Gracia y libertad

¿El recién nacido no es persona humana?

Comenzamos a tratar aquí de la gracia divina en relación con la libertad humana, lo cual incluirá, esperamos, el tema de la predestinación, desde el punto de vista tomista, citando ampliamente los textos del Magisterio y confiando en que queda claro en cada caso cuándo estamos exponiendo nuestra propia interpretación.

Agradecemos a nuestro compañero Alfonso Gracián el haber suscitado un tema tan importante, que ha tratado en forma tan excelente en sus “posts”.

Si quisiéramos ponerle un acápite a la enseñanza trasmitida en este punto por el Magisterio, se podrían usar las palabras del Papa Francisco: “Dios nos primerea”.

Excelente introducción a todo este tema en el libro de Reginaldo Garrigou – Lagrange O.P.: “ La predestinación de los santos y la gracia .”

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El libre albedrío es esencialmente la capacidad de elegir entre bienes finitos que por serlo no colman la capacidad infinita de querer de la voluntad. La voluntad es el apetito propio de los seres dotados de inteligencia. Esta conoce el ente en toda su generalidad, y por eso mismo, el bien en toda su general, que es propuesto así por la inteligencia a la voluntad como objeto apetecible. El objeto de toda voluntad es por eso el bien como tal, en toda su amplitud. Por eso toda voluntad es libre ante cualquier bien particular, en el sentido de que puede quererlo o no quererlo, querer este bien o aquel otro. Ninguna voluntad es libre ante el bien como tal, como ninguna facultad en general puede tener una relación contingente con el objeto que la especifica y define.

Esto quiere decir que el querer libre es un querer que conserva la indiferencia esencial de la voluntad respecto del objeto querido, no en el sentido de que la voluntad no lo quiera actualmente en vez de no quererlo, sino en el sentido de queaún queriéndolo no lo quiere necesariamente, es decir, en virtud de alguna ordenación necesaria de voluntad como tal a ese bien particular querido de hecho.

Lo cual a su vez quiere decir que la voluntad conserva la capacidad de no querer ese bien particular que de hecho quiere, o de querer otro distinto, en sentido dividido, no en sentido compuesto.

Es decir, no puede al mismo tiempo quererlo y no quererlo, pero aún queriéndolo, no lo quiere necesariamente, y en ese sentido, conserva la capacidad de no quererlo. Así, en sentido compuesto el que está sentado no puede estar de pie (o sea, teniendo en cuenta el hecho de que está sentado y bajo ese aspecto), en sentido dividido (o sea, teniendo en cuenta su capacidad de ponerse de pie), sí puede.

Esto se aplica tanto a la libertad creada como a la libertad divina. La Voluntad divina no es libre respecto del Bien infinito que es Dios mismo: Dios se ama necesariamente a Sí mismo. La voluntad divina, al igual en esto que la creada, es libre respecto de los bienes finitos, contingentes, ante todo, en su caso, porque puede crearlos o no, crear estos o crear aquellos otros. En el caso de la voluntad creada, no es libre tampoco respecto de su objeto propio, que es el bien en general, objeto de nuestro deseo de felicidad, que es necesario.

Esos bienes finitos que la voluntad libre creada puede elegir pueden ser reales o aparentes, esto último explica la posibilidad que tiene la libertad creada de pecar. El pecado, en efecto, es la elección de un bien finito fuera del orden de la ley divina, ley basada en la naturaleza humana y su ordenación a su fin último, y bajo ese aspecto, ese bien finito resulta ser malo, o sea, sólo aparentemente bueno.

La capacidad de pecar no es esencial a la libertad en general (Dios es libre y no puede pecar) ni a la libertad creada como tal (Nuestro Señor Jesucristo, en cuanto hombre, fue libre durante su vida terrena, y no podía pecar, porque es una Persona divina). El pecado es un fallo de la libertad creada, y ningún fallo es esencial a la facultad que así falla. Dios podría haber impedido de hecho todo pecado de la creatura, sin por ello quitarle su libertad, como preservó de todo pecado aún venial durante toda su vida a María Santísima. Si no lo hizo, fue porque no quiso, o sea, porque quiso, no el pecado,sino permitir el pecado, en orden, como no puede ser de otro modo tratándose de Dios, a un bien.


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El pecado original no ha destruido el libre albedrío del hombre.

Véase por ejemplo el Concilio de Trento (1545-1563). XIX ecuménico (contra los innovadores del siglo XVI). SESION VI (13 de enero de 1547). Decreto sobre la justificación.

“D-793 En primer lugar declara el santo Concilio que, para entender recta y sinceramente la doctrina de la justificación es menester que cada uno reconozca y confiese que, habiendo perdido todos los hombres la inocencia en la prevaricación de Adán [Rom. 5, 12; 1 Cor. 15, 22; v. 130], hechos inmundos [Is. 64,4] y (como dice el Apóstol) hijos de ira por naturaleza [Eph.2, 3], según expuso en el decreto sobre el pecado original, hasta tal punto eran esclavos del pecado [Rom. 6, 20] y estaban bajo el poder del diablo y de la muerte, que no sólo las naciones por la fuerza de la naturaleza [Can. 1], mas ni siquiera los judíos por la letra misma de la Ley de Moisés podían librarse o levantarse de ella, aun cuando en ellos de ningún modo estuviera extinguido el libre albedrío [Can. 5], aunque sí atenuado en sus fuerzas e inclinado.”

“D-815 Can. 5. Si alguno dijere que el libre albedrío del hombre se perdió y extinguió después del pecado de Adán, o que es cosa de sólo título o más bien título sin cosa, invención, en fin, introducida por Satanás en la Iglesia, sea anatema.”

“D-816 Can. 6. Si alguno dijere que no es facultad del hombre hacer malos sus propios caminos, sino que es Dios el que obra así las malas como las buenas obras, no sólo permisivamente, sino propiamente y por sí, hasta el punto de ser propia obra suya no menos la traición de Judas, que la vocación de Pablo, sea anatema.”

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Estos cánones de Trento muestran claramente que la permanencia del libre albedrío en el hombre después del pecado original es un dogma de fe, cuya negación es herejía.

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Por el pecado original se pierde un don sobrenatural o preternatural, lo cual, de suyo, no afecta directamente a la naturaleza humana, de la cual el libre albedrío es una propiedad esencial.

Es cierto que la pérdida del don sobrenatural de la justicia original ha dañado a la naturaleza humana, pero no pudo corromperla radicalmente, simplemente porque entonces habría dejado de ser la naturaleza humana y habría pasado a ser otra naturaleza diferente. No se pierde una propiedad esencial a una naturaleza sin que deje de ser esa naturaleza para convertirse en otra, y el libre albedrío es una propiedad esencial de la naturaleza humana.

Lo que sucede es que, pudiendo haber creado al hombre en orden simplemente al fin natural proporcionado a la naturaleza humana, Dios quiso gratuitamente ordenarlo a un fin sobrenatural que supera las capacidades y exigencias de toda naturaleza creada o creable, la participación en la vida divina, la visión de Dios cara a cara.

Esto es importante: la necesidad de la gracia de Dios para la salvación no es exclusivamente una consecuencia del pecado original. Aún sin pecado de por medio, una creatura simplemente no puede llegar a la visión de Dios por sus medios naturales, necesita la gracia sobrenatural.

Después del pecado original, la gracia tiene también para el hombre un efecto de reconciliación con Dios y de reparación de las consecuencias del pecado, así como de liberación de la voluntad humana.

De hecho el ser humano fue dotado desde su creación con una gracia sobrenatural que debería haber trasmitido a sus descendientes por generación si no la hubiese perdido por el pecado original originante, de modo que lo que hecho heredamos de nuestros primeros padres no es la naturaleza humana sin más, sino la naturaleza humana privada culpablemente del don de gracia que en el orden de hecho instituido por Dios al crear el mundo es necesaria para la amistad con Dios. Eso es el pecado original originado.

De todo esto se sigue que después de perdida la gracia de la justicia original por el pecado original nuestro libre albedrío, aún herido y disminuido por el pecado, que introduce el desorden interior con la rebeldía de las pasiones al dictamen de la razón, sigue siendo capaz de elegir el bien en el plano natural, pero ha quedado absolutamente incapacitado de hacer obras buenas meritorias en el plano sobrenatural, que es donde se decide nuestra salvación o condenación eterna ya que de hecho, como dijimos, Dios ha querido que nuestro único fin último de hecho alcanzable en concreto sea el fin último sobrenatural.

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Así lo dice también el Concilio de Trento:

“D-817 Can. 7. Si alguno dijere que las obras que se hacen antes de la justificación, por cualquier razón que se hagan, son verdaderos pecados o que merecen el odio de Dios; o que cuanto con mayor vehemencia se esfuerza el hombre en prepararse para la gracia, tanto más gravemente peca, sea anatema.”

Es dogma de fe, por tanto, que no todo lo que hace el ser humano, después del pecado original y antes de la justificación, o sea, sin poseer la gracia santificante o habitual, es pecado.

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Por la misma razón, nuestro libre albedrío, después del pecado original es incapaz de evitar todo pecado mortal a lo largo de toda la vida sin la ayuda de la gracia, si bien frente a cada pecado aisladamente considerado conserva la capacidad de cometerlo o no.

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Así lo enseña el XVI CONCILIO DE CARTAGO, año 418. Aprobado respectivamente por los Papas Inocencio I y Zósimo [Contra los pelagianos]

“D-105 Can. 5. Igualmente plugo: Quienquiera dijere que la gracia de la justificación se nos da a fin de que más fácilmente podamos cumplir por la gracia lo que se nos manda hacer por el libre albedrío, como si, aun sin dársenos la gracia, pudiéramos, no ciertamente con facilidad, pero pudiéramos al menos cumplir los divinos mandamientos, sea anatema. De los frutos de los mandamientos hablaba, en efecto, el Señor, cuando no dijo: «Sin mí, más difícilmente podéis obrar», sino que dijo: Sin mí, nada podéis hacer [Ioh. 15,5].”

Habiendo sido aprobado este Concilio por los Papas, su alcance se vuelve universal, y por tanto, sus anatemas estarían definiendo un dogma de fe.


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Santo Tomás explica (I-IIae, q. 109, a. 8)que después del pecado original, el libre albedrío de la voluntad humana es capaz de evitar algunos pecados por algún tiempo, pero no todos los pecados, siempre, sin la ayuda de la gracia sobrenatural:

“El hombre puede evitar cada uno de los pecados en particular; pero para evitarlos todos necesita la gracia, como acabamos de decir. Sin embargo, si no se dispone para recibir la gracia, es por culpa suya. Por eso no queda exento de pecado por el hecho de que no pueda evitar el pecado sin la gracia.”

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Es absolutamente necesaria entonces la gracia de Dios, después del pecado original, para evitar todo pecado y para realizar actos meritorios de la vida eterna.

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Así lo enseña también el Concilio de Trento:

“D-812 Can. 2 . Si alguno dijere que la gracia divina se da por medio de Cristo Jesús sólo a fin de que el hombre pueda más fácilmente vivir justamente y merecer la vida eterna, como si una y otra cosa las pudiera por medio del libre albedrío, sin la gracia, si bien con trabajo y dificultad,sea anatema.”

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La gracia divina puede ser gracia actual o gracia habitual. La gracia habitual es la gracia santificante que es un accidente permanente en el alma del justo, que lo hace hijo y amigo de Dios, partícipe de la naturaleza divina. La gracia actual es una moción divina de la inteligencia o la voluntad que posibilita al hombre realizar acciones conducentes a la salvación eterna. En el adulto que se convierte a la fe cristiana y se bautiza, la gracia actual precede a la gracia habitual, pues ella es la que inspira los actos del hombre hasta llegar al bautismo, en el que le es infundida la gracia habitual.

Dios quiere que todos los hombres que ha creado se salven. Por eso da a todos la gracia suficiente para que puedan cumplir los mandamientos divinos. Como dice San Agustín, Dios no manda lo imposible, y por tanto, si manda algo, es porque da también la posibilidad de cumplir con eso que Él manda, a eso es a lo que llamamos “gracia suficiente”.

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Así lo enseña el Concilio de Quiersy, año 853 (Contra Gottschalk y los predestinacianos):

“D-318 Cap. 3. Dios omnipotente quiere que todos los hombres sin excepción se salven [1 Tim. 2, 4], aunque no todos se salvan. Ahora bien, que algunos se salven, es don del que salva; pero que algunos se pierdan, es merecimiento de los que se pierden.”

“D-319 Cap. 4. Como no hay, hubo o habrá hombre alguno cuya naturaleza no fuera asumida en él; así no hay, hubo o habrá hombre alguno por quien no haya padecido Cristo Jesús Señor nuestro , aunque no todos sean redimidos por el misterio de su pasión. Ahora bien, que no todos sean redimidos por el misterio de su pasión, no mira a la magnitud y copiosidad del precio, sino a la parte de los infieles y de los que no creen con aquella fe que obra por la caridad [Gal. 5, 6]; porque la bebida de la humana salud, que está compuesta de nuestra flaqueza y de la virtud divina, tiene, ciertamente, en sí misma, virtud para aprovechar a todos, pero si no se bebe, no cura.”

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Según esto, es por lo menos Magisterio Ordinario de la Iglesia que Cristo murió por todos los hombres absolutamente.

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CONCILIO DE TRENTO, 1545-1563, XIX ecuménico (contra los innovadores del siglo XVI). SESION VI (13 de enero de 1547). Decreto sobre la justificación

D-827 Can. 17. Si alguno dijere que la gracia de la justificación no se da sino en los predestinados a la vida, y todos los demás que son llamados, son ciertamente llamados, pero no reciben la gracia, como predestinados que están al mal por el poder divino, sea anatema [cf. 800].”

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Es dogma de fe, por tanto, por el Concilio de Trento, que la gracia de la justificación (gracia santificante o gracia habitual) no se da solamente en los predestinados.

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[Cinco] errores de Cornelio Jansenio [Extractados del Augustinus y condenados en la Constitución Cum occasione, de Inocencio X, de 31 de mayo de 1653]

D-1096 5. Es semipelagiano decir que Cristo murió o que derramó su sangre por todos los hombres absolutamente. Declarada y condenada como falsa, temeraria, escandalosa y, entendida en el sentido de que Cristo sólo murió por la salvación de los predestinados, impía, blasfema, injuriosa, que anula la piedad divina, y herética.

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Es dogma de fe, entonces, por esta condena de Jansenio, que Cristo no murió solamente por la salvación de los predestinados.

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ALEJANDRO VIII - Errores de los jansenistas [Condenados en el Decreto del Santo Oficio de 7 de diciembre de 1690]

“D-1294 4. Cristo se dio a sí mismo como oblación a Dios por nosotros, no por solos los elegidos, sino por todos y solos los fieles.”

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Se trata de 31 tesis, y la condena es global:

“Condenadas y prohibidas como temerarias., escandalosas, mal sonantes, injuriosas, próximas a la herejía, erróneas, cismáticas y heréticas respectivamente.”

Es al menos erróneo, entonces, decir que Cristo se entregó solamente por los fieles.

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[Cinco] errores de Cornelio Jansenio[Extractados del Augustinus y condenados en la Constitución Cum occasione, de Inocencio X, de 31 de mayo de 1653]

“D-1092 1. Algunos mandamientos de Dios son imposibles para los hombres justos, según las fuerzas presentes que tienen, por más que quieran y se esfuercen; les falta también la gracia con que se les hagan posibles.

Declarada y condenada como temeraria, impía, blasfema, condenada con anatema y herética.

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Es dogma de fe, por tanto, que a todos los hombres, después del pecado original, se les da la gracia suficiente para que puedan cumplir con los mandamientos divinos.

