdel, o más preciso a su obra "propocisiones formalmente indecibles de Principia Matematica" obra en la que refuta a Bretrand Rusell (muy admirado en el medio) y todo su esfuerzo de querer "enciclopediar" la razón humana....algo que Dios no lo permite, y gracias a ello, se le puede conocer.
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DIG: Dios ha actuado y actúa en el mundo de muchas maneras: creación continuada, concurso divino, divina Providencia, divina revelación, inspiración de la Biblia, milagros, profecías, Encarnación, Resurrección, etc. etc. El naturalismo metafísico, aún el "débil", niega la posibilidad de todas estas intervenciones de Dios en el mundo. Lo hace porque quiere "liberarse" del Dios cristiano y de su ley. Pero esas negaciones son contrarias a la fe cristiana y a la razón: si Dios es Dios, entonces no hay razones válidas para negar que Dios puede actuar en nuestro mundo cuando, donde y como a Él le plazca.
PD: Eventualmente voy a tratar este tema en mi blog:
www.pensadorcatolico.wordpress.com
Recomiendo precisar que debemos entender como "mundo" si es el mundo natural, la Cración, o también incluye la realidad de los seres humanos, que además de ser parte de la realidad natural (mecánica) de la Cración, son las únicas creaturas que tienen la posibilidad (y la responsabilidad) de ser libres, cosa que hace más complejo el término "mundo".
En particular, si por mundo se debe entender la Naturaleza, mi posición es que Dios ya no efectúa niguna intervención de "creación continuada" pues el Acto de Creación se dio y fue completo, sin añadiduras.
Tods intervención que se manifieste de Dios en la Naturaleza ya no es por la mecánica de las cosas naturales (como crear algo que Dios olvidó en su obra original) sino por la Gracia Divina y salvación de las almas, razón de todo lo creado.
En ese sentido, dudo en verdad que Dios actue en el mundo cuando, donde y como a Él le plazca.
Gracias
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DIG: Uso el término "mundo" en su sentido corriente de "mundo visible", que por supuesto incluye a los seres humanos y excluye al mundo invisible de los espíritus puros (los ángeles).
No sé cuál es tu postura religiosa, pero si eres católico te debería interesar el hecho de que la doctrina católica afirma que la creación no es algo que Dios hizo solamente en el pasado, sino una acción permanente suya. Dios sostiene continuamente al mundo en el ser. Por supuesto Dios no interviene en el mundo para corregir un olvido anterior suyo. Ningún teólogo cristiano ha sostenido jamás lo contrario. Pero sí podemos y debemos concebir la evolución cósmica y biológica como el despliegue gradual en el tiempo de la obra creadora de Dios, que responde a un plan inteligente.
El naturalismo niega la realidad e incluso la posibilidad de cualquier acción de Dios en el mundo, sea o no parte de la historia de la salvación en sentido estricto. El cristiano no puede dejar de afirmar la posibilidad y la realidad de esas acciones de Dios; y tampoco puede dejar de afirmar la libertad de Dios frente al mundo. Dios no actúa arbitrariamente, pero tampoco queda encadenado a las leyes naturales que Él mismo ha creado.
La doctrina católica afirma también que Dios es la Causa Primera actual (no sólo pasada o histórica, por así decir) de todo ser y devenir. Por ejemplo, Dios es la Causa Primera actual de este post que estoy escribiendo, en todo lo que tiene de ser verdadero, bueno o bello.
La ciencia no predica que no puede ocurrir nada que contradiga las leyes científicas actualmente aceptadas. De hecho cuando hay un hecho experimentalmente comprobable que contradice alguna teoría establecida deja de considerarse válida y se trata de mejorar el modelo. No se ha comprobado experimentalmente el acontecimiento de ningún fenómeno sobrenatural. De ocurrir, se hubiera aceptado. En el siglo pasado tuvo predicamento un intento de estudiar racionalmente fenómenos llamados paranormales. Esa disciplina denominada parapsicología está totalmente desprestigiada. Cualquier prestidigitador medianamente hábil puede engañar perfectamente a un científico de pro. Fueron ilusionistas, como Harry Houdini o James Randy, los que descubrieron los trucos de espiritistas, taumaturgos, ... como, por ejemplo, Uri Geller. James Randy entregará un millón de dólares a quien pruebe en condiciones controladas que puede hacer algo contra las leyes naturales. Hay cristianismo crítico, pero muchos cristianos que dan por bueno, diciendo que fueron escritos por inspiración divina, al contenido de textos arcaicos escritos en la época en el que el cosmos se interpretaba míticamente.
