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26.02.17

Nuevo libro: el Anticristo y el juicio final de San Vicente Ferrer

Pues cuando esto vieren los cristianos, podrán decir con certeza: “Ved el estado de la dignidad eclesiástica puesto en ruina y destrucción”. Sin embargo, Dios no querrá aún desamparar a la Iglesia, porque la nave de san Pedro puede peligrar, pero no puede ser hundida. Pues el vano Papa será entronizado, o puesto en silla con el dicho príncipe mayor, de tal manera que no quedará eclesiástico sin despojar de su beneficio. Esto querrá Dios permitir para que sean purgados los hijos de Leví de su maldad, los cuales de su grado y voluntad nunca quisieron hacer enmienda de sus delitos.

***

Y será todo este mal extendido de la parte de Aquilón, quiere decir Alemania, como se muestra en Jeremías, capítulo primero, por estas palabras: “Ab Aquilone pendentur omne malum[1], etc. Por lo cual, la razón y la ira de Dios allí descenderá sobre la Iglesia, que las oraciones de los santos más le provocarán a saña que a misericordia, según se muestra en el siguiente capítulo por estas palabras: “Cum clamaverint ad me voce magna non exaudiam eos[2] etc., que quiere decir: “cuando llamaren a mí con voz muy grande, no los oiré”. En tal manera que cuantos santos en el mundo fueron no podrán deshacer una sola gota de la ira de Dios, hasta que el santuario sea purificado, como se demuestra en el siguiente capítulo de Ezequiel por estas palabras: “Et clamavit in auribus meis voce magna, dicens: Apropinquaverunt visitationes urbis, et unusquisque vas interfectionis habet in manu. Et ecce sex viri veniebant de via porte que respicit ad Aquilonem[3]. Es la sentencia de dicha autoridad: “Y llamo en mis oídos con gran voz, diciendo: llegaron las visitas de la ciudad, y cada cual tenía un vaso de muerte en su mano. Y cada seis varones venían del camino de la puerta de arroba que mira hacia Aquilón”. Quiere decir, de la parte de Alemania, porque todos traerán en sus manos el vaso de la muerte.

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Nos queda por ver quién es aquél varón vestido de paños blancos que tenía un saco de escriba colgado de las cinturas o del cinto, el cual señaló con el signo Tau a cuantos lloraban, y estaban tristes. Este varón será el verdadero Papa a quien perseguirá el Anticristo; y estará vestido de blanco por dos motivos pues, por un lado, la blancura significa su vejez, pues será muy anciano, siendo sus cabellos y su carne de ese color. Por otro lo segundo tendrá gran castidad, pues será virgen, ya que el color blanco se compara a esta virtud. Pues así, por ser anciano y casto, estará vestido con telas blancas, y traerá su saco de escriba que significa la potestad eclesiástica, potestad que tendrá dicho Papa y no otro, mientras viviere. El saco de escriba estará colgado de sus cinturas o de su cinto pues esto significa su buena conciencia, al ser elegido como Papa verdadero. Y para que se entienda mejor cómo su saco de escriba significa la potestad eclesiástica, allí, en su zurrón, encierra también cuatro cosas, a saber: las tijeras, el cuchillo el punzón, y las plumas; y en el tintero se ponen dos cosas: algodón y tintas.

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Pues la segunda profecía ya está aquí declarada, la que trata toda de la caída de la dignidad eclesiástica. Y cuando viereis cumplir su sentencia, se podrá bien decir que está ya muy cerca del fin del mundo. Aquí pues ahora quien tiene ciencia entienda que no pongo ni determino tiempo algunoni aún nombro príncipes, ni el ídolo, ni al verdadero Papa: empero quien tiene oídos para oír oiga y considere sólo las autoridades; porque a éstas hay que creer y mandan escribir sobre aquel Anticristo oculto que nacerá de la manera que yo arriba he declarado (extractos).


Presentación

Hace varios años, con la idea de leer lo que los santos habían dicho acerca del fin de los tiempos, comenzamos a buscar, por referencias, la obra de San Vicente Ferrer, “el ángel del Apocalipsis”. Por entonces, nuestras indagaciones fueron inútiles.