Parece imposible sostener que Cristo no murió por todos los hombres absolutamente, sin contradecir, por tanto, este dogma de fe.

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El problema es que la gracia suficiente es suficiente para darnos la capacidad de hacer el bien, que es todo lo necesario para que sea verdad que Dios no manda lo imposible. Pero no es suficiente para que hagamos de hecho el bien. Es evidente que no es necesario que hagamos algo para que sea verdad que podemos hacerlo.

Esto se ve claro por el caso de los que rechazan la gracia suficiente. Si Dios da todos los hombres la gracia suficiente para que puedan siempre hacer el bien y evitar el mal, y de hecho algunos pecan y hasta se condenan, entonces es claro que u na cosa es asegurar la capacidad de hacer el bien y evitar el mal, y otra cosa es asegurar que el bien se haga y el mal se evite de hecho.

Que la gracia de Dios puede ser rechazada y de hecho lo es, es parte de la fe católica:

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Errores de Cornelio Jansenio [Extractados del Augustinus y condenados en la Constitución Cum occasione, de Inocencio X, de 31 de mayo de 1653]

“D-1093 2. En el estado de naturaleza caída, no se resiste nunca a la gracia interior.”

Declarada y condenada como herética.

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Es dogma de fe, entonces, que en el estado de naturaleza caída el hombre puede resistir y de hecho resiste a veces a la gracia interior.

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Errores de Pascasio Quesnel [Condenados en la Constitución dogmática Unigenitus de Clemente XI, del 8 de septiembre de 1713]

“D-1360 10. La gracia es operación de la mano de Dios omnipotente, a la que nada puede impedir o retardar.”

“D-1361 11. La gracia no es otra cosa que la voluntad de Dios omnipotente que manda y hace lo que manda.”

“D-1363 13. Cuando Dios quiere salvar al alma y la toca con la interior mano de su gracia, ninguna voluntad humana le resiste.”

“D-1380 30. Todos los que Dios quiere salvar por Cristo, se salvan infaliblemente.”

La condena es global, como la anterior (se trata en su totalidad de 101 tesis):

“Declaradas y condenadas respectivamente como falsas, capciosas, malsonantes, ofensivas a los piadosos oídos, escandalosas, perniciosas, temerarias, injuriosas a la Iglesia y a su práctica, contumeliosas no sólo contra la Iglesia, sino también contra las potestades seculares sediciosas, impías, blasfemas, sospechosas de herejía y que saben a herejía misma, que además favorecen a los herejes y a las herejías y también al cisma, erróneas, próximas a la herejía, muchas veces condenadas, y por fin heréticas, que manifiestamente renuevan varias herejías, y particularmente las que se contienen en las famosas proposiciones de Jansenio y tomadas precisamente en el sentido en que éstas fueron condenadas.”

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Por otra parte, si la gracia divina no tiene eficacia alguna en nuestro obrar cabe preguntarse cuál sería su función. ¿Y cuál es la eficacia de la gracia suficiente, si de dos personas que reciben la misma gracia suficiente, una obra bien, de modo que se salva, y otra no, de modo que se condena?

El Magisterio de la Iglesia enseña que existe una gracia que por la descripción que se hace de la misma es claro que se trata de la gracia eficaz, es decir, una gracia que da al hombre no solamente el poder obrar bien, como la gracia suficiente, sino el mismo obrar bien:

«Indículo» sobre la gracia de Dios, o «Autoridades de los obispos anteriores de la Sede Apostólica» (431). Señalado por el Papa Hormisdas como expresión fiel de la fe católica.

“D-134 Cap. 5. Todas las intenciones y todas las obras y merecimientos de los Santos han de ser referidos a la gloria y alabanza de Dios, porque nadie le agrada, sino por lo mismo que El le da. Y a esta sentencia nos endereza la autoridad canónica del papa Zósimo, de feliz memoria, cuando dice escribiendo a los obispos de todo el orbe (5): «Nosotros, empero, por moción de Dios (puesto que todos los bienes han de ser referidos a su autor, de donde nacen), todo lo referimos a la conciencia de nuestros hermanos y compañeros en el episcopado». Y esta palabra, que irradia luz de sincerísima verdad, con tal honor la veneraron los obispos de África, que le escribieron al mismo Zósimo: «Y aquello que pusiste en las letras que cuidaste de enviar a todas las provincias, diciendo: “Nosotros, empero, por moción de Dios, etc.", de tal modo entendimos fue dicho que, como de pasada, cortaste con la espada desenvainada de la verdad a quienes contra la ayuda de Dios exaltan la libertad del humano albedrío. Porque ¿ qué cosa hiciste jamás con albedrío tan libre como el referirlo todo a nuestra humilde conciencia? Y, sin embargo, fiel y sabiamente viste que fue hecho por moción de Dios, y veraz y confiadamente lo dijiste. Por razón, sin duda, de que la voluntad es preparada por el Señor [Prov. 8, 35: LXX]; y para que hagan algún bien, El mismo con paternas inspiraciones toca el corazón de sus hijos. Porque quienes son conducidos por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios [Rom. 8, 14]; a fin de que ni sintamos que falta nuestro albedrío ni dudemos que en cada uno de los buenos movimientos de la voluntad humana tiene más fuerza el auxilio de El ».”

“D-135 Cap. 6. Dios obra de tal modo sobre el libre albedrío en los corazones de los hombres que, el santo pensamiento, el buen consejo y todo movimiento de buena voluntad procede de Dios, pues por El podemos algún bien, sin el cual no podemos nada [cf. Ioh. 15, 5].”

“D-139 Cap. 8 (1). Mas aparte de estas inviolables definiciones de la beatísima Sede Apostólica por las que los Padres piadosísimos, rechazada la soberbia de la pestífera novedad, nos enseñaron a referir a la gracia de Cristo tanto los principios de la buena voluntad como los incrementos de los laudables esfuerzos, y la perseverancia hasta el fin en ellos, consideremos también los misterios de las oraciones sacerdotales que, enseñados por los Apóstoles, uniformemente se celebran en todo el mundo y en toda Iglesia Católica, de suerte que la ley de la oración establezca la ley de la fe.”

“D-141 En conclusión, por estas reglas de la Iglesia, y por los documentos tomados de la divina autoridad, de tal modo con la ayuda del Señor hemos sido confirmados, que confesamos a Dios por autor de todos los buenos afectos y obras y de todos los esfuerzos y virtudes por los que desde el inicio de la fe se tiende a Dios , y no dudamos que todos los merecimientos del hombre son prevenidos por la gracia de Aquel, por quien sucede que empecemos tanto a querer como a hacer algún bien [cf. Phil 2, 13].”

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II CONCILIO DE ORANGE, 529 (en la Galia) Confirmado por Bonifacio II (contra los semipelagianos)

D-182 Can. 9. «Sobre la ayuda de Dios. Don divino es el que pensemos rectamente y que contengamos nuestros pies de la falsedad y la injusticia; porque cuantas veces bien obramos, Dios, para que obremos, obra en nosotros y con nosotros».

D-193 Can. 20. «Que el hombre no puede nada, bueno sin Dios. Muchos bienes hace Dios en el hombre, que no hace el hombre; ningún bien, empero, hace el hombre que no otorgue Dios que lo haga el hombre».

D-196 Can. 23. «De la voluntad de Dios y del hombre. Los hombres hacen su voluntad y no la de Dios, cuando hacen lo que a Dios desagrada; mas cuando hacen lo que quieren para servir a la divina voluntad, aun cuando voluntariamente hagan lo que hacen; la voluntad, sin embargo, es de Aquel por quien se prepara y se manda lo que quieren».

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En cuanto al Concilio de Orange, tengamos en cuenta que fue confirmado por el Papa Bonifacio II, por lo que dice el Enchiridion de Denzinger:

“Este Concilio aprobado por Bonifacio II alcanzó tanta autoridad en la Iglesia que con razón se tiene por regla infalible de la fe.

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Sin embargo, bajo esta misma moción eficaz de la gracia, la voluntad coopera activamente, y conserva la capacidad de disentir, como enseña el Concilio de Trento:

“D-814 Can. 4. Si alguno dijere que el libre albedrío del hombre, movido y excitado por Dios, no coopera en nada asintiendo a Dios que le excita y llama para que se disponga y prepare para obtener la gracia de la justificación, y que no puede disentir, si quiere, sino que, como un ser inánime, nada absolutamente hace y se comporta de modo meramente pasivo, sea anatema.”

Habla de la gracia eficaz, porque no se trata sólo de que la voluntad pueda moverse hacia la justificación, sino de que se mueve de hecho hacia ella, coopera, y no solamente puede cooperar, hace, y no solamente puede hacer.

Y bajo esa gracia eficaz dice que el libre albedrío del hombre conserva la capacidad de disentir.

Ahí mismo, por otra parte, habla del libre albedrío del hombre, “movido y excitado por Dios”.

Continuará, Dios mediante.

39 comentarios

  
Alonso Gracián
Estupendo post, Néstor, me alegra sobremanera que trates este tema, tan necesario.

Fascinante es el misterio de la eficacia de la gracia, y es importante hablar de ello, para que resplandezca de qué manera el auxilio sobrenatural activa y fortalece nuestra libertad sin forzarla, como decía León XIII en ese pasaje tan memorable de Libertas 6:

""A esta regla de nuestras acciones, a este freno del pecado, la bondad divina ha añadido ciertos auxilios especiales, aptísimos para dirigir y confirmar la voluntad del hombre. El principal y más eficaz auxilio de todos estos socorros es la gracia divina, la cual, iluminando el entendimiento y robusteciendo e impulsando la voluntad hacia el bien moral, facilita y asegura al mismo tiempo, con saludable constancia, el ejercicio de nuestra libertad natural. Es totalmente errónea la afirmación de que las mociones de la voluntad, a causa de esta intervención divina, son menos libres. Porque la influencia de la gracia divina alcanza las profundidades más íntimas del hombre y se armoniza con las tendencias naturales de éste, porque la gracia nace de aquel que es autor de nuestro entendimiento y de nuestra voluntad y mueve todos los seres de un modo adecuado a la naturaleza de cada uno. Como advierte el Doctor Angélico, la gracia divina, por proceder del Creador de la Naturaleza, está admirablemente capacitada para defender todas las naturalezas individuales y para conservar sus caracteres, sus facultades y su eficacia."

Gracias, y saludos cordiales

19/08/14 9:22 AM
  
Alonso Gracián
Me ha gustado, Néstor, por cierto, como se afirma en el post la eficacia:

"Habla de la gracia eficaz, porque no se trata sólo de que la voluntad PUEDA moverse hacia la justificación, sino de que se mueve DE HECHO hacia ella"

Es sumamente importante la distinción que has realizado.

Los semipelagianos, por cierto, negaban de hecho la existencia de gracias eficaces in actu primo

En su certero trabajo sobre la gracia, "Dios santificador: I la gracia", edit Palabra, Ibáñez y Mendoza, pag. 127 cualifican la tesis de "teológicamente cierta" y la formulan así:

"En el estado de naturaleza caída y reparada, Dios da a los hombres gracias eficaces cuyo efecto aunque cuenta con el consentimiento humano, está infaliblemente unido a éste, por la naturaleza misma de esa gracia, antecediendo a dicho consentimiento"

Su censura es calificada de error en teología.

Es un tema maravilloso este.

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Dato interesante. En "La fe divina y católica de la Iglesia", los mismos autores ponen esta tesis como "doctrina católica" y su contraria como "error en doctrina católica" (p. 115):

"La gracia actual, de manera inmediata e intrínseca, ilumina el entendimiento y mueve la voluntad en orden a realizar actos sobrenaturales".

La referencia es al segundo Concilio de Orange, a Trento, y al Vaticano I, y los adversarios, los pelagianos y los semipelagianos.

Saludos cordiales.
19/08/14 2:43 PM
  
Luis Fernando
Es que no es lo mismo poder rechazar una gracia eficaz -lo cual es doctrina católica- que, de hecho, rechazarla. Sobre todo si esa gracia tiene como uno de sus fines hacer que no la rechaces -lo cual es también doctrina católica-.

“Gracia que no es rechazada por ningún corazón duro, pues precisamente se da para que primeramente sea quitada la dureza de corazón “·(San Agustín. De praedestinatione sanctorum, 8)

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Exacto. ¡Te has anticipado a la segunda parte :)!

Saludos cordiales.
19/08/14 3:23 PM
  
Luis Fernando
No, si al final va a resultar que se me ha concedido saber algo de estas cosas.

¡Qué bueno es el Señor conmigo!
19/08/14 3:45 PM
  
Eduardo
Buen post, espero la segunda parte.

Saludos.
19/08/14 6:35 PM
  
Cos
Gracias por la entrada. Ahora lo he entendido mucho mejor.
19/08/14 9:39 PM
  
Antonio1
Y se alcanza la más alta cuando se convierte en convivencia con Dios. Precisamente aquí "La persona puede y debe ser la síntesis de todas esas etapas de la creación. Puede y debe llegar hasta el Dios vivo y devolverle lo que procede de Él. Ya hemos dicho que el factor libertad entra en la dinámica de cada existencia, y este factor se opone a la predestinación absoluta.

En la concepción cristiana de Dios no existe una fijación rígida para la vida. Porque ese Dios es tan grande y tan dueño de todo, es por naturaleza tan amante de la libertad que puede introducir la autodeterminación en la vida del ser humano. Aunque siempre mantenga en sus manos la vida de esa persona, y la abarque y la sustente, la libertad no es pura ficción. Llega tan lejos que el ser humano puede arruinar incluso el proyecto divino."

Joseph Ratzinger.

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Exacto. Eso es lo que hemos comenzado a decir en esta parte del trabajo y lo que continuaremos diciendo Dios mediante en lo que sigue: "Dios introduce la autodeterminación en la vida del ser humano". Ése es el sentido de la gracia eficaz tomista. Como enseña Santo Tomás, Dios es "tan" Omnipotente ("tan grande y tan dueño de todo", dice Ratzinger), que hace libre lo libre, y necesario lo necesario: su causalidad creadora se extiende hasta el modo mismo, hasta los últimos detalles, del ser y del obrar de la creatura, incluido el libre albedrío del acto de la voluntad creada.

En cuanto a cuál es el sentido reprobable de "predestinación absoluta" y cómo y en qué sentido es que el hombre puede arruinar el plan divino, ver la segunda parte, próximamente aquí, Dios mediante.

Saludos cordiales.

19/08/14 11:50 PM
  
Gustavo
Lo que sucede es que, pudiendo haber creado al hombre en orden simplemente al fin natural proporcionado a la naturaleza humana, Dios quiso gratuitamente ordenarlo a un fin sobrenatural que supera las capacidades y exigencias de toda naturaleza creada o creable, la participación en la vida divina, la visión de Dios cara a cara.
Esto es importante: la necesidad de la gracia de Dios para la salvación no es exclusivamente una consecuencia del pecado original. Aún sin pecado de por medio, una creatura simplemente no puede llegar a la visión de Dios por sus medios naturales, necesita la gracia sobrenatural._____________

Como explico de Lubac Dios no creo al hombre en un estado de naturaleza pura, sino que por Gracia doto a Adán y Eva de la filiciacion divina. Lo que sabemos es que cuando Dios ha creado seres personales los ha ordenado siempre a un fin sobrenatural, por lo que decir que Dios puede ordenar seres personales a un orden natural exclusivamente es meramente una hipótesis teológica sobre un caso hipotético que jamas ha existido. En fin, muy interesante su articulo pero creo que seria bueno completarlo dando a conocer la hipótesis contraria, ambas legitimas, respecto al deseo natural de ver a Dios.

