(231) Necesidad urgente de buenas lecturas católicas, tradicionales y consistentes
Para comprender bien la crisis actual es necesario captar la relación que existe entre la mala formación, por un lado, y la facilidad con que el error se propaga, por otro.
La mala formación se relaciona, muy especialmente, con el tipo de lecturas que se recomiendan para formarse en doctrina católica. Porque esas malas lecturas contribuyen al aumento de la deformación doctrinal, el oscurecimiento del sentido de la fe, y el estancamiento de la vida cristiana. Lo ha explicado con detalle el P. José María Iraburu en este post.
Y es que no es suficiente recomendar buena doctrina, incluso la mejor doctrina, como es la del Aquinate, si al mismo tiempo se pone a su nivel doctrina confusa.
Es una constante de la educación fenomenológica, siempre atraída por el espiritualismo naturalista, los psicologismos pelagianos, los existencialismos antimetafísicos. No deja de ser una incoherencia, no exenta de afán de novedad. Es el pluralismo, de que tanto gusta el personalismo teológico. Tanto, que considera la verdad un hecho plural, poliédrico —porque cree, como diría Hans Urs von Balthasar, que la verdad es sinfónica.
Es propio, como digo, del personalismo teológico, recomendar lo bueno, incluso lo muy bueno, y al mismo tiempo lo menos bueno. En estos años ha sido común, en libros de formación o espiritualidad, encontrar citas de autores piadosos pero poco apropiados.
Así se hace en buenos manuales de moral, que son paradigmáticos. Véase por ejemplo uno muy conocido: Moral. El arte de vivir, de Juan Luis Lorda, editorial Palabra, libros mc, Madrid 1993, Nota Bibliográfica, p. 279-284. Tras encomendar, con excelente criterio, la lectura del Catecismo, de Chesterton, de San Agustín, recomienda la lectura de la Suma de Santo Tomás, aunque con una motivación creo yo que desenfocada: por haber tenido “una influencia extraordinaria en el pensamiento cristiano”, o por conjugar la sabiduría clásica “con las grandes intuiciones cristianas”.
A continuación se recomiendan autores sobrevalorados, poco adecuados para una buena formación doctrinal, me parece a mí; como Maritain, del que “siempre se aprende”, o Gabriel Marcel, del que afirma que “ha dicho cosas definitivas en su libro Ser y tener." También el psicoterapeuta Viktor Frankl, que “ha dejado páginas imborrables de lo que es el espíritu humano”.
He citado este ejemplo, pero hay muchos, porque ha sido lo normal en los libros y manuales de formación católica.
Pero es algo frecuente en estos tiempos. Para formarse en teología moral, en lugar de recomendar el estudio de manuales clásicos, objetivos, precisos, aconsejar la lectura de obras literarias, ensayísticas o testimoniales, que sólo vagamente dan una impresión de teología moral, o en ocasiones ni eso, tan sólo las reflexiones personales de un psicotearapeuta —que por muy interesantes y profundas que sean, no lo dudo, no sirven para formar la mente católica con las verdades objetivas de teología moral.
Pues aunque es cierto que es bueno y necesario reconocer la verdad allá donde se encuentre y la diga quien la diga, grande locura es recomendar la lectura de obras confusas y dudosas. La mente común, en general poco formada o mal formada, no podrá reconocer la verdad entre elementos extraños y ambiguos.
Es urgentísimo ser muy cuidadoso con la formación católica, porque errores sutiles producen daños sutiles, que con el tiempo se agravan considerablemente. Tanto, que pueden incluso desembocar en una crisis de fe.
44 comentarios
siguiendo la sana costumbre de este blog, no publicaré alusión personal o institucional alguna. Sólo debate aséptico de ideas.
Como leíamos la Biblia y también teníamos otros eruditos que nos enseñaban bien el evangelio nos fuimos enterando de lo que es y lo que no es cristiano.
Así que aquí estamos, aprendiendo con el P. Iraburu, Alonso Gracian y otros, porque el Señor nos guia y nos recoge en su redil. Siempre doy gracias a Dios por ustedes, ni se como les encontré pero me vienen muy bien y les leo una y otra vez para tratar de enterarme sobre lo que enseñan lo mejor posible.
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A.G.:
A ambos recomienda también Juan Luis Lorda, y en eso hace muy bien.
«Hermanos, os ordenamos en Nombre de Nuestro Señor Jesucristo que os alejéis de todo hermano que ande ocioso y no conforme a la Tradición que recibieron de nosotros» (2Tes 3,6). Por lo que cualquier persona modernista siempre anda combatiendo contra la Tradición que procede del Espíritu Santo. Debemos ser vigilantes, examinarlo todo y quedándonos siempre con lo que procede de Dios y nos lleva a Dios, y la medida humana no nos lleva a Dios, sino que nos aleja y nos empuja a mayor oscuridad.
En los Estados Unidos, son los sitios de internet con contenido de buena doctrina los que florecen.