Sólo con el tiempo llegó hasta nuestras manos este manuscrito (aún nunca publicado en castellano actual), en el cual, con prolija letra gótica y en un castellano abreviado del siglo XVI, pudimos leer con gran fruición las predicaciones ad populum que el santo valenciano prodigaba a principios del siglo XV.

La grafía gótica y la escritura abreviada y manuscrita, sumado a los quinientos años que nos separan del texto, hacían que estos sermones se encontraran casi inaccesibles para el público en general[4]. Fue esto lo que nos decidió a ponernos manos a la obra hasta presentar ahora el trabajo que tiene el lector entre manos.

¿De qué se trata pues este texto? Pues de los sermones que el santo valenciano predicó acerca del fin de los tiempos y la venida del Anticristo.

Vale tener en cuenta que, acerca de su autenticidad, la crítica moderna los tiene por válidos aunque no por autógrafos[5], como claramente surge del texto que aquí presentamos; la doctrina, sin embargo, es claramente del santo[6].

En cuanto al trabajo, además de la breve reseña biográfica, hemos procurado la adaptación al castellano actual, colocando algunas breves notas a pie de página y uniformando las citas bíblicas que el santo menciona.

P. Dr. Javier Olivera Ravasi

28 de Enero de 2017, memoria de Santo Tomás de Aquino

El libro, en versión digital , puede adquirirse aquí

El libro, en versión digital , puede adquirirse aquí.


[1] “Et dixit Dominus ad me: Ab aquilone pandetur malum super omnes habitatores terræ” (Jer 1,14).

[2] “Ergo et ego faciam in furore: non parcet oculus meus, nec miserebor: et cum clamaverint ad aures meas voce magna non exaudiam eos” (Ez 8,18).

[3] “Et clamavit in auribus meis voce magna, dicens: Appropinquaverunt visitationes urbis, et unusquisque vas interfectionis habet in manu sua. Et ecce sex viri veniebant de via portae superioris quae respicit ad Aquilonem” (Ez 1,1-2).

[4] Algo publicó la editorial EUNSA, pero el texto que ahora presentamos corresponde a otro manuscrito y es completo, a diferencia del señalado (cfr. Francoise Gilbert, Libro del Anticristo. Declaración del sermón de San Vicente, EUNSA, Navarra 1999, 220 pp.). 

[5] Sigismund Brettle, O. M. C, San Vicente Ferrer und sein literarischer Nachlass, Münster in Westf., Aschendorffschen Verlagsbuchhandlung, 1924, 78. Los estudios más recientes y completos sobre este tema son los de P. M. Cátedra, «La predicación castellana de San Vicente Ferrer», Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, 39, 1983-1984, pp. 235-309 y, con nuevas e interesantes aportaciones, Sermón, sociedad y literatura en la Edad Media. San Vicente de Ferrer en Castilla (1411-1412), Salamanca, Junta de Castilla y León, 1994.

[6] Como puede verse en la carta acerca de Anticristo que el santo escribió en 1412 a Pedro de Luna (el anti-papa Benedicto XIII).

25.02.17

Luterándonos: ¡Misericordia! ¡Misericordia! ¡Todos salvados!

El principio subjetivo de la “sola fides” (la sola fe) hacía que Lutero[1] enseñase el perdón de los pecados por el hecho de confiar en Cristo; las obras de nada valen:

“Sé pecador y peca reciamente, pero confía más vigorosamente y gózate en Cristo que es el vencedor del pecado, de la muerte y del mundo. No te imagines que esta vida sea la morada de la justicia: antes bien, es preciso pecar. Bástate reconocer al corderillo que lleva sobre sí los pecados del mundo, y en tal caso el pecado no podrá separarte de Él aunque cometas mil fornicaciones al día y perpetres otros tantos homicidios”[2] (…). “¿No es un buena nueva si a un hombre lleno de pecados viene el Evangelio y le dice: confía únicamente y cree, y todos tus pecados te son perdonados? Tocad este registro y al punto los pecados alcanzan perdón sin demora alguna”[3].

 

Así de sencillo:

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22.02.17

"¡El velo a mí no me lo ponen!"