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No es De Lubac el que dice que Dios no creó al hombre en estado de naturaleza pura, sino simplemente la doctrina católica. Lo que dice De Lubac es que Dios no pudo crear al hombre en estado de naturaleza pura, que es otra cosa diferente.

Todo católico debe aceptar que el estado de naturaleza pura, es decir, del hombre creado en orden a un fin puramente natural, nunca ha existido de hecho, ni existirá; casi todos los tomistas, excepto tal vez Cayetano y otros, aceptan que en Santo Tomás se afirma un deseo natural del fin sobrenatural en el hombre, pero hay un consenso mayoritario, por lo menos, en la teología tradicional acerca de que el hombre tiene de suyo un fin natural y que es solamente un dato de hecho, en el estado actual, que dicho fin natural quede inoperante, por así decir, "subsumido" bajo el fin sobrenatural. De Lubac, por el contrario, niega la posibilidad de un fin puramente natural para el hombre.

Al respecto dijo Pío XII en la Encíclica “Humani Generis” de 1950, sobre los errores de la “Nueva Teología”:

“Otros desvirtúan el concepto del carácter gratuito del orden sobrenatural, pues defienden que Dios no puede crear seres inteligentes sin ordenarlos y llevarlos a la visión beatífica.”

O sea, niegan la posibilidad del estado de “naturaleza pura”.

La respuesta de De Lubac es que la naturaleza humana tal como la conocemos no podría haber sido creada en orden a un fin puramente natural, pero otra naturaleza humana diferente sí.

A eso le objetamos que otra naturaleza diferente por definición no es humana. Como enseñan Aristóteles y Santo Tomás, las naturalezas de las cosas son como los números: la adición y la sustracción cambian la especie. El 6 no es un 5 más grande, o diferente, sino otro número. Y si a una esencia se le cambia un carácter constitutivo, se tiene otra esencia, no otra versión de la primera.

Sin duda que Santo Tomás afirma un deseo natural del fin sobrenatural en el hombre, pero la discusión entre la teología tradicional y De Lubac en este punto es que la primera lo entiende como condicionado ("si pudiera, quisiera ver a Dios") e ineficaz (no produce exigencia, no se vuelve absurda la naturaleza humana si de hecho no tiene la posibilidad de ver a Dios), y por tanto, compatible con el estado (hipotético, sin duda) de “naturaleza pura”, mientras que para De Lubac es absoluto y eficaz, e incompatible por tanto con dicho estado.

El problema con esta postura de De Lubac es que al final lo sobrenatural termina siendo parte de la naturaleza humana, es decir, termina siendo natural. Los extremos se tocan. Queriendo subrayar lo sobrenatural, esta postura lo naturaliza.

En efecto, aquello que una naturaleza no puede no tener en ninguna hipótesis, es constitutivo suyo, y por tanto, natural.

En el libro de Sayés, “La gracia de Cristo”, de la BAC, hay un largo apéndice que muestra cómo de la tesis de De Lubac se ha seguido en la teología contemporánea todo lo contrario de lo que De Lubac quería: la naturalización de lo sobrenatural, el auge del pelagianismo, las teologías inmanentistas, hasta la misma “teología de la liberación”.

Saludos cordiales.
20/08/14 2:13 AM
  
ult
Me agrada este post en el que señalas los límites que impone la doctrina católica a la interpretación de la doctrina de la predestinación, límites en los que no podía estar más de acuerdo.

Presiento que a partir de aquí empieza mi discrepancia, con el asunto de que intentes explicar cómo la gracia suficiente que Dios da a todos porque quiere la salvación de todos, en realidad no es suficiente para nadie a menos que le dé la gracia eficaz que no piensa darle más que a los que ha decidido de antemano que los va a predestinar a la salvación.
Eso es hacer un paripé de la gracia suficiente que dice la Iglesia que Dios ofrece a todos, puesto que no es suficiente para que la puedan aceptar y la rechazarán todos los que no hayan recibido también la eficaz.
Entonces resulta que la suficiente para salvarse sería la eficaz y esa sería la que Dios tendría que ofrecer a todos si su voluntad salvifica es universal si como decís la suficiente no es suficiente para nadie, que ya tiene guasa que la llamen suficiente en ese caso.
Pero en realidad eso de que la gracia suficiente no pueda ser nunca suficiente a menos que estés predestinado porque entonces te ofrecerán la eficaz que no le ofrecen a los otros, eso no lo dice ningún dogma, parece ser que lo decís vosotros en nombre del tomismo, pero parece bastante contradictorio.
Saludos en Cristo.

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Para no anticipar toda la segunda parte en la respuesta, demos solamente un "hint": la gracia suficiente es suficiente para aquello para lo que es necesaria: que el hombre pueda hacer el bien, pueda cumplir los mandamientos, porque "Dios no manda lo imposible" (San Agustín).

Otro asunto es cumplir los mandamientos de hecho. Poder hacer es una cosa, hacer, otra. Como digo en el "post": para que alguien pueda hacer algo, no es necesario que lo haga.

En cuanto a la diferencia entre la gracia suficiente y la eficaz en el Magisterio, yo la veo allí donde dice, por un lado, que a veces de hecho el hombre resiste la gracia (gracia suficiente) y por otro lado, que a veces la gracia mueve (no solamente "puede mover") al libre albedrío (gracia eficaz).

Agreguemos que el molinismo también acepta la distinción entre gracia suficiente y gracia eficaz (obviamente, la explica en modo distinto, como veremos), y la predestinación infalible de sólo los elegidos.

Saludos cordiales.
20/08/14 2:18 AM
  
Ramontxu
La libertad no es tal si no está condicionada. No podemos elegir sin deseos, tendencias, impulsos que nos empujan a una cosa o a otra. De no ser así, no estaríamos hablando de libertad, sino de azar.

Los cristianos llamáis Gracia a los impulsos buenos, que nos invitan a hacer el bien e incluso se puede decir que causan nuestras decisiones buenas.

Pero, ¿de dónde vienen los impulsos malos? En el artículo no encuentro ninguna explicación. No hay duda de que los impulsos malos están ahí, pero no pueden venir del libre albedrío como tal, porque el libre albedrío es la capacidad de elegir entre dejarse llevar por unos u otros impulsos y deseos, pero no los causa. El egoísmo, por ejemplo, es anterior a una decisión egoísta.

¿De dónde proceden, pues, los impulsos malos?

Y, si la Gracia les quita el mérito a nuestras decisiones buenas, ¿no se deduce que nuestros impulsos malos niegan la culpa a nuestras malas decisiones?

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Es cierto que la libertad humana está condicionada, pero eso no pertenece a la razón de la libertad como tal, en Dios hay suma libertad y no hay condicionamiento alguno. Sí es cierto que toda libertad tiene un límite al menos, que es el principio de no contradicción: la misma libertad divina no se extiende a que Dios pueda existir y no existir al mismo tiempo, por ejemplo.

Pero en el hombre, lo que tenemos de libre es lo que tenemos de no condicionado, o sea, la capacidad de determinar por nosotros mismos si obramos o no, y si hacemos esto o aquello.

Obviamente, la libertad humana se ve solicitada por tendencias, deseos, etc. Pero su ser “libertad” está justamente en que es ella la que determina si seguir esas tendencias y deseos, o no, y cuáles seguir y cuáles no seguir.

No es azar, precisamente porque aquí hay una causa precisa y determinada: la persona dotada de inteligencia y voluntad, y por tanto, de libre albedrío.

Los impulsos buenos que experimentamos pueden ser de origen natural o sobrenatural, sólo en este último caso, si son buenos, además, se los puede incluir en la gracia, y además, no siempre la gracia produce en nosotros un impulso sensible, precisamente porque es sobrenatural y por tanto de suyo no es experimentable por nosotros, aunque sí a veces en sus efectos.

Los impulsos malos proceden de la imperfección de nuestra naturaleza de creaturas, teniendo en cuenta además la herencia concreta, de hecho, del pecado original, y también de la tentación externa de otros seres humanos, o de los ángeles caídos.

Nada que sea anterior a la intervención de nuestra libre voluntad puede ser pecado. Por eso, si tengo impulsos egoístas involuntarios, eso muestra la imperfección de mi naturaleza, pero no hay pecado hasta que la voluntad no consiente en actuar egoísticamente, en base a esos impulsos.

Otra cosa es si esos impulsos egoístas o del tipo negativo que sea son consecuencia en mí de decisiones libres mías anteriores, como sucede con todos los vicios. En ese caso, soy culpable “in causa”.

Lo que enseña la Iglesia es que sin la gracia sobrenatural no puedo, al menos por largo tiempo evitar dar el libre consentimiento a los malos impulsos, y pecar.

La gracia divina es la fuente última del mérito de nuestras buenas obras, cuando éstas merecen la salvación eterna. Como le dice la Iglesia a Dios en la liturgia: "Coronando nuestros méritos, coronas tus dones". Porque como digo en otra respuesta, con su gracia eficaz Dios no anula, sino que activa, nuestra libertad, que es, recordemos, siempre una libertad creada.

Por el contrario, los impulsos malos no nos hacen actuar, sino que sólo nos incitan, a veces muy fuertemente, a actuar, que actuemos o no depende de nuestro libre albedrío.

Saludos cordiales.
20/08/14 9:24 AM
  
Luis Fernando
Cuando se expone la doctrina católica según la explica Santo Tomás de Aquino -y en eso se incluye la cuestión de la gracia y la libertad-, los católicos deberíamos tener en cuenta declaraciones magisteriales pontificias como las siguientes...:

“Los puntos más importantes de la filosofía de Santo Tomás no deben ser considerados como algo opinable, que se pueda discutir, sino que son como los fundamentos en los que se asienta toda la ciencia de lo natural y de lo divino. Si se rechazan estos fundamentos o se los pervierte, se seguirá necesariamente que quienes sigan las ciencias sagradas ni siquiera podrán captar el significado de las palabras con que el Magisterio de la Iglesia expone los dogmas revelados por Dios” (Pío X, Motu proprio Doctoris Angelici, 1914).

“Pero muy por encima de todos los doctores escolásticos brilla Santo Tomás de Aquino, como príncipe y Maestro de todos; el cual, como advierte Cayetano, ‘por la gran veneración que tuvo a los antiguos Doctores sagrados, recibió como en herencia la inteligencia de todos’. Sus doctrinas como miembros dispersos de un cuerpo, Tomás las reunió y congregó en uno, las dispuso con orden admirable, y de tal modo las aumentó con nuevos principios que con razón y justicia es tenido por singular defensor y honra de la Iglesia Católica... Nos, pues, mientras manifestamos que recibimos de buen grado y con gratitud todas las doctrinas científicas y todos los célebres inventos, de cualquier origen, a vosotros todos, Venerables Hermanos, con grave empeño os exhortamos a que, para defensa y gloria de la fe católica, bien de las sociedades e incremento de todas las ciencias, renovéis y propaguéis, cuanto posible sea, la áurea sabiduría de Santo Tomás;...” (León XIII, “Aeterni Patris” 12 y 21)

... y también la del último concilio ecuménico:

"Para explicar de la forma más completa posible los misterios de la salvación aprendan los alumnos a profundizar en ellos y a descubrir su conexión, por medio de la especulación, bajo el magisterio de Santo Tomás" (Optatam Totius 16).

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Agréguese el canon 252,3 del Código de Derecho Canónico, sobre la formación de los aspirantes al sacerdocio:

"§ 3. Ha de haber clases de teología dogmática, fundada siempre en la palabra de Dios escrita, juntamente con la sagrada Tradición, con las que los alumnos conozcan de modo más profundo los misterios de salvación, teniendo principalmente como maestro a santo Tomás; y también clases de teología moral y pastoral, de derecho canónico, de liturgia, de historia eclesiástica y de otras disciplinas, auxiliares y especiales, de acuerdo con las normas del Plan de formación sacerdotal."
20/08/14 12:50 PM
  
Ramontxu
Si los impulsos malos proceden de:

- la imperfección de nuestra naturaleza de creaturas (de Dios),
- el pecado original (cometido por creaturas de Dios),
- la tentación externa de otros seres humanos (creados por Dios)
- los ángeles caídos (creados por Dios),

¿no se sigue que los impulsos malos proceden de Dios?

Incluso si decimos que los impulsos malos no son una tendencia, sino una carencia, ¿no es Dios es que nos ha creado (a nosotros, a Adan y Eva, a los ángeles...)con esa carencia?

Aunque reduzcamos la culpa a nuestros primeros padres y a los ángeles caídos, alguna tendencia (o carencia) tendría que haber en ellos para que decidieran pecar. De lo contrario, ¿en base a qué iban a elegir pecar en lugar de no pecar? Si el pecado de los ángeles caídos fue de soberbia, eso sólo puede ser porque la soberbia ya estaba en ellos (creada por Dios) antes de que tomaran una decisión.


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Toda naturaleza creada es por definición imperfecta, porque es solamente una participación en la Perfección absoluta que es solamente Dios.

Pero eso no quiere decir que sea mala. El mal es la carencia de un bien exigido por la naturaleza del ente en cuestión. Y la naturaleza de la creatura no exige la Perfección absoluta propia de Dios, al contrario, la excluye.

Si por imposible la creatura se transformara en Dios, eso sería malo para ella, paradójicamente, pues la destruiría, dejaría de existir como tal creatura y perdería por ello el bien finito que le corresponde, exigido, esta vez sí, por su naturaleza creada.

Otra cosa es que, según la Revelación, estamos llamados a participar de la naturaleza divina y ya lo hacemos por el bautismo: eso no nos convierte en Dios sustancialmente hablando, seguimos siendo seres finitos.

Pero sí es cierto que la imperfección de la creatura es la condición de posibilidad del mal, pues el mal es absolutamente imposible en el Bien mismo subsistente, que es Dios.

Y con todo, “condición de posibilidad del mal” y “mal” no son lo mismo. Todos podemos hacer el mal, pero eso solo no quiere decir que lo hagamos.

El mal se da cuando de hecho se produce la privación del bien exigido por la naturaleza del ente en cuestión. Aquí hay que distinguir el mal físico y el mal moral. El primero es la privación de un bien exigido por la naturaleza física de la creatura, el segundo, la falta de adecuación de los actos de la creatura libre con la ley divina.

El mal físico es querido indirectamente por Dios, en tanto que quiere directamente un bien que conlleva necesariamente ese mal, como la alimentación del león conlleva la muerte de la cebra.

El mal moral no es querido por Dios de ninguna manera, ni directa ni indirectamente, sino sólo permitido por Dios, en vista de algún bien.

Cuando hablamos de un “impulso malo”, supongo que se trata de un impulso o tendencia a hacer algo contrario a la ley moral.

De suyo, las tendencias y pasiones son algo bueno, son parte de la naturaleza humana y tienen una finalidad clara en orden al bien del individuo y/o de la especie. Son “desordenadas” solamente cuando nos incitan a obrar contra la ley divina. Pero el mal moral propiamente dicho se da solamente cuando consentimos libremente a esas tendencias desordenadas.

En todo caso, de Dios sólo procede lo que en las tendencias y pasiones hay de ser y de bien, y en la medida en que haya allí un mal moral, que claramente se encuentra en los actos libres, como dije, eso sólo es permitido por Dios, y procede de la falla libre de la voluntad creada, sea la nuestra personal, sea al menos la de los primeros padres, de los que heredamos la naturaleza desordenada por el pecado original.

En los ángeles que pecaron, estaba la defectibilidad propia de toda libertad creada, y con ella la posibilidad de pecar. Que esa posibilidad haya pasado al acto depende exclusivamente de ellos, siendo solamente permitida esa caída por Dios.