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A.G.:
No lo había mirado bajo esa perspectiva, pero es muy cierto.
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A.G..
Nada que añadir a su certero comentario. Tal cual.
Luego la Catena Aurea
y el combate espiritual de Lorenzo Scupoli
A ver si puede ofrecer donde puede encontrarse la Catena Aurea, varios tomos, de papel, porque en Internet es fácil, pues un alma caritativa me ha ayudado en eso, pero lo que me interés son en esos varios tomos. Y que no estén agotados.
muchas gracias.
Pero creo que, en una segunda etapa, es necesario ir a estos autores, tan solo sea para cumplir con eso de "examinad todas las cosas, retened lo bueno".
Ciertamente que una parte importante de la evangelización del mundo moderno consiste en decir la verdad a tiempo y a destiempo, clara, sólida y brillante. Pero no es menos cierto que para poder llegar a ciertas personas es necesario al menos conocer a dichos autores y usarlos como palancas, tomando aquello de bueno y verdadero que se pueda encontrar. Creo que en esto es muy bueno seguir a Pablo VI en Lumen Ecclessiae en los puntos II y III de la carta.
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A.G..
Para formarse bien hay que filtrar mucho y limitarse a obras de doctrina sólida. Una vez formado, sólo si es conveniente, se pueden leer otras cosas con la debida precaución y estando alerta.
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A.G.:
Ciertamente Anselm Grüm no es nada recomendable. Su obra es heterodoxa.
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A.G.:
En sus primeras etapas sí es personalista. Luego fue cambiando hacia la filosofía del ser.
Le recomiendo una buena lectura (para un rato libre sin más pretensiones): "Fahrenheit 451" de Ray Bradbury.
Se explica muy bien lo que pasa cuando empezamos a quemar libros y como son los aficionados a ello
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A.G.:
Buen libro y buena película. Pero no nos referimos a TODOS los libros, sino a los MALOS libros.
En los Estados Unidos, son los sitios de internet con contenido de buena doctrina los que florecen.___A.G.:No lo había mirado bajo esa perspectiva, pero es muy cierto.
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Mmmm......
¿No se podrían crear diócesis católicas en el ciberespacio?
Porque por lo que yo veo, las diócesis físicas están perdidas para la causa católica en un grado que ya es alarmante.
Me imagino que usted don Alonso y los demás que escriben comentarios se encuentran entre las mentes “no comunes”, es decir, las que están en conocimiento de la verdad...
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A.G.:
Me refiero a la mente católica EN GENERAL, a la mayoría, a la generalidad, según la acepción de la RAE:
generalidad de personas.
¿Ud cree que la mayoría de los católicos están sólidamente formados?
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A.G.:
Exactamente.
Qué buena, sólida, consistente, la lectura del gran Royo Marín.
El personalismo en sí mismo es tan amplio, que por esencia no se contrapone a la visión tomista, sólo si el autor personalista quiere darle esa deriva. Así Wojtyla partió de una gran formación tomista que nunca abandonó, pero amplió temas éticos desde perspectivas que el tomismo simplemente no trataba. Que en el corpus tomista no estuvieran tratadas no quiere decir que se contrapusieran a él. Así que el intento de la obra del papa fue abordar ciertas cuestiones nuevas, sobretodo éticas, partiendo de premisas tomistas, y ampliándolas mediante la acentuación del análisis de la conciencia e intersubjetividad del personalismo, y los métodos de la fenomenología (que no es una filosofía sino un método).La obra más importante "Persona y acto".
Lo que sí abandonó fue el intento de fundamentar la moral cristiana en la obra de Max Scheler, pensador de línea kantiana, que al principio intentó, digamos, "bautizar" pero vió que no pudo. Ése fue uno de los giros de su pensamiento, además, de salir del típico discurso personalista, que a veces es demasiado centrado en el individuo, y se centró en la dimensión social de la ética, cosa que le valió críticas por parte de personalistas estrictos: "Mi visión del hombre" y "El hombre y su destino". Pero los ámbitos de estudió del personalismo no los dejó nunca, así como tampoco los fundamentos metafísicos de la persona, ni la jerga fenomenológica (esta jerga la usó continuamente incluso en sus documentos magisteriales)
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A.G.:
Imposible ser tomista y fenomenólogo a la vez.
No ha de confundirse la obra personal de Wojtyla con el magisterio de San Juan Pablo II. Lo primero en absoluto obliga. Podemos, incluso, disentir tranquilamente de sus presupuestos, sin ningún problema de conciencia. La obediencia al magisterio pontificio no se extiende a los gustos filosóficos de los Papas.
Aún así, hay que decir que el personalismo de Wojtyla, como el de von Hildebrandt, es muy sui generis. No es antiescolástico, como Marcel, ni antitradicional, como Maritain, ni promarxista, como el de Mounier, ni etc. Aunque sí que lo son sus divulgadores y comentadores marcelianos, maritainianos y mounerianos.
