El fraile español que empleó cifras falsas para denunciar los abusos de los conquistadores

Salvo la generalización que hace acerc de las encomiendas, el resto vale la pena, especialmente viniendo del medio que viene.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi


 

El fraile español que empleó cifras falsas para denunciar los abusos de los conquistadores

Por César Cervera

 

Bartolomé de Las Casas no es el malo de la película, aunque tampoco es el bueno. Para defender una causa justa se valió de datos falsos o poco precisos, que más tarde empleó la propaganda extranjera con el propósito de levantar la Leyenda Negra contra España. En verdad, algunos conquistadores aprovecharon las encomiendas para abusar de los indígenas en contra de las recomendaciones de la Corona española, pero las cifras fueron exageradas adrede para que la voz de los críticos fuera escuchada. ¿20 millones de muertos causados por la violencia y abusos de los conquistadores? Los extranjeros dieron por buena esa cifra hasta que los propios enciclopedistas franceses cuestionaron su verosimilitud. El daño, no obstante, ya estaba hecho.

Nacido en Sevilla a finales del siglo XV, Fray Bartolomé de Las Casas era hijo de uno de los hombres que acompañó a Cristóbal Colón en uno de sus viajes y, él mismo, viajó en 1502 al Nuevo Mundo. Durante esta primera estancia en América, el sevillano se convirtió en encomendero, que era una forma de esclavitud encubierta.

Encomiendas, una esclavitud silenciosa

Esta institución sirvió para canalizar la ambición de los conquistadores de un sistema feudal en América, ante la incapacidad de las fuerzas reales de hacer valer su autoridad. Como explica el libro «La empresa de América: los hombres que conquistaron imperios y gestaron naciones» (EDAF), el proceso consistía en «encomendar» a un grupo de indígenas a un conquistador, un encomendero, como si se tratara de un vasallaje pero sin cesión de tierras.

Todo indígena varón entre los 18 y 50 años de edad era considerado tributario, lo que significaba que estaba obligado a pagar un tributo al Rey en su condición de «vasallo libre» de la Corona castellana o, en su defecto, al encomendero que ejercía este derecho en nombre del Monarca. Las encomiendas, no en vano, eran una cesión de los Reyes Católicosa cambio de que los conquistadores corrieran con los gastos de la evangelización, pues debían pagar, entre otros costes, el hospedaje del cura doctrinero.

En 1510, Bartomomé de Las Casas se ordenó como sacerdote y en los años siguientes ejerció como capellán castrense. ¿Cuándo se encendió en su ánimo esa preocupación por los indígenas? Tradicionalmente se emplaza sus preocupaciones a la matanza de indios en Caonao y la tortura del cacique Hatuey, en Cuba. Sin embargo, no sería hasta 1523 cuando ingresó en la Orden Dominicana y empezó su campaña en defensa de la población indígena y en contra de las encomiendas. Su texto clave fue «La Brevísima relación», dedicada al Príncipe Felipe con la intención de que el futuro Rey de España conociera las injusticias que cometían los españoles en América.

Guillermo de Orange ataca a España

El libro iba dedicado al Príncipe Felipe, pero quien más rédito le sacó a largo plazo fue Guillermo de Orange, el hombre que encabezaba en los Países Bajos la rebelión contra el Imperio español. Orange buscaba la forma de debilitar a España a través de la propaganda y se valió de las exageradas cifras del dominico para criticar la conquista de América y pintar a los españoles como esclavistas crueles. Coincidiendo con las negociaciones entre el nuevo gobernador de los Países Bajos, Alejandro Farnesio, y los líderes de las provincias de Flandes más católicas para volver a obedecer al Rey español, lo que vendría a llamarse la Unión de Arras, apareció enAmberes la primera edición francesa de la Brevísima.

El protestante flamenco que tradujo el texto le dio un título largo pero muy intencionado: «Tyrannies et cruautés des Espagnols perpétrées ès Indes occidentales, qu’on dit le Nouveau Monde, brièvement décrites par l’évêque don frère Barthélemy de Las Casas ou Casaus, de l’ordre de saint Dominique, traduites par Jacques de Migrode pour servir d’exemple et d’avertissement XVII provinces du pays». La estrategia de Orange pasaba por advertir a los católicos de que entenderse con los españoles era hacerlo con opresores de naciones, como así lo habían demostrado en las Indias, que no tardarían en hacer lo mismo en los Países Bajos.