La soberbia, en tanto es un mal, no puede ser creada por Dios, ni necesita ser creada, porque no es un ser, sino un no ser, una carencia de un bien debido, que en este caso es la justa estimación de sí mismo según la verdad del propio ser, por lo que Santa Teresa de Ávila dijo que “la humildad es la verdad”.

Sin duda, en la explicación del mal queda siempre un misterio, que es el reverso del misterio de Dios: en Dios, que es el Ser absoluto, el misterio viene de una plenitud de ser y de inteligibilidad tan grande, que nos deslumbra y nos deja a oscuras, como dice Aristóteles que nuestra inteligencia finita y humana es, frente a las cosas más evidentes e inteligibles en sí mismas, como el ojo de la lechuza ante la luz del sol.

En el mal, por el contrario, que es un no ser, el misterio viene de que el objeto de toda inteligencia es el ser, y que por tanto al mal sólo puede considerarlo “de reojo”, en cuanto es privación de algún ser.

Saludos cordiales.
20/08/14 3:39 PM
  
Gustavo
A eso le objetamos que otra naturaleza diferente por definición no es humana. Como enseñan Aristóteles y Santo Tomás, las naturalezas de las cosas son como los números: la adición y la sustracción cambian la especie. El 6 no es un 5 más grande, o diferente, sino otro número. Y si a una esencia se le cambia un carácter constitutivo, se tiene otra esencia, no otra versión de la primera.
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Precisamente ese es el error de Aristoteles que arrastra Santo Tomas. El pecado original cambio la naturaleza de Hihijos de Dios en Hijos de los Hombres. Aristoteles, al desconocer el dogma del pecado original, no podía conocer que era el Hombre antes del pecado original. Precisamente la transubstacion del pan en cuerpo de Cristo es un recuerdo misterioso para reparar lo que hicieron Adán y Eva en la naturaleza humana. Por lo que hicieron entro la muerte y la concuspicencia en el Hombre cambiando la naturaleza.

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Que las esencias no pueden cambiar en tanto que tales esencias y seguir siendo las mismas esencias es casi una afirmación tautológica, evidente por sí misma, y verdadera, por tanto, no porque Aristóteles y Santo Tomás lo hayan dicho, sino porque es así, sin más.

Cuando hablamos de una esencia o naturaleza, hablamos de un conjunto de notas, cada una de ellas necesaria para que algo sea lo que es. Las notas que no son necesarias para que el hombre sea hombre no son parte de la esencia o naturaleza del hombre. Por ejemplo, ser gordo o flaco, calvo o con pelo.

Y “nota necesaria” quiere decir que sin ella el ente no sería eso que es, por ejemplo, un cocodrilo que no fuera un reptil no sería un cocodrilo.

“Modificar una esencia”, entonces, sería cambiar alguna de sus notas necesarias. El resultado automático es, por lo dicho, otra esencia distinta.

Por tanto, si el pecado original cambió alguna nota necesaria en la naturaleza de Adán, entonces, o bien antes del pecado o bien después de él, Adán no es hombre, su naturaleza no es la naturaleza humana.

Y eso es contra la fe de la Iglesia: es el hombre el que ha estado primero en estado de justicia original, y luego del pecado, en estado de naturaleza caída, y luego del bautismo, en estado de naturaleza redimida. Siempre, por tanto, la misma naturaleza humana, la única que hay y puede haber.

En la transustanciación, la sustancia del pan se convierte en el Cuerpo de Cristo. Y precisamente por eso, deja de ser pan.

Saludos cordiales.
20/08/14 4:44 PM
  
ult
Editadas las partes que no vienen al tema preciso.
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Y en el asunto del que tratamos, estoy con la cita de Ratzinger que ha puesto Antonio 1 y su consecuencia:
"Ya hemos dicho que el factor libertad entra en la dinámica de cada existencia, y ESTE FACTOR SE OPONE A LA PREDESTINACIÓN ABSOLUTA."
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Como dije, Ratzinger pone ahí la esencia de la gracia eficaz tomista: "Dios introduce la autodeterminación en la vida del ser humano". En cuanto a la predestinación absoluta, hay que ver qué significa.

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Cosa que no parece hacer Santo Tomás según lo habéis estado explicando. Pues lo llaméis como lo llaméis si dividís el mundo en predestinados a la salvación y no predestinados a la salvación, los que no están predestinados a la salvación estarán predestinados a la condenación,
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Pues no. De “no predestinados a la salvación” no puede deducirse “predestinados a la condenación”.

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aunque evitéis el nombre y lo llaméis reprobación eso significa exactamente lo mismo que predestinación negativa si estáis diciendo que su destino está decidido de antemano porque al no estar entre los elegidos no se les piensa dar la gracia eficaz que decís que es la que hace falta. En consiguiente no se le da una gracia que de verdad sea suficiente para salvarse. Dices que es que la gracia es suficiente para hacer el bien, pero no para que lo hagan ¿?
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No. Digo que la gracia suficiente es suficiente para que puedan hacer el bien, y no lo es para que lo hagan.

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LO QUE DICE LA DOCTRINA ES QUE SE LES DA LA GRACIA SUFICIENTE PARA SALVARSE, si la aceptan. Gracia que pueden rechazar, pero que según vosotros no es que puedan rechazarla, es que no la pueden aceptar sin la gracia eficaz.
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No. Pueden rechazarla sin necesidad de otra cosa. Pueden aceptar el llamado divino con la sola gracia suficiente, en el sentido de que son capaces de aceptarlo. Pero sin la gracia eficaz no lo hacen de hecho. Es siempre la diferencia imborrable entre poder hacer, y hacer.

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Entonces no es suficiente nada más que para los predestinados a la salvación
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No. Es suficiente para todos los hombres, a saber, suficiente para aquello para lo que les ha sido dada: que puedan cumplir los mandamientos. No les ha sido dada para hacer que de hecho los cumplan, que es otra cosa.

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-luego, si eso fuera así, estarían predestinados a no salvarse, es decir, a condenarse.
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No, porque la predestinación es la elección y distribución divina de los medios que conducen a los que Dios ha creado y elegido, al fin para el cual los ha creado. Y el único fin del hombre es la vida eterna. La condenación eterna no es un fin del hombre, sino que consiste en fallar al fin para el que hombre ha sido creado. Y por eso no puede ser objeto de predestinación. Y ese fallo Dios no lo causa, sino que simplemente lo hace posible al crear a ciertos hombres a los que no elije para la vida eterna. Recordemos que el fin sobrenatural es absolutamente gratuito, no es debido a ninguna creatura, precisamente porque es sobrenatural.

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Por mucho que hagáis encaje de bolillos y digáis que es por su culpa -si no tienen opción, porque en realidad NO LA PUEDEN ACEPTAR DE HECHO, ES IMPOSIBLE QUE LA ACEPTEN, no hay nada que puedan hacer, puesto que se les niega la gracia que les hace falta.
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Sí tienen opción, pues pueden, por la gracia suficiente, hacer el bien. Pueden aceptar de hecho el llamado de Dios, lo que sucede es que de hecho no lo aceptan. La gracia eficaz no tiene que ver con la posibilidad, sino con el mero hecho. Todo lo que se enuncie como posibilidad pertenece a la gracia suficiente, lo que haga referencia al hecho concreto, a la gracia eficaz. Es siempre la diferencia entre el poder ser, y el ser de hecho. Y no se les niega la gracia que les hace falta para poder hacer de hecho el bien, sino la que haría que de hecho lo hiciesen.

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Y si los molinistas no consiguen arreglar el lío que montáis los tomistas, pues que lo arreglen otros con sentido común.
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El problema lo plantean objetivamente los datos de la Revelación, como veremos en el próximo “post” si Dios quiere.

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La cita de Ratzinger es inteligente y sensata. NO HAY PREDESTINACIÓN ABSOLUTA.
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Simplemente habría que definir “predestinación absoluta” a ver qué quiere decir.

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Los límites que ponen los concilios a la interpretación de la predestinación, también.
Dios quiere que todos los hombres se salven. Cristo murió por todos los hombres. Dios ofrece a todos la gracia suficiente para salvarse y es realmente suficiente, realmente la pueden aceptar y la aceptan o la rechazan con su libre albedrío.
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Sí, pero si la aceptan ya no es por la gracia suficiente, que sólo hace que puedan aceptarla. Luego, sólo queda que sea por su solo libre albedrío, o por la gracia eficaz. Pero si es sólo por su libre albedrío, entonces en definitiva es el hombre el que se salva a sí mismo. De dos personas que reciben la misma gracia suficiente, una se salvaría y la otra no, simplemente porque una usó bien de su libre albedrío, y la otra no. Entonces es claro que ésta no debe agradecerle su salvación en última instancia a Dios, sino sólo a sí misma. Y eso es lo mismo que en definitiva decían los semipelagianos: Dios está esperando a ver el menor movimiento positivo de nuestro libre albedrío, para darnos la gracia. Por tanto, los que nos elegimos para la salvación eterna somos nosotros mismos, no es Dios.

Pero la Revelación dice que es Dios el que nos elije. Por ejemplo: "No me han elegido ustedes a mí, sino que Yo los he elegido a ustedes" (Jn 15,16). "Por cuanto en Él nos eligió antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia por el amor, y nos predestinó a la adopción de hijos suyos por Jesucristo" (Ef. 1, 4-5)

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No se puede aceptar que Dios haya predestinado a nadie a la condenación.
Y otras cuestiones q tb acepto como la primacía de la gracia, que la gracia no es irresistible etc.
Encantada con lo que dicen los concilios, no con vuestra explicación de la predestinación. A la que el catecismo hace muy bien en ponerle comillas y Ratzinger en avisar que no puede ser predestinación absoluta.
De la presciencia y la providencia divinas no se deduce la predestinación en sentido estricto. Una predestinación con comillas, vale.
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Nada de esto tiene un sentido debatible mientras no se defina “predestinación”, “predestinación entre comillas” y “predestinación absoluta”.

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Pero sabiendo que hay que evitar interpretaciones que no estén de acuerdo con las doctrinas señaladas en esos concilios, especialmente en Trento.
Eso es todo lo que han dicho dogmática e infaliblemente, no que Santo Tomás en este punto tuviera razón.
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Por otra parte, en cuanto a Santo Tomás, es cierto que el tomismo en toda su amplitud no es dogma de fe, pero tiene un peso muy grande que la Iglesia se haya decidido a recomendar con nombre y apellido a alguien que según algunos estaría nada menos que deformando la Revelación divina en un punto sustancial como éste.

Véase por ejemplo lo que dice Pablo VI de Santo Tomás en la carta "Lumen Ecclesiae" de 1974:

"22. De esta manera la Iglesia ha querido reconocer en la doctrina de Santo Tomás la expresión particularmente elevada, completa y fiel de su Magisterio y del sensus fidei de todo el pueblo de Dios , como se habían manifestado en un hombre provisto de todas las dotes necesarias y en un momento histórico especialmente favorable.

La Iglesia, para decirlo brevemente, convalida con su autoridad la doctrina del Doctor Angélico y la utiliza como instrumento magnífico, extendiendo de esta manera los rayos de su Magisterio al Aquinate, tanto y más que a otros insignes Doctores suyos. Lo reconoció nuestro predecesor Pío XI, al escribir en la Encíclica Studiorum Ducem: “A todo el mundo cristiano interesa que esta conmemoración centenaria se celebre dignamente, porque honrando a Santo Tomás no sólo se manifiesta estima hacia él, sino que se reconoce también la autoridad de la Iglesia docente."

Son palabras muy, muy fuertes.

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Saludos cordiales
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Saludos cordiales.
20/08/14 5:55 PM
  
Gustavo
Por tanto, si el pecado original cambió alguna nota necesaria en la naturaleza de Adán, entonces, o bien antes del pecado o bien después de él, Adán no es hombre, su naturaleza no es la naturaleza humana.
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Precisamente.Ahora llego a la deducción correcta.

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Y precisamente, eso es contrario a la fe católica, a saber, que Adán, antes o después del pecado, no fuese hombre. Lo que creemos los católicos es que Dios creó al hombre en el estado de justicia original, que el hombre pecó y perdió la justicia original, y que al hombre caído en el pecado Dios lo redimió por Jesucristo.

Saludos cordiales.
20/08/14 6:15 PM
  
últ
Nada q objetar a q Santo Tomás sea muy respetable como toda la Iglesia docente, pero ya te dije q no es infalible ni su enseñanza es dogma. Expuse un par de puntos en los que evidentemente se equivocaba -aunque los has editado, así que pondré otro a ver si es más de tu gusto: el dogma de la Inmaculada no le gustaba un pelo a S Tomás de Aquino. Se proclamó a pesar de eso porque el Espíritu Santo está en el sensus fidei. No pretendo que no se honre al aquinate: que se le honre, pero q no se pretenda declararle infalible, porque no lo es ni nunca ha dicho la Iglesia q lo sea.
Y en este asunto hay varias cosas ilógicas:
Llamáis gracia suficiente para salvarse a la que no es posible aceptar a menos que añadan otra. Y q está solo se la da Dios a quienes ha puesto en su lista. Los demás por tanto no podrán salvarse porque Dios no quiere ofrecerles gracia eficaz. Eso contradice la voluntad salvifica universal de Dios.
Y lo hacéis desde la extraña opinión de que aceptar la gracia le quita el protagonismo a la gracia y es un supuesto mérito de quien la acepta. Algo que es como decir que un mendigo muerto de hambre tiene algún mérito aceptando el pan q le dan.
Y decís

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No hablamos de infalibilidad, obviamente, pero tampoco parece muy congruente aplicar todos esos elogios de fidelidad al Magisterio y al "sensus fidei" del Pueblo de Dios y declaraciones de convalidación de la doctrina a alguien que deforma sustancialmente, en sentido prácticamente calvinista, según la opinión de algunos, la verdad revelada en un punto como éste del cual depende toda la noción que tengamos de Dios y de nuestra relación con Él.

En cuanto a la gracia suficiente, se puede decir que no hay que aceptarla, sino que Dios la da a todos sin preguntar, para capacitarlos a obedecerlo. O bien se puede decir que la misma gracia suficiente nos da la capacidad de aceptarla, pero no el aceptarla de hecho, lo cual es bastante parecido a lo anterior. En efecto, no puede ser que nuestra capacidad de aceptar la gracia dependa de nuestra aceptación de la gracia, porque retrocederíamos al infinito. Por lo mismo, se puede decir que la gracia a veces nos da la capacidad de aceptarla, pero no la aceptación misma, y la llamamos "meramente suficiente", y a veces nos da también la aceptación libre misma de la gracia, y la llamamos "gracia eficaz".

Pero si partimos de la base de que a la gracia suficiente hay que aceptarla para que por nuestra misma aceptación se haga eficaz, ya estamos suponiendo el molinismo.

En cuanto al protagonismo de la elección, es así. Si está en la mano del mendigo, en última instancia, que el pan le sea dado efectivamente o no, entonces es él, en definitiva, el que se elije a sí mismo para ser beneficiado con el pan. Porque en última instancia depende de él, y no del que le da el pan, que él tenga pan o no lo tenga. ¿Quién elije a los que han de salvarse, Dios o ellos mismos? No hay otra posibilidad, y la revelación dice que es Dios.

Saludos cordiales.
20/08/14 9:33 PM
  
últ
Olvidaba otro asunto:
Sí dividis el mundo en salvados y condenados, es innegable que la única forma de que haya predestinados a la salvación y no haya predestinados a la condenación seria que se pudieran salvar los que no están predestinados a la salvación, cosa que parece contradictoria, o bien que todo el mundo esté predestinado a la salvación. Eso no sé si es posible. Pero no debemos creerlo.

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En efecto, ni los que no están predestinados se salvan, ni los que están predestinados dejan de salvarse. Y no todos están predestinados, puesto que algunos se condenan.