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A.G.:
En efecto esa es la realidad, bastante complicada. La formación que se recibe es pésima, en general. Y tardará mucho tiempo en solucionarse. La tendencia es al oscurecimiento. Por algo estamos en crisis.
Apóstoles de los medios de comunicación:
Capítulo 22
Espiritualidad vivo del apostolado y santidad
"Si solo Jesucristo es la plenitud de la salvación, es necesario encontrarla solo en EL. Y cuanto más nos hagamos parte de EL, tanto más viviremos en salud espiritual. Viviremos a Cristo íntegramente, el hombre entero será sano - sano de mente, corazón, voluntad y cuerpo, sano moralmente -, Se nos ha dado una promesa de gloria futura (Carissimi 1224)
Sigue una nota en el libro página 307 del Beato Giacardo que registro en su diario: al referirce a los Sacerdotes (incloyo yo a laicos) que publican libros "catolicos"
“Sobre sus conciencias pesan un millón, 3 millones, 10 millones de almas... este es el motivo por el cual ustedes deben ser santos, mucho más santos que los sacerdotes ordinarios. Todo se reduce a salvar almas, a salvar 10 millones o a salvar solamente un millón..."..
Que impresionante...el beato fundador de librwrias Catolicas vio la necesidad de publicar santa doctrina, purificar las bibliotecas, "que actual" su llamado a sanar la MORAL que ya la veia temerariamente violentada...
Muchas gracias Don Alonso
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A.G.:
Purificar la bibliotecas. Importantísimo. Urgentísimo.
A mí me parece un tremendo drama entrar en una librería "diocesana" o explícitamente católica y ver los títulos. La difusión de heterodoxias o malas obras, de ortodoxia líquida, por así decir, es enorme.
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¡Qué síntesis tan precisa y contundente, Luis!
Ése no es un diagnóstico, ése es EL diagnóstico de la actual crisis de la Iglesia.
Está tan bien logrado, que cualquier análisis de la realidad actual de la Iglesia ganará en claridad y profundidad si lo pone como copete o premisa.
En mi caso me ha hecho mucho bien la Introducción a la vida devota, que suelo releer cada vez que hago un retiro espiritual. Y las obras de San Alfonso María de Ligorio también. Y dejando a un lado lo puramente espiritual para adentrarnos en lo literario, debo decir que una lectura FUNDAMENTAL (con mayúsculas) para mi itinerario espiritual ha sido En camino, de Huysmans.
Karol Wojtyla, Edith Stein, o Josef Pieper que nombraba más arriba mi amiga Palas, son ejemplos existentes que se han dado en la realidad de tomistas fenomenólogos. Qué quiere decir esto? Que tomando el pensamiento de Santo Tomás como base y orientación se lanzaron al debate contemporáneo, dialogaron en los términos de sus contertulios del siglo XX y exploraron aspectos de la realidad no tratados anteriormente, intentando, por usar un término ratzingeriano, una "hermenéutica de la continuidad", en la que los nuevos debates estuvieran en relación con los principios básicos del tomismo.
No pensaron que debían ser tomistas para decir lo mismo que Santo Tomás, que para eso ya estaba Santo Tomás, sino partir del Doctor Común, con la valentía que da la recta razón y la fe bien formada, a debatir cuestiones nuevas con métodos nuevos.
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A.G.:
El filósofo tomista no pretende crear novedades ni ser original ni cambiar la doctrina recibida. Va en otra onda.
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A.G.:
Lo ha sintetizado muy bien. Coincido. Le agradezco este excelente comentario. La forma de terminar con esto es liberarnos del virus personalista y recuperar el auténtico realismo metafísico.
Catecismo de la suma teológica de Tomás Pégues Op
Denzinguer
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A.G..
La doctrina tomista parte de unos principios verdaderos que son ciencia cierta y perenne. Hay que partir de ella necesariamente. Es un sistema cerrado, pero que crece como un organismo, y por tanto siempre tiene potencialidades intrínsecas, que no implican novedad, sino inmensa riqueza de explicitación, de desarrollo.
Ser tomista está muy lejos de ser un loro repetidor. Ser tomista es ponerse en camino de acceder a la Verdad a través de la verdad. Un gran filósofo tomista, el P. Cornelio Fabro, describió así esa aventura del pensamiento: "He leído todo Santo Tomás. He conocido y entendido a Santo Tomás.". Lo cual es un privilegio de pocos.
Luego de eso el P. Fabro pudo cortar en pedacitos a Hegel mostrando su grandioso embuste, y hasta puso en aprietos a una vaca sagrada de la progresía, su contemporáneo Rahner, otro embrollador de fuste, estrella refulgente en las universidades pontificias y amigo de juventud de Ratzinger.