Las traducciones de la Brevísima se multiplicaron en Europa y alcanzaron un número superior a las 62 ediciones. Y por si quedaba alguna duda en el título sobre la maldad de los hispánicos, el traductor sustituyó todas las menciones a los cristianos por la palabra españoles, lo cual tergiversa completamente el texto original del fraile. Como apunta el hispanista Josep Pérez en su libro «La leyenda negra» (Gadir), la intención de Bartolomé de Las Casas era «mostrar la contradicción entre el fin, la evangelización de los indios, y los medios utilizados: la guerra, la esclavitud, el trabajo forzoso, los malos tratos; porque así no se comportaban los cristianos sino los mahometanos. El que fueran españoles era secundario». Es decir, que la crítica no estaba enfocada contra los españoles, sino contra los malos cristianos.

El artículo 35 prohibía directamente las encomiendas y el artículo 31 ordenaba que los indios sometidos a encomiendas.

Pero más allá de este uso propagandístico, el trabajo de Las Casas buscaba acabar con los abusos y se engloba dentro de la mala fama que arrastraban los conquistadores, incluso a ojos de la Corona. La orden de los dominicos, la mayoría de teólogos y los profesores más eminentes, entre ellos Francisco de Vitoria, cargaban sin descanso contra la actuación de algunos conquistadores, a los que retrataban como gente violenta, grosera y carente de perspectiva. El fraile español fue muy influyente en la corte castellana y consiguió materializar sus protestas en 1542, con las Nuevas Leyes para el Tratamiento y Preservación de los Indios, que acabaron de golpe con la indefinición legal reinante en América.

Estas leyes consideraban a los reinos de Indias en los mismos términos que a otros tantos dentro del Imperio español –como podía ser Aragón, Navarra, Sicilia, etc– y clasificaba definitivamente a los indios como súbditos de pleno derecho de la Corona, lo que impedía que fueran esclavizados bajo ningún supuesto. Concretamente,el artículo 35 prohibía directamente las encomiendas y el artículo 31 ordenaba que los indios sometidos a encomiendas. Pero, ya se sabe, del trecho al hecho hay mucho trecho.

Los franceses del siglo XVIII cuestionan las cifras

Otras muchas leyes para atajar los abusos se sucedieron desde Madrid –al igual que las revueltas por parte de los encomendadores– y causaron la indignación de un Rey, Felipe II, acostumbrado a que sus órdenes se cumplieran al milímetro, pero que veía en la distancia con América una barrera insalvable: «Yo he sido informado que los delitos que los españoles cometen contra los indios no se castigan con el rigor que se hacen los de unos españoles contra otros (…) os mando por ello que de aquí en adelante castiguéis con mayor rigor a los españoles que injuriaren, ofendieren o maltrataren a los indios, que si los mismos delitos se cometieses contra los españoles».

Las buenas intenciones de Las Casas y su éxito político solaparon algo evidente: sus cifras no se sostenían, y así lo denunciaron un puñado de autores españoles con escasa repercusión. En el extranjero la Leyenda Negra dio por ciertas las palabras del fraile y hasta el siglo XVIII no se empezaron a poner en cuestión. En «El Ensayo sobre las costumbres» (1756), Voltaire reconoció que Las Casas exageró de forma premeditada el número de muertos e idealizó a los indios para llamar la atención sobre lo que consideraba una injusticia.

«Sabido es que la voluntad de Isabel, de Fernando, del cardenal Cisneros, de Carlos V, fue constantemente la de tratar con consideración a los indios», expuso en 1777 el escritor francés Jean-François Marmontel en una obra, «Les Incas», que por lo demás está llena de reproches hacia la actitud de los conquistadores. Así y todo, la Revolución francesa y la emancipación de las colonias en América elevaron a de Las Casas a la categoría de benefactor de la Humanidad e hicieron olvidar otra vez los trabajos de Voltaire. Asimismo, la emancipación de las colonias disparó la publicación de ejemplares de «la Brevísima».

Fuente: http://www.abc.es/historia/abci-bartolome-casas-fraile-espanol-cifras-falsas-para-denunciar-abusos-conquistadores-201607060439_noticia.html

17 comentarios

  
Menka
He oído que la principal causa de las muertes de indígenas fue la gripe española, de la que estos no eran inmunes. Como el resultado, la gripe hizo el estrago entre la población. Es posible que esas cifras se aprovechen para atribuir la autoría a los españoles.