Pero los que se condenan no están predestinados a la condenación, como no sea "post praevisa demerita", es decir, con posterioridad a la previsión de sus culpas y sobre todo de su impenitencia final, y como castigo de las mismas.

Pero ése no es el mismo sentido de "predestinación" que aquel en el que están predestinados los justos, que es cuando hay en Dios la voluntad de poner los medios para que lo glorifiquen llegando al fin último al que ha ordenado a las creaturas racionales.

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Y los pasajes q citas sobre la elección se pueden tomar en distintos sentidos. Yo no dudo en aplicarmelos, me siento elegida a la vida, elegida a ser cristiana, una privilegiada por muchas razones, empezando por mis padres. Se bien cuanto me quiere Dios. Pero se también q yo puedo no corresponderle y mi futuro está abierto aunque yo confío en Dios.
Además creo que Dios ama todo lo que ha creado y ama a todos los hombres con todo el amor q ellos puedan o quieran mantener. La persona que parezca más alejada de Dios y más perdida debe saber que Dios está esperando que vuelva a casa, porque quiere que todos los hombres se salven y solo se perderá el que insista en rechazarle, no porque Dios de antemano lo haya creado para dejarlo fuera de la lista de invitados a la boda, sino porque no ha querido ir.
Despedida cordial por hoy.

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En cuanto a la verdad de fe que es la voluntad salvífica universal, espero abordarlo en el "post" siguiente.

Saludos cordiales.
20/08/14 9:58 PM
  
Ramontxu
Ya me parecía a mi que, al final, sería un "misterio". Siempre acabamos ahí. Lo pongo entre comillas porque lo considero un eufemismo de "incongruencia". La cuestión es que Dios está en el origen de todo y el mal existe. No tiene vuelta de hoja.

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Por supuesto, siempre va a ser en última instancia un misterio. Lo contrario sería imposible, tratándose de la Palabra del Dios Infinito dirigida a la creatura finita. Alcanza con que no se pueda demostrar que es contradictorio, para que sea misterioso sin ser ni absurdo ni imposible.

Dios está en el origen de todo lo que es, por querer y causalidad directa, y respecto de lo que no es, es decir, la privación que es el mal, es causa indirecta si se trata del mal físico, y no causa de ningún modo, sino solamente condición de posibilidad, por permisión, del mal moral.

Saludos cordiales.
20/08/14 10:13 PM
"Y precisamente, eso es contrario a la fe católica, a saber, que Adán, antes o después del pecado, no fuese hombre. Lo que creemos los católicos es que Dios creó al hombre en el estado de justicia original, que el hombre pecó y perdió la justicia original, y que al hombre caído en el pecado Dios lo redimió por Jesucristo."

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Adan antes del pecado original es un hombre que por gracia es hijo de Dios. Comparte propiedades del Verbo por quien se hizo todo. Adan, despues del pecado es Hijo de Hombre.
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Antes del pecado, entonces, Adán es hombre. ¿Y después del pecado, es hombre o no lo es? No pregunto de quién es hijo, sino si es hombre o no.

Anotemos además que el único hombre, justamente, que no puede ser “hijo de hombre” es Adán, que no tuvo padre humano, porque es el primero.

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Clarisimamente, para el que tenga ojos y oidos, hay un cambio ontologico entre esas dos filiaciones.
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Sin duda que hay un cambio ontológico luego del pecado original, pero de orden accidental, no sustancial. El individuo Adán sigue siendo el mismo, y por tanto, sigue teniendo la misma naturaleza. En efecto, el cambio de naturaleza lleva necesariamente al cambio de individuo, porque es claro que si Adán se transforma en mono deja de ser Adán.

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Hay mas diferencia entre un Hijo de Dios inmortal, inmune, integro y con ciencia infusa y un hijo del Hombre, mortal, indefenso, concupiscente y con conocimiento imperfecto, que entre un coyote y una hiena.
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De nuevo, la cuestión aquí no es de quién es hijo, sino qué es: hombre o no.

Y además, una hiena y un coyote por definición no pueden ser el mismo individuo, así que aquí Ud. está diciendo que después del pecado original tenemos a otro individuo distinto de Adán, a otra persona; sería mejor entonces darle otro nombre, y al mismo tiempo reconocer que esto no tiene nada que ver con la fe católica.

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El hombre antes del pecado original era inmortal, con un cuerpo parecido al de Cristo resucitado, pues eran libres de comer y no tenian que pasarse por el retrete, si es que decidian comer. Y si no comian no morian.
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¿Era o no era el mismo individuo, la misma persona, antes y después del pecado original? ¿Qué le pasó al primer Adán, murió tras comer del árbol? ¿Y de dónde vino su suplente?

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Es evidente que se trata de dos naturalezas. Y para que no le quedara duda a nadie a Adan y Eva se les llama hijos de Dios pero hay otro linaje en el Genesis que son los hijos de los Hombres.
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Esto dice Dios antes de la caída:

“1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

Y después de la caída:

“3:22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.”

"3:24 Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida."

Y luego:

"6:1 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 6:2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 6:3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años."

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Y por supuesto esta hipotesis teologica no quita ni una tilde ni una coma sobre lo que obliga la Santa Iglesia Catolica a creer.
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Ver arriba.

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Hay que construir sobre lo que dejo de Lubac.
Tomas de Aquino erro con la Inmaculada. Y eso es asi porque no entendio en que consistio concretamente el pecado original. Y eso es asi porque no entendio que eran Adan y Eva antes del pecado y en que se convirtieron despues del pecado original. Y por eso llego a una conclusion equivocada al suponer un fin natural para el Hombre y uno sobrenatural.
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Por lo visto, es claro que esas no pueden haber sido las razones del error de Santo Tomás, en la medida en que dicho error haya existido.

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Si Jesus se hizo igual que todo al hombre salvo en el pecado.......por que los catolicos decimos con fe que la Virgen lo es durante el parto? Porque es que el Verbo sin pecado no quiso que su Madre pasara por un parto natural pero al mismo tiempo decimos que se hizo igual en todo a nosotros salvo en el pecado?

Hay una naturaleza antes y otra despues del pecado orginal. Tomas de Aquino equivoco el tiro cuando contraponiendo a San Agustin con San Gregorio de Nissa opto por el primero. San Gregorio, a diferencia de San Agustin, fue santo en su matrimonio y santo cuando fue llamado al sacerdocio y al obispado por san Basilio el Grande. San Gregorio entendio porque la virginidad es superior al matrimonio. E hizo una hipotesis de la que se deduce el cambio de naturaleza antes y despues del pecado original.

El CVII gracias a de Lubac recupero la Sagrada Escritura y a la Patristica pues solo con el magisterio neotomista acabariamos en un bucle interminable. Le he citado a la Escritura y a la Patristica con ese espiritu. Hay que volver a reintegrar Escritura, Tradicion y Magisterio (tomista) si es que queremos avanzar.

Un maestro franciscano, Duns Scoto, que no erro con la Inmaculada, hizo la primera critica al deseo de ver a Dios segun lo entendia Aquino. Tomo el relevo un maestro dominico, Domingo Soto. A este le siguio un maestro jesuita Toledo. Esta linea se desvio con Bayo y Jansenio, recapitulandola de Lubac.

Si Jesus se hizo igual al hombre excepto en el pecado porque no quiso nacer a traves de un parto segun nuestra naturaleza como todo hijo de vecino.? Investigue a san Gregorio de Nissa.
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¿Y si Jesús se hizo igual en todo al hombre excepto en el pecado cómo es que podía resucitar a los muertos, multiplicar los panes, curar los enfermos, caminar sobre las aguas, etc., etc., etc.? ¿Eso lo hacía por tener una "naturaleza humana distinta de la nuestra", o por ser Dios hecho hombre?

Como dice Santo Tomás en III, q. 28, a. 2:

"Es preciso defender, sin duda de ninguna clase, que la Madre de Cristo fue virgen también en el parto, puesto que el Profeta (Is 7,14) no dice solamente: He aquí que la virgen concebirá, sino que añade: y parirá un hijo. Y esto fue conveniente por tres motivos. Primero, porque correspondía a la propiedad de quien nacía, que es el Verbo de Dios. El Verbo, en efecto, no sólo es concebido en la mente sin corrupción, sino que también procede de ella sin corrupción. Por lo que, a fin de manifestar que aquel cuerpo era el mismo Verbo de Dios, fue conveniente que naciese del seno incorrupto de una virgen. De ahí que en un Sermón del Concilio de Efeso se lea: La que da a luz pura carne, pierde la virginidad. Pero, al ser el Verbo de Dios quien nace en carne, el propio Dios conserva la virginidad, demostrando con ello que es el Verbo. Ni siquiera nuestro verbo corrompe la mente cuando sale de ella. Y Dios, Verbo sustancial, al optar por el parto, tampoco destruye la virginidad."

Saludos cordiales.
20/08/14 10:21 PM
  
ult
No me resisto a volver un poquito:
No estoy de acuerdo: si el mendigo salva la vida y no muere de hambre es mérito de quien le ofrece el pan para salvar su vida. Y es el pan lo que le salva de morir de hambre, por voluntad de quien se lo da. El no se salva, él se deja salvar, sin el menor mérito por su parte y sin más protagonismo que el que le quiere dar el que le da pan y la posibilidad de comerlo y vivir, sin que él haya hecho absolutamente nada por su parte para ganárselo, ni siquiera se ha adelantado a pedirlo, simplemente estaba hambriento y la iniciativa, el mérito, el protagonismo absoluto es de quien le ha dado de comer para que viva.

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Con ese argumento no se explica la diferencia entre el mendigo que acepta el pedazo de pan y el que lo rechaza. Pues si la explicación última está en la persona dadivosa y su acción, entonces, ésta se supone que es la misma en ambos casos, y el resultado entonces debería ser el mismo en ambos casos. Ambos tendrían que comer.

Se supone que esta persona generosa quiso darle el mismo protagonismo a ambos mendigos ¿cómo es entonces que el resultado ha sido diferente?

¿Cómo, si en esta hipótesis todo depende en última instancia de ella, al final un mendigo come y el otro no?

¿Quién es en esta hipótesis el que ha determinado en última instancia esa diferencia, entre el que come y el que no come, el que se salva y el que no se salva, sino el mendigo mismo, es decir, la creatura misma?

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Y lo de la gracia suficiente no me parece que esté nada claro: ¿"se puede decir que la gracia a veces nos da la capacidad de aceptarla, pero no la aceptación misma, y la llamamos "meramente suficiente", y a veces nos da también la aceptación libre misma de la gracia, y la llamamos "gracia eficaz"."? O sea, que la gracia suficiente es por definición la que no sirve para nada si uno no está predestinado a salvarse
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No es que no sirva para nada, sirve para poder hacer el bien y salvarse. No sirve por sí sola para salvarse de hecho, por tanto, o bien para eso hace falta la sola determinación del libre albedrío creado, con lo cual finalmente la creatura se elige a sí misma, o bien hace falta la gracia divina eficaz, que hace que de hecho la persona libremente se salve.

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(o sea predestinado a no salvarse, predestinado a condenarse, a menos que haya limbo o algún otro lugar intermedio para los que no ha querido Dios poner en la lista de salvados)
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No, la predestinación “ante praevisa merita” es solamente respecto de la salvación eterna. La condenación eterna Dios la decreta solamente “post praevisa demerita”, después de la previsión de las culpas y sobre todo de la impenitencia final.

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Y si uno está predestinado a salvarse entonces la acepta inevitablemente, y se cambia el nombre por eficaz.
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Tampoco es inevitable aceptar la gracia eficaz. No es de hecho evitado, que es otra cosa distinta.

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Pero es imposible que se haga eficaz a menos que estés predeterminado en una lista cerrada que hizo Dios decidiendo arbitrariamente quienes iban a estar ahí y se iban a salvar y quienes no iban a estar y no se iban a salvar.
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No es arbitrariamente, sino soberanamente, y gratuitamente. El fin último de las creaturas racionales es de hecho sobrenatural, y por tanto, no es exigible por éstas.
Y Dios no elige a los que no se han de salvar, sino a los que se han de salvar.

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Y dices que vas a explicar lo que significa voluntad salvífica universal, pero me temo que da la impresión de que ni "poder" significa realmente "poder" para vosotros, ni "suficiente", "suficiente",ni "libre arbitrio", "libre arbitrio" etc.
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“Poder” significa “poder”, precisamente por eso no significa necesariamente “hacer”, y por eso mismo “suficiente para poder hacer” no significa “suficiente para hacer de hecho”, etc.

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Así que me temo que la voluntad salvífica universal también acabe no siendo voluntad salvífica universal.
Con lo bien que se entienden los límites que pone la doctrina, lo mal que se entiende el resto.
En fin, siempre nos quedarán los límites.
Buenas noches
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Saludos cordiales.
21/08/14 12:06 AM
  
Cos
"En cuanto al protagonismo de la elección, es así. Si está en la mano del mendigo, en última instancia, que el pan le sea dado efectivamente o no, entonces es él, en definitiva, el que se elije a sí mismo para ser beneficiado con el pan. Porque en última instancia depende de él, y no del que le da el pan, que él tenga pan o no lo tenga. ¿Quién elije a los que han de salvarse, Dios o ellos mismos? No hay otra posibilidad, y la revelación dice que es Dios."


¿Dios elige a los que se salvan y a los que no se salvan? ¿Esa es la conclusión?

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Más bien, Dios elige a los que se salvan, y no elige a los que no se salvan. En el calvinismo tengo la impresión de que sí, Dios elige a los que no se salvan también.

Saludos cordiales.
21/08/14 1:14 PM
  
ult
Tanto si el mendigo come como si no come no hay ningún mérito por parte del mendigo, independientemente de que sepas explicar o no explicar por qué lo hace (ese es otro problema distinto, que no tiene nada que ver con su protagonismo en su salvación). Le salva quien le da el pan, le salva el pan, y cuando se deja salvar, sigue sin ser autor ni protagonista de su salvación sino simple receptor de la salvación que se le ofrece gratuitamente.
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No es cuestión de mérito, ni de explicar porqué lo hace, sino solamente de esta pregunta: ¿quién es en última instancia el que decide quién se salva?

Es claro que en tu ejemplo es el mendigo, pues es él que acepta o rechaza el pan, es decir, la salvación.

Y por eso, ante una misma e igual oferta de parte del donante, uno come y el otro no.

Sería absurdo, en efecto, que la misma causa exactamente, sin diferencia alguna, que actúa en los dos casos (el donante, en tu hipótesis), sea la responsable última de la diferencia entre los dos casos.

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Si el que ofrece el pan le ha dado la posibilidad de aceptarlo o rechazarlo y no quiere obligar a ninguno de los dos mendigos a comer a la fuerza, es porque él sabe que es bueno que sea así, libremente, eso es lo que él ha decidido en su sabiduría. Podría obligarle a comer, pero no quiere, el protagonismo sigue siendo suyo en todos los casos, porque es él quien no quiere obligar a nadie, pudiendo hacerlo, pero ofrece el pan que salva a todo el que no se niegue a salvarse.
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No es el punto. Mi pregunta es ¿quién es en última instancia el que decide quién se salva?

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Cualquiera de los dos puede si quiere, tanto si entiendes sus motivos como si no, pues el hecho de que no lo entiendas no cambia la realidad de los hechos.
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Por eso, “si quiere”, y por tanto, en la hipótesis de que el donante les da exactamente lo mismo a ambos, la elección la hace (¡obviamente!) en última instancia aquel de los dos que “quiere”.

