¿Evolucionismo católico? El caso del padre Teilhard de Chardin (2-2)
Los argumentos antitelhardianos de Meinvielle
Meinvielle explicaba que hay dos modos de interpretar a Teilhard “el uno, restando importancia a sus conceptos de creación, pecado, redención, etc., considerándolos extraños a su sistema, conceptos que podrían desgajarse y enviarse a un Apéndice”. Este es el modo de leerlo de Henri de Lubac. El otro es considerar esas páginas “como fundamentales … para develarnos el verdadero Teilhard de Chardin”. Este es el modo de interpretarlo de Philippe de la Trinité, Guérard des Luariers, Charles Jugnet y André Combes “y es también el que a nosotros nos parece correcto”, señalaba el sacerdote argentino.
La crítica de Menvielle a las ideas del jesuita es enorme. En este comentario, solo trataremos algunos. Ellos son: el método, la concepción de evolución generalizada y los errores que se derivan de ella: el concepto de Dios y de la materia, la trascendencia del alma espiritual, la creación del hombre, el problema del mal y del pecado, los misterios cristianos de la Encarnación y la Redención, la vida cristiana.
Respecto del método, el sacerdote argentino señala que si bien Teilhard decía que su objeto de estudio era “el fenómeno”, no explicitaba cuál tipo porque, señala Meinvielle, había muchos, con sus peculiaridades (físico-químicos, biológicos, psicológicos, sociológicos y espirituales”), y cada uno requiere un método. Y afirma: “Reducir todos estos fenómenos al denominador común de fenómeno y en consecuencia querer aplicarles un tratamiento uniforme y homogéneo es, de entrada, emplear un método errado que deberá llevar a incalculables y gravísimos errores”. Pero, además, “no es cierto que Teilhard se mueva siempre en el terreno de la observación fenoménica. Pues habla a veces de realidades que sólo se pueden alcanzar por el conocimiento racional o por la revelación divina y que en consecuencia, rebasan absolutamente el campo de los sentidos en que se sitúa la observación fenoménica científica”. Ese es el caso de su evolucionismo universal cuya escala de análisis no admite “como certezas empíricas conclusiones en las cuales la dosis de hipótesis y de suposición es muy elevada”. O, dicho de otra manera: lo que él presentaba era una teoría que no estaba basada en evidencia científica.
Justamente, el corazón del sistema telhardiano era una construcción teórica, la de la evolución transformista. Antes de analizarla, Meinvielle aclara que:
“la filosofía cristiana no se opone a la posibilidad de la evolución, aún extendida a toda la naturaleza material, ni tampoco al salto, por vía evolutiva, de la materia inorgánia a la vida, con tal de que se salve el principio de causalidad que exige que el efecto no sea mayor que la causa. Por tanto… será necesario sostener la acción, verdaderamente creativa de un Dios personal omnipotente que inicia, por el acto de sacar de la nada la primitiva materia, y dirige todo el proceso evolutivo, aunque valiéndose, como de causa instrumental, de las virtudes previamente depositadas en dicha materia. También será necesario sostener el carácter estrictamente espiritual del alma humana que solo puede ser efecto inmediato de la misma acción creativa divina”.
Pero el evolucionismo transformista de Teilhard no cumplía con estas exigencias. Él sostenía una evolución cuyos eslabones eran la Cosmogénesis, Biogénesis, Noogénesis y Cristogénesis. Era un proceso total y lineal (un progreso, se podría decir), que comenzaba con lo Múltiple y, en una trayectoria en forma de cono -explicaba el francés-, “lo Múltiple se va enrollando y concentrando en un proceso evolutivo de convergencia que llega a la Noosfera, que es el estado de homización”. Dentro de esta última fase, en la actualidad se vivía un proceso caracterizado por la planetización, el progreso y la socialización, en que las conciencias, aunque sin perder la personalidad se agrupaban formando -decía el jesuita-, “una sola unidad orgánica mayor, cerrada sobre sí misma, una sola arqui-molécula hipercompleja, hipercentrada, hiperconsciente, coextensiva al astro sobre el cual ha nacido”[1]. Es decir, como hacía unos veinte o treinta mil años el hombre no tenía progreso perceptible, Teilhard arguía la conformación de una nueva entidad, la del “hombre-colectivo”, que era igual a la adquisición de “una circunvolución suplementaria del cerebro, un verdadero progreso”. Progreso considerado como el ascenso de la conciencia que afectaba la organización; progreso, según el paleontólogo, de “concentración económica señalada por la unificación de la energía de la Tierra; concentración intelectual; concentración social por la unificación de la masa humana en un conjunto pensante”. Es que en virtud de la Evolución Convergente, el progreso era automático y continuo “de socialización, de planetización y de convergencia científica, técnica y social, filosófica y religiosa, hasta formar un alma común”. Esta alma humana común se encaminaba hacia el establecimiento de “las bases posibles de un credo humano común” que había de encontrar “una fe renovada en el progreso humano”.