Por otra parte, matar a veinte millones de personas es imposible. Con bombas atómicas y armamento moderno, a lo mejor. Pero Obama en su visita a Japón no se disculpó por el uso hasta filmado de la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki, después de bombardeo masivo de otras 67 ciudades japonesas, estando Japón ya de rodillas y no representando peligro alguno.

Las manipulaciones con cifras hacen muchísimo daño. Cuando en 1979 Juan Pablo II visita Auschwitz, se encuentra las placas que indicaban más de cuatro millones de asesinados.

En 1995 fueron colocadas otras indicando un millón y medio de muertos. Esas las encontró Benedicto XVI en su visita al campo de concentración en 2006.

El Museo Americano de Auschwitz actualmente señala 1.089.000 de víctimas como máximo. ¿Cuándo se corregirá esto en los libros de texto y en telediarios y documentales y la prensa al uso?

El País ayer tuvo un titular indicando que el terrorista (¿islámico?) en Bélgica lo hizo a grito de "Dios es grande", a diferencia de titulares de otros medios. De esa forma, todos los que creen son también culpables. Culpable es la religión en general.
08/08/16 1:35 PM
  
jordi
Las enfermedades, por ejemplo la Peste Negra de 1350, causó decenas de millones de muertes en Asia y Europa, casi despoblando comarcas enteras. Se dice que un tercio de europeos murieron.
08/08/16 1:46 PM
  
Francisco Javier
De Las Casas, el primer buenista católico en Hispanoamerica.
08/08/16 2:28 PM
  
Néstor
Interesante el dato sobre Guillermo de Orange.

Saludos cordiales.
08/08/16 3:04 PM
  
Loyolo
Me parece un mal artículo con algún dato interesante. Suele ser lo habitual del autor en ese diario.

Habla de "colonias" cuando fueron provincias.
No ha cuidado el texto (es "del dicho al hecho hay un trecho" no "del trecho al dicho..." Eso no tiene sentido.

Hace ver que existía un vacío legal respecto de los indíginas y esto no es cierto. Ya queda claro en el testamento de Isabel la Católica que el trato a los amerindios debe ser igual al de cualquier otro súbdito de la corona.

En fin, don Javier. Suele ofrecernos artículos mucho mejores que este.

Un saludo

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El artículo vale por sus datos.

- Tiene razón respecto las "colonias". Lo he repetido hasta el hartazgo aquí con Ricardo Levene, en su famosísima obra homónima, Colección Austral-Ed. Espasa-Calpe, Madrid, 1973.

- El dicho está mal dicho; es verdad.

- Ah, y siguiendo con las correcciones, se dice "indígenas" y no "indíginas". Je. Dios lo guarde. PJOR
08/08/16 3:51 PM
  
JOSÉ IGNACIO
D. Javier:

Rebuscando, encuentro en un artículo de D. Pío Moa -Salvo error-:

"Tales limitaciones tecnológicas convierten en fantasías las estimaciones de población que atribuyen a cada imperio entre doce, veinte y treinta millones de habitantes (...) Es muy improbable que la población de cada uno de esos imperios llegase a la mitad de los cinco-seis millones que España, con tecnología enormemente superior, tenía al comenzar el siglo XVI.
Para Las Casas, en cambio, los españoles masacraron a la gente del imperio azteca, "en cuatrocientas y cincuenta leguas en torno cuasi de la ciudad de Méjico (...) donde cabían cuatro y cinco grandes reinos, tan grandes y harto más felices que España". En aquel país habría muchas ciudades más pobladas que "Toledo, Sevilla y Valladolid y Zaragoza juntamente con Barcelona", de modo que "para andallas en torno se han de andar más de mil e ochocientas leguas" (casi diez mil kilómetros).
Los dislates de Las Casas son tan desaforados que plantean dos cuestiones, una sobre la intención y honradez intelectual del monje y otra sobre la honradez intelectual e intención de quienes le han dado crédito"
.
En fin... Si los datos son rebatibles, rebatanse, de lo contrario,.. a pensar un poco sobre ello; que no vendrá mal.

Gracias Padre, una vez más, por abrir temas tan interesantes.