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En cuanto al "de hecho" parece un truco de prestidigitador para vaciar de sentido la idea de que la gracia se puede resistir y que Dios ofrece gracia suficiente a todos.
Dices: "“Poder” significa “poder”, precisamente por eso no significa necesariamente “hacer”, y por eso mismo “suficiente para poder hacer” no significa “suficiente para hacer de hecho”, etc"

Pero digo yo: "Ser suficiente para poder hacer" forzosamente significa que es "suficiente para hacer de hecho con tal de que se quiera hacer, porque si se quisiera se podría."
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Si duda, si se puede hacer y además se quiere hacer, al menos con un querer efectivo que no sea una mera veleidad, entonces se hace.

El asunto es que la gracia suficiente solamente nos da el poder querer, no el querer de hecho. En efecto, lo esencial en la salvación, del lado del hombre, es el acto interior de la voluntad, del cual derivan los actos de las otras facultades y de los miembros del cuerpo.

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Y si ahora me dices, pero es que no pueden querer si Dios no le da gracia para poder querer hacer de hecho.
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No, jamás. Lo que yo digo es que con la sola gracia suficiente no hacen de hecho, no que no puedan querer hacer de hecho. Lo repito: cada vez que pongas la palabra “poder”, “posible”, etc., vas estar hablando de la gracia suficiente, y para hablar de la eficaz hay que hablar de lo que es, lo que se hace, de hecho, sin poner el “poder” de por medio.

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Estamos otra vez en las mismas, entonces esa gracia no es suficiente es una broma de mal gusto y la suficiente sería la que le hiciera poder querer hacer de hecho y por tanto hacer de hecho lo que se podía hacer con tal de que quisieran hacerlo.
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O sea, con tal que recibieran la gracia eficaz que los hiciese pasar de poder querer hacer a de hecho querer hacer

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Y si no, gracia suficiente, no significa nada, excepto encaje de bolillos para estar de acuerdo con la doctrina sin estarlo.
Lo que dicen los concilios es mucho más fácil de entender y mucho más lógico.
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Lo que dicen los Concilios, en un misterio augusto como éste, es todo menos fácil de entender.

Y es que Dios no es ni mucho menos fácil de entender. En realidad, Dios es misterioso.

De lo contrario habría algunas toneladas de tinta gastadas a lo largo de siglos que representarían un dispendio absolutamente superfluo.

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En cuanto a lo de que la salvación y la condenación no sería ofrecida arbitrariamente, sí lo sería, además de soberanamente y gratuitamente.
Porque de acuerdo en que no merecemos la vida sobrenatural y es soberanamente gratuita. Pero tampoco merece un castigo eterno quien no se puede salvar porque no se le ha ofrecido una gracia que sea realmente eficiente.
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Todos los hombres que Dios ha creado se pueden salvar, porque para eso es que les da dado a todos la gracia suficiente, para que puedan salvarse.

La gracia eficaz no hace que puedan salvarse, sino que se salven de hecho.

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Porque soberanamente y gratuitamente Dios reparte la gracia como le place, pero si todas las personas existen porque él así lo ha querido y si ha querido que haya personas que existan para ponerlas en su lista de salvados y otros que existan pero sin estar en esa lista que es la única que permite la salvación, de hecho ha decidido crearles para la condenación -me temo que los protestantes deducen de San Agustín la doble predestinación con toda lógica.
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¿Entonces decir que Dios reparte su gracia soberanamente, gratuitamente, y como le place, es en realidad afirmar la doble predestinación, a no ser que Dios se sienta "soberana y gratuitamente" obligado a dar a todos lo mismo?

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Lo arreglas diciendo que en el caso de los condenados es post demerita, pero si a los que no elija antes los deja para el "post" y si el post es forzosamente demerita y condenable, pues la lógica cae por su propio peso los ha elegido para la vida y no los ha elegido para la salvación, por tanto los ha elegido para la condenación, que es la única otra opción posible según decís.
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No. No elegir para la salvación no es elegir para la condenación.

“No elegir” va incluido en todo “elegir”, como “izquierda” va incluida en “derecha”. Elegir A entre A y B es no elegir B. No hace falta un acto de elección que tenga por objeto a B.

Si elijo a tres aspirantes a un cargo de entre cinco, ya por eso sólo, por esa elección de aquellos tres, estoy no eligiendo a los otros dos, no hace falta que además haga un acto de elección cuyo objeto sea que esos dos no accedan al cargo.

El objeto de mi acto de elección no son estos dos, sino aquellos tres. Lo que les toca a estos dos no es una elección, sino una no elección.

Parto de la base de que “elegir” no es lo mismo que “no elegir”, por el principio de no contradicción.

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Si todo fuera "post", tampoco se entendería, pero si realmente existiera la oportunidad de aceptar la gracia de hecho, al menos no sería arbitrario, y seguiría siendo igualmente soberano y gratuito.
Saludos cordiales
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Si por “oportunidad de aceptar la gracia de hecho” se entiende la posibilidad de aceptar la gracia de hecho, esa posibilidad la da cumplidamente la gracia suficiente. La eficaz es necesaria solamente para aceptar de hecho la gracia.

Si yo tengo un deudor, sin duda voy a estar muy contento si me entero de que tiene la posibilidad de pagarme de hecho, es decir, la posibilidad de pagarme realmente y en forma efectiva. Pero no por eso voy a considerar que la cuenta ya está saldada.

Saludos cordiales.
21/08/14 5:52 PM
  
Ramontxu
No sabía que lo de la predestinación era dogma de fe pero me parece horrible. Lo expliques como lo expliques (al final, será otro "misterio"), resulta que Dios hace distinciones. No da las mismas oportunidades a todos. Horrible.

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Si por "oportunidades" se entiende "posibilidades", sí da las mismas a todos. Lo que no da igualmente a todos son las realizaciones efectivas.

O sea que en cuanto a las posibilidades u "oportunidades", no hace distinciones. Sí las hace en cuanto a las realizaciones efectivas.

Debería ser fácil entender la diferencia entre lo posible y lo existente.

Saludos cordiales.
21/08/14 6:50 PM
Editado. Si quiere, seguimos la conversación por mail, pero aquí ya estamos muy lejos del tema del "post".

Saludos cordiales.
21/08/14 7:24 PM
  
Cos
Con todos mis respetos y desde la humildad, estoy de acuerdo con Ult.

No puedo entender desde el punto de vista de la lógica que Dios escoja a los que se salvan y no a los que no se salvan.
Si los que se salvan son elegidos por el Señor y sólo pueden salvarse porque Dios así lo ha decidido, los que no se salvan es porque no son elegidos. Y no hay vuelta de hoja.

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Es lo que dije. Los que no se salvan no son elegidos. No es verdad, por tanto, que Dios los elija para que no se salven.

Y no es que se no se salven porque no son elegidos. No se salvan porque pecan libremente y libremente incurren en la impenitencia final.

Y si les falta la gracia eficaz con la cual de hecho libremente no pecarían, se trata de una gracia sobrenatural que Dios no está obligado a dar a ninguna creatura suya, por eso precisamente es "gracia".

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Total de la humanidad - los que se salvan (los que él escoge) = los que no se salvan.

Tengo que decir que a mis 40 años es la primera vez que oigo esta explicación. Probablemente parte de la culpa será mía. A mi me lo explicaron siempre de otra manera.

El Señor te espera con los brazos abiertos, te está llamando, oye su llamada. Puedes ir hacia él, abandona el orgullo y escúchale. Todo tenía sentido.
Tenían sentido las predicaciones del Señor, de los profetas y de los evangelizadores, tenía sentido la vida en la tierra, tenía sentido rezar "Señor, ilumíname", "Señor, ilumina a mi hermano","Señor, dame fuerzas" . . . que son actos de voluntad. Si no son actos de voluntad y están dirigidos por la gracia ¿Qué sentido tienen?

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Efectivamente, si la gracia anulara la libertad de la voluntad, no tendría sentido alguno.

Obviamente no lo hace, sino que al contrario, la gracia eficaz produce infaliblemente la misma libertad de esos actos libres. Como dice Joseph Ratzinger en el texto que han citado aquí: Dios introduce la autodeterminación en la existencia humana.

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El Señor salva. Él salva "materialmente", las condiciones que conducen a la salvación pasan por él. Es uno mismo el que se puede condenar. No entiendo que esto se pueda considerar que vaya en menoscabo de la autoridad Divina, sino todo lo contrario. Él salva, la gracia actúa, uno se salva por el Señor o se condena por sí mismo.

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Exacto, uno se salva por el Señor, no en el sentido de que uno no haga acto libre alguno propio, sino en el sentido de que Dios es, por su gracia eficaz, Causa Primera de esos actos libres nuestros, de los cuales nosotros mismos somos causas segundas.

Es claro que esa gracia eficaz es un don sobrenatural y gratuito que Dios no está obligado a dar a ninguna de sus creaturas.

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Yo es que no veo la contradicción. Es lo que me parece lógico que encaja con la naturaleza humana, con el libre albedrío, con la acción de la gracia y con la misericordia del Señor.

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Muy cierto, en el sentido ya aclarado.

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Llevo años peleándome con la gente en cualquier sitio de la calle, defendiendo el catolicismo. Defendiendo que el catolicismo te libera del determinismo materialista, defendiendo que el catolicismo es un soplo de libertad para la vida en la Tierra, que no tiene nada de involucionista, que todo, repito, todo ser humano está dotado de dignidad y que la dignidad la puede perder uno mismo mediante sus actos, que está comprometido con la carne, con la vida terrenal, donde los actos son importantes, donde los pensamientos son importante, donde se establece una relación personal con el Señor, que es la vivencia más intensa.

Si a mi me dicen ahora que mi madre puede ser salvada o no en función de lo que esté determinado por el Espíritu Santo sin que ella pueda realmente llegar a entenderlo, entonces ya no se que pensar.

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No es así. En el caso de los que se salvan, eso es determinado por el Espíritu Santo y por toda la Trinidad, incluyendo en esa determinación que la persona libremente "llegue a entenderlo", es decir, haga su parte.

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No se si eso me convierte en Calvinista, Molinista, Semipelagiano o lo que sea, yo nunca creeré que el Señor pueda haber decidido que haya seres que hayan sido creados para que vivan en la confusión en la Tierra y que sean condenados al infierno eterno por el hecho de que la gracia actúa sobre unos para que no sea así y sobre ellos no.

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Sin duda, Dios no crea a nadie para que se condene. Por lo dicho arriba: Dios no elige a nadie para que se condene. Elige a los que se han de salvar, y por eso mismo no elige a los otros para la salvación.

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Yo siempre creeré en el corazón misericordioso del Señor y en su amor infinito.

Después de que estos últimos días el padre Javier Olivera sacase a relucir el caso de Isabel la Católica, parece como si me hubiese picado la abeja de la historia y he ido a visitar el "conventín" de San Salvador de Valdedios de Villaviciosa (1200 años de historia)y lo que he sentido ha sido eso, una puerta abierta a todo peregrino que quiera acercarse, y un amor inmenso más allá del tiempo y del espacio.

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Saludos cordiales.
21/08/14 7:35 PM
  
ult
Dices: “¿Entonces decir que Dios reparte su gracia soberanamente, gratuitamente, y como le place, es en realidad afirmar la doble predestinación, a no ser que Dios se sienta "soberana y gratuitamente" obligado a dar a todos lo mismo? “ YO NO HE DICHO ESO.
¿En donde he dicho yo que tenga que dar lo mismo? Ya sabemos que según Jesús unos reciben diez talentos otros cinco y otros uno, pero todos reciben lo suficiente para negociar, aunque a uno no le dé la gana de hacerlo y en vez de meterlo en el banco lo entierre. Una cosa es dar lo mismo y otra dar la oportunidad real de salvarse en vez de decidir de antemano quien va a poder salvarse y quien no. Si decide que sólo se van a salvar los que reciban algo que no va a dar a los otros, está decidiendo que los otros se condenen.
Lo que lleva a afirmar la doble predestinación es la afirmación de que antes de llamarnos a la existencia Dios haya decidido quienes se van a salvar -y por tanto que el resto de los que llame a la existencia no se van a salvar. Y eso es predestinación a la condenación lo llames como lo llames.
Te eligen para la existencia, pero no para darte lo necesario para que te puedas salvar efectivamente de hecho. Luego te eligen para la condenación eterna.
Si se van a hundir todas las personas que yo coloque en una barca (la vida), menos las que yo he decidido poner en una lista para luego trasladarlas a un barco más grande que no va a naufragar. (la salvación) Pues al ponerlas en la barca a todas las que no he decidido trasladarlas luego, las he destinado a hundirse y ahogarse. Para eso podía no haberlas puesto en la barca de la vida, para empezar. A menos que realmente les estuviera dando una oportunidad real de decidir si querían o no trasladarse al otro barco. Si por no fiarse de mí o por lo que sea decidieran no trasladarse, la culpa sería suya pero siempre deberían estar en lista abierta y estar invitados a subir al barco y ser capaces de subir realmente, de modo que todo el que quisiera lo haría, porque esa es mi voluntad como dueño de los barcos. Con listas cerradas a priori, la responsabilidad no sería de ellos, sino decisión mía.
Claro que no me creo esa monstruosidad, porque yo creo que Dios ama todo lo que ha creado, que su voluntad salvífica es universal y que lo único que impide que nos saciemos con la bebida que se nos ofrece es que no la queramos beber. El porqué ante la oferta concreta de la gracia en un momento dado uno la rechaza, eso Dios lo sabe, yo sólo sé que podría haber elegido lo contrario realmente de hecho y no ha querido libremente, no porque Dios no haya hecho su oferta. A lo mejor alguien no acepta la gracia que Dios le ofrece porque no cree en Dios ni en su gracia, a causa de la imagen monstruosa de Dios que le ha presentado el calvinismo o similar.
Buenas noches.

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La predestinación, en la definición de Santo Tomás, es la "razón de la trasmisión de la creatura racional al fin de la vida eterna", por lo cual es claro que no se puede predestinar a alguien a la condenación eterna.

Igualmente, para San Agustín la predestinación es la "presciencia y preparación de los beneficios con los cuales certísimamente se salvan todos los que se salvan."

Porque una cosa es alcanzar el fin, y otra fallarle al fin. No hay simetría en ambos casos.

Dios elige a algunos para que alcancen el fin, y a los otros no los elige para que alcancen el fin. Eso puede hacerlo, porque ha querido ordenarlos a un fin sobrenatural, respecto del cual la naturaleza creada no puede plantear exigencia alguna.

Para entender la voluntad salvífica universal hay que distinguir la voluntad antecedente y la voluntad consecuente.

La primera mira a su objeto en sí mismo considerado, independientemente de toda circunstancia variable.

La segunda mira a su objeto en algunas circunstancias concretas y no otras.

Nada existe sino en alguna circunstancia concreta, por eso la voluntad que realmente obra un efecto en la realidad de las cosas es la voluntad consecuente.

Por ejemplo, dice Santo Tomás, el juez, con voluntad antecedente, quiere perdonar al reo, porque lo considera en tanto que hombre, pero con voluntad consecuente quiere condenarlo a muerte, porque lo considera en tanto que asesino, por ejemplo. Y así éste de hecho es ejecutado.

Así, la voluntad salfívica universal de Dios, dice Santo Tomás, por la cual quiere la salvación de todos los hombres, es la voluntad divina antecedente, no la voluntad divina consecuente, por la cual quiere solamente la salvación de los elegidos y predestinados.

De lo contrario, habría que aceptar que la misma voluntad de Dios que logra la salvación de los que se salvan, falla en el caso de los que no se salvan.

La razón de esa diferencia no podría encontrarse en la voluntad divina ni en nada de lo que Dios da o hace, que en esta hipótesis es lo mismo en todos los casos (en lo que tiene que ver con el hecho de salvarse o no, quiero decir).