No sabían cómo taparle la boca, no lo podían parar, era un escándalo total, ¡atreverse a desautorizar a Rahner, nada menos!, así que optaron por ordenar a todas las librerías que le negaran a Fabro poder editar sus escritos. Entonces sus libros se agotaron y desaparecieron de las estanterías hasta que hace algunos años atrás, ya muerto su autor y muerto Rahner, el Instituto del Verbo Encarnado acometió la tarea de reeditar su obra completa.
Fabro fue un filósofo bien tomista y bien contemporáneo, que no utilizó ni por asomo la jerga fenomenológica, idealista o nominalista sino que la combatió, desnudando su falta de fundamento.
Santos hubo algo confundidos pero al final Dios los encarriló, tomemos de ellos ejemplo en su santidad de vida y no en las confusiones que pudieron haber tenido en algún momento de su vida.
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A.G.:
Lo has explicado muy bien Ricardo. Gracias.
El método fenomenológico se puede criticar o alabar, como cualquier otra cosa o a su vecino del quinto. Puede gustar o no, estar de a acuerdo o no. Pero su comentario incurre en errores de principiante (disculpe la expresión) o de filósofo de domingo de pares sueltos.
Su Primer error. Repito: la fenomenología NO es una filosofía, sino un método. Es decir, en sí misma no sustenta ideas ni conceptos. Puede aplicarse a ámbitos tan varios, que sus dos fundadores, Husserl y Heidegger, son en su pensamiento el día y la noche.
Su segundo error. La fenomenología NO está emparentada ni con el idealismo ni con el nominalismo. Husserl, por ejemplo, tenía en mente el modelo matemático, el cual quiso adaptar y crear un método filosófico. Está usted confundiendo el uso del término fenómeno en Hegel, con el término fenomenología usado en Husserl. En Hegel (idealismo) la realidad es lo que se da en los "fenómenos" o manifestaciones de la conciencia (objetiva): "Todo lo racional es real, todo lo real es racional" decía el amigo Hegel. El nominalismo niega la existencia de substancias o "cosas en sí" y establece su status en un mero "flatus vocis". El método fenomenológico, es por definición un intento de "captación de esencias" (otra cosa es que lo consiga o no) es decir, es eidético, por lo tanto, en las antípodas del idealismo y nominalismo. No confundir la atención que presta a los "fenómenos de la conciencia", frase que si no se explica bien y no se tiene formación filosófica al respecto, puede resultar confundente. En el método husserliano, se presta atención a los fenómenos de la conciencia para luego pasar a la "epojé"(husserliana) o reducción fenomenológica, que en su intento, quiere llegar al eidos o esencia del objeto de conocimiento, y sortear las trabas no sólo del nominalismo y del idealismo, sino del muro epistemológico kantiana que consideraba la cosa en sí incognoscible.
Su tercer error: "A Santo Tomás lo entienden muy pocos". Por desgracia o por suerte, amigo, a Santo Tomás llevan "entendiéndolo" muchos desde hace siglos. Y desde que el propio Tomás murió, su pensamiento a dado para una ingente cantidad de líneas hermenéuticas del mismo tan vasta, que esa frase no es usada más que para en el fondo significar:"El que entiende a Santo Tomás bien soy yo y no los demás".
Cuarto error. No he dicho que el tomista sea un repetidor. El repetidor, será, por ejemplo, el profesor que lo explica, que hará muy bien en atenerse lo más ajustadamente posible a lo que Santo Tomás decía y no decir cosas raras. No. Lo que he dicho, y si conoce usted algo la obra tomista lo vera: No todas las cuestiones posibles de la humanidad están tratadas en el corpus tomista. Además que en el propio siglo XIII, había cuestiones y aspectos, que por la propia esencia histórica del momento ni se trataban. Así que un pensador tomista actual que se enfrente a cuestiones nuevas, tendrá que dar respuesta que Tomás no dió (Explicar esto ya me parece muy fuerte....) pero no significa que su pensamiento no esté en consonancia con aquello que sí se ha tratado.
Un ejemplo de esto, que entroncaría no con la fenomenología, sino con el personalismo, es la pregunta: "Cómo es la imagen de Dios presente en las relaciones humanas?". Tomás trató bien la imagen de Dios en el hombre, pero no se preguntó por, cómo, por ejemplo, el matrimonio (un tipo de relación humana) llevaba y manifestaba la imagen de Dios trinidad. Si él no se lo preguntó, qué hacemos, callarnos la boca al respecto?
Karol Wojtyla, por ejemplo, quiso ampliar el concepto de "bien común" del aquinate, pues desde la perspectiva que a él se le planteaba resultaba, no falso, pero sí insuficiente. Esto se entiende, partiendo de la base, que él no sólo pretendía como moralista católico una defensa de la moral basándose en la ley moral escrita en la naturaleza "individual" de la persona. Se preguntaba además, si podemos dar una consistencia parecida a la consistencia de tal ley en las relaciones sociales. Y si en algún sentido, ontológico, digamos, encontramos algo parecido a la ley moral en el individuo, inscrito en la propia dinámica del hombre en cuanto que ser social. El " bien común" criterio aplicado para la ética social tradicionalmente, quedaba subsumido en su visión, pero necesariamente, debía ser ampliado y pensado con categorías nuevas inexistentes: Y así es como uno se hace "tomista fenomenólogo". Me parece bastante sencillito de entender, no hay que tener un doctorado en filosofía.