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Gracias por lo que señala. Déjeme recomendarle un artículo mío aparecido en este mismo sitio: http://infocatolica.com/blog/notelacuenten.php/1407270517-fray-bartolome-de-las-casas-y

PJOR
08/08/16 11:27 PM
  
JOSÉ IGNACIO
Un detalle:

Eso que D. Pío Moa, -al igual que D Gustavo Bueno (no se si ha tratado este tema; pero él mismo está de actualidad, por su reciente fallecimiento)-, por su condición de sedicentes ateos -aunque, con indudable honradez intelectual- no valoran la intercesión de LA GUADALUPANA.

... Más que detalle

08/08/16 11:38 PM
  
Denisovic
Tanto los holandeses como los ingleses se basaron en el informe de Bartolomé de las Casas para crear la leyenda negra contra España. Un estudio sobre su personalidad, refleja un psicología notablemente inestable con tendencia a manipular la realidad y los hechos. Hoy día, como director de cine hubiera triunfado en una línea de cine mediocre, algo parecido a Almodóvar, que basan su arte en potenciar lo desagradable. Más no se les puede pedir.
08/08/16 11:40 PM
  
JOSÉ IGNACIO
Padre:

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Gracias, José Ignacio, por sus afectuosas palabras. Dios lo bendiga mucho. PJOR
09/08/16 12:05 AM
  
Palas Atenea
Menka: Los españoles no generamos gripes, la llamada "gripe española" es la pandemia de 1918, que apareció en América precisamente-Fort Riley-y que recibió ese nombre porque, al aparecer durante la IGM, los periódicos no hablaban de ella por no alarmar a la población. En España, sin embargo, que era un país neutral y no estaba particularmente afectado, los periódicos informaban puntualmente de todas las incidencias de la pandemia, por lo que la información partía de España. Y muy graciosamente nos colocaron el sambenito.
Los españoles pudieron contagiar la gripe estacional a los indios, pero la "gripe española" te aseguro que no.
09/08/16 9:35 AM
  
Palas Atenea
Es más yo diría que la "gripe española" es otro más de los infundios históricos con los que tenemos que cargar, ya que hablamos de Las Casas. Mis abuelos tenían, respectivamente, 24 y 22 años en 1918, yo viví con ellos hasta su muerte y de ellos recogí parte de la historia anterior a mi nacimiento: la ejecución del anarquista Angiolillo, que asesinó a Cánovas del Castillo; la monarquía de Alfonso XIII, la dictadura de Primo de Rivera; la II República y la Guerra Civil; amén de los efectos del hambre en la posguerra (aumento de la tisis, como la llamaban); pero jamás les oí decir nada sobre los efectos de la gran pandemia por estos lares. Tampoco mis abuelos andaluces hicieron referencia a ella. Mi familia no fue afectada por la atroz "gripe española" en ninguno de sus miembros y parece que tampoco los vecinos de los lugares donde vivieron. Lo más posible es que esa pandemia fuera traída por los soldados norteamericanos que se incorporaron a la Gran Guerra.
09/08/16 9:50 AM
  
JOSÉ IGNACIO
Padre:

El artículo enlazado, me ha encantado.

Lo que me parecería más tumbativo (1), para desenmascarar al personaje, había de ser una pequeña relación -si existe-, de casos concretos, al modo como apunta el Sr. Moa: ""para andallas en torno se han de andar más de mil e ochocientas leguas" (casi diez mil kilómetros)"; en línea de lo que Usted indica: "...que veía múltiples ríos donde nunca existieron:..."

Aunque (1), a quien no le interesa la verdad, le dan igual los datos. No hay más que ver la situación actual -refiriéndome sólo a la política, por estos lares (España)-. Se miente sin ningún pudor, ante la evidencia de la falsedad.

Afectuoso saludo.
09/08/16 11:57 AM
  
Un hombre que
Hay algo grandioso, inexplicable, con seguridad vinculado con la transcendencia...pese a quien pese, en el hecho de que en un brevísimo tiempo, se creara un Nuevo Mundo, superando océanos, cordilleras, selvas, distancias atroces, con tecnología limitada, construyendo ciudades, extendiendo la Cruz, originando una nueva civilización que no pretendió sin más ser "España alli", sino "Una Nueva España", una realidad distinta e innovadora. Me siento, como español, profundamente unido a esa Historia, a la experiencia evangelizadora, y soy parte de Hispanoamérica, como siendo en el corazón que todos mis hermanos de allí son parte de la España verdadera.
09/08/16 12:00 PM
  