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DIG: 1) Los científicos no siempre descartan una teoría cuando un hecho la contradice. A veces toleran determinados niveles de contradicción (incluso altos), por lo menos por un tiempo. Ejemplo: la teoría darwinista y la explosión cámbrica.
2) La ciencia no puede detectar directamente lo sobrenatural. En ese sentido tu afirmación de que no se ha comprobado experimentalmente ningún fenómeno sobrenatural es una simple tautología. Pero es verdad que muchos científicos han comprobado experimentalmente hechos portentosos que son incapaces de explicar científicamente y que es racional interpretar como milagros (por ejemplo, curaciones súbitas).
3) La teología no es mitología; pero fundamentar esa afirmación me desviaría mucho del tema de este post. En otros posts he escrito sobre la existencia de Dios, sobre la Biblia, etc.
2) Las curaciones inexplicadas son eso, inexplicadas.
3) No me refiero a la teología, sino a las cosmogonía bíblica
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DIG:
1) Sí hay contradicción entre la teoría darwinista, que implica una evolución muy lenta y gradual debida a una enorme sucesión de micromutaciones aleatorias favorables, y la explosión cámbrica, un "Big Bang biológico" en el que, "en un parpadeo" en términos de eras geológicas, aparecieron casi todos los phyla, es decir casi todos los planes corporales básicos, de la vida animal, sin ancestros conocidos. Hasta autores darwinistas reconocen que es como si hubieran sido simplemente "plantados" allí.
Pero la idea no es discutir aquí sobre el darwinismo. Si este ejemplo no te convence, hay muchos otros posibles. Cuando un científico encuentra un hecho que contradice su teoría, su primera reacción no suele ser descartar su teoría, sino buscar una explicación de la aparente contradicción. Y si no la encuentra, por lo general sigue buscando...
2) Tu afirmación no es científica, sino filosófica: una "fe racionalista (y cientificista)" en que la ciencia, aunque hoy no pueda explicar algunos hechos, podrá explicarlos un día, como podrá asimismo explicar todas las cosas. Ninguna ciencia auténtica pueda ni puede probar que esa "fe" tuya es verdadera.
3) Mi afirmación también se refiere a eso. Los relatos bíblicos de la creación utilizan elementos mitológicos, pero "desmitologizados", al servicio de un mensaje que no es mitológico, sino teológico. Pero este asunto está fuera del tema del post.
"La Ciencia no puede detectar directamente lo sobrenatural".
Efectivamente, ni los unicornios, ni las hadas, ni la telequinesia, ni la telepatía, ni ningún fenómeno o ser que base su supuesta existencia exclusicamente en las afirmaciones de testigos, actuales o históricos, por muy sugerentes y atractivas que puedan parecernos . Lo que no es para nada ni sorprendente ni contradictorio con lo que es el método científico.
Lo que no es comprobable, medible, cuantificable, verificable, repetible usando las herramientas disponibles por la Ciencia, queda fuera de su ámbito de estudio, por la dimple razón de que no hay nada que estudiar. Esto no significa que no pueda llegar a estudiarse cuando se disponga de mejores instrumentos o métodos más apropiados, pero para nada implica que en ausencia de pruebas deba aceptarse su existencia por simple cuestión de creencias o fe. En Ciencia, a diferencia de en Derecho, la ausencia de prueba SÍ es prueba de ausencia.
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DIG: Tu comentario es una expresión de cientificismo, la doctrina (filosófica, no científica) que afirma que sólo el conocimiento científico es verdadero conocimiento. El cientificismo es un reduccionismo falso y arbitrario. Existen muchas cosas reales que no pueden ser detectadas por observaciones o experimentos científicos. Por ejemplo, tu "yo", tu identidad personal más íntima. La ciencia sólo percibe un conjunto de células en tu cerebro, una actividad eléctrica en el mismo, etc.; pero nunca se encuentra con un pensamiento y mucho menos con un "yo". A pesar de lo cual el "yo" humano evidentemente existe, según nuestra experiencia más elemental. Algo análogo puede decirse de la inteligencia, el conocimiento, la libertad, la voluntad, etc. etc. Y también de Dios.
Es cierto lo que dices, el "yo" no puede ponerse en un tubo de ensayo, ni observarse al microscopio, pero eso no quiere decir que no pueda estudiarse según el método científico. Aunque sólo sea una construcción de la mente, y se reduzca al final a una serie de reacciones bioquímicas e impulsos eléctricos, podemos constatar que es una "realidad" y que "existe". Desde esa realidad y desde esa existencia, es posible su estudio, su comprensión y la explicación de cómo se produce.
