24.06.22

El cardenal Newman y Lady Di

Estoy releyendo la “Apologia pro Vita Sua. Historia de mis ideas religiosas”, de John Henry Newman (1801-1890), en una edición conmemorativa publicada por la editorial Encuentro en el año de la canonización del gran cardenal inglés, llevada a cabo por el papa Francisco el 13 de octubre de 2019. Es un libro extraordinario, que siempre nos puede sorprender.

Newman se convirtió al catolicismo, tras haber sido pastor anglicano, en 1845. Un año después viajó a Roma, donde fue ordenado sacerdote. De regreso a Inglaterra, hizo hincapié en la necesidad de que haya laicos católicos bien preparados, capaces de dar razón de la fe. El 15 de mayo de 1879 fue creado cardenal por el papa León XIII. Fue beatificado por Benedicto XVI en 2010, en Birmingham .

San Juan Enrique Newman comparó su llegada al catolicismo con el arribar a puerto de una nave después de la tormenta: “Sentía como si hubiera llegado a puerto después de una galerna; y mi felicidad por haber encontrado la paz ha permanecido sin la menor alteración hasta el momento presente”, escribe en la “Apologia”.

No hace falta presentar a Lady Di. Es un personaje mucho más conocido, un “icono pop”. Recuerdo bastante bien la ceremonia de su matrimonio, celebrada en la catedral de San Pablo, de Londres, el 29 de julio de 1981. Posiblemente ha sido la boda más seguida por las televisiones de todo el mundo. También recuerdo su funeral, el 6 de septiembre de 1997, oficiado en la Abadía de Westminster. Elton John versionó su tema “Candle in the wind”, originalmente dedicado a Marilyn Monroe, para decir: “Adiós, rosa de Inglaterra, tal vez crezcas en nuestros corazones”.

En un pasaje de su “Apologia”, Newman menciona a Mr Spencer, a George Spencer (1799-1864), hijo del conde Spencer y, por consiguiente, antepasado de Lady Diana Spencer. George Spencer quedó muy impresionado por las últimas escenas de “Don Giovanni” de Mozart en una representación en Viena. En 1829 se convirtió al catolicismo y fue ordenado sacerdote poco después.

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18.06.22

La Eucaristía, compendio y suma de nuestra fe

Es muy interesante seguir la reflexión teológica en torno a “la esencia del cristianismo”. Un debate que ha estado presente a lo largo de la historia y que se ha acentuado, si cabe, en el pensamiento contemporáneo. Baste mencionar algunos nombres bien conocidos: Schleiermacher, Feuerbach, Harnack, Barth, Guardini, Bonhoeffer… E incluso Miguel de Unamuno, quien aborda en su obra “Del sentimiento trágico de la vida” lo que él llama “la esencia del catolicismo”.

No por casualidad vincula, el filósofo español, esta “esencia” con la Eucaristía y con la inmortalidad: Al dogma central de la resurrección en Cristo y por Cristo “corresponde un sacramento central también, el eje de la piedad popular católica; y es el sacramento de la Eucaristía. En él se administra el Cuerpo de Cristo, que es el pan de la inmortalidad”.

La Eucaristía está asociada a la esencia de lo cristiano. El “Catecismo de la Iglesia Católica” dice que este sacramento es “el compendio y la suma de nuestra fe”. Todo está ahí resumido y explicado. Hasta la misma lógica de lo cristiano, tal como expresaba magistralmente san Ireneo de Lyon: “Nuestra manera de pensar armoniza con la Eucaristía, y a su vez la Eucaristía confirma nuestra manera de pensar”.

La lógica de lo cristiano es sacramental y paradójica. Sacramental, porque lo invisible se hace presente en lo visible, y paradójica, porque es aparentemente – solo aparentemente – contradictoria. El cristianismo habla, nos recuerda el teólogo Bert Daelemans en un reciente ensayo (“La fuerza de lo débil. Paradoja y teología”, Sal Terrae, Maliaño 2022), de “la plural unidad” de la comunión, de “la inmanencia trascendente” de la creación, de “lo concreto universal” de la encarnación, o de “la entrega vivificadora” de la resurrección.

