Luterándonos: la vida religiosa
Escribió Lutero desde Wartburg a su amigo Gerbel:
“Hay una vigorosa conjuración entre Felipe (Melanchthon) y yo en contra de los votos de los religiosos y de los sacerdotes, para abolirlos y anularlos: ¡oh! ¡aquel bandido de anticristo con sus escamas, cómo ha servido de instrumento a Satanás para destruir todos los misterios de la piedad cristiana! (…). Dichoso tú que has vencido con el honroso matrimonio aquel impuro celibato”[1].
Y sobre los votos específicamente, agregaba:
“Los votos monásticos son imposibles y anticristianos, pura hipocresía o soberbia (…) El matrimonio es absolutamente obligatorio y necesario para quien tiene órganos de generación”[2].
“Todos los benedictinos, cartujos, descalzos, predicadores, agustinos y carmelitas, es decir, todos los, monjes y monjas están perdidos sin remisión, y nada más que los cristianos a secas se salvarán”[3]. “Si yo tuviese apiñados en una sola casa a todos los franciscanos, prendería fuego a la casa”[4].
“Los votos solemnemente pronunciados delante de Dios son una renegación de Cristo, un engaño diabólico, contrarios al Evangelio, y en tal supuesto, son por ellos difamados como apóstatas aún los religiosos que se han mantenido fieles a Dios”[5].
“Mediante el voto de castidad se reniega de ser hombre, con lo cual cada uno de ellos es invitado a quebrantar los sagrados votos; adelante, pues, decididamente, teniendo ante los ojos a Dios en la recta fe, y volviendo la espalda al mundo con su batahola, taconazos y vocinglería; no escuchar ni mirar nada aunque detrás de nosotros se hundan Sodoma y Gomorra, ni preocuparse de su paradero”[6].
“El que jura castidad es como el que jurase cometer adulterio o cualquier otra cosa prohibida por Dios”[7].
No muy distinto era su odio contra el mismo sacerdocio:
“En otros tiempos, cuando yo era monje, al celebrar por primera vez y leer en el canon estas palabras: Te igitur, clementissime Pater… Offerimus tibi, vivo et aeterno…, me quedé atónito y sobrecogido de horror. Pues pensaba: ¿Cómo puedo dirigir mis palabras a tan inmensa majestad?”. Minutos antes se había dado vuelta al superior diciéndole: “Señor prior, tengo miedo, quiero huir del altar”. Pero el agustino lo animó: “Adelante, siempre adelante”[8].
“Sostengo que después de la consagración hay verdadero pan y verdadero vino, en los cuales está la verdadera carne y la verdadera sangre de Cristo”[9].
“El sacerdote que dice la misa no es sacerdote de Dios sino de Satanás; la misa es un ministerio sacrílego, diabólico, impío, abominable (…). El culto de la misa supera toda impiedad y abominación, de suerte que si otra causa no hubiere para colgar los hábitos, abandonar el convento y detestar los votos, sería más que suficiente esta abominación de la misa… Yo por mi parte, preferiría haber sido adúltero, homicida, rufián y salteador de caminos antes que sacerdote”[10].
En 1522 escribía a un discípulo:
“Precave y aconseja que nadie se haga sacerdote, monje o monja, y que los que ya lo son, cuelguen los hábitos (…). Hagámoslo así por otro par de años y ya verás qué polvo llevan el papa, el obispo, el cardenal, el cura, el monje, las campanas, los campanarios, la misa, las vigilias (…). Todo esto se desvanecerá como una sombra… En este solo año ya hemos hecho una gorda con haber inculcado y escrito estas verdades: ¡qué corta y estrecha se ha quedado la manta de los papistas![11]
En fin…; un hombre que trajo muchos dones espirituales…
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
[1] Enders, III, 241, del 1º de nov. de 1521 (cfr. Heinrich Denifle, Lutero y el luteranismo. Estudiados en sus fuentes,Tip. Col. Santo Tomás de Aquino, Manila 1920, 357).
[2] «Masculus et femina sumus… Deus ad propagationem dedit carnem, sanguinem et semen; non possunt quae Dei sunt servari nisi in matrimonio» (WA 14,471; Von ehelichen Leben [1522]: WA 10,2 p.275-304).
[3] Erl., 10, 87.
[4] Luthers Tischreden in der Mathesischen Sammlung, n. 305.
[5] Weim., VIH, 604 (Cfr. Heinrich Denifle, op. cit., 7).
[6] Weim., XII, 243 y s. (Cfr. Heinrich Denifle, op. cit., 8).
[7] Weim. XII, 242. (Cfr. Heinrich Denifle, op. cit., 10).
[8] Tischreden (WA 1913-21),3556, III, 410-411; 1558, II, 133 (Cfr. Ricardo García-Villoslada, Martín Lutero, t. 1, Bac, Madrid 1973, 115).
[9]WA 6, 508-509 (cfr. Ricardo García-Villoslada, Martín Lutero, t. 1, Bac, Madrid 1973, 477).
[10] Kleine Antwort auff H. Georgen nehestes Buch: WA 38,143.148.165 (cfr. Ricardo García-Villoslada, Martín Lutero, t. 1, Bac, Madrid 1973, 107).
[11] Treue Vermalinung zu alien Christen, Weim., VIII, 682 y s. (cfr. Heinrich Denifle, op. cit., 403).