Lamentablemente, en el caso de lo sobrenatural no hay nada que estudiar, sólo testimonios y nada más, lo que hace imposible abordar su conocimiento desde la Ciencia.
Pero lo dejo aquí, ya que nos estamos yendo del tema de tu artículo.
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DIG: Te contradices. Si el yo es sólo una construcción de la mente (¿una mente que no es un yo?) o una serie de reacciones bioquímicas e impulsos eléctricos, el yo no existe en cuanto tal, contra la experiencia.
Sólo por aclarar mi anterior mensaje. El "yo" no existe fuera de la mente del mismo modo que no existen los colores, por ejemplo. La mente como conjunto de procesos del cerebro, puede "crear" un "yo" (autoconsciencia) o no crearlo. En cualquiera de los casos todo acaba reducido a procesos físicos que se pueden comprobar e incluso modificar.
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DIG: Me estás diciendo que tú no existes objetivamente. ¿Por qué entonces yo debería interesarme por ti y tus afirmaciones? ¿Y por qué tus pensamientos y certezas podrían o deberían ser verdaderos, sobre todo cuando se refieren a cosas (como por ejemplo mi "yo") que tampoco existirían objetivamente?
Aquí llega a palparse el drama del humanismo ateo. Pretendiendo exaltar al hombre, niega a Dios, pero luego (darwinismo mediante) termina considerando al hombre como un mero animal y finalmente (mecanicismo mediante) como un mero conjunto de átomos o de partículas subatómicas. Es decir, el pretendido "humanismo" deviene en un "animalismo" y finalmente en un "cosismo". La dignidad del hombre, imagen de Dios, se reduce a la de un animal o una cosa. Bien lo dice la Gaudium et Spes: "Sin el Creador, la criatura se diluye".
El sentido común, en cambio, me dice que la existencia de mi "yo" y de tu "yo" (el "tú") es infinitamente más evidente que la de los quarks, a los que nadie ha visto.
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DIG: Han ocurrido milagros de muchas clases diferentes; pero Dios generalmente no hace milagros en respuesta al desafío de un no creyente. Además, Dios puede hacer milagros en cualquier lugar, no sólo en Lourdes. En cuanto al "cojo de Calanda", no conozco el caso, pero pienso que no tienes derecho a presuponer que hubo un fraude.
No me extraña que los cientifistas ateos recurran ahora a dos teorías; en el orden de la biología molecular y del problema del origen de la vida, a la teoría de la panspermia: como no se puede explicar el surgimiento de la vida en la Tierra, esta debió surgir en otro planeta con mejores condiciones ( el planeta Mongo ). Para la astrofísica y el problema del "ajuste fino" del Universo y su origen, etc, a la teoría del Multiverso...en este universo se dan condiciones tan inconcebiblemente extrañas porque existen infinitos universos, la práctica totalidad de los cuales presentan mundos caóticos de elevada entropía...
Esto es "ciencia".
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DIG: Sí tiene que ver. Un "yo" inmaterial (el alma espiritual) es una excelente base para conocer la existencia de Dios.
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Es un producto de la actividad cerebral, el corazón bombea sangre, el estómago digiere lo que comemos y el cerebro, en los humanos y en alguna otra especie animal que como nosotros tiene autoconciencia, "crea el yo", entre otras cosas, con mayor complejidad en nuestro caso que en el de un bonobo, por ejemplo.
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DIG: Hacia el final de sus días a Darwin lo perseguía el fantasma de un horrible pensamiento. Si a la postre él no era más que un mono evolucionado (sí, ya sé que no se trata exactamente de un mono, pero fue el mismo Darwin el que lo expresó así en una de sus cartas), ¿que valor podía tener su propia teoría científica? ¿Acaso alguien tomaría en serio los pensamientos de un mono?
Darwin fue un gran científico, pero también un filósofo superficial. Si hubiera reflexionado más a fondo, su preocupante cuestión lo habría horrorizado aún más. Si a la postre ese mono evolucionado no es más que un manojo de átomos cuyos movimientos están determinados por leyes naturales, y eso es todo lo que hay en nuestras mentes, ¿qué valor o importancia pueden tener nuestras teorías, pensamientos o decisiones? ¿Acaso alguien tomaría en serio los pensamientos de una roca?