Juan A.
La des-educación desde hace décadas en España, también da predicamento a todo lo antiespañol. El marsismo cultural socialista ha llenado-vaciado a todo el país de lo peor y las peores mentiras.
Casi todo el planeta sigue sus pasos. El mundo occidental es la nimiedad, la estulticia, la vacuidad...personificadas.
09/08/16 2:10 PM
  
Gerardo García
¿Porqué nadie dice que Las Casas era CRIPTOJUDÍO, como tantos otros en esa época?
Era descendiente de conversos, marranos, como muchos de los que se establecieron en las Indias y se dedicaron a esclavizar a los indígenas.
¿Porqué dijo lo de sustituir a los indios por ESCLAVOS NEGROS?
Porque aunque cristiano por fuera, era judío por dentro. Recordemos que los camitas (los negros) son profundamente despreciados en el Antiguo Testamento. Las Casas creía que los indígenas de América eran los descendientes de las TRIBUS PERDIDAS DE ISRAEL, y por eso propuso la esclavitud de los negros.

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Estimado: dígame en qué fuentes ha encontrado ud. eso. Yo lo he oído por allí, pero nunca de fuente seria, aunque lo dudo, porque de lo que sí se estaba seguro en su época es que a América sólo pasaban quienes tenían un certificado de sangre (familia) impecable. Gracias. PJOR
09/08/16 8:10 PM
  
Gerardo García
http://personal.us.es/alporu/histsevilla/judios_sevilla.htm

Muchos y muy bien relacionados fueron y estuvieron los judaizantes de Sevilla. Pese a las presiones de la Inquisición, disfrutaban de buenos puestos concejiles y hasta de la protección de algunos nobles como el Duque de Medina Sidonia. La aristocracia intentó prestar apoyo a sus criados, contadores y mayordomos en los momentos de supremo apuro, ofreciéndoles acogida en sus señoríos, como si la Inquisición sólo valiera en las tierras realengas. Desgraciadamente, el brazo del Santo Oficio era demasiado largo.

Claro que, alcanzar ciertos cargos no era muy difícil, cuando el Estado arbitró las composiciones y sacaba los oficios a pública subasta; ellos, con sus capitales, podían hacer frente a las peticiones del soberano y comprar los empleos, y hasta sortear a los molestos estatutos de limpieza de sangre sobornando testigos falsos y cambiando apellidos. O para adquirir licencias y pasar al Nuevo Mundo, zona que les estaba prohibida, pero que también una composición les abrió en 1511. Este pase a ultramar se les facilitó más adelante, a raíz de la unión de las dos coronas ibéricas (España y Portugal), pues en este lapso, los conversos lusitanos sobre todo, aprovecharon la ocasión para entrar en Brasil, Río de la Plata y Perú.

Conversos ricos figuran al lado de mercaderes italianos, colaborando o rivalizando, en productivos negocios del comercio y del préstamo-banco. A veces la colaboración concluía en enlaces matrimoniales, como aconteció con los padres de Mateo Alemán del Nero. El monto de sus fortunas y el caudal de sus negocios, así como su medro dentro de la vida política, les iba a acarrear disgustos.

A partir de 1508 fue cuando Fernando el Católico propuso a los descendientes de personas condenadas o reconciliadas por la Inquisición las citadas "composiciones". En virtud de ellas, la Corona hacía un cómodo negocio con los cristianos nuevos, que entregaban unas cantidades y veían paliadas o anuladas una serie de medidas dadas contra ellos. En concreto, en ésta debían pagar 20.000 ducados de oro a cambio de poder recuperar los herederos de los penitenciados en el Arzobispo de Sevilla y Obispo de Huelva (zona del de Medina Sidonia), los bienes confiscados a sus antepasados. Es de suponer que muchos los habían recobrado ya, y que el soberano no hacía otra cosa que reconocer unos hechos consumados. Es también digno de notar que en el negocio tuvieron parte cristianos nuevos, los cuales se prestaban a extorsionar a sus correligionarios. Una nueva composición (1511), incorporaba a las ventajas de 1508, la posibilidad de viajar a las Indias durante dos años para negociar, y la casi rehabilitación social. Claro que ahora se les pedía 80.000 ducados, a pagar en plazos como la vez anterior.