El fin de este proceso es la Pleromización de Cristo, el Punto Omega que era un Dios Personal hacia Quien convergía necesariamente el Universo.
¿Qué pensar de todo esto?, se pregunta Meinvielle: “Que si se trata de divagaciones poéticas pueden ser verosímiles, pero como verdades científicas no tienen base ninguna”. Además, más allá de la planetización, el sacerdote argentino se pregunta cómo Teilhard no advertía la falta de progreso moral en el mundo. No entiende cómo un hombre que había pasado por dos guerras mundiales podía estar convencido de este progreso ineludible. La respuesta la halla en el teólogo protestante Chirbonneau quien consideraba a Teilhard un hombre anterior a la Gran Guerra, cuando todavía la fe en el progreso tenía vigencia.
Pero, en rigor, para Meinvielle, el problema de este sistema era que desfiguraba y contradecía los principios de la fe católica.
Así, frente al concepto de creación, Teilhard señalaba que en el origen estaban los dos polos, Dios y lo Múltiple. Infinitamente rarificado, lo Múltiple, aniquilado por esencia, dormía en las antípodas del ser uno y concentrado”. “Crear -señalaba Teilhard-, es condensar, concentrar, organizar y unificar”. Consecuentemente, dice Meinvielle que: “Al hacer del unir la esencia propia del ser, sostiene que lo Múltiple, propiamente no es, o podría no ser en absoluto sino porque al estar disociado, desunido no es, ya que ser es estar unido. Hay en Teilhard un verdadero maniqueísmo porque lo Múltiple, esa Nada positiva, no viene de Dios, sino que es independiente de Él y se le opone como un principio a otro principio”.
Esta negación del concepto de creación desencadenaba otros errores. Uno era la concepción de Dios. Al respecto, el autor francés sostenía:
“En el mundo objeto de la creación, la metafísica clásica nos había acostumbrado a ver una especie de producción extrínseca, salida, por benevolencia desbordante, de la suprema eficiencia de Dios. Invenciblemente… me veo llevado a ver ahora en él un misterioso producto de integración y perfeccionamiento para el Ser absoluto mismo”.
Un Dios que está metido en el proceso evolutivo casi necesariamente. Este Dios que unía y no creaba es objetado por Meinvielle: “¿Qué Dios es éste, que se perfecciona intrínsecamente con la misma criatura? Teilhard, que nos prometía quedarse rigurosamente en el más estricto campo de los fenómenos, penetra en lo más alto de la metafísica, pervirtiendo con sus falsos conceptos imaginativos, las más altas y delicadas nociones referentes a la Esencia divina y a la esencia creada”.
Igualmente se pregunta Meinvielle por el concepto de materia: “¿Qué es la materia?”, “¿lo Múltiple?”, “¿la Nada positiva?” Lo cierto es que por el postulado telhardiano de que “lo que se manifiesta claramente en un nivel dado de Universo, debe existir, al menos en un grado infinitesimal, en todas las otras capas del Universo”, se podía decir que, para Teilhard, la materia tenía vida, conciencia y espíritu; por eso la llamaba “Divina Materia porque es crística y divina”. Subyacía en esta interpretación, dice Meinvielle, un panmecanicismo porque los cambios en el estado sintético de la materia provocaban una transformación “de la naturaleza en el estado de conciencia de las partículas del Universo”. O, dicho de otro modo, afirma el sacerdote argentino: “la estructura específica de los seres en el plano inorgánico, biológico y humano” se debía a un simple arreglo o “acondicionamiento de las primitivas partículas materiales”. Por lo tanto, también era un pan-materialismo porque la evolución subía accionada por una doble energía que está dentro de hasta la última partícula del universo: la energía radial o espiritual que lleva hacia arriba, y la energía tangencial que lleva hacia adelante y que es material. Y como decía el autor francés “… lo más revolucionario en el fondo y lo más fecundo en nuestro tiempo es la relación que ésta (la energía) deja aparecer entre la materia y espíritu: no siendo el espíritu ya independiente de la materia ni opuesta a ella, sino emergiendo laboriosamente de ella bajo la atracción de Dios por vía de síntesis y de contracción”.
En este movimiento inexorable, la trascendencia del alma espiritual e inmortal del hombre quedaba opacada, puesto que no había espacio para la intervención de Dios como dación del alma espiritual, señala Meinviele. Asimismo, el transformismo evolucionista atacaba el dogma del monogenismo puesto que la descendencia de una primera pareja era inaceptable para Teilhard, al afirmar que, “desde el punto de vista de la ciencia, el primer hombre es y no puede ser sino una multitud, y su juventud está hecha de millares y millares de años”.