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Parece que quieras decir que una hormiga no existe objetivamente al no tener "yo", supongo que no es eso lo que piensas.
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DIG: No, lo que digo es que, al no ser el hombre más que una hormiga, el hombre tal como lo concebimos y tratamos (un ser con un "yo") no sería más que una ilusión o un engaño.
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Si el "yo" fuera algo objetivo e independiente de la mente,
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DIG: El "yo" es la mente, que no es lo mismo que el cerebro. Tú pareces contradecirte: el "yo" no existiría objetivamente, sino que sería un producto de la mente. Pero entonces, ¿qué sería la mente? ¿Existiría objetivamente o no?
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no sé si tu lo identificas con el alma o lo consideras como otra cosa, no existirían algunas patologías mentales asociadas a la percepción del propio "yo", por ejemplo el trastorno de personalidad disociativo, o trastorno de personalidad múltiple; ¿de cuantos "yo" objetivos debemos hablar entonces?
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DIG: El "yo" humano (el alma espiritual) sigue existiendo cuando el hombre duerme, cuando está en coma, cuando sufre patologías psiquiátricas, cuando aún no tiene uso de razón, cuando sufre discapacidades intelectuales, etc. El cerebro es un órgano al servicio de la mente; le permite expresarse, actuar, etc. Cuando el cerebro está enfermo, esas posibilidades se reducen. Pero la mente, el "yo" humano, sigue allí, intacta en su dignidad ontológica.
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Hay muchísimas más evidencias de la existencia de los quarks que de la de Dios, lo siento pero elegiste un mal ejemplo.
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DIG: No leíste con atención mi comentario. Comparé la evidencia de la existencia objetiva del "yo" humano inteligente y libre (el alma humana) contra la evidencia de la existencia objetiva de los quarks. La primera es una experiencia que todos hacemos todo el tiempo. La segunda es una deducción complicada que sólo ciertos expertos pueden hacer a partir de experimentos muy particulares, que están al alcance de pocos.
Saludos.
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DIG: Gracias, pero eso es sólo una suposición.
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DIG: El ser humano es una unidad sustancial de cuerpo material y alma espiritual. Cuando el hombre muere, esa unidad se rompe. El cuerpo se corrompe, pero el alma permanece, enfrentándose al juicio de Dios.
"Sí tiene que ver. Un "yo" inmaterial (el alma espiritual) es una excelente base para conocer la existencia de Dios."
Bueno, siguiendo con tu mismo argumento, la ausencia de demostración de que existe un "yo" inmaterial, es una excelente base para pensar en la no existencia de Dios.
" Si a la postre ese mono evolucionado no es más que un manojo de átomos cuyos movimientos están determinados por leyes naturales, y eso es todo lo que hay en nuestras mentes, ¿qué valor o importancia pueden tener nuestras teorías, pensamientos o decisiones? ¿Acaso alguien tomaría en serio los pensamientos de una roca?"
Todo eso sólo supone un problema para que tenga una visión antropocéntrica del Mundo y para quien cree en el ser humano como algo trascendente. El valor de las teorías, pensamientos o decisiones no es dado por el "estatus espiritual", si es que existe algo así o que se le asemeje, depende de su certeza, utilidad, coherencia, etc...que se le asigne.
Yo, además de sorprenderme, me tomaría tan en serio los pensamientos de una roca como los tuyos o los de cualquier otro, el valor que les otorgaría dependería de lo que te acabo de comentar pero, en absoluto, de la fuente origen de dichos pensamientos. Pero claro, yo no creo que el hombre sea un ser especial, elegido, ni que sea imagen de ninguna divinidad, ni que el resto de lo existente esté subordinado a él.
"Tú pareces contradecirte: el "yo" no existiría objetivamente, sino que sería un producto de la mente. Pero entonces, ¿qué sería la mente? ¿Existiría objetivamente o no?"
No hay ninguna contradicción, quizás no me has entendido o yo no me he sabido explicar. La mente existe del mismo modo que existe la digestión, la circulación de la sangre... es un efecto, un estado, o mejor, un conjunto de estados generados por la actividad del cerebro. La percibimos como percibimos los colores, pero ni la una ni los otros existen objetivamente.
"El "yo" humano (el alma espiritual) sigue existiendo cuando el hombre duerme, cuando está en coma, cuando sufre patologías psiquiátricas, cuando aún no tiene uso de razón, cuando sufre discapacidades intelectuales, etc. El cerebro es un órgano al servicio de la mente; le permite expresarse, actuar, etc. Cuando el cerebro está enfermo, esas posibilidades se reducen. Pero la mente, el "yo" humano, sigue allí, intacta en su dignidad ontológica."