Dejando de lado los obstáculos que había que salvar antes de lograr lo concedido- lentitud burocrática, celo de la Inquisición, etc.- lo importante radica en que la composición de 1511 corrobora algo dicho: que los judíos sevillanos ocupaban puestos públicos y habían solicitado del rey que se legalizara su situación. Asimismo, los padrones confeccionados a raíz de esta "merced" permiten atisbar un grupo de conversos sevillanos, con apellidos conocidos: Alcázar, Alemán, Baena, Bernal, Cazalla, Franco, Las Casas, Roelas, Luque, Morcillo, Ortiz, Palma, Santaella, Sisbón, etc. Notables por sus apellidos, puestos y hasta número.

Conviene recordar dos cosas en este momento: que en 1480 hubo una intentona de conspiración o sublevación y que en 1482 se habían expulsado parcialmente a los judíos de Sevilla, los cuales eran los más numerosos y poderosos del país. Muchos de los perseguidos se refugiaron en tierras de nobles -duque de Medina Sidonia-, en tanto que otros que continuaron en la ciudad se vieron igualmente amparados por notables personajes.
Que todo esto es así lo demuestra la sublevación de 1520, vinculada al movimiento de las Comunidades, pero de opuesto carácter. Porque si tras el fenómeno de judíos conversos instigando, subvencionando y participando en ellas, en el movimiento sevillano los nuevos cristianos son uno de los blancos u objetivos de los amotinados. En el suceso figuran conversos y familiares como Francisco de Alcázar, Gonzalo Suárez, etc. Los ricos comerciantes de la calle Génova, que formaron una compañía para defenderse de los alzados, bien pudieran ser todos conversos -algunos sí que constan- sabedores de que el saqueo de sus casas y negocios fue uno de los objetivos que los amotinados se propusieron, junto con la expulsión de los judaizantes enquistados en el Cabildo con el apoyo de la casa de Niebla y Medina Sidonia. Conversos eran el Veinticuatro Francisco del Alcázar y Alonso Gutiérrez de Madrid, los jurados Antón Bernal y Juan de Torres; conversos lo eran también diversos empleados administrativos de la casa de Medina Sidonia. Francisco de Alcázar, tesorero de Sevilla y señor de la Palma, hombre que gozaba del apoyo de la casa ducal citada, polarizaba el odio de todos los "pobres caballeros" fastidiados por su encumbramiento y poderío, según confiesa el anónimo autor-testigo de "El discurso de la Comunidad de Sevilla".

La calidad de los judaizantes o conversos sevillanos o del reino de Sevilla, se aprecia al repasar la nómina de intelectuales tachados como de tales. Con ascendencia conversa se citan al filósofo Sebastián Fox Morcillo, al lingüista Arias Montano, al novelista Mateo Alemán, al clérigo Bartolomé de las Casas, al poeta Baltasar de Alcázar, al fundador de la Universidad hispalense Rodrigo Fernández de Santaella, y a algún que otro cardenal-arzobispo. Son simples botones de muestra de un grupo que supo infiltrarse en las altas esferas donde dominaba el capital, la política, la cultura o la religión, pese a los estatutos de limpieza de sangre (el Cabildo catedral lo impone en 1515 y la Universidad en 1537). Grupo que, al revés que el morisco, disminuyó biológicamente. No sufrió continuas cortapisas como aquéllos, ni la expulsión final, pero sí el repudio ante posible sangre herética.


Contra este cerco espiritual se debatió el dramaturgo Mateo Alemán, que cambió de apellidos, sobornó a testigos y acabó yéndose a México rezumando rencor en su Guzmán de Alfarache. Es este un patético ejemplo; pero la verdad es que los judaizantes no debieran estar entre los grupos inasimilables, ya que si bien es cierto que muchos mantuvieron en secreto sus antigüas creencias, otros hicieron lo imposible por arrancarse cualquier vestigio que delatara su condición o la de sus antepasados.
10/08/16 11:44 AM
  
Gerardo García
PJOR:
En este momento no estoy en mi domicilio habitual, y mi veraneo de jubilado es largo, por lo que no tengo a mi alcance documentación sobre este tema, que tenía previsto reanudar para octubre o noviembre.
Pero de todas las maneras, una de las cosas afirman en el blog es que los marranos no podían pasar, cuando lo cierto es que pasaron desde el primer momento, incluso acompañando a Colón y proponiendole, y el encantado, la esclavización de los indios.

Con más tranquilidad, y en la medida de mis posibilidades, aumentaré estas informaciones.
10/08/16 12:02 PM

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