Otra interpretación del paleontólogo francés dañaba el concepto de mal y de pecado. Decía: “En sí lo Múltiple puro, inorganizado no es malo, pero por ser múltiple, es decir sometido esencialmente al juego de las probabilidades en sus ordenaciones no puede en absoluto progresar hacia la unidad sin engendrar el Mal aquí o allá por necesidad estadística… el Mal es un subproducto inevitable”. Es decir que el mal y el sufrimiento es “ante todo la consecuencia y el precio de un trabajo de desarrollo”. Por eso se pregunta Meinvielle: “¿Es este el concepto cristiano del mal moral o de pecado? ¿Dónde aparece en la exposición telhardiana la criatura inteligente y libre, quebrando con su pecado el plan del Creador?”.
Al alterar la noción de pecado se deducían nuevos errores para la Fe. Por ejemplo, no había forma de conciliar la Encarnación, “efectuada en vistas de la Redención del género humano para compensar condignamente la culpa que había introducido Adán”, con una falla mecánica de la evolución, tal como lo sostenía Teilhard. Este creaba, entonces, una interpretación personal al señalar que la Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo era una especie de “acabamiento mismo del Cosmos” exigido por el proceso evolutivo, relacionado con el misterio (establecido por él) de la Pleromización o misterio de la unión creadora del mundo en Dios.
También, el padre Meinvielle explica otra consecuencia de este sistema que era la defiguración de la práctica de la vida cristiana porque “si el pecado no es una ruptura del orden primitivo creado por Dios sino es un residuo o desperdicio, ¿qué sentido tiene la gracia como sanadora de lo herido?”.
De este modo, Teilhard preconizaba una fe nueva, sobre la cual hablaba en su obra Lo Crístico. Su Dios era “no sólo cristiano sino transcristiano” como él le decía a su amiga Maryse Choisy. O, en otra carta que reproduce Meinvielle, dirigida a un dominico que había dejado la orden, donde el jesuita francés lo invitaba a trabajar para la construcción “de la nueva religión” desde adentro de la Iglesia misma.
Por último, resaltamos dos aspectos discutibles de Teilhard señalados por el autor argentino. El primero era la interpretación de la crisis del hombre actual, causada, según Teilhard, por el divorcio entre la Fe cristiana y la Fe en el mundo. Por eso, él criticaba los humanismos del siglo XX que deshumanizaban con su cielo bajo, y a las religiones que subhumanizaban por crear “una atmósfera rarificada de un cielo demasiado alto”. Las religiones, entonces, se tenían que transformar. Y afirmaba: “ya pasó el tiempo en que Dios podía imponérsenos desde fuera simplemente como un amo. El Mundo no se arrodillará de aquí en adelante sino frente al centro orgánico de su evolución”.
Conjugar Cristianismo y Mundo, sin hacer las discriminaciones necesarias con respecto a la naturaleza y condiciones de este, introducía serias ambigüedades, resalta Meinvielle. ¿A qué mundo se refiere Teilhard? Al mundo como salido de la mano de Dios o al Mundo como enemigo del hombre. No se exponía esta distinción. Si el mundo podía ser perverso, “no hay derecho para interpretar el mundo con una noción exclusivamente relacionada con la Cristogénesis”. Y al no hacer esta diferenciación se daba pie para que el cristiano aceptara movimientos reprobables “como el comunismo, el freudismo, la socialización, el indiferentismo, el totalitarismo, el racismo y aún la eugenesia y la eutanasia”. Y no eran solo deducciones de Meinvielle.
Respecto del freudismo, por ejemplo, en una carta que le escribiera a Maryse Choisy, directora de la revista Psyché, de la cual era miembro del comité de honor, Teilhard discurría, siguiendo a Jung, sobre cómo la Mariología es obra de los hombres célibes como así el Cristo humano es obra de las mujeres. Y criticaba al Dios “horriblemente masculinizado” y proponía un Dios a la vez “cosmizado y feminizado en reacción contra cierto paternalismo neolítico con frecuencia presentado como la esencia definitiva del Evangelio”.
En cuanto al marxismo, en una explicación de la síntesis entre la Fe en lo de Arriba y en lo de Adelante (que él representaba por un gráfico lineal de ejes cartesianos donde el eje “oy” representaba la tendencia cristiana hacia arriba, y el “ox” la tendencia comunista o marxista), proponía “una combinación, una resultante entre estos movimientos y que estaría expresada por la recta or”.
En tercer lugar, Teilhard hablaba de organizar científicamente la energía asimilando los conceptos de energía física y poder moral. “Entones el tratamiento de la energía humana se puede realizar por una ensambladura mecánica artificialmente realizada”… “por un progreso en la organización económica y social”; … “por una ligazón obtenida por ondas hertzianas”. En el tratamiento de la energía humana debía tratarse de “ensayarlo todo, hasta el fin”, “tratarlo todo para saber y poder siempre más”. En igual sentido aceptaba el aporte de la Biología, la Fisiología y la Medicina para, por diversos medios, crear un tipo humano superior. Y en algunas páginas de El Advenimiento del Hombre, el jesuita presentaba, dice Meinvielle, “inquietantes insinuaciones que ponen en peligro altos valores de la personalidad humana de los débiles, contrahechos y deformes”. Así, Teilhard se preguntaba: “¿Cuál debe ser la actitud de fondo que se debe adoptar con los grupos étnicos detenidos o decisivamente poco progresivos, por el ala de la marcha de la Humanidad? La tierra es una superficie cerrada y limitada. ¿En qué medida se deben tolerar racial o racionalmente áreas de menor actividad? Y también: ¿Cómo hay que juzgar los esfuerzos que multiplicamos para salvar en los hospitales lo que no es con frecuencia sino un desecho de vida? Hasta qué punto el desarrollo del fuerte… o debe primar sobre la conservación del débil? Estos conceptos acercaban el pensamiento telhardiano a un darwinismo social y totalitario.