Esa es una afirmación puramente filosófica y que no tiene ninguna prueba científica que la avale, en realidad ni siquiera hay pruebas de la existencia de eso que llamáis "alma espiritual".
¿Cómo puedes probar que el cerebro está al servicio de la mente?, como ya te dije, es justo al contrario, la mente es generada por la actividad del cerebro.
Pero, permíteme que siga tu argumento, sólo por permitirnos avanzar en el debate.
Según creo entenderte, el "yo" objetivo del que hablas, estaría siempre presente manteniendo como tú dices "la dignidad ontológica del ser humano". Te pregunto, en una situación patológica como el trastorno de identidad disociativo que mencioné en mi anterior mensaje, ¿cuál es el "yo" real y cuál o cuales los imaginarios?, ¿cómo puede saber cuál es cuál el enfermo?, ¿cómo puedes saberlo tú?, si la mente puede crear "yo" falsos ¿porqué no pueden ser falsos todos los "yo"?.
"La primera es una experiencia que todos hacemos todo el tiempo."
Justamente esa es la clave, es algo que hacemos, que hace la mente, que crea, no existe fuera de ella y ella no existe salvo como efecto del cerebro.
Saludos.
---
DIG: No quiero desviar la atención del tema central del post, pero tampoco dejar sin respuesta tus tesis materialistas, así que reproduzco algunas páginas de mi libro "En el principio era el Logos". Pueden obtenerlo mediante el link que figura al costado derecho de este blog.
*****
Siguiendo paso a
paso un excelente texto del filósofo Bochenski (J. M. Bochenski,
Introducción al pensamiento filosófico, Editorial Herder,
Barcelona, 1986, pp. 76-85), plantearé tres problemas
fundamentales de la antropología filosófica:
¿Existe una diferencia esencial entre el hombre y los demás
animales?
¿Cuál es la relación entre el cuerpo humano y aquello que
hace al hombre diferente de los demás animales?
¿Cuál es el sentido último de la vida humana?
Además mostraré que, acerca de estas tres cuestiones
fundamentales, la filosofía y la teología cristianas ofrecen
respuestas contrarias a las propuestas por el materialismo y el
positivismo, que parecen predominar hoy en día.
1. El hombre y los animales
Bochenski comienza planteando la gran pregunta de la
antropología filosófica: ¿Qué es el hombre? ¿Qué somos
realmente nosotros mismos? Su búsqueda de una respuesta parte
de la afirmación de dos cualidades del hombre que no ofrecen
lugar a duda: el hombre es un animal; pero es un animal raro, de
especie única.
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La primera afirmación es muy obvia. El hombre “presenta
todas las características del animal. Es un organismo, tiene
órganos sensibles, crece, se nutre y se mueve; posee poderosos
instintos: el de conservación y de lucha, el sexual y otros,
exactamente como los demás animales. Si comparamos al
hombre con los otros animales superiores, vemos con toda
certeza que forma una especie entre las otras especies animales.”
Aunque hoy a veces se intenta olvidarla, la segunda
afirmación es casi tan evidente como la primera. “El hombre
tiene muchas cosas que o no las hallamos en absoluto en los
otros animales o sólo quedan [en ellos] en huellas
insignificantes. […] El hombre es, en efecto, un animal mal
dotado [físicamente]. […] Hace tiempo debería haberse
extinguido, como otras especies animales mal dotadas. Y, sin
embargo, no ha sucedido así. El hombre es dueño de la
naturaleza. Él ha extirpado […] una larga serie de animales
peligrosísimos; otras especies las ha cautivado y convertido en
criados domésticos. Él ha cambiado la faz de la tierra. Basta, en
efecto, contemplar la superficie terrestre desde un avión o desde
una montaña para ver cómo todo lo combina, arregla y cambia.
[…] Ahora bien, ¿cómo es posible esto? Todos conocemos la
respuesta: por la razón. El hombre, con toda su debilidad, posee
un arma terrible: la inteligencia. […] Mas esto es una respuesta
provisional y superficial. El hombre no sólo parece tener más
inteligencia que los otros animales, sino también otra especie de
inteligencia, o como se la quiera llamar.”