Por tanto, habría que encontrarla en la creatura, lo cual quiere decir que tanto los que se pierden como los que se salvan, se deben la perdición y la salvación en última instancia a sí mismos.

Saludos cordiales.
22/08/14 12:35 AM
  
ult
PS
Olvidaba contestar a tu pregunta repetida:
"¿quién es en última instancia el que decide quién se salva?"
El que decide quién se salva en última instancia es Dios, pues es Él quien ha decidido ofrecer la oportunidad de salvarse a todos pero no salvar a nadie a la fuerza, dar la gracia suficiente con la verdadera posibilidad de que sea eficiente, pero no hacerla irresistible.
Pero lo decide contando con la respuesta libre de la persona, porque así lo quiere.

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Pero entonces el que decide en última instancia quién entra y quién no es la creatura. Mi pregunta se dirige solamente a eso: ¿de quién depende qué nombre finalmente figura y finalmente no figura en la lista? Obviamente, en el esquema que tú presentas, de la creatura.

Saludos cordiales.
22/08/14 1:02 AM
  
Cos
Entonces no se si me he liado. Hablando para una persona bruta como yo:
Están lo elegidos y luego están los no elegidos que tienen la capacidad de salvarse, es decir tienen la gracia suficiente. Todo el mundo tiene la gracia suficiente. Al final quien se condena es por su propia responsabilidad y quién se salva, a excepción de los elegidos, es por sus propios méritos ¿Esto es correcto?

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La única corrección que yo haría es al final: "y los elegidos, que son los que se salvan, lo hacen por sus propios méritos, porque la gracia eficaz los hace obrar libre y meritoriamente."

Saludos cordiales.
22/08/14 1:57 AM
  
Luiscar
Dios ha predestinado de tal modo a los que se salvan,que estos, por la gracia eficaz que les infunde,van a querer por puro Amor al conocimiento de EL al que han sido iluminados,conformar su voluntad a la Suya,porque es SU Amor el que obra en su alma tanto el poder como el querer conformarse a SU imagen,en total libertad.De hecho,es SU Amor gratuito el que libera su arbitrio para que elija bien,porque SU Amor todo lo ordena conforme a la Verdad,a lo que debe ser;EL ES el sumo bien y el unico que ES, y lo que no es en EL,no es.
La Paz de Cristo

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En todo caso, Dios es el único que es por esencia, lo que no es Él, no tiene el ser por esencia, pero sí es, en tanto tiene el ser por participación.

Saludos cordiales.
22/08/14 2:04 AM
  
Ramontxu
La diferencia entre los términos "posible" y "existente" es muy fácil de entender, pero no son más que palabras. En la realidad, decir que uno se puede salvar pero de hecho no se salva, seguro que no se salva, Dios sabe que no se salva desde antes de crearlo, eso es jugar con el significado de las palabras. Y Dios, no sólo lo sabe, sino que resulta que a ése no lo ha predestinado para salvarse (lo cual es un acto de voluntad de Dios). Ojo: no lo ha predestinado para condenarse, sólo que no lo ha predestinado para salvarse y, claro, si no te salvas, te condenas... Mala suerte, pero Dios no tiene la culpa. Es más: la culpa la tienes tu, porque podrías haberte salvado, pero de hecho no te has salvado.

Lo mismo se puede decir del otro, del que puede no salvarse, pero de hecho se salva, seguro que se salva...

Todo juegos de palabras, "misterios", incongruencias. Horrible. Sería horrible si fuera verdad.

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Como es lógico, lo único que tenemos para hablar de estos temas son palabras. Ni siquiera podemos hacer como el del cuento con que suelo atormentar a mis alumnos, que al tener que dar un discurso dijo: "Yo antes de hablar querría decir algunas palabras". Atrás de las palabras vienen las ideas, y atrás de las ideas, las realidades.

Y encima tenemos que distinguir cuándo las palabras las usamos en sentido compuesto y cuándo en sentido dividido, de modo de responder satisfactoriamente a la pregunta, por ejemplo, de si el que está sentado puede estar de pie.

Por eso, "el no predestinado no puede salvarse": En sentido compuesto, o sea, teniendo en cuenta el hecho de que no ha sido predestinado a la salvación: Concedo. En sentido dividido, o sea, teniendo en cuenta que es un ser dotado de libre albedrío y gracia suficiente: Niego.

Objeción: "por tanto se condena sin culpa suya":

Respuesta: Niego la consecuencia. Para la culpa hace falta el libre albedrío y la capacidad de elección, no la predestinación eterna.

Y también: "el predestinado no puede condenarse": En sentido compuesto, o sea, en tanto que está predestinado: Concedo. En sentido dividido, o sea, en tanto que es un ser libre y con la capacidad de pecar: Niego.

Objeción: Pero si sus buenas obras se deben a la gracia eficaz, no las hace libremente.

Respuesta: Niego la consecuencia. La gracia eficaz hace que las obras de la creatura racional sean libres y meritorias de la vida eterna.

Objeción: Pero esto es un misterio que sobrepasa la capacidad humana de comprensión totalmente clara y distinta.

Respuesta: Concedo.

Objeción: Y por tanto no es verdad.

Respuesta: Niego.

Objeción: Porque es contradictorio.

Respuesta: Demuéstrese.

Objeción: Es horrible.

Respuesta: Solamente si queremos tener controlado a Dios o no confiamos en su infinito amor y misericordia, y sobre todo, si no terminamos de convencernos de que es Él el que es Dios y no nosotros. En caso contrario es maravilloso.

Saldos cordiales.
22/08/14 9:09 AM
  
ult
Respecto a lo contento que estás porque tu deudor tiene dinero para poder pagarte pero la deuda no está saldada aún, como ejemplo de la gracia suficiente:
Poder: "Estar [una persona] en condiciones de hacer determinada cosa por no haber nada que lo impida."

Por mucho que yo tenga el dinero que me has dado para que pueda pagarte si has decidido que no lo piensas coger porque no te da la gana, pasando de que yo no tenga otra posibilidad de darte el dinero sino que tú mismo lo cojas (soy tretapléjico, estoy solo, tengo parálisis total)
Lo cierto es que el dinero no me da la posibilidad de pagarte, por mucho que tú digas que puedo, no puedo si tú no quieres recogerlo, pero si no quieres, porque no te da la gana, la responsabilidad de que un tretapléjico no te devuelva el dinero que jamás te pidió y que no te da la gana de recoger, es tuya, no suya. El no puede en realidad pagarte y no puede porque a ti no te da la gana, no mientas diciendo que puede porque tiene dinero si no puede porque no se puede mover y no te lo puede dar contra tu voluntad de cogerlo.
Para que pudiera pagarte en realidad tendría que no haber ningún obstáculo que me impidiera devolvertelo y lo hay porque a ti te da la gana de no recoger lo que para empezar jamás te pedí (nadie ha pedido nacer)
Ese no es Dios, no es el Dios que se revela en Jesucristo, el que va a buscar a las ovejas perdidas y quiere que todo el mundo se salve y llegue al conocimiento de la verdad.
[Editado según pedido posterior de Ult]

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A ver: Dios sería el que prestó el dinero, el tetrapléjico que no lo puede devolver si Dios no lo toma es la creatura racional dotada de la gracia suficiente, el acto de tomar Dios el dinero sería la gracia eficaz, la imposibilidad en que la creatura está de devolver el dinero, es decir, de hacer actos meritorios para la vida eterna está en que Dios no le da la gracia eficaz.

Pero si decimos esto, decimos que para poder devolver el dinero es necesario devolverlo de hecho. En efecto, estaríamos diciendo que para poder devolver el dinero hay que tener la gracia eficaz, pero la gracia eficaz hace que el dinero sea devuelto de hecho, luego, para poder devolver el dinero habría que devolverlo de hecho, lo que es absurdo, porque lleva a que el que de hecho no hace algo, nunca pudo hacerlo.

Por tanto, hay que admitir un sentido de “posible” que sí se aplica al deudor, el cual por tanto no podrá ser tan tetrapléjico, alguna capacidad tendrá de hacer llegar el dinero al bolsillo del acreedor.

Ése es el sentido de distinción entre “sentido compuesto” y “sentido dividido”. En sentido compuesto, o sea, suponiendo que Dios no da la gracia eficaz, el deudor no puede devolver el dinero al acreedor, pero ése es el mismo sentido en que el que está sentado no puede estar de pie.

En sentido dividido, o sea, en tanto que Dios le ha dado el libre albedrío y la gracia suficiente, puede hacerlo, como el que está sentado conserva de suyo la potencialidad de estar de pie en vez de estar sentado.

En efecto, así como el estar sentado es “incomponible” con el estar de pie al mismo tiempo, así también el hacer el bien meritorio de la vida eterna es incomponible con el no tener la gracia eficaz.

Y así como no se puede decir que el que está sentado no tenga de suyo la capacidad de estar de pie en lugar de estar sentado, así tampoco se puede decir que el que de hecho no hace el bien por no tener la gracia eficaz, no tenga la capacidad de hacerlo, por tener la gracia suficiente.

Porque en definitiva, si un agente está en potencia para dos vías distintas de acción, por el hecho de que ejecute una de ellas no se puede decir que no siga de suyo (sentido dividido) en potencia para aquella otra, ni, por tanto, que lo que ejecuta lo ejecute necesariamente en sentido absoluto o simplemente hablando.

Así sucede en nuestras acciones libres: en tanto que elegimos A, no podemos no elegir A, en sentido compuesto, sí podemos hacerlo, en sentido dividido.

Y por eso son acciones libres. La voluntad conserva su "indiferencia" respecto del bien finito que actualmente elige, porque éste no se convierte por ello en el bien como tal, que es el único objeto necesario de la voluntad.

De lo contrario, al actuar libremente perderíamos la libertad, lo que, dicho absolutamente, es absurdo.

Saludos cordiales.
22/08/14 12:54 PM
  
ult
Pero eso me hace también aclarar que dijiste ahí arriba que lo que yo decía sobre la aceptación de la gracia suficiente por el libre albedrío era lo mismo que decía el semipelagianismo, y eso no es cierto.
El semipelagianismo afirma que los seres humanos pueden dar su primer paso hacia Dios sin ayuda de la gracia divina (aunque a diferencia de los pelagianos, ellos aceptan que la gracia es indispensable para la salvación)
Y creo que dejo bastante claro que la gracia va siempre por delante, que el primer paso lo da siempre Dios.
Y si Dios ha dejado al libre albedrío la posibilidad de aceptar o rechazar la gracia, sigue siendo esa su decisión soberana y sigue yendo siempre la gracia por delante. Y sigue siendo la salvación una oferta gratuita de Dios. Sólo que la hace universalmente.
Afirmo sin lugar a dudas la primacía de la gracia que va siempre por delante pero que se ofrece a todos, que se puede resistir de hecho y se puede aceptar de hecho, realmente, no en el mundo de las especulaciones teóricas que no tienen nada que ver con la realidad de los hechos.

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En efecto, los semipelagianos no admitían la prioridad lógica y natural de la gracia respecto del libre albedrío, y por eso ponían un primer acto del libre albedrío que dependía solamente de la naturaleza, al cual seguía el don de la gracia de parte de Dios.

Lo que yo digo es que si se asigna esa prioridad lógica y natural de la gracia solamente a la gracia suficiente, y se hace depender su eficacia del solo consentimiento libre de la creatura, de modo que la gracia eficaz es lógicamente posterior, no anterior, a ese consentimiento, se coincide con los semipelagianos en lo que entiendo que es el centro de su pensamiento: el que determina quién es elegido para la salvación eterna, y en definitiva, por tanto, su propia salvación, es el hombre, no Dios.

En este esquema, de nada sirve que digamos que el autobús que va al cielo funciona exclusivamente con combustible divino, y que el boleto no se puede comprar sin un don previo de Dios, si al mismo tiempo decimos que cuál y de quién sea la mano que finalmente retira el ticket depende exclusivamente del libre albedrío de la creatura.

Sobre esto más en el nuevo "post" que ya está publicado.

Saludos cordiales.
22/08/14 1:47 PM
  
ult
No, depende exclusivamente de Dios que es el dueño del autobús y ha decidido como quiere que funcione el asunto. Es Dios el que ofrece el billete a todas las criaturas y el que decide que hay que viajar con billete y no va a dejar que viaje nadie que no quiera recogerlo. Todo es decision de Dios, el responsable siempre es Dios.

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El conductor ofrece el billete igualmente a dos personas, y no hace más respecto de una que respecto de la otra, en cuanto a tomar el billete, me refiero; una de ellas, por su exclusiva iniciativa, lo toma y la otra, también por su exclusiva iniciativa, no, ¿y la responsabilidad última de que sea aquella persona la que viaja y no ésta es del conductor?

Es obvio que no.

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Además lo que digo de la gracia suficiente es igualmente valido para todas las gracias que son siempre oferta gratuita de Dios y van siempre por delante de su aceptación. Y si se pueden aceptar o rechazar es porque Dios así lo ha decidido desde su sabiduría y bondad.
Lo que es un misterio es que Dios nos deje rechazarle, pero no hay que cambiar el misterio de sitio que es lo que hace vuestra versión.
Y encima vuestro emplazamiento del misterio lleva lógicamente a Calvino a hablar de doble predestinación y a los ateos a decir que no puede existir un Dios bueno si ha creado a seres para la eterna condenación. Ya que hay misterio, dejarlo en su sitio, que es mejor.
Saludos cordiales

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Es lo mismo: si Dios nos deja rechazarle, es que deja solamente a algunos que lo rechacen, a los otros no los deja, porque de hecho no todos los rechazan.

Y si no hace falta que Dios nos deje rechazarlo para que podamos rechazarlo, entonces no existe ningún misterio tampoco.

¿Cuál sería el misterio, si todos reciben lo mismo de Dios en orden a salvarse en vez de no salvarse, y luego la libertad de cada uno opta, sin más?

Saludos cordiales.
22/08/14 6:53 PM
  
Cos
Entonces no me había liado.
Sólo se salvan los elegidos, que reciben la gracia eficaz. O sea, sólo se salvan los que reciben la gracia eficaz. Los que no reciben la gracia eficaz no se salvan.
Con toda la humildad, eso en mi pueblo lo llaman jugar con las cartas marcadas y además no tiene sentido para mi.
Vamos, que hay gente que nace a este mundo y vive toda su vida en la confusión y después se pasará el resto de la eternidad en el infierno . . .

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En ese sentido podemos estar tranquilos: Dios es Justo y nadie va al Infierno injustamente, o sea, sin culpa de su parte.

Y sobre todo recordar el dicho de Bossuet: "Tenemos que tener firmemente agarrados los extremos de la cadena, aunque no veamos cómo se juntan en el centro".

Los extremos de la cadena son las verdades de fe que parecen contradecirse (en este caso, la absoluta iniciativa ("primereo") de Dios, y la libertad humana), el centro es el misterio, adonde se nos termina la luz; no ver cómo se juntan los eslabones es no tener una comprensión clara y distinta de Dios en sus últimos secretos (lo que sería pretensión más que delirante), ver cómo de hecho no se juntan sería ver cómo esas verdades son contradictorias entre sí, lo cual nunca le puede suceder a nadie.