Mientras continúa el bochornoso linchamiento mediático a Fillon en Francia, ahora le toca el turno a la Le Pen. Claro: no es 100% defendible (en este sentido, su sobrina, parece distinta) pero esta vez al menos fue coherente al romper los muros de lo políticamente correcto. Se ve que el temido “efecto Trump” de los progres, (nos guste o no el personaje del norte) existe también en Europa.

Vale la pena leer lo que dice la francesa acerca de la mujer de Obama.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi


“De ninguna manera voy a llevar un velo”, ha declarado este martes la candidata presidencial del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, en una rueda de prensa en Beirut que cerró la gira oficial de dos días al Líbano. “Considero el velo como un símbolo de sumisión de la mujer. He de decir que cuando Marine Le Pen se niega a llevar el velo en Líbano es criticable, pero cuando Michel Obama lo hace en Arabia Saudí es admirable”, dijo la candidata al Eliseo ante los periodistas congregados. La polémica estalló en la mañana del martes cuando Le Pen canceló la reunión que tenía programada con el líder suní del país, el gran mufti Abdul Latif Deryan, tras negarse a ponerse un pañuelo en el encuentro.

“Había comunicado previamente mi intención de no llevar velo al encuentro y a pesar de ello la reunión con el gran Mufti se mantuvo. Pero al llegar se me pidió cubrirme con el velo y me negué”, ha explicado alegando que no se le exigió cubrirse el cabello durante su reunión con el gran imán de Egipto en 2015. La oficina de Deryan, por su parte, ha emitido un comunicado en el que informa de que ya había advertido al equipo de Le Pen de que tendría que ponerse un velo para dicho encuentro y que habían accedido a ello. La líder del FN se ha mostrado en numerosas ocasiones partidaria en prohibir el uso público del velo y el kipá, un tema siempre rodeado de polémica en Francia. “No será Le Pen quien represente en ninguna forma la emancipación de la mujer en el mundo y mucho menos ante las libanesas”, reacciona en Beirut Rana Saleh, estudiante de informática.

Fuente: El País

20.02.17

Luterándonos: sexo y poligamia

La doctrina[1] de la Iglesia respecto del matrimonio, desde San Agustín en adelante, ha sido siempre constante: el matrimonio es un sacramento que corona una vocación especial por el cual se otorga el derecho a poner los medios para la transmisión de la vida, de allí que “el acto conyugal verificado para la procreación de los hijos o en pago del débito conyugal no contiene culpa o pecado”[2]. Al contrario: el acto conyugal, con sus debidas disposiciones y en la debida es hasta meritorio, según Santo Tomás y toda la doctrina de la Iglesia[3].

Es decir, para la Iglesia, el sexo es algo bueno, no malo pero, como todas las cosas, debe “ubicado”, es decir, regulado.

 

-          “El agua es buena para el cuerpo, pero demasiada puede matarnos - dijo el suicida al arrojarse desde un puente…

 

Para Lutero, al contrario, el sexo era un pecado necesario y se encontraba “entre los más grandes y execrables pecados mortales”[4] que sólo podían satisfacerse en el matrimonio (aunque no sólo en él):

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18.02.17

Luterándonos: la castidad imposible

Hace más de un año que venimos leyendo a este impecable “testigo del Evangelio” que fuera Martín Lutero. Confesamos que nos hemos asombrado y hasta escandalizado, no con él, sino con nuestros catequistas antediluvianos que nos quisieron transmitir una religión “de los perfectos”, “avinagrada” y fascistoide.

Siguiendo los consejos actuales y acomodándonos un poco a los tiempos, hemos seguido buceando en el pensamiento del fraile agustino.

Venga entonces la nueva serie de “luterándonos” que, esta vez, comienza con la sexualidadla masturbación y la poligamia: todas estas otras maravillas que hoy se disfrutan sin complejos ni tabúes.

Aclaro de antemano para quienes no tengan “la fe de la gente sencilla” (como dice mi amiga Sor Caram) que Lutero no habló por entonces del “puti-monio”, los trans, la sexualidad de la Virgen y el post-porno; las brevas no estaba maduras aún. Hoy parece que sí…

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

PS: como siempre, seguimos a Lutero en sus fuentes originales.

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