A continuación Bochenski indica cinco pruebas de esta
afirmación: “el hombre, y sólo él, ostenta una serie de cualidades
completamente particulares. Las más notables son las cinco
siguientes: la técnica, la tradición, el progreso, la capacidad de
pensar de modo totalmente distinto que los otros animales y,
finalmente, la reflexión.”
Por medio de la técnica el hombre se sirve de instrumentos
producidos por él mismo. La producción de instrumentos
complicados con largo y paciente trabajo con miras a un fin es
algo típicamente humano.
La técnica sólo es posible porque el hombre es un “animal
social” en un sentido absolutamente especial de la expresión. A
diferencia de las sociedades de termitas o de hormigas, la
158
organización social del hombre no se basa en sus instintos, sino
en la tradición. Ésta no es ingénita. El hombre aprende la
tradición porque, a diferencia de todos los otros animales, posee
un lenguaje muy complicado.
Gracias a la tradición, existe el progreso. El hombre aprende
más y más; es inventivo. No aprenden sólo los individuos, sino
también la humanidad. Mientras los otros animales transmiten
rígidamente su saber de generación en generación, entre nosotros
una generación sabe o puede saber más que la precedente. A
menudo se producen grandes innovaciones dentro de una sola
generación. Este progreso no depende de la evolución biológica.
Biológicamente casi no nos diferenciamos de los antiguos
griegos, pero sabemos incomparablemente más que ellos.
Todo esto depende de la peculiar capacidad que posee el
hombre de pensar de distinta manera que el resto de los animales.
Mientras los otros animales piensan siempre con miras a lo
particular y concreto, el hombre puede pensar universalmente; es
capaz de abstracción. “A ello precisamente debe las mayores
conquistas de su técnica. Basta pensar en la matemática,
principal instrumento de la ciencia. Pero la abstracción no va
sólo a lo universal. Abarca también objetos ideales, como los
números y los valores. De aquí depende ciertamente que el
hombre parece poseer una independencia absolutamente única
de la ley de la teleología biológica que domina todo el reino
animal.”
Bochenski señala dos rasgos muy sorprendentes de esta
independencia: la ciencia y la religión.
“Lo que el animal conoce está siempre ligado a un fin. Sólo ve
o entiende lo que es útil para él o para su especie. Su
pensamiento es del todo práctico. La cosa cambia en el hombre.
Éste estudia objetos que no tienen absolutamente un fin práctico
alguno, por el saber puro. El hombre es capaz de la ciencia
objetiva y, efectivamente, la ha construido.”
“Acaso es todavía más notable su religión. […] Esto [las
actividades religiosas] no tiene sentido económico ni biológico.
Desde el punto de vista puramente animal, ello, realmente,
carece de sentido. Ahora bien, el hombre puede hacer esas cosas
porque es, hasta cierto punto, independiente de las leyes
biológicas del mundo animal. Esta independencia va más lejos
159
aún. Cada uno de nosotros tiene la conciencia inmediata de ser
libre; por lo menos en ciertos momentos, parece como si
pudiéramos superar todas las leyes de la naturaleza.”
Por último, el hombre es capaz de reflexión. A diferencia de
todos los demás animales, el hombre no mira exclusivamente el
mundo exterior. “Puede pensar en sí mismo, se preocupa de sí
mismo, se pregunta por el sentido de su propia vida. También
parece ser el único animal que tiene clara conciencia de que ha
de morir.”
Por todas estas razones –concluye Bochenski– “no puede
sorprendernos que Platón, fundador de nuestra filosofía
occidental, llegara a la conclusión de que el hombre es algo
distinto de toda la naturaleza. Lo que lo hace hombre –[…] el
espíritu– está ciertamente en el mundo, pero no pertenece al
mundo. El hombre descuella por encima de toda la naturaleza.”
(J. M. Bochenski, o.c., pp. 76-81).
Hoy está en boga una forma de pensar que desconoce la
excelsa dignidad del ser humano, igualándolo más o menos con
el resto de los animales. La filosofía cristiana nos enseña que el
ser humano ocupa un lugar central en el cosmos y que existe una
diferencia esencial entre el hombre y los demás animales. La
Divina Revelación lo confirma:
Antes de crear a Adán y Eva, dijo Dios: “Hagamos al ser
humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y
manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en
las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las
sierpes que serpean por la tierra.” (Génesis 1,26).
Jesús enseña a sus discípulos que el ser humano es superior a
los animales: “¡Cuánto más valéis vosotros que las aves!”
(Lucas 12,24).
Y el mismo Jesús, para salvar a un hombre endemoniado, no
tiene ningún escrúpulo en sacrificar toda una piara de cerdos
(cf. Mateo 8,28-34).