Podemos además meditar sobre estos pasajes de la Carta a los Romanos de San Pablo:

"9:1 Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo,
9:2 que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.
9:3 Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;
9:4 que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas;
9:5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
9:6 No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas,
9:7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.Genesis 21. 12
9:8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.
9:9 Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.Genesis 18. 10
9:10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre
9:11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),
9:12 se le dijo: El mayor servirá al menor.Genesis 25. 23
9:13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.Malaquias 1. 2-3
9:14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera.
9:15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.Exodo 33. 19
9:16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
9:17 Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.Exodo 9. 16
9:18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.
9:19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?
9:20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?Isaias 45. 9
9:21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?
9:22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción,
9:23 y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria,
9:24 a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?
9:25 Como también en Oseas dice:
Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo,
Y a la no amada, amada.Oseas 2. 23
9:26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío,
Allí serán llamados hijos del Dios viviente.Oseas 1. 10
9:27 También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo;
9:28 porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud.Isaias 10. 22-23
9:29 Y como antes dijo Isaías:
Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia,
Como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes.Isaias 1. 9"

Y también:

"11:25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;
11:26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito:
Vendrá de Sion el Libertador,
Que apartará de Jacob la impiedad.Isaias 59. 20
11:27 Y este será mi pacto con ellos,
Cuando yo quite sus pecados.Jeremias 31. 31-34
11:28 Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres.
11:29 Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
11:30 Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos,
11:31 así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia.
11:32 Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.
11:33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!
11:34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?Isaias 40. 13
11:35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?Job 41. 11
11:36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén."

Ahora bien, cómo no entender esto (mal, obviamente) en sentido calvinista o negador del libre albedrío, o de modo que haga a Dios autor del pecado, es precisamente a lo que apunta la mejor teología católica, la de San Agustín y la de Santo Tomás de Aquino, que es la estamos tratando de exponer en la forma menos imperfecta de que seamos capaces en estos "posts".

Por supuesto, también se puede ser molinista, por ejemplo. Pero en ese caso se sigue manteniendo la elección divina inmutable de sólo algunos, que son los que se salvan.

Saludos cordiales.
22/08/14 7:19 PM
  
ult
Sobre el tetrapléjico, es verdaderamente tetrapléjico y sin el dueño del dinero, él no puede hacer nada. Y efectivamente eso nos lleva a un absurdo, pero el absurdo no se arregla diciendo que sin el dueño del dinero no puede hacer nada pero sí puede y no lo hace porque no quiere, cuando acabamos de decir que sin el dueño del dinero no puede hacer nada.

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Justamente, los absurdos son contradicciones, y para resolver las contradicciones, y por tanto, los absurdos, están las distinciones, por ejemplo, la distinción entre sentido compuesto y sentido dividido que nos permite poder responder con sentido a la pregunta sobre si el que está sentado puede estar de pie o sobre si puedo no hacer lo que libremente estoy haciendo.

No poder hacer nada desde el punto de vista de que no se puede a la vez no tener la gracia que hace hacer, y hacer, y poder hacer algo desde el punto de vista que se tiene la gracia que hace poder hacer, aunque no se tenga el hacer de hecho, no es ni contradictorio ni absurdo.

Saludos cordiales.
22/08/14 7:22 PM
  
Cos
9:22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción,
9:23 y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria,


11:32 Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.

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Cuando San Pablo dice esto habla de forma general, del "pueblo", pero cuando estamos hablando de la intervención de la gracia en la persona hablamos de la salvación individual.
No se, yo no tengo los conocimientos pero son cosas diferentes. Es como decir "sí, estos ahora se condenan pero luego se salvarán, y los otros ahora se salvan pero luego se condenarán". Pero los que se condenan condenados quedan, que más le da al condenado ser gentil o judío.
Eso si lo he entendido bien.

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Eso será así si pudiéramos interpretar el texto en el sentido de que la "salvación" es la aceptación histórica del plan de Dios, y la "destrucción" es el rechazo histórico de ese plan.

En esa hipótesis, Anás y Caifás, por ejemplo, son "destruidos" porque históricamente fallan en reconocer al Mesías, y no entran en la Iglesia, no reciben el bautismo, pero personalmente, cada uno se habrá salvado o condenado por alguna otra razón que tiene ver con el uso de su libre albedrío.

Si se condenan, no puede ser por el mismo hecho de haber rechazado a Cristo y haberlo hecho crucificar, porque entonces estaríamos haciendo coincidir la "salvación o perdición histórico-popular" con la salvación o perdición eterna individual.

Eso es bastante extraño.

Y es que el pueblo está formado por personas individuales.

Saludos cordiales.
22/08/14 8:18 PM
  
últ
Con perdón. Lo que dices al final que no es absurdo sí lo es.
En cuanto a las citas raras de la biblia se entienden desde el Evangelio de Jesús y si no, menos se entiende si le añadimos a Calvino o incluso a San Agustín. Tomás, ya veremos.

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De nuevo, para probar que algo es absurdo hay que derivar de ello lógicamente dos proposiciones contradictorias de la forma "A es B" y "A no es B".

Saludos cordiales.
22/08/14 9:35 PM
  
Juan Carlos
Como lo diría Frederick Copleston:

El hombre tiene un fin último, la beatitud sobrenatural, pero la existencia de ese fin, que trasciende los poderes de la mera naturaleza humana, aun cuando el hombre fue creado para alcanzarlo y recibió el poder de haced así mediante la gracia, no puede ser conocida por la razón natural, y, por lo tanto, no puede ser adivinada por el filósofo: su consideración queda reservada al teólogo. Por el contrario, el hombre puede alcanzar, por el ejercicio
de sus poderes naturales, una imperfecta y limitada felicidad natural en esta vida, y la existencia de ese fin y de los medios para alcanzarle es descubrirle por el filósofo, que puede probar la existencia de Dios a partir de las criaturas, lograr un cierto conocimiento analógico de Dios, definir las virtudes naturales y los medios para conseguirlas. Así, puede decirse que el filósofo considera el fin del hombre en la medida en que dicho fin puede descubrirse por medio de la razón humana, es decir, sólo de un modo imperfecto e incompleto. Pero tanto el filósofo como el teólogo consideran al hombre en concreto: la diferencia está en que el filósofo, aunque capaz de ver y considerar la naturaleza humana comotal, no puede descubrir todo lo que hay en el hombre, no puede descubrir la vocación sobrenatural de éste; solamente puede hacer parte del camino en el descubrimiento del destino del hombre, precisamente porque el hombre fue creado para un fin que trasciende
los poderes de su naturaleza. Así pues, no es verdad que para santo Tomás el filósofo considere al hombre en un hipotético estado de pura naturaleza, es decir, al hombre como podría haber sido si no hubiese
sido nunca llamado a un destino sobrenatural; santo Tomás considera al hombre en concreto, pero no puede saber todo lo que hay que saber acerca del hombre en concreto. Cuando santo Tomás se plantea la pregunta de si Dios podía haber creado al hombre in "puris naturalibus", lo que pregunta es simplemente si Dios podría haber creado al hombre(que, aun en esa hipótesis, sería creado para un fin sobrenatural) sin la gracia santificante, es decir, si Dios podría haber creado primeramente al hombre sin los medios de alcanzar su fin, y luego habérselos dado; no pregunta si Dios podría haber dado al hombre un fin último puramente natural, como algunos escritores posteriores entendieron que había querido decir. Cualquiera que pueda ser, pues, el mérito de
la idea de un estado de pura naturaleza considerada en sí misma, esa idea no desempeña papel alguno en la concepción tomista de la filosofía. En consecuencia,
santo Tomás no difiere de san Agustín tanto como se ha afirmado algunas veces, aunque determinó los campos de la filosofía y la teología más claramente de lo que lo había hecho san Agustín.

Lo que hizo santo Tomás fue expresar el agustinismo en términos de la filosofía aristotélica, hecho que le obligó a utilizar la noción de fin natural, pero
interpretó ésta de un modo tal que no puede decirse que adoptase un punto de partida filosófico totalmente diferente del de san Agustín.Realmente, la idea, del estado de pura naturaleza parece haber sido introducida en el tomismo por Cayetano. Suárez, que también adoptó la idea, observa que "Cayetano y los teólogos más modernos han considerado un tercer estado, al que han llamado puramente natural, un estado que cabe pensar como posible, aunque, de hecho, no ha existido". Domingo de Soto dice que eso es una perversión del sentido de santo Tomás; y Toledo observa que existe en nosotros un deseo y un petito natural de la visión de Dios, aunque esa opinión, que es la de Duns Escoto y parece ser la de santo Tomás, es contraria a la de Cayetano.

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Más allá de lo mucho o poco que Santo Tomás haya hablado del estado de naturaleza pura, es decir, de la posibilidad de que Dios hubiese creado al ser humano sin ordenarlo a la visión beatífica, posibilidad que defiende Pío XII en la encíclica “Humani Generis”, como vimos, el hecho es que tal posibilidad cae por su peso en la filosofía y teología de Santo Tomás y yo diría en la filosofía y teología católicas en general.

Veamos:

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“Toda naturaleza puede existir y por tanto ser creada sin aquello que no le pertenece necesariamente.

Es así que la ordenación efectiva al fin sobrenatural no pertenece necesariamente a la naturaleza humana.

Por tanto, la naturaleza humana puede existir y por tanto ser creada sin estar ordenada al fin sobrenatural.”

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La Mayor es casi una tautología y la tiene que aceptar no solamente Santo Tomás sino cualquiera que comprenda el sentido elemental de los términos en que está formulada.

En efecto, lo que no pertenece necesariamente a una naturaleza es justamente lo que esa naturaleza puede no tener, y sin lo cual por tanto puede existir y por tanto, ser creada.

La Menor se prueba a su vez mediante este otro silogismo:

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“Lo que pertenece necesariamente a la naturaleza humana, es natural para ella.

Pero la ordenación efectiva al fin sobrenatural no es natural para el hombre.

Por tanto, la ordenación efectiva al fin sobrenatural no le pertenece necesariamente a la naturaleza humana.”

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La mayor deriva del mero concepto de lo que es una “naturaleza”, a saber, un conjunto de notas constitutivas de algo, que por lo mismo son necesarias para que ese algo sea lo que es.

Si algo le pertenece necesariamente a una naturaleza, entonces es constitutivo de la misma, porque “pertenecerle necesariamente” quiere decir que esa nota no puede faltarle a esa naturaleza sin que esa naturaleza deje de ser la que es.

Lo que pertenece necesariamente a una naturaleza es aquello sin lo cual esa naturaleza no es la que es. Porque la única necesidad absoluta es la que se deriva del principio de no contradicción. Y aquello sin lo cual una naturaleza no es la que es, es constitutivo de la misma, y por tanto, natural para esa naturaleza.

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Esta segunda Mayor, es claro que Santo Tomás la suscribe. Él repite una y otra vez la frase de Aristóteles: “las naturalezas de las cosas son como los números: la adición y la sustracción cambian la especie”. O sea, que si al 5 le agregamos una unidad, no tenemos otro 5, sino otro número, el 6.

Y si al 5 le quitamos una unidad, tampoco tenemos otro 5, sino un 4, otro número.

SI a “hombre” le quitamos “racional”, no tenemos otro hombre, sino un animal irracional. Y si a “perro” le quitamos “mamífero”, no tenemos otro perro, sino otro animal.

O sea, que a si a una naturaleza se le quita alguna nota constitutiva suya, o se le agrega otra nota constitutiva además de las suyas propias, entonces se tiene otra naturaleza.

Y eso es lo que dice la Mayor: las notas que constituyen a una naturaleza son sus notas necesarias, que no pueden cambiarse ni por sustracción ni por adición sin que deje de ser esa naturaleza.

Y si esas notas necesarias constituyen a la naturaleza en cuestión, es claro que son “naturales”.

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¿Y a quién se le ocurriría negar que la Menor de este nuevo silogismo es básica no sólo para Santo Tomás sino para cualquier teólogo católico? ¿Cómo va a ser natural para el hombre la ordenación efectiva por parte de Dios al fin sobrenatural?

Sin duda que Santo Tomás afirma la existencia de un “deseo natural del fin sobrenatural” en el hombre y en toda criatura intelectual.

Pero una cosa es un “deseo natural del fin sobrenatural” en una creatura, y otra la ordenación efectiva, por parte de Dios, de esa creatura al fin sobrenatural.

En todo caso, si la existencia de un deseo natural del fin sobrenatural fundase la necesidad de que Dios ordenase a esa creatura al fin sobrenatural en caso de crearla, el fin sobrenatural se volvería natural, es decir, dejaría de ser sobrenatural.

En efecto, aquello que una naturaleza tiene que tener necesariamente, en caso de existir, y por tanto, en caso de ser creada, es aquello sin lo cual no sería tal naturaleza, y por tanto, la constituye como tal naturaleza, o sea, le es natural.

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Y entonces, obviamente, si Dios puede crear al hombre sin ordenarlo al fin sobrenatural, como para algún fin tiene que crearlo, porque "omne agens agit propter finem" y porque además una naturaleza existente sin una finalidad es algo absurdo, cosas estas todas ellas que para Santo Tomás son innegables, es claro en esa hipótesis Dios habría creado al hombre para un fin puramente natural, y que para sacar esa conclusión Santo Tomás sólo necesitaba la lógica, la cual manejaba con gran eficiencia.

Saludos cordiales.
01/09/14 12:08 AM
  
Luis
Jesús solo murió por los predestinados. Es absurdo decir que el murió por todos cuando se sabe que es imposible salvarse sin haber sido uno de los escogidos. Prueba de ellos, es que no hay ningún salvo que no haya sido predestinado a serlo.

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De la Enciclopedia Católica copio de lo referente a la condena del jansenismo. La quinta proposición condenada es:

"Decir que Cristo murió o derramó Su sangre por todos los hombres, es Semipelagianismo."

Comenta la Enciclopedia:

"Estas cinco proposiciones fueron rechazadas como heréticas, las primeras cuatro absolutamente y la quinta si es entendida en el sentido de que Cristo murió sólo por los predestinados."

//ec.aciprensa.com/wiki/Jansenio_y_Jansenismo

Por eso dice el Catecismo:

"605 Jesús ha recordado al final de la parábola de la oveja perdida que este amor es sin excepción: "De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno de estos pequeños" (Mt 18, 14). Afirma "dar su vida en rescate por muchos" (Mt 20, 28); este último término no es restrictivo: opone el conjunto de la humanidad a la única persona del Redentor que se entrega para salvarla (cf. Rm 5, 18-19). La Iglesia, siguiendo a los Apóstoles (cf. 2 Co 5, 15; 1 Jn 2, 2), enseña que Cristo ha muerto por todos los hombres sin excepción: "no hay, ni hubo ni habrá hombre alguno por quien no haya padecido Cristo" (Concilio de Quiercy, año 853: DS, 624)."

La infalibilidad de la Providencia y la predestinación divinas no se opone al libre albedrío de las creaturas racionales. Como dice el mismo Catecismo:

"600 Para Dios todos los momentos del tiempo están presentes en su actualidad. Por tanto establece su designio eterno de "predestinación" incluyendo en él la respuesta libre de cada hombre a su gracia : "Sí, verdaderamente, se han reunido en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, que tú has ungido, Herodes y Poncio Pilato con las naciones gentiles y los pueblos de Israel (cf. Sal 2, 1-2), de tal suerte que ellos han cumplido todo lo que, en tu poder y tu sabiduría, habías predestinado" (Hch 4, 27-28). Dios ha permitido los actos nacidos de su ceguera (cf. Mt 26, 54; Jn 18, 36; 19, 11) para realizar su designio de salvación (cf. Hch 3, 17-18)."

Dado que Dios mueve a Pedro para que se arrepienta libremente, por ejemplo, de haber negado a Cristo, es imposible que Pedro no se arrepienta, pero también es imposible que no se arrepienta libremente, o sea, pudiendo no arrepentirse, pues es a eso precisamente a lo que Dios lo mueve, y en forma infalible.

Santo Tomás dice que en esos casos hay necesidad de la consecuencia, pero no del consecuente. La consecuencia es que si Dios mueve a Pedro a arrepentirse, Pedro se arrepiente. El consecuente es que Pedro se arrepiente.

Saludos cordiales.
10/03/24 6:52 AM

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