Y con un valor agregado: lo que no aprendes porque ya algo lo conocías, lo aprendes a conocer mejor y a integrarlo en un corpus de pensamiento católico que te permite entender mejor la estrategia de Satán para destruir a la Iglesia, y te brinda armas para las batallas metafísicas que te toca librar.
Que pases una feliz y santa Navidad.
En mi opinión, ir mostrando ejemplos (citas) de autores que se autodenominan así, e ir viendo como van yendo de Tomás a cuestión nueva, de cuestión nueva a Tomás, de Tomás a una reducción eidética, de un análisis de las vivencias a Tomás y que en ese vaivén escriben libros enteros, es la mejor manera de probar que existen y no son un mito.
Me siento argumentado que existen tomistas fenomenólogos como si tuviera que demostrar a alguien que Cervantes escribió el Quijote....
El quid está en que un "tomista fenomenológico" es en puridad una contradicción con patas. Y en la práctica suele resultar o bien un pobre confundido, o bien un sofista consumado, según consuma o según venda ese híbrido infumable.
Existen los tomistas fenomenologicos como también existen los "cato-liberales", o los "cato-marxistas". O los "cato-modernistas", ¡y vaya si existen!, ahora nomás están destruyendo la Iglesia visible. Son especímenes de la fauna sofística de la decadencia atroz del pensamiento cristiano. Esa peste está tan diseminada que, como era de esperar, se les ha pegado incluso hasta a muy buenos y santos hijos de Dios. Y tú vienes y argumentas que por ésto la peste es buena. No, no es así la cosa.
Un ejemplo para abundar: San Pedro no fue santo gracias a que intentó judaizar a sus contemporáneos, sino a pesar de ello.
Me parece que su calificación a estos pensadores como "confundidos o sofistas consumados", si parto del axioma que le supongo a usted de ser católico, como lo soy yo, procede más de tener una opinión fundada en aspectos muy muy generales de las líneas filosóficas que fueron predominantes en el siglo XX, y que han dado una amplitud de pensadores y ramas enormes, con diferencias radicales entre ellos, pero no ser una opinión que se funde en ni siquiera haber echado un vistazo gordo y superficial por encima a sus escritos.
Bajemos pues a la consideración de la Stein y de Hadjadj, si te parece bien.
El caso de la gran filósofa fenomenóloga devenida Santa Benedicta de la Cruz es un ejemplo de cómo, cuando te topas con las esencias, abandonas la charlatanería vacua. Ella adhirió en su juventud a la fenomenología imperante en el ambiente universitario en el que se formó, en su camino de búsqueda de la verdad que no la abandonó en toda su vida. Igual San Agustín adhirió en su momento al maniqueísmo, ¿vamos a decir por ello que era maniqueísta?
Hajdajd es un escritor genial y como tú bien dices, catoliquísimo. No me atrevo a poner vínculos a sus escritos para no divagar, pero diré a modo de ejemplo que su planteo de la oposición entre técnica y tecnología, y su defensa de la familia como ámbito laboral integrador, concitan toda mi adhesión entusiasmada. Es más, detrás de esas metas he bregado durante toda mi ya larga vida, y gracias a Dios algo he logrado construir, incluso con proyección de futuro. Y a estas alturas veo con alegría que un joven pensador lo propone a las nuevas generaciones. Sí señor, hay que terminar con la pseudo civilización del bobo comepantallas, eso es posible, doy fe. Hay que devolverle al hombre su dignidad, ésa que ordena la Biblia: "Ganarás el pan con el sudor de tu frente". Basta ya de tecnología alienante.
Bueno, perdón por el excursus, volviendo al tema, ¿se le ha pegado a Hajdajd la fenomenología? Yo no lo sé, sinceramente no lo capto y espero que tú sepas ilustrarme, aunque no me extrañaría que habiendo tanto humo en el ambiente, terminara él un poco ahumado.
Edith Stein no se adhirió a la fenomenología porque fuera lo que la moda impereba. Edith Stein fue discípula y colaboradora directa de Husserl, el cual fue su director de tesis sobre la empatía, y al terminar de doctorarse pasó a ser su asistente personal. Incluso hay autores que sostienen que ella influyó en la deriva que Husserl dió al método fenomenológico. Es decir, no fue una estudiantita influenciada por la opinión mayoritaria de sus compañeros.