2. El alma y el cuerpo
A continuación, Bochenski plantea un segundo problema, que
surge naturalmente de lo dicho hasta aquí. Las mentadas
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particularidades del hombre (lo espiritual en él) forman sólo uno
de sus aspectos. El hombre es a la vez un verdadero animal.
Además, lo espiritual del hombre está estrechamente unido con lo
puramente animal, con lo corpóreo. Una pequeña perturbación en
el cerebro puede paralizar el pensamiento del más grande genio.
“Ahora bien, el cuerpo, con sus procesos fisiológicos y no menos
la vida instintiva animal, es algo tan distinto del espíritu, que se
impone la pregunta de cómo puede ser en absoluto posible la
unión de ambos. Tal es la cuestión central de la ciencia filosófica
del hombre, la llamada “antropología”.”
Bochenski pasa revista a las cuatro respuestas principales a
esta cuestión.
La respuesta más sencilla es la del materialismo riguroso.
Consiste en negar simplemente que haya en el hombre algo más
que cuerpo y movimientos corporales mecánicos. Hoy se
defiende raras veces, entre otras razones por el argumento que le
opuso Leibniz. Éste proponía imaginar el cerebro tan agrandado
que pudiéramos movernos dentro de él. Allí sólo veríamos
movimientos de distintos cuerpos, pero nunca un pensamiento.
Luego el pensamiento y sus parecidos han de ser algo
completamente distinto de los movimientos de los cuerpos. Puede
contestarse que no hay en absoluto pensamiento ni conciencia,
pero esto es patentemente falso.
Otra respuesta es la del materialismo moderado. Según éste,
existe la conciencia, pero ésta es una función del cuerpo; una
función que sólo por su grado se diferencia de la de los otros
animales. Criticaré esta teoría más adelante.
Una tercera concepción (el hilemorfismo), que se debe a
Aristóteles, parece recibir hoy una fuerte confirmación de parte
de la ciencia. “La teoría aristotélica se distingue en dos puntos de
la segunda clase de materialismo. En primer lugar, no tiene
sentido contraponer unilateralmente las funciones espirituales al
cuerpo. El hombre, dice Aristóteles, es un todo, y este todo tiene
diversas funciones: puramente físicas, vegetativas, animales y,
finalmente, también espirituales. Son funciones, todas, no del
cuerpo, sino del hombre, del todo. Y la segunda diferencia está
en que Aristóteles […] ve en las funciones espirituales del
hombre algo completamente particular que no se da en los otros
animales.”
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Finalmente Bochenski menciona la respuesta del platonismo
estricto: éste sostiene que “el hombre es, como lo ha formulado
un malicioso adversario, un ángel que vive en una máquina, un
puro espíritu que pone en movimiento un puro mecanismo. Este
espíritu, como ya hemos notado, se concibe como algo
completamente distinto del resto del mundo. No sólo el filósofo
francés Descartes, sino también muchos existencialistas actuales
defienden con múltiples variantes esta doctrina. Según ellos, el
hombre no es el todo, sino sólo el espíritu o, como se le llama
actualmente a menudo, la existencia.” (J. M. Bochenski, o.c., pp.
81-83).
Actualmente crece la influencia de la visión materialista del
hombre y del mundo. La filosofía cristiana nos enseña que el ser
humano es una unidad de cuerpo material y alma espiritual y
sostiene la primacía del espíritu. La palabra de Nuestro Señor
Jesucristo lo confirma:
“¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su
alma?” (Marcos 8,36).
“No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el
alma.” (Mateo 10,28).
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DIG: Para San Pablo y la doctrina católica, Dios no es inmediatamente evidente, pero puede ser conocido con certeza a partir de sus obras.
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Y eso _ hay que reconocerlo - es un problema.La belleza y la verdad del mundo es tal que oponerse a ello exige heroicidad.Por otro lado - si no me equivoco. Me corregiréis - la Ciencia no se ocupa de lo real.
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DIG: Yo pienso que sí. La Ciencia estudia nuestro universo material (que es real) desde cierto punto de vista (que la filosofía clásica expresa como una búsqueda de las "causas segundas").
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Aunque parezca paradójico el científico es el que se fija en el dedo que señala - los axiomas matemáticos - y no en hacia qué .La fé - otra paradoja - es quién nos "salva" de esa evidencia, puesto que nos obliga a creer en aquello que no vemos , haciendo el mundo mucho más grande...y hermoso. Se atribuye - como tantas otras cosas - a Einstein la frase de que más que la cada vez mayor complejidad del Universo le asombraba que llegáramos a comprenderlo , aunque sea parcialmente.