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11.06.22

La fe de Simone Weil

Hay vidas que, en pocos años, lo dicen todo. La vida terrena de Jesús fue excepcionalmente breve y excepcionalmente fecunda. Y, a mucha distancia de Jesús, otros itinerarios nos recuerdan el suyo. Pascal vivió solo treinta y nueve años (1623-1662). También Simone Weil apenas se detuvo en este mundo: treinta y cuatro años, entre 1909 y 1943.

Su vida fue corta, pero plena. El teólogo Antoine Guggenheim resume, en pocas palabras, la inspiración del pensamiento de esta autora tan singular: “Su filosofía es una indagación personal al servicio de la humanidad, pero, ante todo, de quienes viven el desarraigo de su humanidad a causa de la miseria social, de lo que ella llama esclavitud y del anonadamiento de la desdicha”.

Simone Weil - filósofa, profesora, anarquista, obrera, combatiente contra Franco durante la Guerra Civil - fue una mujer nacida en el seno de una familia judía, aunque educada “fuera de toda religión”. Ella supo percibir que el cristianismo merecía, a pesar de todos los obstáculos que podrían presentarse, un estudio serio.

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14.05.22

El Sagrado Corazón y la dignidad del hombre (sobre la imagen del Sagrado Corazón en Vigo)

“Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna”. De esta manera conmovedora, confiesa Pedro su fe en Jesús, el Santo de Dios. Cada uno de nosotros puede preguntarse: ¿Adónde ir?, ¿cómo orientarnos en medio de la fragmentación que caracteriza el espacio cultural en el que estamos inmersos?, ¿en qué lugar encontrar una palabra que salve la vida?

Como Pedro, hallaremos la respuesta depositando, de modo nuevo, nuestra confianza en Jesús, acercándonos a él, descansando en él. Es lo que el mismo Jesús nos dice en otro pasaje del evangelio: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.

Quien nos invita a ir hacia él es quien, previamente, ha venido a nosotros. Son muchos los que, de un modo u otro, buscan el sentido de su vida; quienes desean saber qué cosas verdaderamente tienen peso; qué merece la pena; cuál es nuestro fin. Las religiones y las filosofías testimonian, incluso en nuestra época post-secular, la persistencia de estos anhelos, más o menos sofocados por la incitación a satisfacer de modo inmediato los caprichos de una voluntad encerrada tantas veces en la burbuja del propio yo.

La singularidad del cristianismo, que hoy ha de resonar para quien esté dispuesto a la escucha como resonó el discurso de Pablo en el Areópago, hace concreta la afirmación de que “Dios no está lejos de ninguno de nosotros”. Dios se aproxima en su “darse, en su revelación, en su advenimiento; en su encarnación. Dios se comunica tal como es: se desvela como misterio que interpela al hombre, como amor entregado. Es esta inaudita cercanía la que hace posible caminar hacia él para encontrar descanso.

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25.04.22

Fiesta de san Telmo

Hoy se celebra en Tui, y en muchos otros lugares, la solemnidad del beato Pedro González Telmo, conocido como san Telmo. Es patrono de la diócesis de Tui-Vigo, de la ciudad de Tui y de los navegantes.

Esta fiesta, el lunes siguiente al lunes de Pascua, pone de relieve que los santos son el fruto de la Pascua. Lo que ha acontecido en Jesucristo, el paso de este mundo al Padre a través de la muerte y la resurrección, acontece también en sus discípulos cuando se vinculan a Él por la fe y los sacramentos, y reflejan esta nueva existencia en sus vidas. La culminación de esta identificación con el Señor tiene lugar, para aquellos que han vivido unidos a Él, en el momento de la muerte. Esto ha sucedido de manera paradigmática con san Telmo.

El Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia dedica una entrada a San Telmo, escrita por el P. Teodoro González García, OP. Merece la pena leerla, ya que nos acerca a la figura del santo. Nacido en Frómista allá por el 1190, estudiante en la recientemente fundada Universidad de Palencia y joven canónigo de la catedral de esta ciudad. Cuando celebraba su nombramiento “montado en un caballo ricamente enjaezado quiso recorrer la ciudad. El caballo se desbocó y le derribó en un lodazal. Oyó burlas y comentarios jocosos. Esto le ayudó a reconsiderar su vida y a darle un nuevo rumbo”.

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