Edith Stein nunca hizo metafísica. Ni antes ni después de su conversión. Antes de su conversión se interesó en la fenomenología y el feminismo, y después de su conversión siguió siendo fenomenóloga y feminista, pero....partiendo de un concepto susbstancial del ser humano con base tomista. Antes de su conversión sólo era fenomenóloga, es después cuando podemos considerarla fenomenólogo tomista, pues partió de ideas presentes en Santo Tomás, cosa que en su época atea no hacía.
Ejemplo: antes de su conversión, su obra famosa, su tesis sobre la empatía, ella considera que es una cualidad propiamente femenina. Después de su conversión, fue haciendo análisis fenomenológicos sobre lo que es un el modo femenino de ser persona, sus cualidades y características propias. Cogió ideas tomistas como que existen labores o trabajos propios con la femineidad, y a partir de esa idea, elaboró un genial feminismo (espero que no le confunda el término feminista, pues ella no tiene nada que ver con las feminazis actuales).
Es decir, un metafísico se ocupa de cuestiones como por qué el ser humano es un ser indiviso de naturaleza racional. Ella no se encargó de cosas así, pues ya las asumía, se encargó de cuestiones que no tienen que ver con el estudio del ente en cuanto ente, sino de procesos, vivencias, signifados, y modos propios de ese ser indiviso de naturaleza racional en su modalidad femenina.
(La verdad es que ya ni se me ocurre manera de intentar explicarlo más sencillo...)
Fabrice Hadjadj no es un señor que se haya topado con "cosas fenomenológicas" y las haya usado sin mucho conocimiento de causa. No. Es director del intituto Philanthropos de Friburgo, escuela universitaria de estudios antropológicos, de fuerte base personalista y fenomenóloga. Donde él es director enseñan método fenomenológico, y él mismo lo usa en sus clases, que son bastante raras según me han dicho estudiantes que estuvieron allí, pues hace en ellas "fenomenología del arte". Así que imagínese...
El excursus me lo salto
En aquellas obras en las que Hadjajd hace un análisis de las vivencias humanas, como por ejemplo, las que analiza la sexualidad, hace continuamente análisis que van desde la experiencia inmediata del hombre hacia aquello que la sexualidad apunta (él habla de trascendencia de la sexualidad). Así se le ocurren análisis fenomenólogcos (tan disparatados y graciosos, a veces) que van desde el análisis de su ombligo, la aperturidad de los muslos de su mujer, la direccionalidad vertical de su miembro viril cuando lo deja suelto, etc. Es gracioso y chocante el tío. Es capaz de partir de cosas super sencillas y analizarlas, hacer un análisis de las vivencias más simples, y a partir de ahí ir despojándolas de nuestros prejuicios para llegar a su eidos. Cuando él hace estas cosas no lo hace con el preámbulo "ahora voy a hacer un análisis fenomenógico de las experiencias", no, simplemente lo usa cuando conviene y él mismo se ha declarado, y yo lo he escuchado en conferencias, como un filósofo que al analizar las relaciones humanas le viene requetebién la fenomenología para hacer lo que él quiere.
Ya lo predijo el padre Julio Meinvielle en los años 70 . En su libro "De la Cábala al progresismo" en su último párrafo. Lo se gracias a una conferencia del padre Javier Olivera Ravasi.
" no hay dificultad en admitir que la Iglesia de la publicidad pueda ser ganada por el enemigo y convertirse de Iglesia Católica en Iglesia gnóstica. Puede haber dos Iglesias, la una la de la publicidad, Iglesia magnificada en la propaganda, con obispos, sacerdotes y teólogos publicitados, y aun con un Pontífice de actitudes ambiguas; y otra, Iglesia del silencio, con un Papa fiel a Jesucristo en su enseñanza y con algunos sacerdotes, obispos y fieles que le sean adictos, esparcidos como “pusillus grex” por toda la tierra. Esta segunda sería la Iglesia de las promesas, y no aquella primera, que pudiera defeccionar. Un mismo Papa presidiría ambas Iglesias, que aparente y exteriormente no sería sino una. El Papa, con sus actitudes ambiguas, daría pie para mantener el equívoco. Porque, por una parte, profesando una doctrina intachable sería cabeza de la Iglesia de las Promesas. Por otra parte, produciendo hechos equívocos y aun reprobables, aparecería como alentando la subversión y manteniendo la Iglesia gnóstica de la Publicidad."
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A.G.:
Eso de dos Iglesias no parece una tesis ortodoxa, porque la Iglesia siempre es visible, siempre es Una, sólo hay una Iglesia. No lo veo. Una Iglesia visible mala, y otra Iglesia invisible buena, no encaja. Pienso que el asunto es más sencillo. La Iglesia tiene muchas cosas que corregir, simplemente. Reforma católica o apostasía.
https://youtu.be/H2sXMyP6LxI?t=1h7m
¿Serías tan amable de poner citas de la Stein y de Hajdajd -ya católicos-, adonde se pueda ver en concreto el maridaje entre fenomenología y tomismo que defiendes?