De este modo, el telhardismo tocaba fondo con sus tesis anticristianas; razón por la cual era necesario rechazarlas de plano.
A modo de síntesis, podemos afirmar que Meinvielle tuvo clara conciencia de los errores del progresismo católico estudiado tanto en su conjunto como a través de algunos de sus exponentes más destacados e influyentes. Uno de ellos fue el paleontólogo Teilhard de Chardin quien unía la atracción de una escritura poética con el prestigio del científico. Pese a estas características, Meinvielle no dudó en enfrentar su sistema erróneo. Si en la primera obra, que data de 1960, el sacerdote argentino todavía reconocía los descubrimientos palentologicos del jesuita, y por lo tanto se había centrado en su “cosmovisión” filosófica, en la segunda, publicada cinco años después, ya había perdido el respeto de sus conclusiones científicas.
En segundo lugar, Meinvielle demuestra un conocimiento actualizado de las grandes discusiones teológicas europeas, desplegadas en las revistas especializadas. Ayudado por estas lecturas, sostenido por el magisterio y enriquecido por otras fuentes, a las que acudió para entender la construcción científica de Teilhard, no dudó en analizar integralmente su obra. No como el erudito sino como el apóstol para advertir a las almas del peligro de este sistema para la Fe de Cristo. Es que a este, nuestro sacerdote -párroco, maestro e intelectual-, lo empujaba un principio prudencial: “en el apostolado hay que ser lo más abierto posible porque por todos murió Cristo en la Cruz” pero hay que enseñar fielmente la doctrina de Nuestro Señor Jesucristo, sin ceder ni un ápice[2].
Vaya este recordatorio como un homenaje a su figura ejemplar.
Dra. Patricia Barrio de Villanueva
Para descargar el libro del Padre Julio Meinvielle donde se critica la postura de Teilhard de Chardin, hacer click aquí
Bibliografía seleccionada
Buela, Carlos (s/f). “Padre Julio Meinvielle”. En http://padrebuela.org
Caturelli, Alberto (1971). La filosofía en la Argentina actual, Buenos Aires, 1971
Montejano, Bernardino (2013). La concepción política del Padre Julio Meinvielle. Instituto de Filosofía Práctica, Buenos Aires, 21/5/2013.
Niño Amieva,Alejandra (2014). “Nación, cultura e identidad en el programa estético de Presencia (1948-1950)”, en AdVersuS, Vol. XI, nº 26, junio 2014, pp. 43-69.
Olivera Ravasi, Javier (s/f). “Julio Meinvielle, aspectos de su vida”. En Alenxandiae.org. Biblioteca de formación para católicos. En línea: www.alexandriae.org/index.php/escritos/item/padre-julio-meinvielle
Ruiz Freintes, Arturo (s/f). Padre Julio Meinvielle (1905-1973). Notas biográficas. En Alenxandiae.org. Biblioteca de formación para católico. En línea: www.alexandriae.org/?task=callelement&format=raw &item…
Saranyana, Josep-Ignasi (dir.) y Alejos Grau, Carmen-José (coord.) (2002). Teología en América Latina, Vol. III, El siglo de las teologías latinoamericanistas (1899-2001), Madrid, Iberoamericana.
Zuleta Alvarez, Enrique (1975). El nacionalismo argentino, 2 tomos, Buenos Aires, La Bastilla.
[1] Esta idea de haber alcanzado el estadio de planetización estaba presente en importantes autores y dirigentes católicos socialcristianos de la década del cincuenta. ¿Infuencia de Teilhard? Si existió no lo citaron, aunque es probable que esto ocurriera por la admonición de la Iglesia al autor francés; pero lo cierto es que la cuestión de la universalización fue un tópico recurrente entre estos intelectuales. Nos referimos a Jean Dubois-Dumée, Carlos Santamaría, Jacques Leclercq, Joseph Folliet y Marcel Laloire, entre otros (Barrio de Villanueva, Patricia. “El espejo de Europa en la Argentina: autores católicos en la revista Criterio durante los últimos años del pontificado de Pío XII”, en Revista Europa, ADEISE, 2014 (en prensa).
[2] Buela, s/f..