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DIG: Hay al menos dos grandes indicios de Dios en la posibilidad misma de que hagamos ciencia. 1) La existencia de leyes naturales (expresables matemáticamente) requiere un Legislador inteligente. 2) Nuestra posibilidad de conocer esas leyes inmateriales exige de nosotros una inteligencia inmaterial incompatible con la doctrina materialista.
No se pretende que toda la teoría sea falsa, seguramente tiene elementos muy valiosos; también en la frenología y el psicoanálisis había algo de verdadero...
Pero los defensores del neodarwinismo tienen que dejar de mirar para otro lado y dar respuesta a las preguntas que se les plantean, que son muy serias.
Algunos ejemplos:
-La "explosión cámbrica". Cómo se compadece con esta teoría el que la mayoría de las philae del reino animal surgieran en un período de 5 millones de años.
-El estudio de los MicroARN´s, que ha puesto patas arriba el tradicional árbol genealógico de los animales darwiniano.
-La existencia de órganos funcionales de "complejidad irreductible"
"Se dice de un sistema funcional que es irreduciblemente complejo cuando está formado por una diversidad de partes (o subsistemas) conectadas e interactuantes, de tal manera que al eliminar cualquiera de ellas deja de prestarse la función característica".
Luego, si son irreductiblemente complejos...¿cómo evolucionaron?
"1) Sí hay contradicción entre la teoría darwinista, que implica una evolución muy lenta y gradual debida a una enorme sucesión de micromutaciones aleatorias favorables, y la explosión cámbrica, un "Big Bang biológico" en el que, "en un parpadeo" en términos de eras geológicas, aparecieron casi todos los phyla, es decir casi todos los planes corporales básicos, de la vida animal, sin ancestros conocidos. Hasta autores darwinistas reconocen que es como si hubieran sido simplemente "plantados" allí.
...Cuando un científico encuentra un hecho que contradice su teoría, su primera reacción no suele ser descartar su teoría, sino buscar una explicación de la aparente contradicción. Y si no la encuentra, por lo general sigue buscando..."
El naturalismo materialista sí apuesta firmemente por la evolución neodarwinista, pero como dice DIG, una teoría sigue siendo válida por el consenso científico, aunque tenga grandes agujeros falsacionistas.
1. Consideremos el genoma mínimo para la vida, que parece ser entre unos 580.000 y 1.120.000 nucleótidos.
- microbiologia2012-13.blogspot.com.es/2013/03/el-genoma-minimo-y-la-creacion.html
2. Vamos a la calculadora de combinaciones con repetición...
- www.disfrutalasmatematicas.com/combinatoria/combinaciones-permutaciones-calculadora.html
3. y hacemos el cálculo: si hay 4 combinaciones posibles en el genoma (TA-AT-GC-CG), el número de posibles combinaciones es o bien 4x10e+580.000, o bien 4x10e+1.120.000, si no me equivoco.
4. Evidentemente, el azar es imposible que sea el motor evolutivo, ni con la ayuda de la selección; es Dios, a través de sus leyes biológicas complejas, aún desconocidas actualmente.
5. Pero el naturalista dirá: "Hemos sufrido infinitos Big Bang, y éste finalmente está fínamente ajustado para la vida inteligente"; o "Por casualidad, este Big Bang está finamente ajustado"; o "El asunto es complejísimo".
6. La evolución neodarwinista, a pesar de tener más agujeros que un dinosaurio con un mamut, de momento satisface el consenso científico basado en la navaja de Ockham, fundado en la elección de las explicaciones más sencillas disponibles actualmente: azar y selección. Con ello se demuestra que el neodarwinismo es consensual, no basado en evidencias científicas irrefutables.
7. Y así van, los neodarwinistas, tragando sapos.
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DIG: Gracias, ENV; pero tratemos de no convertir esto en una discusión sobre el neodarwinismo. Sobre eso hemos discutido ya muchas veces en este blog.
En el punto 3, sobran los dos "x10".
"No existe otra alternativa:
la razón y la fe,
la ciencia y la teología
tienen que volver a encontrarse
en su autonomía, su distinción
y su complementariedad, es decir,
sin disolverse la una en la otra.
Lo que está en juego
no es la protección de ciertos intereses...
sino el hombre mismo y el mundo".
BENEDICTO XVI
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