Pero a veces las cosas no son simples, pues también la Biblia nos habla de una claudicación general de la fe. Los que claudican, ¿se van de la Iglesia como hacían antaño? Vemos ahora que no es así, al contrario, antes bien se atornillan en sus cargos, reafirmándose en su heterodoxia. Y se consideran muy "católicos" ellos, con lo cual de entrada vemos que la cosa se complica y exige una explicación más profunda.
El P. Meinvielle tuvo la iluminación de ver lo que sucedería ¡ya en 1.973!, cuando todavía no había habido papas que besaran el Corán, o permitieran la comunión en la mano o convocaran el aquelarre de Asís. Ese año el sacerdote murió atropellado por un auto, confuso hecho que tiene todos los indicios de haber sido un asesinato por encargo "que parezca un accidente", o sea fruto de una exquisita planificación. Al año siguiente caerían, esta vez abiertamente asesinados, los laicos Carlos Sacheri y Jordán Genta.
Hacía poco que el Padre Julio había terminado la que sería su obra póstuma, "De la Cábala al Progresismo". Y fue en su ULTIMA PÁGINA que escribió providencialmente lo que sigue:
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"Sabemos que el “mysteruim iniquitatis” ya está obrando (II Tes, II,7); pero no sabemos los límites de su poder. Sin embargo no hay dificultad en admitir que la “Iglesia de la Publicidad” pueda ser ganada por el enemigo y convertirse de Iglesia Católica, en Iglesia gnóstica. Puede haber dos Iglesias, la una de la publicidad, Iglesia magnificada en la propaganda, con obispos, sacerdotes y teólogos publicitados, y aún con un Pontífice de actitudes ambiguas; y otra, Iglesia del silencio, con un Papa fiel a Jesucristo en su enseñanza y con algunos sacerdotes, obispos, fieles que le sean adictos, esparcidos como “pusilus grex” por toda la tierra. Esta segunda sería la Iglesia de las Promesas, y no aquella primera, que pudiera defeccionar. Un mismo Papa presidirá ambas Iglesias, que aparente y exteriormente no sería sino una. El papa, con sus actitudes ambiguas, daría pie para mantener el equívoco. Porque, por una parte, profesando una “doctrina” intachable sería cabeza de la Iglesia de las Promesas. Por otra parte, produciendo “hechos” equívocos y aún reprobables, aparecería como alentando la subversión y manteniendo la Iglesia Gnóstica de la Publicidad.
La eclesiología no ha estudiado suficientemente la posibilidad de una hipótesis como la que aquí proponemos. Pero si se piensa bien, la “Promesa de Asistencia de la Iglesia” se reduce a una Asistencia que impida al error introducirse en la Cátedra Romana y en la misma Iglesia, y además que la Iglesia no desaparezca ni sea destruida por sus enemigos.
Ninguno de los aspectos de esta hipótesis que aquí se propone queda invalidado por las promesas consignadas en los distintos lugares del Evangelio. Al contrario, ambas hipótesis cobran verosimilitud si se tienen en cuenta los pasajes escriturarios que se refieren a la defección de la fe. Esta defección, que será total, tendrá que coincidir con la perseverancia de la Iglesia hasta el fin. Dice el Señor en el Evangelio: “Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe en la tierra?” (Lc XVIII,8)"
Julio Meivielle, “De la Cábala al Progresismo”, Ed. Epheta, Bs.As, 1994
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Es el mismo autor quien responde a tus objeciones en los párrafos 2º y 3º, estimado Alonso. Era tal el poder de anticipación de este preclaro sacerdote, que la muy fundada crítica a Maritain que tú has expuesto en este blog, él la lanzó ¡¡¡ya por los años '30!!!, cuando el judío converso era recibido por los obispos con con incienso y alfombra roja.
¿Es acaso "casualidad" que tanto Castellani y Meinvielle como Bergoglio, fuesen todos ellos argentinos? Yo creo que hay allí un misterioso designio de la Providencia, que al menos debiera inducirnos a prestar atención a lo que anticiparon los "profetas de las Pampas".
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A.G.:
Ricardo conozco bien varias obras del P. Meinvielle. Sus críticas a Maritain, que he estudiado a fondo, son sin duda acertadas y fundadas. Me parece que este sacerdote tiene mucha razón en muchas cosas que dice, en otras no tanto. Dicho esto, la hipótesis de las dos Iglesias me rechina mucho, la verdad. Es difícil de aceptar. Me parece, como digo, más razonable constatar la evidencia de una crisis eclesial grande, que nunca llegará a ser definitiva, pero que deteriora la Iglesia hasta el punto de tener que afirmar una alternativa crucial: Reforma o apostasía.
no le veo mucho sentido a este debate, la verdad, porque es algo muy claro que cuanto más fenomenólogo sea un filosófo menos tomista es. Pero si te pica la curiosidad, en breve abordaré el tema de la fenomenología y sus muchos defectos.