38 comentarios
Para mi entender, Menvielle es demasiado cerebral, y esto es, en la práctica, demasiado poco «pastoral», tendría que haber empezado ridiculizando su obra, que es ya de por sí ridícula, como San Ireneo de Lyon en su «Adversus hæreses»; en esto Castellani lo hizo mejor, empezando por llamarlo «Telar Chardón»: con sólo un artículo consiguió desenmascararlo. Resumen del error theilhariano: toma como dogma la evolución y como hipótesis la revelación; de aquí se derivan todas sus monstruosidades.
Y no olvidemos que el personaje fue además contumaz en su apostasía: guardó toda su obra y «dejó» que sus admiradores hicieran copias, cual samizdat eclesial. Un lobo disfrazado de beaturrón.
PS.: Es una vergüenza que en Laudato Si se haga una referencia a Theilhard de Chardin.
Resulta paradójico la referencia de Teilhard de Chardin, considerado un fraude según este artículo y por muchos comentaristas, y su mención por diversos consagrados en diversos documentos. Hay algo que no funciona y no sé qué es.
Hay un artículo de Ferrara:
On the Pope's Encyclical, 'Laudato Si’: Talk to the Animals - After All, You’re One of Them
que trata negativamente sobre el evolucionismo implícito de Francisco en Laudato si, en relación con el evolucionismo clásico y con las tesis de Teilhard de Chardin.
El punto 83 de Laudato si que menciona a Teilhard de Chardin:
LS 83. El fin de la marcha del universo está en la plenitud de Dios, que ya ha sido alcanzada por Cristo resucitado, eje de la maduración universal [53]. Así agregamos un argumento más para rechazar todo dominio despótico e irresponsable del ser humano sobre las demás criaturas. El fin último de las demás criaturas no somos nosotros. Pero todas avanzan, junto con nosotros y a través de nosotros, hacia el término común, que es Dios, en una plenitud trascendente donde Cristo resucitado abraza e ilumina todo. Porque el ser humano, dotado de inteligencia y de amor, y atraído por la plenitud de Cristo, está llamado a reconducir todas las criaturas a su Creador.
[53] En esta perspectiva se sitúa la aportación del P. Teilhard de Chardin; cf. PabLo vi, Discurso en un establecimiernto químico-farmacéutico (24 febrero 1966): Insegnamenti 4 (1966), 992-993; Juan Pablo II, Carta al reverendo P. George V. Coyne (1 junio 1988): Insegnamenti 5/2 (2009), 60; benediCto Xvi, Homilía para la celebración de las Vísperas en Aosta (24 julio 2009): L’Osservatore romano, ed. semanal en lengua española (31 julio 2009), p. 3s.
¿Se sabe el por qué tantos consagrados de la alta jerarquía vaticana, caen en estas redes ultrametafísicoides de Teilhard de Chardin?
¿Qué misterios insondables aloja la prosa y el contenido último de los fonemas y lexemas de Teilhard de Chardin, que tanto perduran en el espacio-tiempo eclesial?
¿Hacia dónde nos lleva el contenido filosófico e ideológico de la Laudato si?
Y Teilhard, si no me equivoco, terminó sus días, o algo asi, en EE.UU.. y trabajó mucho tiempo en China, que hoy día es la punta de lanza de esa síntesis de socialismo y capitalismo, y que desde comienzos del siglo XX recibió la ayuda filantrópica de la Fundación Rockefeller, que culminó con la ley abortista de un hijo por familia bajo Deng Xiao Ping.
Todo un campo para la investigación.
Saludos cordiales.
Esto es rockefellerismo puro. Margaret Sanger no podría haberlo dicho distinto. Habría que investigar las posibles conexiones históricas, porque eso podría arrojar luz sobre la tragedia del progresismo católico en el siglo XX.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
"83. El fin de la marcha del universo está en la
plenitud de Dios, que ya ha sido alcanzada por
Cristo resucitado, eje de la maduración universal.53
Así agregamos un argumento más para rechazar
todo dominio despótico e irresponsable
del ser humano sobre las demás criaturas. El fin
último de las demás criaturas no somos nosotros.
Pero todas avanzan, junto con nosotros y a través
de nosotros, hacia el término común, que es
Dios, en una plenitud trascendente donde Cristo
resucitado abraza e ilumina todo. Porque el
ser humano, dotado de inteligencia y de amor, y
atraído por la plenitud de Cristo, está llamado a
reconducir todas las criaturas a su Creador."
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María: ud. está en tierra de santos. Me saulda, por favor, a San Francisco Javier si alguna vez va a su castillo. Por lo otro, es como dice un comentador de este portal: "Compañía de Jesús: un vasco Ignacio te fundó y un vasco Arrupe te fundió"
Respecto a Teilhard, opino que sus intenciones eran buenas. Quería armonizar la fe con el conocimiento científico, y la teología de la época, aferrada a una escolástica rígida y sin vida, simplemente no le servía para eso. Quería tomarse en serio la declaración de la "Dei Filius" de que Dios puede ser conocido con certeza a través de las cosas creadas y pensaba que en ese sentido podía hacerse algo más que repetir como loros las cinco vías tomistas. El problema es que quiso ser poeta sin tener el menor talento poético, que quiso ser místico sin los carismas necesarios para ello, que consideró como definitiva la visión de la evolución como un camino necesario hacia la mejora (idea que es rechazada por biólogos evolucionistas como Jay Gould) y que carecía de la preparación apropiada para rehacer de arriba abajo la teología católica (no sabía gran cosa de exégesis bíblica ni de patrística y tampoco estaba familiarizado con la Tradición). El resultado es que descarriló de modo aparatoso. En cierto sentido, es una ilustración más del viejo adagio: "El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones".