9 comentarios
Porque, si sólo la Escritura es norma de fe y conducta, ¿dónde queda la solemne afirmación de Jesús: "En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado CASA O MUJER o hermanos y padres o hijos por el reino de Dios, que no reciba mucho más en el tiempo presente y en la edad venidera la vida eterna" (Lc 18, 29 - 30)? Sin hablar del patentísimo celibato del mismo Cristo, que era Dios, pero también hombre.
Y, Lutero, tan "paulino", ¿cómo explica I Cor 7, 32:"El no casado se preocupa de los asuntos del Señor, en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer"?
Ni franciscanos, ni benedictinos, ni los contemplativos cartujos, etc,, se libraron de la ira de Martín Lutero, ni los sacerdotes católicos. Me parece que Lutero ha dado claramente indicios de posesión diabólica, ¡terrible!
• «Lutero y Calvino, son dos relajados, haraganes y abandonados, que no quieren celebrar ni oír Misa; por eso la suprimen. Rehúsan administrar y recibir los sacramentos; por eso los niegan; les cansan el rezar; les repugna mortificarse; por eso lo desprecian todo y concluye que todas las buenas obras no son necesarias para salvarse, que basta solo la fe tan regalona como la vida que llevan; fe que reciben tantas formas como son los vicios y pasiones que quieran encubrir cohonestar con su manto. Puede decirse que estos dos cómodos creyentes a su manera que están en el último paso para llegar a perder con la fe la Religión. Dominados por esa fatal indiferencia, viven como animales irracionales, y se cumple la sentencia del Apóstol: «el hombre animal no percibe aquellas cosas que son del Espíritu de Dios» (1Cor 2,14). Por esto nos exhorta el mismo Dios por el profeta en el Salmo 31,v.,9: «Guardaos de ser semejantes al caballo y al mulo, los cuales no tienen entendimiento» Y luego añade: «Sujeta, ¡oh, Señor!, con cabestro y freno las quijadas de los que se retiran de ti o rehúsan obedecerte. Muchos dolores le esperan al pecador; más al que tiene puesta en el Señor su esperanza la Misericordia le servirá de muralla». Ved aquí hermanos e hijos muy queridos en Jesucristo, explicada aquella palabra Misterio (cf. Ap 17,5), que está escrita en la frente de la fe falsa que con copa dorada en la mano, pero llena de abominación, convida a todos a apurarla y hacen eternamente desgraciados a los que le siguen. Visten de púrpura, pero esa púrpura es como la vestía el Epulón, de quien habla el Evangelio (Lc 16,19) y nos dan muestra de los que se van al infierno. (San Antonio María Claret, de los escritos pastorales; «Exhortación pastoral sobre las biblias protestantes». Págs. 339s. Biblioteca de Autores Cristianos, 1997.)
La fe de Martín Lutero no era verdadera, sino como la del demonio. Por eso fue duro y escarnecedor de la Iglesia Católica y del Papado.
Muchas gracias por su excelente artículo para que no se nos olviden las enseñanzas pre-Vaticano II sobre los herejes que venían desde Trento.
Y no olvidar que el Paráclito siempre tiene nuevos carismas para arreglar los problemas temporales y San Francisco de Asís o el Santo Cura de Ars son ejemplos.
El que se acerca al león rugiente cae según nos dijo San Pedro.
La Sagrada Familia nos ayuda a todos, siempre.
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Totalmente de acuerdo, Vicente. Pero la unidad se da en la verdad, si seguimos las palabra de Nuestro Señor. (Jn, 17,17-22) "Padre, santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad. Mas no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno". Dios lo guarde y feliz domingo. PJOR
Como buen servidor del demonio, se desgastó noches y días enteros buscando la manera de safarse del camino estrecho de la santidad y prefirió culpar a la iglesia de Cristo por no "justificarle" su oprobio, sus infernales pasiones.
No se de donde sacan que tenemos que agradecer los "dones espirituales y teológicos" que recibimos a través de la reforma... es que ni hubo dones, y mucho menos espirituales y teológicos.
A la reforma protestante solo le debemos llorar y orar a sus dolientes y a sus victimas, ya que el ejemplo y las tesis de Lutero lejos de traer santidad y corrección a la iglesia, lo que hicieron fue arrastrar consigo a un gran número de ovejas fuera del redil para ponerlas en camino hacia la puerta ancha de la perdición. Tanto que criticó a los papas y al clero corrupto, y él con la viga gigante en su ojo jamás pudo quitar la mota del otro que supuestamente tanto le "mortificó".
Perdonenme, pero todos estos desmánes a los que hemos estado sometidos por tantos años solo demuestran que el humo de satanás verdaderamente invadió a la iglesia. Hoy en día se debería reconocer con humildad que fue muy mala idea haber persiguido con ferocidad a aquellos hombres de fe que se opusieron de corazón a abrir las pequeñas rendijas del modernismo que supuestamente pretendian hacer mas "cercana: la iglesia al mundo. Hoy estámos llorando con lagrimas de sangre el no haberlos escuchado.
Por los frutos los conocereís dijo el Señor y los frutos de la iglesia post-conciliar solo han sido pérdida de la fe, de la piedad, del amor a Cristo, a la iglesia y al anhelo de santidad.
Laudetur Iesus Christus!
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