Respecto a Fabrice Hadjadj. La verdad, he leído poco de este autor, y de ello algunas cosas me han parecido muy interesantes, pero otras me han defraudado. Basándome en lo poco que he leído, me parece un autor sobrevalorado. Me ha parecido lo mismo que se lleva escribiendo desde hace decenios, pero incidiendo algo más en otros aspectos. Personalismo, más de lo mismo que tenemos inyectado en vena desde hace más de cincuenta años. Leeré más cosas suyas y ya os comentaré en este blog, si os interesa mi opinión, jeje
Y por supuesto que la cuestión clave es "Reforma o Apostasía", de eso no me cabe ninguna duda.
Es cierto, que no comparto del todo su crítica, pues me parece excesiva. Aunque también desde otros aspectos que veo yo la fenomenología y el personalismo, hay otras críticas que yo les he hecho y no he leído en sus artículos. Pero en toda la serie que va haciendo, le leo, me quedo con lo que usted opina, y ahí se queda, que siempre me ha gustado en estos temas escuchar cuantas más opiniones mejor.
Si va a escribir sobre fenomenología, estaré atenta. Es una cuestión que me ha interasado mucho, pues en mi época de estudiante, parecía que era el método oficial del filósofo católico, y a mí nunca me convenció del todo, pero por motivos distintos de lo que usted refiere. Otra cosa, es que no lo vea todo malo o nefasto, y de ahí una cierta defensa que me parecía de justicia.
Creo que uno de los puntos en los que he visto ya la discusión tradicionalmente entre escolásticos y fenomenólogos, en mi opinión, se equivocaban ambos en una cosa: pensar que si no haces metafísica no puedes ser tomista. Mi opinión es que uno puede ser tomista, y sin embargo, dedicarse a una filosofía segunda. El propio Tomás no hizo sólo metafísica, hizo mucho más.
La cuestión estaría en que puesto que como toda filosofía segunda parte necesariamente de una ontología, sea el autor consciente de ello o no, antes de abordar cuestiones éticas, estéticas, de filosofía de la historia, filosofía del lenguaje, etc, lo que quieras, hemos de ser bien conscientes de muchos supuestos ontológicos, que si no, metemos la pata. Por ahí van muchas de las discusiones que he visto a estos respectos.
Le puedo poner un ejemplo personal (perdón por poner al burrito delante y ponerme a mí misma de ejemplo): Los temas que más me han interesado en filosofía son las discusiones con la línea postestructuralista y neomarxista. Para hablar con alguno de ellos, el lenguaje, es imposible que sea tradicional, pues la comunicación sería imposible. Y tengo siempre claro mi concepto de persona, sociedad, bien moral (que intento que sea catoliquísimo) pero si usted me viera discutir y argumentar con algunos de mis amigotes marxistas de la facultad, pensaría que me va el palo católico-marxista, cosa super alejada de mi realidad personal.
Me siento bastante postmoderna en formas y bastante aristotélica en mi pensamiento, que por la cantidad de prejuicios existentes en el mundo filosófico actual, he visto que no es recomendable que en ciertas charlas "se te vea el plumero". Creo que muchos fenomenólogos en su ámbito, les pasa algo parecido.
Ricardo, para que usted perciba cuándo se está usando método fenomenológico (incluso en cosas chocantes) estoy empezando a llegar a la conclusión de que mejor que se inscriba en un grado de filosofía. Le he puesto ejemplos por activa y pasiva.
Estoy de mudanza en plena navidad y me da mucha pereza ponerme a buscar textos. Si le viera que nuestra charla ha llegado a algún punto me pondría a ello, que aún tengo toda mi biblioteca en cajas. Pero no le veo por la labor, de ni citándolo "textualmente" vayamos a encontrar un lugar del que poder charlar.
Feliz Navidad a todos.
Perdón por la expresión pero la mitad de las elucubraciones acerca de las dos Iglesias y el fin del mundo me parecen /EDIT/
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A.G..
Jeje, se le ha ido la mano con la expresión.
Desde el punto de vista tomista está claro que eso es imposible, pues hay una contradicción insalvable. Por lo tanto para opinar así debes situarte forzosamente en el terreno de las "filosofías líquidas", donde a los principios como por ejemplo el de no contradicción, se lo pasan por allí mismo.
Y esto lo confirmas cuando propones una "metafísica supuesta", que sería superadora de la metafísica expresa tradicional del tomismo, según la cual se podría hacer filosofía segunda sin pasar por la primera, como si se pudiera discurrir obviando (¿suponiendo?) a los primeros principios. Ya no se niega a la metafísica, ni se la considera inaccesible a la mente, ni se la trata como a poesía, sino que "se la supone". Y vuelta de página. Eso no es tomista, y creo que ni siquiera es una postura genuinamente filosófica.
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A.G.:
Las malas filosofías es que hacen mucho daño y sirven para perdición de la gente. Las buenas filosofías hacen bien, amueblan la cabeza y preparan la mente para la fe, defendiéndola del error.
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