Por otra parte, Dios dice a los primeros hombres "Sometan la tierra". Al ser humano sí le es concedido el poder de dominarla ; no despótica ni irresponsablemente. El hombre es el rey de la creación: ..."Lo has hecho poco inferior a los ángeles ...¿qué es el hombre para que así lo cuides y tanto te acuerdes de él"...( de los Salmos). Jesucristo nos redimió en la plenitud de los tiempos, abrió las puertas del Cielo .
No deduzco una cosmovisión evolucionista transformista del citado documento. Sí, una alusión al canto de San Francisco de Asís "Glorificado seas, Señor, por tu creación y en especial loado por el hermano sol. Que brilla, y abre el día, y es bello en su esplendor y lleva en los cielos noticia de su Autor..."
Se apunta a respetar el orden derivado de la Ley Natural. En todas las áreas del obrar humano.
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Siempre he seguido al Padre Julio Meinvielle y a casi todos los filósofos de aquellos inolvidables "Cursos de Cristiandad " promovidos en un momento de nuestra Patria en que eran muy necesarios ! Yo era chica; los estudié años después, cuando los descubrí...¡y me abrieron un mundo de claridad y de sabiduría !
Saludos y gracias por el excelente artículo.
Aquí van algunos pocos datos:
1902 Walter Rauschenbusch es nombrado profesor de Historia de la Iglesia en el Seminario Teológico de Rochester, institución financiada por J.D. Rockefeller.
1908 Walter Rauschenbusch y Harry Ward fundan el "Consejo Federal de Iglesias" con financiación de J.D. Rockefeller. Vínculos con el socialismo "fabiano" inglés. Luego llamado "Consejo Nacional de Iglesias".
John D. Rockefeller Jr., envía a John Mott a China para establecer el "China Medical Board", en que se intentará evangelizar mediante los servicios médicos. Se crea el "Pekin Union Medical College".
1914 La Fundación Rockefeller crea el "China Medical Board"
1929 Viaje internacional de J.D. Rockefeller III: España, Moscú, Leningrado, China.
1929 Carta de John Mott a John D. Rockefeller Jr.. Preocupación por el avance de los misioneros fundamentalistas en China. Propone misioneros más tolerantes y socialmente comprometidos.
1929 J.D. Rockefeller Jr. comienza a financiar al Consejo Federal de Iglesias.
1930 Inauguración del templo de "Riverside Church", propiedad de los Rockefeller. Sería en los años siguientes un lugar de reunión del Partido Comunista de los EE.UU.
1932 HOCKING, William Ernest: "Rethinking Missions: A Laymen's Inquiry after One Hundred Years". Inspirado por J.D. Rockefeller Jr., y John Mott, luego de viajes por China. Cambio a la orientación "social" de las misiones protestantes.
1942 Reunión del Consejo Federal de Iglesias en Ohio. Propuesta de un Nuevo Orden Mundial. Gobierno mundial, legislación internacional, corte internacional, policía internacional, etc. Financiado por John D. Rockefeller Jr.
1946 Primer encuentro provisional en Ginebra para la formación del Consejo Mundial de Iglesias. Gracias a una donación de U$S 1 millón de John D. Rockefeller Jr. a Visser’t Hooft, se forma el Instituto Ecuménico de Bossey, Suiza.
1948 Los Rockefeller financian la fundación del Consejo Nacional de Iglesias de EE.UU.
1956 HOCKING, William Ernest: "The Coming World Civilization". El Cristianismo debe "reconcebirse" en relación con las religiones orientales, en orden a la formación de un único Estado mundial en el que se reúnen todas las religiones. Vinculado a Rockefeller.
1958 Se coloca la piedra fundamental del "Interchurch Center" construido gracias a donaciones de J.D. Rockefeller
1971 Tras la reunión de Bilderberg de ese año en Woodstock, H. Kissinger viaja a Pekín para arreglar el ingreso de China a la OMC.
1973 Artículo de David Rockefeller en el New York Times, donde elogia la dictadura de Mao en China.
1973 David Rockefeller viaja a China. Como resultado de su viaje, el Chase Manhattan se convierte en el primer banco corresponsal en EE.UU. del Banco Nacional de China.
1982 HARVEY, Charles E.: "John D. Rockefeller, Jr., and the Interchurch World Movement of 1919-1920: A Different Angle on the Ecumenical Movement". Church History, Vol. 51, No 2. (Jun., 1982), p. 198-209
2000 Cumbre del Milenio de Líderes Espirituales y Religiosos para la Paz Mundial, en la ONU. Financian las fundaciones de Ted Turner, Templeton, Carnegie y Rockefeller.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
https://m.youtube.com/watch?v=xhcZ8H_Nn6c
Si lo pudiera comentar un poco, por favor, se lo agradecería, porque entre mi inglés y mi nivel filosófico de español medio me he quedado bastante confuso.
1892 Walter Rauschenbusch funda la "Hermandad del Reino" (Brotherhood of the Kingdom), dedicada al "evangelio social".
1893 Walter Rauschenbusch afirma que "el único poder que puede hacer triunfar el socialismo, cuando está establecido, es la religión. No puede funcionar en un país irreligioso".
1916 RAUSCHENBUSCH, Walter: "Los principios sociales de Jesús"
1919 John D. Rockefeller Jr., lanza el "Interchurch World Movement" (IWM). Estabilidad de los gobiernos y armoniosas relaciones en la sociedad industrial.
1919 ZANE BATTEN, Samuel: "El Nuevo Orden Mundial" (The New World Order). Miembro de la "Hermandad del Reino" de Rauschenbusch.
1924 En un discurso ante la "International House", en New York, J.D. Rockefeller II dice que llegará el día en que nadie hablará de "mi país", sino de "nuestro mundo".
1926 Visser't Hooft hace el doctorado en Teología con una tesis sobre Walter Rauschenbusch.
1934 EE.UU. Consejo de Investigación de la Ciencia Social. Conclusiones y recomendaciones sobre sus operaciones financiadas por la Fundación Carnegie: «una nueva era de colectivismo» «suplantación de la propiedad privada por la propiedad pública»
1937 Reuniones de "Fe y Constitución" (Edimburgo) y "Vida y Acción" (Oxford) en las que se decide la fusión de ambas entidades en el futuro "Consejo Mundial de Iglesias". Participa en ambas Visser't Hooft.
1940 "The New World Order". Publicación de la Carnegie Endowment for Peace.
1952 Fundación de la International Planned Parenthood Federation (IPPF) en Bombay. La ONG abortista Nº 1 del mundo. Auspicia J.D. Rockefeller III.
1987 ROCKEFELLER, Steven (coeditor): "The Christ and the Bodhisattva."
1988 Primera reunión, en Oxford, del "Foro Mundial de Líderes Espirituales y Parlamentarios para la supervivencia mundial". "Apropiado balance entre recursos y población". El Card. Köenig de Austria integra la directiva del Foro.
1992 ROCKEFELLER, Steven: "Spirit and Nature: Why the Environment is a Religious Issue."
1996 La Comisión redactora de la Carta de la Tierra invita al profesor Steven Rockefeller, especialista en ética y relìgiones, a presidir y establecer el Comité internacional de redacción.
1.958 "El ejemplo de China es sintomático: natalista declarada después del triunfo de la revolución, consiente ciertas prácticas neomalthusianas y la difusión profusa de anticonceptivos desde 1955 al 58. En ese año la campaña antinatalista fue frenada drásticamente por la jerarquía política, quien se escuda en las afirmaciones clásicas del marxismo. Finalmente en los últimos años se abren, otra vez, los cauces a prácticas neomalthusianas".
BÜNTIG, Aldo, et. al., "Hechos, doctrinas sociales y liberación", Ed. Guadalupe, Argentina,
1.971 El general Draper, presidente del Draper Fund que tomó parte en la elaboración de Global 2000, lanzó en 1971 la propaganda en favor del modelo chino de control demográfico, un control que recurría a la práctica del infanticidio.
"¿Quién va a eliminar el excedente de población en tal o cual país, cuando la presión ejercida por un número demasiado grande de personas y con muy pocos recursos llegue a límites intolerables?", preguntaba Draper.
1.976 Muerte de Mao Zedong en China.
1.978 El FNUAP - UNFPA firma un acuerdo con China en Beijing.
1.979 El FNUAP-UNFPA comienza su asistencia a la política china de un solo hijo por familia, enunciada ese mismo año en un discurso de Deng Xiaoping.
1.980 La IPPF comienza un aporte de 1,3 millones de dólares al año al gobierno chino para su programa de control demográfico, que emplea multas, despidos, abortos forzados y otras medidas coercitivas.
1.981 Se instala en toda China la política de "un hijo por familia".
1.983 Ley de planificación familiar en China. DIU para mujeres con 1 hijo, esterilización para las que tienen 2 hijos, aborto para embazos no autorizados.
1.983 China ingresa en la IPPF luego de haber aprobado los 65 criterios de esta ONG respecto de la "salud sexual y reproductiva".
1.984 MOSHER, Steven: "Broken Earth. The Rural Chinese." Estudia la vida rural china entre 1979 y 1980 en el sudeste de China. Las revelaciones que hace, en su libro, acerca del aborto forzoso, le valieron la expulsión por parte del gobierno comunista.
1.986 Entre este año y 1992 EE.UU. retira todo su apoyo económico al FNUAP - UNFPA, por su colaboración con la política china de imposición de control de natalidad a la población.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
es.m.wikipedia.org/wiki/Consejo_Mundial_de_Iglesias
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Sí, ya sé que es wikipedia, pero lo que menciona es verdad.
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Si un bloguero quiere utilizarlo para un suculento post, no me opongo :)
Ya está bien con el papa hombre, ya está bien.
El que se quiera salir de la Iglesia católica y dedicarse a sus ideologías mundanas que lo haga pero que nos dejen tranquilos a los católicos, al papa y a su magisterio.
1. Julio Cavalli dice que el Santo Padre conoce perfectamente el sistema eneagramático, "ya que en Buenos Aires, él mismo aprobó - cuando era Provincial de los Jesuitas - los cursos en la Iglesia del Salvador que dictaba el Padre Raúl Bradley (continuados hoy en día a través del Centro "En Todo Amar Y Servir" en la misma Iglesia), como así también los dictados por los profesores, sacerdotes y laicos, del Colegio Máximo de San Miguel, Buenos Aires, donde Su Santidad, en ese momento Mario Bergoglio, era su Rector. Recuerdo a varios docentes de esa época, cuando cursaba Filosofía con ellos."
2. Francisco, el Laudato si, hace referencia al gnóstico Teilhard de Chardin, donde en su punto 83 dice inspirándose en Teilhard que "El fin último de las demás criaturas no somos nosotros. Pero todas avanzan, junto con nosotros y a través de nosotros, hacia el término común, que es Dios, en una plenitud trascendente donde Cristo resucitado abraza e ilumina todo."
3. La teología de la liberación e indigenista, el pachamamismo, así como el populismo bolivariano, ha sido reinvindicada por Francisco durante su último viaje a Bolivia.
Modernismo púber, espiritualismo tecno yeyé, prenewagerismo darwinista, qué se yo.
Alguien deberá ponerle un nombre algún día, tan incomprensible como su contenido.
Señor ven pronto.
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Le doy un ejemplo para que lo entienda. Si para condenar el comunismo un Papa cita el Mein Kampf de Hitler, que diría ud.? Y si después sale un obispo a decirnos que la frase en sí misma es aceptable para todo católico pero el Mein Kampf contiene elementos incompatibles con la fe católica. Qué sensación le dejaría?
adiciones.es/2015/04/22/dia-de-la-tierra-de-la-madre-tierra/
(Añadir el www)
"La voluntad de asentimiento leal a esta enseñanza del Magisterio en materia de por si no irreformable debe constituir la norma." (Ibíd. 24) [...] En todo caso no podrá faltar una actitud fundamental de disponibilidad a acoger lealmente la enseñanza del Magisterio, que se impone a todo creyente en nombre de la obediencia de fe." (Ibíd. 29)
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No la sigo con el tema pero déjeme responder a esta objeción suya. Cuando San Pedro, primer papa, tuvo gestos y actitudes ambivalentes, la postura de San Pablo fue diversa a la que ud. plantea y no por eso ha sido acusado jamás de "semi-pelagianismo"; no manifestó "sorpresa" ni "dificultad para entenderlo", sino que habló con la parresía evangélica que lo caracterizaba; recordemos el pasaje: "Cuando vino Cefas a Antioquía, me enfrenté con él cara a cara, porque era digno de reprensión. Pues antes que llegaran algunos del grupo de Santiago, comía en compañía de los gentiles; pero una vez que aquéllos llegaron, se le vio recatarse y separarse por temor de los circuncisos. Y los demás judíos le imitaron en su simulación, hasta el punto de que el mismo Bernabé se vio arrastrado por la simulación de ellos. Pero en cuanto vi que no procedían con rectitud, según la verdad del Evangelio, dije a Cefas en presencia de todos: «Si tú, siendo judío, vives como gentil y no como judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar?»" (Gál 2,11-13). El episodio es conocido en la Iglesia como el "incidente de Antioquía".
La verdad en su punto; ni papolatría ni semi-pelagianismo. Que andamos grandes ya para que nos corran con la vaina.
La cita de Teilhard de Chardin que hace el Papa en su Encíclica me parece totalmente ortodoxa. No veo dónde está el problema.
No, el Papa NO ha defendido el "pachamamismo" ni tampoco la teología de la liberación durante su viaje a Sudamérica.
Respecto al eneagrama, las decisiones que tomara el Papa cuando era simplemente el padre Jorge no pintan nada. ¿Invalida algo la doctrina del Beato Pío IX el hecho indisputado de sus simpatías filomasónicas cuando era simplemente el cardenal Mastai Ferretti?
Desafío a cualquiera a encontrar un solo error doctrinal en la "Laudato Si" y demostrarme que es un error doctrinal.
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